El pollo es la gallina o el gallo jóvenes, sacrificados entre las 5 y las 16 semanas de vida, con un peso entre 1 y 3 kg. En función de la alimentación, el pollo tiene una carne tierna, blanca o ligeramente amarillenta.
Actualmente se crían de manera intensiva en granjas. Contiene proteínas de alto valor biológico (el cuerpo las puede aprovechar con facilidad y son de buena calidad nutricional) y tiene poca grasa aunque predominan las grasas saturadas.
La carne de pollo es fuente importante de nutrientes como proteínas, lípidos, Vitamina 3 y minerales como calcio, hierro, zinc, sodio, potasio y magnesio, entre otros. De fácil digestión. La mayor parte de la grasa corporal del pollo se encuentra en la piel, por lo que al retirarla se reduce el consumo de grasa.
El pollo aporta proteínas de alto valor biológico, es decir, contiene los 9 aminoácidos esenciales para nuestro organismo: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina, muy importante para mantener un buen estado de salud. 100 gramos de pechuga de pollo tienen unas 111 kcal.
Además tiene presente vitaminas del Complejo B y minerales como hierro. La carne de pollo también contiene vitamina A, zinc, tiamina, fósforo y ácido fólico.