Encuentro y Sorpresas
Por
John Falter, C.PP.S.
A fines del verano de 1963, tuvo lugar la despedida “final” de dos amigos cercanos. El lugar de la partida fue el Campo de Golf de Northmoor en Celina, Ohio. Los amigos éramos, yo mismo y el Padre David Kettleson, mi compañero de clases del Seminario durante trece años. El Padre Dave estaba por partir a las lejanas misiones CPPS en Chile.
Nuestro golf ese día, no fue particularmente profesional en estilo o puntajes; y nuestro divot-digging (hoyo ocasionado por la pelota) pudo muy bien haber sido un poquito más profundo y ancho de lo acostumbrado, porque la perspectiva de la partida impedía cualquier concentración en nuestro juego. Había, sin embargo, un consuelo, sabía que el Padre Dave usaría bien en el apostolado su sólido temperamento heredado de sus ancestros escandinavos y del clima de Wisconsin del norte.
Sólo dos años después, me correspondió la misma misión.
El Padre John E. Byrne, me telefoneó desde su oficina provincial en Dayton. Yo estaba trabajando en St. Edward, Cleveland. Inmediatamente respondí a su solicitud, pero con alguna vacilación, al comprender lo que dejaba detrás: montones de maravillosos amigos. Pero ahora que he llegado a Chile, no puedo decir que lo lamento.
Ya al llegar me sentí recompensado al ver a mi compañero de curso, el Padre Kettleson, saludándome y dándome una entusiasta bienvenida cuando me bajé del avión Canadian. Lo que es más, encontré al Padre Paul Aumen y a todos los otros Padres de la Preciosa Sangre en Santiago, los sacerdotes más amistosos y modernos que jamás encontré. De hecho, su nuevo enfoque del apostolado me “chocó” un poco al principio.
En la joven parroquia de la Población Roosevelt, por ejemplo, encontré una nueva idea. El Padre Donald Thieman, que guía a veinticinco mil ovejas en Nuestra Señora de la Preciosa Sangre está actualmente organizando una “escuela apostólica”. Con esto se propone formar gente para una comunidad verdaderamente apostólica. Nadie se titula en esta escuela; no tiene un número específico de años o cursos. Lo que se espera es una formación más amplia y más profunda. Pero los tres primeros años o etapas ya han comenzado con la ayuda de 24 catequistas adultos laicos.
El Padre Paul Bobay, el vicario, se hace cargo de la formación de los adolescentes catequistas, que también están contribuyendo con su tiempo a la escuela. El futuro contempla planes para la organización de esta juventud y líderes adultos en dos grupos. Un grupo estará orientado hacia la parroquia como tal, y el otro, estará preocupado principalmente con el entorno. El propósito del grupo orientado hacia la parroquia es formar una comunidad cristiana madura. Se refiere a la liturgia, a la instrucción religiosa y a la ayuda social de unos con otros. Los líderes del segundo grupo, por otra parte, trabajarán para resolver los problemas sociales y las injusticias económicas y desigualdades que existen en el vecindario.
Nuestra Señora de la Preciosa Sangre abarca la clase trabajadora. Los comunistas son aquí muy activos.
En nuestras parroquias CPPS de San José y Santo Domingo, encontré más sorpresas. Estas parroquias se han convertido en “parroquias piloto” para el Cardenal Raúl Silva. Los experimentos de nuestros Padres aquí han beneficiado a otras parroquias.
Déjenme interrumpir aquí, y tratar de dar alguna idea de la filosofía que hay detrás de su trabajo.
Las esperanzas de la cristianización práctica de la gente descansan en tres principios: (1) los líderes naturales de la comunidad, (2) la formación de líderes a través de la actividad, (3) la amistad humana como la base de la caridad cristiana.
Las implicancias prácticas de estos principios son interesantes. Por ejemplo, la idea de alcanzar a los padres a través de los hijos simplemente hay que descartarla. El nuevo pensamiento es: Vayan directo a los adultos. Fórmenlos a ellos primero. No es probable que los niños resistan las pruebas de una mala vida en casa; tienen pocas posibilidades de cambiar su entorno.
