59. Primeras impresiones

“Tierra de contrastes”. Ese es el conciso comentario del Padre Milton Ballor, el más nuevo de los recién llegados – junto con el Padre Thieman – entre los Padres en Chile. En una carta reciente repite el comentario de todo el que ha visitado Chile por primera vez. En ninguna parte de Chile, uno está lejos de las montañas. En los valles puede estar lloviendo, mientras que a la distancia, arriba en las montañas está nevando. El extremo norte de Chile es un desierto estéril, mientras que el sur y el centro reciben lluvia más que suficiente para producir una rica vegetación. 

     Entre la gente hay evidencias de inmensa riqueza y extrema pobreza, una al lado de la otra. 

     Como resultado, el visitante  encontrará las más modernas construcciones junto a las más antiguas. “Tomen como ejemplo la nueva iglesia que estamos construyendo en San José”, escribe el Padre. “La  Iglesia tendrá unos sesenta metros de ancho, sin pilares que impidan la visión desde el altar. Tendrá una altura de unos seis metros de alto en las murallas exteriores. Todos los pilares de apoyo para el techo serán de concreto reforzado. Sin embargo, ¿saben ustedes como están mezclando todo el cemento? ¿y cómo están haciendo toda la excavación para los cimientos? A mano. 

     “Todo el plano de la iglesia fue hecho con una huincha de medir y una gran escuadra de 1.80 mt. Los niveles del suelo fueron verificados usando una manguera llena de agua y un tubo de vidrio atado a cada extremo. Toda la arena y el ripio son entregados  en el terreno, sacados a pala del camión y echados al suelo, luego paleados dentro de carretillas y llevados a un lugar para mezclarlos en el suelo. 

     “¿Y ustedes saben cuánto les pagan a estos hombres por palear y mezclar el cemento durante ocho horas y media diarias? El equivalente a un dólar diario.Esa es la escala de sueldos para ese tipo de trabajo aquí en Chile. Por eso es que la iglesia nueva de San José se puede construir por $ 50.000. o aproximadamente. Con salarios así es comprensible que un hombre que está tratando de mantener a su familia, no tenga reservas  para contribuir a mantener la iglesia. Simplemente no tienen para dar. 

     Los edificios que se están haciendo actualmente, están muy bien construidos. Aquí donde el peligro de un temblor está siempre presente, los arquitectos están muy conscientes de los tremendos cimientos y murallas que se necesitan para sostener un edificio de cualquier tamaño. La iglesia del Padre Paul Buehler, está siendo construida con concreto reforzado hasta el techo. Justo ahora pueden ver el acero que asoma en todos lados, esperando el cemento y el concreto que se coloca alrededor.” (Precious Blood Messenger, enero de 1959, págs.18-19-20-21, Vol.II).