129. Parroquia San José de Garín, ayer y hoy.

Por Bernard Mores

 

              Tienen que verlo para creerlo. Si se quedan una semana, especialmente, sábado y domingo, comprenderían por qué dicen que hay alrededor de 200.000 personas en los límites de la Parroquia de San José, Plaza Garín. Y de esos miles, casi todos son bautizados católicos, incluso aun cuando muchos no han pasado de ese punto. Algunos dicen que es la parroquia más grande de Chile, si no en extensión, al menos en número.

 

Cuando llegué a la Plaza Garín con el Padre John Kostik, hace treinta y cinco años atrás, con el barro hasta los tobillos en la lluvia invernal, la mayor parte de nuestro trabajo era sacramental. Había bautismos a las nueve de la mañana o a las once de la noche – a cualquier hora. Algunos días, en especial en los días de fiesta, había hasta noventa bautizos y muchos sábados treinta o cuarenta. Quizás era una reserva. No había cosas tales como instrucciones pre-bautismales.

 

              Las Primeras Comuniones, después de un mes de preparación de los niños, alcanzaban a varios cientos. Y parece que teníamos que comprarles zapatos a todos. Las Confirmaciones alcanzaban a trescientos o cuatrocientos.- niños – sin formación previa. Tomaba toda la tarde de un domingo.

 

Qué tedioso era antes de Purísima, la fiesta de la Inmaculada Concepción, cuando confesábamos en la mañana y en la tarde a los niños, y a los adultos en la noche. Cuando  cinco de nosotros estábamos en el confesionario hasta la medianoche, con sólo el tiempo para salir, comer algo y una visita al baño.

 

              Ahora las cosas han cambiado. Nuestro trabajo todavía es sacramental, pero todo es programado – bueno casi todo – y permite el tiempo para el trabajo muy importante de la evangelización y formación cristiana.

 

Nuestra gente no tiene un sacerdote por cada setecientos católicos (sólo uno por cada diez mil) y la oportunidad para una educación básica y media católica es casi nula. De manera que debemos tomarlos en relación a los sacramentos.

 

              Para el bautismo los padres deben asistir a ocho instrucciones y lo mismo para la preparación al matrimonio. Los 24 grupos de padres e hijos (48 grupos en total) casi 500 padres y cerca de 650 niños – se reúnen durante dos años en un programa de reuniones semanales en preparación a la Eucaristía.

 

              Los 28 grupos de jóvenes (alrededor de 400 jóvenes por sobre los 16 años) que se reúnen durante dos años en reuniones semanales en preparación a la Confirmación están divididos en diez o más jóvenes cada grupo.

 

              Esto exige mucho trabajo para conseguir y preparar catequistas laicos. Luego están los Encuentros Matrimoniales, las Comunidades Cristianas  de Base, los Boy Scouts, las Niñas Scouts, los ocho grupos de jóvenes, con varios grupos corales y comienzan a tener una idea de la pugna cada semana en la parroquia.

 

Añadan a esto todos los mendigos, los pobres que debemos ayudar (35% de desempleo), la juventud que no tiene suficiente motivación para ir a casa o quizás no tienen un verdadero hogar y sólo se aferran a la parroquia.

 

              ¿Cómo atendemos a toda esta gente? Ese es el problema. La parroquia creció igual que “Topsy”.

 

En un sábado después de almuerzo hay grupos de niños o adultos para el catecismo en dos o tres oficinas de la parroquia. Hay otro grupo dentro de la casa parroquial en el living, otro en la sacristía, la iglesia y las tres pequeñas piezas que están en el subterráneo de la iglesia. También hay grupos en las salas de clases del colegio, pero se puede usar un número limitado de clases porque los pupitres son muy pequeños. Y todavía hay seis o siete personas en la cocina.

 

              Reina un completo desorden porque las reuniones y los grupos están muy juntos. Un pequeño baño sirve indiscriminadamente tanto para hombres como para mujeres.

 

Qué felices estaríamos con un edificio parroquial con suficientes oficinas y suficientes salas de reuniones para atender como un centro de formación cristiana para el gran número de fieles de la parroquia San José.

 

Podemos tener la mejor de las intenciones, pero el trabajo no se puede hacer bien sin las facilidades apropiadas. (Cincinnati CPPS Newsletter, Nº172, octubre 1983, págs.1343-1344-1345-1346).

 

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