15:2

"Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?"

ויאמר אברם אדני יהוה מה־תתן־לי ואנכי הולך ערירי ובן־משק ביתי

הוא דמשק אליעזר

,וַיֹּאמֶר אַבְרָם, אֲדֹנָי יְהוִה מַה-תִּתֶּן-לִי

,וְאָנֹכִי, הוֹלֵךְ עֲרִירִי; וּבֶן-מֶשֶׁק בֵּיתִי

הוּא דַּמֶּשֶׂק אֱלִיעֶזֶר

LXX:

λεγει δε αβραμ δεσποτα τι μοι δωσεις εγω δε απολυομαι ατεκνος ο δε υιος μασεκ της οικογενους μου ουτος δαμασκος ελιεζερ

Vulgata:

dixitque Abram Domine Deus quid dabis mihi ego vadam absque liberis et filius procuratoris domus meae iste Damascus Eliezer

Señor Jehová

אדני יהוה

'dny yhwh ['Adonai Yahweh].

La combinación "Señor Jehová", aparece aquí por primera vez. Reconociendo en Dios a su Señor, Gobernante y Monarca, Abram se dirigió a él como a 'Adonai, "Señor", y añadió a eso el nombre personal divino "Jehová".

Ando sin hijo.

El temor de Abram no se debía tanto a posibles represalias militares como a que todavía no tenía un heredero. Para otros problemas más inmediatos, su mente

recurría a la promesa divina que lo había llevado a Canaán en primer lugar. Siendo que no tenía hijos, ¿cómo podría realizarse la promesa de Dios de que él llegaría a ser el progenitor de una gran nación?

El mayordomo de mi casa.

Los registros mesopotámicos, particularmente de los tiempos patriarcales de la

ciudad de Nuzi, han ayudado a entender este pasaje que hasta entonces era oscuro. Esos registros muestran que una pareja rica que no tuviera hijos podía adoptar a uno de sus esclavos, que llegaba a ser el heredero de toda su propiedad, y que también los cuidaba en su ancianidad. Los derechos y deberes relacionados con la adopción eran escritos, sellados y luego firmados por varios testigos así como por las dos partes del convenio. Abram temía que no le quedara otro camino sino seguir la práctica común de su tiempo y adoptar como su hijo legal y heredero a su servidor más digno de confianza, Eliezer de Damasco. Este pensamiento se expresa primero en la frase hebrea que la RV traduce como "mayordomo de mi casa". literalmente: "el hijo de la posesión de

mi casa", lo que significaba "aquel que será el heredero de mi casa".

El mismo pensamiento claramente se repite con las palabras: "He aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa" (vers. 3). Todos los anhelos, sufrimientos y desengaños de los años de la vida matrimonial de Abram se expresan en este lamento, que nadie nacido de él sino sólo uno nacido en su casa sería su heredero. Eliezer, nacido en la casa de Abram, y criado como todos los otros siervos de Abram en el temor del Señor, no sólo era un esclavo digno de confianza sino un fiel seguidor del patriarca.

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