15:13

"Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años."

ויאמר לאברם ידע תדע כי־גר יהיה זרעך בארץ לא להם ועבדום וענו

אתם ארבע מאות שנה

וַיֹּאמֶר לְאַבְרָם, יָדֹעַ תֵּדַע ,כִּי-גֵר

יִהְיֶה זַרְעֲךָ בְּאֶרֶץ לֹא לָהֶם וַעֲבָדוּם, וְעִנּוּ

אֹתָם--אַרְבַּע מֵאוֹת, שָׁנָה

LXX:

και ερρεθη προς αβραμ γινωσκων γνωση οτι παροικον εσται το σπερμα σου εν γη ουκ ιδια και δουλωσουσιν αυτους και κακωσουσιν αυτους και ταπεινωσουσιν αυτους τετρακοσια ετη

Vulgata:

dictumque est ad eum scito praenoscens quod peregrinum futurum sit semen tuum in terra non sua et subicient eos servituti et adfligent quadringentis annis

Este sueño -o quiza fue una visión- le aclaró a Abram las promesas que le habían sido hechas previamente. La información adicional, ahora revelada, le aclaró que no podía esperar una posesión inmediata de Canaán. Pero se presenta la seguridad de la promesa en la forma más vigorosa de que es capaz el idioma hebreo.

Ten por cierto.

ידע תדע yd' thd'

La frase puede traducirse literalmente: "sabiendo, sabrás". Quizá Abram se preguntó muchas veces cuánto tiempo más tendría que permanecer siendo extranjero en la tierra prometida, y cómo podría él alguna vez realizar el cumplimiento de las promesas de Dios. Esta revelación no dejó ninguna duda en cuanto a que seguiría siendo peregrino mientras viviera, lo mismo que sus cuatro generaciones de descendientes que todavía no habían nacido. En la visión no se menciona la tierra en la cual peregrinarían, pero su cumplimiento indica con claridad que se trataba tanto de Canaán como de Egipto. Puesto que Canaán dependió económicamente de Egipto durante los días de Abram e Isaac, y era también dependiente en el sentido político durante los reyes hicsos, en el tiempo de Jacob y José, no es extraño encontrar que ambos países estaban incluidos en la forma singular "tierra ajena".

Será esclava.

Cuán extraño debe haberle parecido a Abram que sus descendientes, acerca de los cuales se habían hecho tan maravillosas promesas, habían de ser esclavos de aquellos en cuyo medio vivirían. Esta profecía se cumplió a su debido tiempo. Su nieto Jacob fue siervo de Labán durante 20 años (cap. 31: 41). Su bisnieto José aún fue vendido como esclavo, y más tarde puesto en prisión (caps. 39: 1; 40: 4). Finalmente todos los descendientes de Israel fueron esclavizados en Egipto (Éxodo 1: 13, 14).

Será oprimida.

Esa etapa de la historia de Israel había de incluir no sólo servidumbre sino también aflicción y persecución. El cumplimiento de esta profecía puede comprobarse prácticamente en cada generación durante cuatro siglos: Isaac, el hijo de Abram fue "perseguido" por Ismael (Gál. 4: 29; cf. Gén. 21: 9). Jacob huyó de Esaú para salvar su vida (Gén. 27: 41-43) y más tarde de Labán (cap. 31: 2, 21, 29). José fue vendido como esclavo por sus propios hermanos y más tarde injustamente arrojado en la cárcel (caps. 37: 28; 39: 20). Finalmente los hijos de Israel fueron grandemente oprimidos por los egipcios después de la muerte de José (Éxodo 1: 8, 12).

Cuatrocientos años.

Las preguntas que se han de contestar son: (1) ¿Es éste el tiempo de aflicción, o el tiempo de permanencia en Egipto, o ambas cosas? (2) ¿Cómo se relacionan estos 400 años con los 430 de Éxodo 12: 40, 41 y Gál. 3: 16, 17?

La declaración de Éxodo 12: 40, es a saber, que "el tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años", parece implicar que los hebreos estuvieron realmente 430 años allí, desde la entrada de Jacob hasta el éxodo. Es evidente, por Gál. 3: 16, 17, que éste no puede ser su significado. Allí se dice que la ley fue promulgada en el Sinaí 430 años después del pacto entre Dios y Abram. Si Pablo se refiere a la primera promesa hecha a Abram en Harán (Gén. 12: 1-3), los 430 años comenzaron cuando Abram tenía 75 años (cap. 12: 4). Los 400 años de aflicción comenzarían pues 30 años más tarde, cuando Abram tenía 105 y su hijo Isaac 5 años de edad (cap. 21: 5). Esto ocurriría por el tiempo cuando Ismael, que "había nacido según la carne", "perseguía [a Isaac] al que había nacido según el Espíritu" (Gál. 4: 29; Gén. 21: 9-11).

El tiempo exacto desde el llamado de Abram hasta la entrada de Jacob en Egipto

fue de 215 años (ver Gén. 12: 4; 21: 5; 25: 26; 47: 9), lo que dejaría 215 años de los 430 como el tiempo que realmente pasaron allí los hebreos. Por esta razón, los 430 años de Éxodo 12: 40 deben incluir la permanencia en Canaán tanto como la estada en Egipto, desde la vocación de Abram hasta el éxodo.

La LXX traduce así Éxodo 12: 40: η δε κατοικησις των υιων ισραηλ ην κατωκησαν εν γη αιγυπτω και εν γη χανααν ετη τετρακοσια τριακοντα ("Y la permanencia de los hijos de Israel, mientras habitaron en la tierra de Egipto y la tierra de Canaán, fue de cuatrocientos treinta años").

La tierra de Canaán dependía tanto de Egipto durante el período patriarcal, que los faraones de Egipto en realidad la consideraban como suya y se referían a ella como tal. Durante la dinastía XVIII, cuyos faraones dominaron tanto a Palestina como a Siria, Moisés podía incluir apropiadamente a Canaán dentro de los términos de Egipto como lo hizo en Éxodo 12: 40.

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