7:16

"Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta."

LXX:

και τα εισπορευομενα αρσεν και θηλυ απο πασης σαρκος εισηλθεν καθα ενετειλατο ο θεος τω νωε και εκλεισεν κυριος ο θεος εξωθεν αυτου την κιβωτον

Vulgata:

et quae ingressa sunt masculus et femina ex omni carne introierunt sicut praeceperat ei Deus et inclusit eum Dominus de foris

Jehová le cerró la puerta.

Esta declaración hace resaltar la naturaleza milagrosa de los acontecimientos de la semana que precedió inmediatamente al diluvio. Este acto divino significó también que el tiempo de gracia de la raza caída había llegado a su fin. Así como en los días de Noé la puerta de la misericordia se cerró poco antes del día del castigo de Dios, así también en estos últimos días el pueblo de Dios ha de ser amonestado:

"Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos."(Isaías 26: 20, 21).

"Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre." (Mateo 24: 37-39).

"Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos." (2 Pedro 3: 6-7).

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