El mascarpone no es un queso fresco, sino un producto lácteo del norte de Italia, nata y ácido cítrico o ácido acético. Por su consistencia es muy similar al queso crema.
Es un producto saludable. Es rico en vitamina C, vitaminas del grupo B y C, además de minerales como el potasio, el fósforo y el calcio.
Es un queso cremoso, consistente, de color blanco-amarillento muy claro, con sabor dulce y altamente calórico. Aunque técnicamente hablando, el Mascarpone no es un queso, sino el resultado de añadir un cultivo de bacterias a la nata extraída de la leche que se usa en la fabricación del parmesano.
El mascarpone es un queso suave y cremoso que se prepara con nata fresca, a la que se le añade ácido cítrico o zumo de limón. Su sabor delicado, entre la mantequilla y la nata fresca, lo convierte en un ingrediente ideal para postres rellenos y para bocados cremosos como el tiramisú.
Aunque este lácteo no es perjudicial, debemos consumirlo con moderación debido a esa gran cantidad de calorías que contiene. Este queso supera las 400 kilocalorías por cada 100 gramos. El nutriente más abundante en este lácteo es la grasa, que ocupa más del 40% de la composición y son, en su mayoría, saturadas.