La quinoa es un pseudocereal originario de los Andes, cultivado en Bolivia, Perú y Chile desde hace más de 5000 años.
Es una semilla que consumimos igual que si fuera un cereal. Por su sabor tan agradable, su textura suave y el hecho de que sea apta para el consumo por parte de los celíacos al no contener gluten (así como que tiene un bajo índice glucémico), también es ideal para las personas que sufren de diabetes.
El valor nutricional de la quinua ha sido básicamente reconocido por su proteína de alta calidad, particularmente rica en aminoácidos esenciales y por su contenido de carbohidratos, produciendo bajos índices de glicemia y en general una mejor calidad nutricional y funcional respecto a granos de cereales tales como maíz
Es una semilla saludable y rica en proteínas, considerada por muchos como un grano integral. Un "grano integral" contiene todas las partes originales del grano o semilla, convirtiéndolo en un alimento más saludable y más completo que los granos refinados o procesados.
Previene enfermedades como el cáncer de mama, diabetes de tipo 2, cardiovasculares, gonorrea y tuberculosis entre otras. Además, como contiene sustancias alcalinas (magnesio, calcio y oligoelementos) se utiliza como remedio natural para esguinces y torceduras.
El valor nutricional de la quínoa por 100 gramos de este alimento corresponde a 370 calorías, 14 gramos de proteínas, 64 gramos de carbohidratos, 6 gramos de lípidos, 7 gramos de fibra, 22 miligramos de vitamina C, 47 miligramos de calcio y 4,6 miligramos de hierro, entre algunos nutrientes.
La cocción de la quinoa es sencilla, muy similar a la del arroz. Muy importante lavarla muy bien para quitar la saponina. Se utilizan dos partes de agua (algunos productores recomiendan hasta tres partes) por cada una de quinoa. Aunque por experiencia, 3 partes de líquido es una barbaridad, con dos llega de sobra. Ponemos a calentar el agua con sal. Una vez el agua rompe a hervir, añadimos la quinoa. Dejamos cocer unos 15 minutos, a fuego medio, en una olla tapada.