109. SEMANA DE SAN GASPAR

Por Barry Fischer

 

              La semana  de San Gaspar fue celebrada de un modo especial este año en nuestro colegio de  Educación Media en Santiago que lleva el nombre de nuestro Fundador (Saint Gaspar College).  Aparte de las actividades habituales, decidimos tener una “misión a la antigua” con los estudiantes, profesores y padres. Bueno, misión ¡sí!, a la antigua, ¡no tanto!

 

              Durante largo tiempo, nosotros los de la Comunidad Pastoral estuvimos preocupados de hacer que la gente se comprometiera más con las actividades pastorales. Nuestros antiguos llamados para hacer retiros, talleres de trabajo, etc., no tenían respuesta. De manera que decidimos arriesgarnos probando una experiencia que las parroquias de nuestra diócesis estaban haciendo desde hacía dos años con relativamente buenos resultados. Nuestro Vicario Episcopal había formado un equipo de laicos, generalmente asistido por un sacerdote o religioso para ir a un sector y “misionarlo”.  La meta principal era hacer que la gente saliera de las casas y se juntara en una experiencia común de fe y amistad. Las Hermanas de la Preciosa Sangre Mary Louise y Dorothy, junto conmigo, habían estado comprometidas en varias misiones parroquiales y estábamos muy entusiasmados con las respuestas de la gente. El Vicario decidió entonces probar la misión en nuestros colegios católicos como una manera de estimular allí las verdaderas comunidades cristianas. Reunimos a varios matrimonios, a profesores y estudiantes de nuestro colegio para comenzar un curso de cinco meses de preparación para convertirlos en “misioneros” oficiales. El St. Gaspar fue uno de los tres colegios de nuestra diócesis en participar en este proyecto piloto. Bastante entusiasmados nosotros, pero algo recelosos de la respuesta por parte de la comunidad del colegio, y con mucha confianza en el Espíritu Santo, emprendimos la tarea en el St. Gaspar.

 

              La semana que elegimos no fue la mejor, ya que los alumnos estaban recargados con los exámenes y teníamos una competencia del Festival de la Primavera de los Jóvenes que se celebra todos los años. Sin embargo, quedamos encantados de encontrar que la primera noche de la misión de siete días, había 120 personas entre  padres, estudiantes y profesores. La asistencia de toda la semana se mantuvo ¡entre 100 y 120!

 

              No pasó mucho tiempo hasta que el entusiasmo de la misión animó la atmósfera con muchos cantos, dinámicas de grupo y discusiones, entre todos los grupos, sin fijarse en la edad o en la preparación. Cada noche había dos o tres temas cortos con ayuda visual, cada uno entregado por un integrante del equipo. El tema de base de la semana era la comunidad, comenzando con esa Primera Comunidad de la Santísima Trinidad... hasta las iglesias primitivas y hasta el actual resurgimiento de los grupos cristianos.

 

              A medida que progresó la semana, se formaron amistades y surgió un real espíritu de grupo. La última noche de la misión seis o siete grupos decidieron  seguir reuniéndose semanalmente para discutir y profundizar sus propios compromisos de fe, que entonces renovaron solemnemente en la liturgia de cierre.

 

              Nosotros como misioneros, ahora tenemos otro trabajo, al menos inicialmente, ya que debemos acompañar a estas nuevas pre-comunidades en sus recién formados compromisos cristianos. Y el Vicario querría que llevemos esta experiencia durante el próximo año escolar a otros colegios católicos.

 

              La semana de San Gaspar, 1976, será recordada por largo tiempo como “algo especial”, al menos por aquellos que asistieron a la misión. Y esperamos que sus efectos se vean por mucho tiempo en nuestros compromisos, a medida que aquellos misionados ¡comiencen a fermentar la masa! (Cincinnati C.PP.S. Newsletter, Nº 60, febrero 19, 1977, págs.466-467)