101. Primer sacerdote chileno.

PRIMER SACERDOTE CHILENO 

Por John Kostik 

           Fue un día de gala para los Padres de la Preciosa Sangre en Chile, y para la gente de Pitrufquén, ese glorioso día de primavera, el 24 de noviembre de 1968.            Joe Navarrete y Hauri, CPPS, hijo de la parroquia de Pitrufquén en Chile, cantó su Primera Misa Solemne a las 11 de la mañana, de una soleada y abrigada mañana. 

           Fue ordenado por su amigo, un joven obispo auxiliar de Santiago, Monseñor Fernando Ariztía, en Pitrufquén en la tarde anterior del sábado. La gran mayoría de los sacerdotes CPPS que trabajan en Chile concelebraron la Misa de Ordenación con el obispo. La iglesia estaba colmada con parientes, amigos y feligreses. 

           Pero la gran celebración sería el domingo. No sólo las religiosas y sacerdotes, sino toda la ciudad, se pusieron traje de fiesta y acudieron en masa para participar en esta fiesta poco común. Hasta donde yo sé, no había habido celebración de Primera Misa en esa parroquia hasta esa fecha. La gente de los cerros y de los valles caminó o vino en carreta para estar presente. 

           El nuevo sacerdote fue acompañado hasta el altar por los Padres Paul Buehler, su anterior Vicario Provincial, y John Kostik, su ex párroco, para la Misa concelebrada. 

           El ex párroco del Padre Joe, predicó el sermón, recordando sus contactos con la familia Navarrete, las pruebas del joven seminarista, la llegada de la comunidad de la Preciosa Sangre a Chile, el trabajo, el “cambio de compromiso” de muchos de los sacerdotes, el rayo de esperanza de la Comunidad CPPS en la ordenación de un hijo nativo que había tenido el coraje de levantar el estandarte de la Preciosa Sangre y decir: “¡Sí, Señor!”. 

           Las Hermanas CPPS de Valdivia dirigieron la congregación en los cantos con acompañamiento de guitarras, una forma muy común de música para las iglesias en ese país. 

           Las Monjas Dominicas que dirigen un internado para niñas de la case alta, vecinas nuestras, abrieron su espacioso gimnasio para la recepción que siguió a continuación. 

           ¡Y tenía que ser espacioso! Había más de mil personas. Pero todo estuvo bien dirigido. El Padre Joseph Silvester y sus copárrocos, los Padres Joseph Grilliot y Miguel Lagos, un sacerdote diocesano que vive y trabaja con ellos, tuvieron todo bajo control. 

           Durante la semana que precedió  a la ordenación, tuvieron un programa de media hora en la pequeña radio local, publicando y arreglando el programa. Los feligreses pusieron mesas, bien provistas con lo que los chilenos consideran un buen cóctel, que en los Estados Unidos pasaría por una buena comida. Aquí hubo discursos, cantos y abrazos, “a la chilena”. 

           Pero como el obispo tenía que irse y yo debía irme con él, nos fuimos temprano, alrededor de las 04:00 P.M. El Padre Gerald Ritzel nos dejó en Santiago, alrededor de las 12:00 P.M, a medianoche. 

           El Padre Joe Navarrete, es descendiente hispano-suizo. Su padre era español, su madre, que todavía vive, es suizo-alemana de nacimiento. Convertido del calvinismo, hizo sus estudios en el colegio “Beato Gaspar” de Pitrufquén. Después de seis años allí, continuó en el seminario diocesano preparatorio de Concepción. De allí fue a nuestro seminario en San Bernardo. Sus dos años de filosofía los hizo en el Seminario capuchino de San José de la Mariquina, desde donde fue a los EE.UU. e hizo el año de noviciado en Burkettsville, Ohio. Sus años de teología fueron en Santiago, viviendo en nuestra Casa Central, y estudiando en la Universidad Católica de Chile. El Padre Joe, habla bien inglés, es un buen orador, un buen compañero. Su primer cargo será en Valdivia. (The Gasparian,  febrero 10, 1969, Vol. 32, Nº1, págs. 1, 2 y 3)