EN SUDAMERICA
Estamos muy contentos de contarles que los Padres de la Preciosa Sangre en Chile han adquirido una residencia permanente como su Casa Madre. Es la parroquia Santo Domingo en Santiago. Escribe el Padre Wilson y describe la iglesia y la casa. "La parroquia está ubicada en la parte oeste de la ciudad, es muy grande y tiene más o menos 17.000 almas. La iglesia es buena, bien construida, y no muy antigua. La casa parroquial es suficientemente grande para recibir a tres sacerdotes. Enfrenta a una calle pavimentada. El Padre Kostik y yo estamos de acuerdo en que es natural que tengamos nuestra casa central aquí en la ciudad. Se pueden agregar varias piezas, y después podemos encargarnos de los pobres y de las misiones alejadas. Adyacente a la propiedad parroquial, hay un colegio de niñas a cargo de unas monjas. En la misma cuadra, las monjas de la Preciosa Sangre tienen otro colegio."
Esta parroquia antiguamente estaba a cargo de los Padres de San Camilo, de España, pero ellos deben regresar a ese país. Y con la parroquia, ellos han venido atendiendo el vecino hospital San Salvador (Hospital del Salvador). En este sentido, el Padre Wilson escribe: "El Cardenal y su mesa directiva han prácticamente insistido en que si nosotros tomamos la parroquia, también debemos tomar el hospital. También sentimos que por el bien de las almas y la futura buena voluntad de la gente debiéramos colocar al menos un sacerdote en el hospital. Esta semana vino a vernos la Madre Superiora de las monjas que trabajan en el hospital. De rodillas y con lágrimas en sus ojos nos suplicó que viniésemos en su ayuda. Su hospital sin un sacerdote no tendría sentido.
Urgidos por todo esto hicimos una visita al hospital. Quedamos asombrados al ver las dimensiones de las instalaciones. Está ubicado muy cerca del centro de la ciudad cubriendo toda una manzana, mucho más grande que nuestras manzanas en los Estados Unidos. Tiene cerca de 1.700 camas, todas en salas comunes. Hay veinte Hermanas y un gran número de enfermeras. Una gran parte del hospital es nueva y renovada, y los doctores son los mejores disponibles en Chile. Nos recibió el doctor, a quien llamaremos, el jefe del equipo, y como había estudiado en los Estados Unidos, hablaba perfectamente en Inglés. La cantidad de bien que se puede lograr para las almas es tremenda. Es el mejor trabajo misionero en sí mismo, y sólo la influencia que el capellán tendrá en los doctores y enfermeras, nos hace sentir que nuestra elección por este trabajo es un paso en la dirección correcta."
El 1 de enero, el Padre John Hoorman, quien hasta ahora ha estado ayudando en la misión de Río Negro, iniciará sus deberes en el hospital. El Padre Hoorman escribe con entusiasmo: "Yo me hice cargo del Hospital de la Armada de los Estados Unidos en Detroit por tres años, pero no me interesaba mucho. Creo que la razón fue que era sólo algo "tangencial" al trabajo parroquial y había muy pocas enfermeras católicas. Es un gran trabajo, pero el Padre Wilson ha prometido ayudar cuando lo necesite, pero no piensen que sé algo de castellano. El Cardenal dijo que lo aprenderé rápido en el Hospital. Pasé tres semanas lejos en el sur, en Río Negro y aprendí un buen poco, pero lo encuentro difícil para hablarlo."
