El ajo molido es una buena fuente de vitamina B6, hierro y calcio, y es rico en antioxidantes y compuestos que pueden tener efectos beneficiosos para la salud.
Producido a partir de ajo seleccionado, pelado, cortado y deshidratado. Se emplea para aromatizar una elaboración, pero también es muy utilizado en la elaboración de embutidos al tratarse de un potente conservante. Tiene un sabor algo más complejo e intenso que el ajo crudo, aunque sin su picor.
Es un complemento ideal en el aliño de nuestras ensaladas, barbacoas y para platos que requieren tiempos de cocción cortos. Es mejor consumirlo en crudo, ya que evitamos la degradación que puedan sufrir sus compuestos bioactivos al cocinarlo.
Está demostrado que altas dosis de ajo disminuyen la presión sanguínea, estimulan la secreción de jugos intestinales y eliminan la flora intestinal perjudicial. Por otro lado, fortalece el sistema inmunológico, ayudando a prevenir y reducir los síntomas de enfermedades comunes como la gripe o el resfriado.
Beneficios atribuidos al ajo: reducir los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), reducir el riesgo de cáncer, en particular el cáncer gastrointestinal y reducir las concentraciones de azúcar en sangre.