72. Conciencia Parroquial

 

…Mientras tanto, en el norte, en Santiago, el Saint Gaspar College en la parroquia de Santo Domingo, tuvo una serie de días especiales. El Padre Emil Dinkel, vicario, en una carta reciente describe uno de estos eventos y también añade unos pocos antecedentes para ayudar a entender su propósito o significado especial. 

      “Aquí en Chile”, escribe, “es muy común escuchar mencionar a un chileno: “Seguro, soy católico, fui educado en los jesuitas – o por los Padres Alemanes (Sociedad del Verbo Divino) o por los Padres Franceses (Misioneros del Sagrado Corazón).” Tal afirmación viene a menudo de una persona que no ha estado en una iglesia por motivos religiosos durante muchos años. Por supuesto ese es un triste comentario que se puede hacer sobre un gran número de católicos en Sudamérica. 

      “Más particularmente, sin embargo, la cita connota una falta general de “conciencia parroquial” por parte de los chilenos. Y eso es tan diferente de cómo se acostumbra en los EE.UU. en donde la gente identifica rápidamente su parroquia y con orgullo relata las actividades sociales y espirituales que allí se desarrollan. 

      “Aquí en el Saint Gaspar College hemos comenzado distintas cosas para favorecer el desarrollo de una “conciencia parroquial”  de los niños que están a nuestro cuidado. Con el tiempo esperamos poder añadir más incentivos, pero por lo menos hemos hecho un modesto comienzo. 

      “Queremos que nuestros egresados estén orgullosos del hecho que vienen del colegio St.Gaspar, por supuesto. Pero mucho más deseamos que vayan a su parroquia preocupados con el rol que deberían jugar como católicos practicantes en la propia vida de la parroquia.  

      “El viernes 20 de octubre, el colegio celebró el  Día de la Religión y del País. Este fue el día final de la Semana del Niño, una especie de semana tradicional aquí, en donde   los niños celebran en especial, el Día de la Madre, el Día de la Recreación, el Día del Profesor, el Día de la Patria, el Día de la Religión. 

      “Decidimos que marcaríamos el Día de la Religión, invitando al Arzobispo para que dijera una misa especial para los niños en el patio del colegio. Para la procesión especial y para la Misa, los niños se ubicarían en fila no de acuerdo a la clase que pertenecían sino a la parroquia. Gracias al buen trabajo de las Hermanas C.PP.S. ésta formación especial de los niños resultó espléndidamente. 

      “Los párrocos de las distintas parroquias fueron invitados a asistir junto con los niños de sus parroquias. La invitación se les envió a través de los niños e incluyó la asistencia a un almuerzo y reunión después de las ceremonias. 

      “Como preparación para este día, las Hermanas pintaron letreros para cada una de las parroquias. El número de letreros para las parroquias llegó a 36. Algunas parroquias tienen hasta 77 alumnos en el colegio St. Gaspar, otras tenían uno o dos. Tomó un poco de práctica asegurarse que todos los niños terminaran ordenadamente debajo de los signos apropiados o estandartes; pero las Hermanas, por supuesto, se las arreglaron competentemente. 

      “A medida que comenzaron las ceremonias del Día, los alumnos formaron filas de acuerdo a la clase, y el Arzobispo tomó su lugar en la plataforma que habíamos levantado para que sirviera como altar temporal. Luego di un paso hacia adelante para leer los nombres de las parroquias  representadas en el colegio. A medida que llamaba a cada parroquia individual, un niño de la parroquia caminaba   por la rampa con el estandarte de su parroquia en alto y luego caminaba al puesto que se le tenía asignado. Los niños de esa parroquia en particular, luego salían de las filas de las diferentes clases y se reunían bajo el estandarte de su parroquia. 

      “El Arzobispo luego celebró la Misa y predicó un hermoso sermón apto para la ocasión. 

     “Sólo el tiempo dirá si la impresión de la ceremonia penetró profundo en la mente de los niños como para echar una raíz. Pero en lo que a impresiones se refiere, resultó ser una buena “primera vez.” (Precious Blood Messenger, diciembre, 1961, págs.367-368-369370, Vol.II).