El garbanzo es una especie de leguminosa adaptada a todos los continentes. Se trata de una planta herbácea, de aproximadamente 50 cm de altura, con flores blancas o violetas que desarrollan una vaina, en cuyo interior se encontrarán dos o tres semillas como máximo. Su periodicidad es anual.
El garbanzo contiene vitamina K, hierro, fosfato, calcio, magnesio, manganeso, zinc las cuales contribuyen a la construcción y mantenimiento de la estructura y la resistencia ósea. No cabe duda que esta leguminosa es una fuente de alimento completo que debemos de incluir en su dieta diaria.
Son una legumbre rica en proteínas, hidratos de carbono y fibra. Una gran fuente de energía y proteína vegetal, lo que los hace un alimento indispensable contra la anemia o la desnutrición. 100 gramos aportan 364 kilocalorías.
Si padeces de cálculos renales, piedras en la vesícula o exceso de ácido úrico, enfermedad conocida como gota, mejor evitarlos.
Se puede tomar en crema de legumbres, hervido y triturado junto con otras legumbres y verduras. También formando parte de ensaladas, cremas, salsas… Incluso se realiza un tipo de infusión con harina de garbanzo y algo similar al café con garbanzos tostados y molidos.