La Navidad en verano fue un poco extraña, pero interesante, para nuestros Padres en Chile. El Padre Lengerich nos hace el siguiente recuento. “La Navidad no fue lo yo esperaba que fuera. El lado positivo de ésta se debió completamente a las Hermanas de la Inmaculada Concepción del Villa María en Santiago. El primer signo de fiesta llegó el miércoles por la tarde, cuando las Hermanas llegaron a la casa con dos bultos grandes. No se puede decir exactamente que las Hermanas estaban vestidas como Santa Claus, pero cuando mostraron lo que traían bajo sus brazos tuve que mirar por segunda vez. Desenvolvieron cuatro medias rojas de doble tamaño, llenas con regalos. Ahora imaginen qué es lo que había en ellas. ¿Qué es lo que diría el instinto femenino? ¿Quizás una naranja, un par de medias, muy probablemente una estola, santitos, etc.? De ninguna manera. Estas Hermanas conocían a los hombres de Estados Unidos. Nos regalaron crema de afeitar, pasta de dientes, alcohol para fricciones, jabón, Aqua Velva, Talco Rosa, loción para las manos, etc. Ahora, ¿no creen Uds. que hay algo femenino en todo esto? "Sin embargo, esto era sólo el comienzo de la Navidad. Después de sentirme mucho más aliviado porque este año no iba a tener que escuchar confesiones hasta tarde en Noche Buena, recibí una llamada de los Padres de Holy Cross, pidiéndome que escuchara confesiones en inglés en la Capilla de la Universidad Católica. En la mañana el Padre Kostik y yo dijimos nuestras Misas en nuestra capilla, cada uno cantando misas Solemnes.
La noche de Navidad se nos invitó a visitar a las Hermanas, del Villa María. Allí nos sentamos al igual que en una mesa norteamericana, cosa más rara estando en Chile, con comida norteamericana, servida a la manera norteamericana. Esto compensó el día, ya que al mediodía estábamos muy desilusionados. Los Padres Wilson, Kostik y yo tratamos de preparar una gallina, que se decía tenía sólo siete años de edad. Así es que no la comimos exactamente, sino que la compartimos en sopa. Y desde esa vez, hemos tomado sopa todos los días. Creo que aún tenemos, guardados los trutros. Ésa fue la Navidad para nosotros. Nos perdimos el mal tiempo y la nieve estuvo muy lejos de nuestro alcance, arriba en las montañas. Hubo algo extra, es decir, fuegos artificiales. Los escuchamos toda la noche, igual que para el Cuatro de Julio en los Estados Unidos".
El 21 de diciembre, el Padre Buehler escribió desde Galvarino. “Estoy aquí con los Padres de Maryknoll 'para foguearnos' por decirlo así con el futuro trabajo en Río Negro. Nos haremos cargo de ese lugar el 19 de febrero. Ciertamente aún no me siento preparado, pero las cosas están tomando forma. El domingo pasado, y ayer, escuché varias confesiones, y para sorpresa mía, fue más fácil de lo que había anticipado. También leí el Evangelio y los avisos durante la Misa, pero no he intentado una prédica. Estoy preparándome para decir unas cuantas palabras en Navidad cuando diga la Misa en la Capilla de Pitrufquén. El párroco de aquí tiene a cargo esa misión y hace unas pocas semanas me preguntó si yo quería acompañarlo en la visita, ya que a caballo, era sólo un viaje de una hora y media. Estuve de acuerdo y cometí un error al decir cuando partíamos: 'Tú guías y yo te sigo'. Tuve que comerme esas palabras. Hicimos el viaje en una hora y cuarto. Y ya que era mi primer viaje a caballo en este país, tuve que curarme varias ampollas. Ahora estoy en buena forma y listo para intentarlo de nuevo. Cuando llegue a Río Negro, tendré que hacer muchos viajes a las diferentes escuelas, de la misma manera".
Además de estos muchos detalles interesantes, los Padres continuaron relatando sus dificultades, y la extrema pobreza en algunos sectores. Sus misiones tienen necesidad de muchos suministros. Es muy urgente la necesidad de ornamentos para que puedan celebrar el Santo Sacrificio con el apropiado decoro. Apelamos a quienquiera ayudarnos para aliviar esta necesidad. Y no olviden de recordar en sus oraciones a las muchas almas desoladas en Chile. (The Gasparian, 16 de enero, 1948, Vol XI, NQ 1, pp. 4‑5)