3:5

"Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos,

y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal."

כי ידע אלהים כי ביום אכלכם ממנו

ונפקחו עיניכם והייתם כאלהים

ידעי טוב ורע

,כִּי, יֹדֵעַ אֱלֹהִים, כִּי בְּיוֹם אֲכָלְכֶם מִמֶּנּוּ

,וְנִפְקְחוּ עֵינֵיכֶם; וִהְיִיתֶם, כֵּאלֹהִים

יֹדְעֵי, טוֹב וָרָע

LXX:

ηδει γαρ ο θεος οτι εν η αν ημερα φαγητε απ' αυτου διανοιχθησονται υμων οι οφθαλμοι και εσεσθε ως θεοι γινωσκοντες καλον και πονηρον

Vulgata:

scit enim Deus quod in quocumque die comederitis ex eo aperientur oculi vestri et eritis sicut dii scientes bonum et malum

Satanás procedió a dar una razón plausible para la prohibición de Dios.

Acusó a Dios de:

(1) Envidiar la felicidad de sus criaturas. En realidad dijo Satanás: "Creedme, no es por temor de que muráis por el fruto de este árbol por lo que os lo ha prohibido, sino por temor de que os convirtáis en rivales de vuestro mismo Amo".

(2) Falsedad. Satanás acusó a Dios de que había mentido cuando dijo que la muerte seguiría al acto de comer del fruto.

Los requisitos de Dios fueron colocados en la luz más horrible y censurable. Satanás trató de confundir la mente de Eva mezclando la verdad con la mentira, a fin de que a ella le resultara difícil distinguir entre las palabras de Dios y las suyas.

La expresión "el día que comáis de él" sonaba como similar a lo que Dios había hablado (cap. 2: 17), como también la frase "sabiendo el bien y el mal".

La promesa "serán abiertos vuestros ojos" implicaba una manifiesta limitación de la vista, que podría ser eliminada siguiendo el consejo de la serpiente.

Seréis como Dios

Es correcta esta traducción en vez de "dioses", como aparecía en la versión Reina-Valera antes de la revisión de 1960, pues la palabra 'elohim que está en este pasaje también se halla en los vers. 1, 3 y 5 donde se la ha traducido como "Dios". La traducción correcta es: "Seréis como Dios".

Esto revela ostensiblemente la naturaleza blasfema de las palabras de Satanás y la plena gravedad de su engaño: "Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo" (Isaías 14: 12-14).

Inspiración

Dios no consulta nuestras opiniones ni preferencias. Conoce lo que no conocen los seres humanos: los resultados futuros de cada movimiento, y por lo tanto nuestros ojos debieran dirigirse a él y no a las ventajas mundanales presentadas por Satanás.

Satanás nos dice que si le prestamos atención, alcanzaremos grandes alturas de conocimiento. Seréis como dioses, le dijo a Eva, si comiereis del árbol prohibido por Dios.

Fue muy leve la prueba dada a Adán y a Eva, pero no pudieron soportarla. Desobedecieron a Dios, y esa transgresión abrió las compuertas de la calamidad sobre nuestro mundo.