53. Nueva Iglesia en San José

Pronto comenzará el trabajo de la construcción de la nueva iglesia en la parroquia de San José, Santiago, Chile. El Padre Paul Buehler, párroco, nos entrega un interesante relato de la historia de un hito conocido – la antigua iglesia, que debe dejar lugar para la nueva.      “Dentro de pocas semanas”, escribe, “un antiguo hito familiar para este vecindario, habrá desaparecido, dejando espacio para lo que esperamos será una estructura más imponente y útil. La antigua iglesia se está cayendo; el trabajo de demolición comenzó en la primera mitad  de julio.” 

     “Cuando el Padre John Kostik asumió como párroco de San José, hace diez años,  este mes, se decidió que la iglesia no tenía arreglo y que eventualmente, debería construirse una nueva. Diez años han pasado y lo eventual finalmente llegó. Primero había que construir un colegio; luego, un convento para las Hermanas, que fuimos lo suficientemente afortunados en conseguir para hacer funcionar el colegio. Dos veces, desde entonces, el colegio tuvo que ser ampliado, ya que 1.600 niños clamaban por matrícula. 

     “Mientras tanto se presentó este problema. ¿Qué podíamos usar como iglesia temporal, mientras se construía una nueva? Luego el Padre Samuel Homsey, mientras estuvo en el cargo, resolvió el problema en la forma de un gran gimnasio. Nada muy elegante – sólo cuatro paredes y un techo, con un gran escenario en un extremo. Justamente ahora  este gimnasio está   sirviendo bastante bien para nuestras necesidades temporales de una iglesia. 

     “Durante los días pasados, mientras progresa el trabajo de demolición rápidamente, he tenido algunas conversaciones interesantes con los ‘mirones’ antiguos en el barrio. Siempre ha parecido extraño que la iglesia, con sólo treinta años de antigüedad, se haya podido deteriorar tan rápidamente. Pero cuando se rompió el piso, mostrando los cimientos y las murallas de apoyo, me surgió la pregunta: ¿Qué sujetó a esta iglesia durante los últimos años? Juntando algunos trozos de información, ésta es  la historia. 

     Alrededor de cuarenta o cincuenta años atrás, mucho antes que San José se convirtiera en parroquia, alguien decidió construir una capilla de paneles de madera. Las maderas fueron donadas y el armazón se puso rápidamente. Sin embargo, los fondos se acabaron; las donaciones cesaron y el esqueleto de la estructura quedó ahí – expuesto al clima durante diez años o quince años. 

     “Luego San José fue establecido como parroquia  y el nuevo párroco se enfrentó al problema de una iglesia parroquial. Por esa época, la madera estaba escasa en Santiago, de manera que el costo de un edificio de paneles de madera era prohibitivo. Sin embargo había disponible un ladrillo refractario barato. De manera que la antigua estructura madera fue rellenada con estos ladrillos; las paredes de división fueron hechas de adobe y una capa de yeso de adobe se esparció en la superficie interior. Hace treinta años atrás, se consideró sólo como algo temporal.      “Con la llegada de los Padres de la Preciosa Sangre a San José, en 1948, la parroquia cobró nueva vida. Por primera vez en la historia de la parroquia, el párroco tenía un vicario para ayudarle en la atención de cuarenta a cincuenta mil almas que vivían dentro de los límites de la parroquia. Pronto un segundo asistente llegó a vivir allí, con el resultado de que San José experimentó un renacimiento espiritual. 

     “El Padre Kostik nos cuenta que el primer domingo después de su llegada a San José había quince personas en la primera Misa y treinta y cinco en la segunda. Con un  apoyo constante, la gente empezó a responder gradualmente a sus obligaciones religiosas. Hoy día, en los domingos, hay una Misa casi todas las horas de la mañana, y hay más gente de pie en los pasillos, que sentada, en la mayoría de las Misas. 

Durante los diez años pasados la parroquia ha crecido en tamaño. Un cálculo estimativo conservador, da un número de sesenta y cinco mil personas. Desafortunadamente, la mayoría de ellos es muy pobre y puede ayudar muy poco financieramente para construir la nueva iglesia.  Tengo confianza que muchos de ellos ayudarán dentro de sus medios, pero voy a tener que descansar mucho en la ‘ayuda de casa’. Los planes para la nueva iglesia están rápidamente tomando forma. Será considerablemente más grande que la antigua iglesia   - tan grande como la propiedad lo permita. “Nuestras oraciones acompañarán a todo el que pueda ayudar a juntar los US$ 50.000, necesarios para construir una morada decente para Dios en este pequeño rincón de su viña.” (Precious Blood Messenger, septiembre, 1958, págs. 273-274-275-276, Vol.II).