La sacarina es una sustancia blanca que se comercializa en forma de pequeños comprimidos y que puede endulzar tanto como 234 veces su peso de azúcar. Se obtiene por transformación de ciertos productos extraídos de la brea mineral.
La sacarina es uno de los edulcorantes sintéticos más antiguos. Fue descubierto en 1879 por Ira Remsen y Constantin Fahlberg, de la Universidad Johns Hopkins. Químicamente es una amida o-sulfobenzoica. En la industria alimentaria se conoce con las siglas E954.
La OMS desaconseja el uso de la sacarina o la estevia porque no controlan el peso y pueden tener efectos negativos a largo plazo.
Es un polvo o sólido cristalino blanco, también se comercializa en líquido y en pastillas. La sacarina de sodio o calcio se usa en muchos alimentos de bajas calorías o calorías reducidas. Además se usa en la pasta dental, enjuagues bucales y otros productos del cuidado de los dientes.
La estevia es probablemente la opción más saludable junto con la miel, seguida por el xilitol, eritritol y jarabe de yacón, pero aún deberían usarse con moderación.
Tanto la sacarina como la stevia son opciones para endulzar nuestro café sin que tengamos que preocuparnos por las calorías, aunque presentan algunas diferencias. La sacarina es un edulcorante artificial mientras que la stevia es 100% natural y además tiene propiedades antidiabéticas y antioxidantes.