Características del Hebreo

El hebreo es una rama de la gran familia de antiguos idiomas semíticos que se hablaban en Mesopotamia, Siria, Palestina y Arabia. Está muy estrechamente relacionado con los idiomas hablados por los antiguos cananeos, fenicios y sirios, y es casi idéntico a los de los moabitas, edomitas y amonitas.

El idioma hablado por los naturales de Canaán apenas si se diferenciaba del hebreo bíblico. Una característica interesante que el hebreo comparte con todos los idiomas semíticos es que la mayoría de sus palabras básicas contienen tres consonantes.

El hebreo escrito de los tiempos bíblicos consistía sólo en consonantes. Las vocales se añadieron cuando el hebreo ya se había convertido en lengua muerta, varios siglos después de Cristo, en un esfuerzo para preservar el conocimiento de cómo se había hablado el idioma. Esas vocales, conocidas como puntos vocálicos, eran puntos y signos añadidos sobre las letras consonantes, debajo y en el centro de las mismas. Las variaciones en las formas verbales son producidas generalmente por un cambio en la vocalización, es decir en el sonido de las vocales. Por ejemplo, en español el tiempo presente del verbo cantar, canto, se puede transformar en el pasado canté y en el imperativo canta, meramente por el cambio de la vocalización.

El verbo escribir en hebreo, contiene tres consonantes: k-t-b. Los ejemplos que siguen mostrarán cómo se generan diversas formas verbales mediante el uso de vocales, sin necesidad de alterar las tres consonantes básicas:

katab, (él) ha escrito

ketob, ¡escribe! (imperativo)

koteb, escribiendo

katub, está escrito

katob, escribir.

En la mayoría de los casos, los pronombres personales se añaden al verbo como prefijos o sufijos. Así la forma "he escrito", katab-ti, consiste en la raíz básica katab y la terminación -ti, que representa el pronombre; y "escribiré",'e-ktob, en el prefijo 'e - y la raíz ktob.

Estas formas gramaticales cortas son la razón para que las oraciones hebreas sean breves, compactas y expresivas. Por ejemplo, el séptimo mandamiento, "No cometerás adulterio" (Éxodo 20: 14), consiste en tres palabras en castellano, pero sólo dos en hebreo: lo' tin'af.

Esta brevedad de las expresiones en hebreo se advierte especialmente en las partes poéticas del Antiguo Testamento.

En la mayoría de los casos, el texto hebreo emplea la mitad de las palabras usadas en la traducción inglesa. Por ejemplo, el Salmo 23 tiene 57 palabras en la Biblia hebrea, pero tiene 103 en español (versión Valera revisada) y 122 en inglés (versión King James); Job 30: 22 tiene sólo seis palabras en hebreo, pero tiene 14 en la versión en español y 18 en inglés.

La estructura de la oración hebrea es muy simple. Generalmente las oraciones son cortas y están relacionadas entre sí por la conjunción "y", que también puede traducirse "así", "pero", "aun", "entonces".

Un ejemplo característico de un gran número de oraciones cortas está en Génesis 12, donde la palabra "y" se halla 28 veces en los primeros 9 versículos de la versión de Valera revisada y 29 veces en la versión inglesa. En el texto hebreo respectivo, la palabra "y" aparece 32 veces. La diferencia se debe a que los traductores vertieron la palabra varias veces mediante palabras equivalentes.

Otra característica del idioma hebreo es la falta de ciertas formas gramaticales. No tiene vocablos compuestos, con excepción de los nombres propios, y una palabra como "terrateniente" sólo se puede expresar por la forma genitiva "tenedor de la tierra".

El idioma hebreo también es pobre en adjetivos y casi no tiene adverbios, lo cual era un inconveniente para los escritores antiguos cuando expresaban pensamientos abstractos.

El idioma hebreo tiene en común con otros idiomas semíticos, una cantidad de sonidos que no existen en las lenguas indoeuropeas: Tiene dos sonidos de h [aspirada] los que se representan con dos caracteres, generalmente transliterados como h y j [ch]. También tiene varios sonidos derivados de s, como s, z, sh, (ts) y s (s suave). Los dos sonidos hebreos 'alef (transliterado ') y 'ayin (transliterado ') no tienen equivalentes en español ni en inglés.

El idioma hebreo originalmente tenía otros sonidos más que posiblemente fueron abandonados antes de la invención de la escritura alfabética hebrea. Uno de ellos era un segundo 'ayin, llamado ghayin, que todavía existe en árabe. La existencia de este último sonido en hebreo se puede reconocer porque los nombres "Gaza" y "Gomorra" comienzan ambos con la misma consonante 'ayin, como también el nombre de Elí, el sumo sacerdote.

Sólo mediante las antiguas traducciones de la Biblia (la Septuaginta griega y la Vulgata latina) sabemos que el nombre de la ciudad condenada donde vivió Lot se pronunciaba "Gomorra" y no "Omorra", y que el nombre del sumo sacerdote del tiempo de Samuel era "Elí" y no "Guelí".

El nombre

La inflexión verbal hebrea

Diferencias Lingüísticas

La Reforma Revivió el Estudio del Idioma Hebreo