NUESTROS COLEGIOS EN CHILE
Por Ambrose Lengerich
¿Qué otra Congregación religiosa ha construido diez colegios en sus doce años de misión en Chile? Y, como muestran las cartas en los archivos, la decisión en cada caso nunca fue tomada sin dudas o reservas. Frases como éstas: primero están las necesidades de la casa...los fondos de las misiones están escasos... ¿quién va a dirigir el colegio....es demasiado, sacar los sacerdotes...”, frecuentemente rompían la monotonía de las alentadoras cartas de los EE.UU.
Respuestas como éstas: “no habrá tercero básico el próximo año ya que no hay espacio en esta casa refaccionada...la gente ya ha dado lo suficiente para pagar la mitad del costo....la parroquia patrocinará el nuevo colegio en su medida”, cambiaban el ‘no’ en ‘sí’.
Purranque fue el único lugar que recibimos con escuela parroquial funcionando. En los años cincuenta y cinco y cincuenta y seis, los Padres John Wilson y Emil Schuwey reemplazaron el antiguo edificio para Educación Media. Este año que viene, en marzo, la Congregación Chilena de las Hermanas de la Preciosa Sangre se convertirá en propietaria de los colegios.
De los diez colegios, que una vez estuvieron a cargo nuestro, sólo conservamos el colegio Saint Gaspar College de Santiago. Fundado en 1954 por el Padre Leonard Fullenkamp, ahora es dirigido por el Padre Emil Dinkel. Allí la formación religiosa está en manos de las Hermanas de la Preciosa Sangre de Dayton. Se financia completamente con la matrícula y colegiatura mensual.
Con la escasez de sacerdotes, después del año1965, nos vimos obligados a retirarnos de Pitrufquén, en donde los Padres George Fey y Paul Buehler refaccionaron una casa para escuela básica y construyeron un edificio para educación media a principios de los años cincuenta.
El Padre John Kostik, tan pronto como se dio cuenta que los niños que jugaban a las bolitas en la plaza, no tenían colegio, en 1948, comenzó a solicitar fondos a los amigos. Luego, incluso comenzó a construir, cuando no había espacio suficiente para expandirse en el colegio de la parroquia de San José en Santiago. Con la renuncia del Padre Anthony Spitzig como Rector, se le dejó al Padre James Gaynor la única alternativa de arrendar los edificios al gobierno chileno.
A medida que se añadían nuevas y populosas áreas a la parroquia de San José, aparecieron tres nuevos colegios. Los Padres Samuel Homsey y William Frantz recordarán lo que costó construir los colegios de Roosevelt y Resbalón a principios de los años cincuenta. Estos están ahora en poder de la Corporación Educacional Popular (CEP) y de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Génova. El Colegio de Cerro Navia, está ahora en manos de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, que fue iniciado en un principio por el Padre William Schenk en 1960.
Río Negro, en el sur, fue el primero en dar plena jurisdicción del colegio a una Comunidad Religiosa, a la de las Hermanas de la Caridad del Sagrado Corazón. El Padre John Hoorman inició este colegio en 1953.
Dentro de los últimos diez años, muchos colegios católicos se han visto forzados a cerrar debido a los profesores mal pagados y a la reducción de miembros en las comunidades religiosas dedicadas a la enseñanza. El actual gobierno militar ha hecho algunos esfuerzos para mejorar los problemas financieros. El año que viene todos los estudiantes de educación media de los colegios fiscales deberán pagar matrícula. (Cincinnati CPPS Newsletter, Nº73, diciembre 27, 1977, págs.567- 569)