12:8

"Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el,

y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente;

y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová."

ויעתק משם ההרה מקדם

לבית־אלויט אהלה בית־אל מים

והעי מקדם ויבן־שם

מזבח ליהוה ויקרא בשם יהוה

וַיַּעְתֵּק מִשָּׁם הָהָרָה, מִקֶּדֶם

,לְבֵית-אֵל--וַיֵּט אָהֳלֹה; בֵּית-אֵל מִיָּם

וְהָעַי מִקֶּדֶם, וַיִּבֶן-שָׁם

מִזְבֵּחַ לַיהוָה, וַיִּקְרָא בְּשֵׁם יְהוָה

LXX:

και απεστη εκειθεν εις το ορος κατ' ανατολας βαιθηλ και εστησεν εκει την σκηνην αυτου βαιθηλ κατα θαλασσαν και αγγαι κατ' ανατολας και ωκοδομησεν εκει θυσιαστηριον τω κυριω και επεκαλεσατο επι τω ονοματι κυριου

Vulgata:

et inde transgrediens ad montem qui erat contra orientem Bethel tetendit ibi tabernaculum suum ab occidente habens Bethel et ab oriente Ai aedificavit quoque ibi altare Domino et invocavit nomen eius

Bet-el.

Ante la necesidad de campos de pastoreo frescos, Abram se trasladó de la proximidad de Siquem a la región del este de Bet-el, unos 30 km. más hacia el sur. Abram levantó su tienda en la cima de una colina entre las ciudades de Bet-el y Hai. Se hace referencia a la ciudad aquí con el nombre que llevó en tiempos posteriores. Todavía recibía el nombre de Luz en tiempos de Abram (cap. 28: 19). Esta ciudad cananea, llamada ahora Beitin, está a unos 16 km. al norte de Jerusalén. Le cupo un papel importante en la vida de Jacob (caps. 28: 19; 35: 1), y fue una de las primeras ciudades de Canaán conquistadas por Josué. Durante el período del reino dividido, uno de los dos lugares del culto idolátrico de Israel estuvo ubicado allí (1 Rey. 12: 28, 29). Los eruditos han

identificado la actual Et-Tel con Hai, debido a la semejanza de los nombres, pues Hai es un nombre hebreo que significa "ruina", al paso que Tel es un nombre arábigo que significa un lugar de ruinas. Sin embargo, esta identificación es dudosa.

Edificó allí altar.

Dondequiera que Abram levantaba su tienda, erigía un altar (Gén. 12: 7; 13: 18), y realizaba un culto público para los miembros de su familia y para los vecinos paganos. El culto era probablemente sencillo, pues consistía esencialmente en oración. Pero la ofrenda de un animal sacrificado y fuera de duda una exhortación evangelística, así como el gran número de criados a quienes Abram llevó a un conocimiento de Jehová debe haber hecho impresionantes tales ocasiones (ver caps. 14: 14; 18: 19).

Muchos mantienen su fe en secreto, temerosos de confesarla, pero no Abram. Doquiera fue, confesó a Aquel en quien confiaba y a quien obedecía. Sus altares, esparcidos por el campo de Palestina, se convirtieron en monumentos recordativos del único Dios verdadero.

Los cananeos, cuya iniquidad no había llegado todavía al colmo (cap. 15: 16), pudieron así conocer al Creador del universo, y mediante el precepto y el ejemplo de Abram fueron exhortados a descartar sus ídolos y adorar a Dios. Abram fue el primer "misionero al extranjero" pues viajó incansablemente por Palestina y predicó a Dios doquiera levantaba su tienda. Isaac y Jacob también fueron llamados por Dios para pasar su vida en esa tierra. Aunque ellos no siempre fueron ejemplos resplandecientes de la verdad, los cananeos no podían menos que ver la diferencia entre su propia forma de vida y la de los hebreos. Cuando llegara el tiempo de su juicio, no podrían negar que Dios les había proporcionado las oportunidades necesarias para aprender de él.

12:7 12:9