La ginebra es una bebida alcohólica, más precisamente aguardiente que posee una alta graduación alcohólica por lo que suele tomarse como parte de un coctel. Desde sus orígenes más tempranos en la Edad Media, la bebida ha evolucionado de una medicina herbal a un objeto de comercio en la industria de los licores espirituosos.
Gracias a su sabor a bayas de enebro, la ginebra se puede tomar sola o simplemente con hielo, aunque quizá tenga un sabor fuerte que no agrade a cualquiera. Para suavizar el sabor de la ginebra, puede servirse con agua tónica y hielo y con un toque cítrico de limón o lima, formando así el clásico gin tonic. Una ginebra de 45 grados y unos 100 ml. tiene aproximadamente 263 calorias.
Un consumo excesivo de ginebra puede acarrear riesgos, que van desde problemas hepáticos hasta dependencia del alcohol. También tiene efectos nocivos en los riñones y el corazón. Además, el contenido calórico y el impacto en el sueño deben tenerse en cuenta.
La ginebra estimula el drenaje de los riñones, con lo que es buena para evitar las infecciones urinarias. Pero recordad que para que esto sea posible, debéis beber mucha agua también. Es la combinación de ambos líquidos lo que aporta el efecto beneficioso.