La rúcula es una de las verduras más completas para cuidar de nuestra salud. Además de ser beneficiosa para nuestro sistema cardiovascular, también tiene propiedades anticancerígenas. Esta verdura de hojas alargadas y dentadas se emplea habitualmente en Italia como condimento para las pizzas después de ser horneadas.
La rúcula, además, posee una mayor cantidad de nutrientes y, concretamente, tiene el doble de ácido fólico del que posee la lechuga. Se trata de una sustancia importante en todos los grupos de población, pero especialmente en las embarazadas por su papel en la formación de nuevas células.
Es rica en fibra, que estimula la digestión, y en prebióticos, que favorecen el equilibrio del microbioma intestinal. Es rica en provitamina A y vitamina C antioxidante, por lo que cuida la piel, aportándole tonicidad y elasticidad.
No se recomienda, en grandes cantidades, a quienes toman medicamentos anticoagulantes, ya que puede contrarrestar su acción.
Nutrición. La rúcula cruda contiene un 92% de agua, un 4% de hidratos de carbono, un 2,5% de proteínas y una cantidad insignificante de grasa. Una ración de referencia de 100 g (3,5 oz) proporciona sólo 25,1 kcal de energía alimentaria.