Así, desde el punto de vista de la cristianización de la gente, al asunto de la influencia debe dársele la mayor consideración. Si es posible, es mejor seleccionar líderes entre personas que ya tienen influencia en la comunidad. La escala es como sigue: primero hombres, segundo mujeres, tercero jóvenes, niños al último.
Otro punto. ¿Quién puede influir mejor en otro que un amigo? El sacerdote debe cultivar la amistad genuina con los laicos. Noté especialmente esta relación familiar entre nuestrossacerdotes CPPS y su gente. ¿Qué sacerdote habla corrientemente de compras con sus líderes laicos en una mesa de desayuno?
Una vez formados en doctrina y en caridad, los apóstoles laicos repiten una y otra vez las lecciones que han aprendido del sacerdote. En otras palabras, van donde sus amigos y trabajan en medio de ellos. Por esta razón, el sacerdote no les pide a sus líderes que vengan a la casa parroquial para su formación. Más bien, él va a sus casas y les instruye allí, en el lugar en que deben vivir su apostolado. Por ejemplo, cuando el Padre Leo Herber comenzó a preparar líderes laicos en San José, hace años atrás, él y sus vicarios les visitaron semanalmente en sus casas durante un año.
A medida que el sacerdote forma a sus líderes, al mismo tiempo, les alienta a empezar a trabajar. Por ejemplo hablar en una reunión de sindicato dominada por los comunistas u organizar una demanda por un mejor servicio en un barrio descuidado.
Todas estas ideas han sido llevadas a la práctica de un modo u otro. Cuando llegué a San José, supe que los Padres Emil Schuwey y David Kettleson tienen un hermoso conjunto de líderes. El Padre Leo Herber con quien trabajo ahora en Pitrufquén, merece un crédito por haber sido quien comenzó con ellos. Dividió San José en diez sectores. A la cabeza de cada sector puso un hombre preparado, cuya tarea era multiplicar su propia formación apostólica.
Los Padres en Santo Domingo han hecho más o menos lo mismo. Pero en vez de buscar principalmente entre los hombres, lo hacen a través de las parejas casadas. El proyecto actual es encontrarse en las casas para mirar TV; sí, pero hacerlo con ojo crítico y luego discutir colectivamente y evaluar lo que se ha visto. El Padre Rocco Cosentino es el párroco de Santo
Domingo y el Padre Richard Woytich es su vicario.
Otra faceta interesante de la vida parroquial de Santo Domingo es la actividad del “Consejo Parroquial”. Todas las organizaciones parroquiales, junto con profesionales, hombres y mujeres de la parroquia, están representados en este consejo, que colabora con el párroco en la administración de la parroquia.
Se me aseguró que el Padre William Frantz había dado una buena mano al organizar este consejo parroquial. El Padre Frantz ahora se ha ido a Perú, La Oroya, arriba en las montañas.
También descubrí una nueva dimensión en el apostolado en los colegios de la Congregación de la Preciosa Sangre. El Padre Paul Schaaf, por ejemplo,
trata de formar futuros líderes cristianos entre los ochocientos niños que asisten ahora al Saint Gaspar College en la parroquia de Santo Domingo. Con esta visión en mente, desarrolla reuniones en pequeños grupos de cinco o seis niños, y junto con eso, una intensa dirección espiritual.
El Padre Milton Ballor ha sucedido al Padre Emil Dinkel como rector. Tiene un colegio de primera clase académicamente, lo que también es un factor importante en la formación de líderes.
Me encontré con un ejemplo del excelente trabajo del Padre William Schenk mientras hojeaba un libro en una librería en el centro de Santiago. En un mostrador había un librito de sesenta y dos páginas titulado: La Formación Religiosa en el Colegio Católico, por William Schenk. Más tarde supe que el Padre también había escrito un libro que pronto se iba a publicar llamado: La Formación Apostólica de los Jóvenes.
El apostolado especial del Padre Bill se centra alrededor del Pedagógico de la Universidad Católica de Santiago. Ha dirigido numerosas tesis y seminarios para estudiantes universitarios. Estas actividades estudiantiles le están dando los hechos y los cálculos necesarios para señalar un camino hacia un mejor sistema escolar en Chile. Al mismo tiempo le dedica bastante tiempo a la capellanía de veinte pequeñas “comunidades cristianas” de estudiantes del pedagógico.
Una actividad igualmente apostólica para el Padre Schenk es su continuo contacto con los alumnos del colegio. Me reuní con veinticinco de ellos durante un fin de semana. Jóvenes y vivaces, inteligentes y alertas, ofrecen una real esperanza para una nueva generación de profesores de colegios fiscales.
Prontos a entrar en el campo de la educación están también los Padres Kenneth Seberger y Gerard Ritzel. En este año, 1966, obtendrán su Master en la Universidad Católica de Santiago. Este título les permite enseñar en cualquier colegio o nivel de educación en Chile.
Con más sacerdotes en el campo de la educación, la Congregación tiene una base más amplia para un apostolado de estilo moderno. Se espera que la formación de futuros líderes laicos desde dentro del sistema escolar, también traerá dividendos a las vocaciones CPPS.
Lo que me lleva a unas pocas “primeras impresiones” sobre nuestros tan esperados seminaristas que estudian con el Padre James Bender.
Una mañana fui a la Universidad Católica a tomar fotos de los Padres Kenneth Seberger y Gerard Ritzel en el entorno escolar. Pero no los encontré. Noté a un estudiante amistoso que estaba por ahí y comencé a conversar con él. Tenía un aire inteligente, seguro de sí mismo, y era un verdadero caballero.
Esa fue mi primera impresión de los seminaristas de la Congregación. Porque este joven, supe, no sólo residía en el Seminario de la Preciosa Sangre, sino que para mi sorpresa, venía de Pitrufquén, la ciudad en donde iba a trabajar, a 700 kilómetros de Santiago.
El Padre Bender explicó que los seminaristas asisten a la Universidad Católica, tomando sus cursos de filosofía y de teología como estudiantes diurnos. Su entrenamiento pastoral es aumentado por su participación en varias tareas apostólicas en la Parroquia de San José. Por ejemplo, ayudan a preparar catequistas laicos y tocan la guitarra durante los servicios paralitúrgicos. La nueva idea de la guitarra en los EE.UU., ¡es cosa antigua aquí!
Le añaden variedad al trabajo de los misioneros de la Preciosa Sangre, los Padres Paul Aumen y Anthony Spitzig. Este último es rector del colegio de San José con 1395 alumnos. La mayoría de ellos son pobres y la mayoría es ignorante de su fe, mientras viven en condiciones habitacionales por debajo de la dignidad humana. En verdad, el Padre Spitzig tiene un lugar importante en la misión de San José.
El Padre Aumen, como también sus predecesores en el cargo de vicario provincial, merecen el mayor crédito, por el trabajo apostólico y progresista de la CPPS en Chile.
Éstas son mis “primeras impresiones” del joven centro de misioneros aprendices en la escena misionera de la Preciosa Sangre en Santiago. Hay por supuesto, otro sector de Chile, el sur, que también tiene su parte en los efectos de las oraciones y trabajo apostólico de los misioneros de la Preciosa Sangre. Desde mi llegada a Pitrufquén, estoy adquiriendo experiencia de primera mano de las distintas facetas de la vida de la misión rural chilena. Quizás más tarde, tendré unas pocas “primeras impresiones” para ustedes sobre la vida en el campo.
Mientras tanto, mantengan sus oraciones por las misiones.
(Precious Blood Messenger, marzo, 1966, págs.48-49-50-5152, Vol.III)