11:9

"Por esto fue llamado el nombre de ella Babel,

porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra,

y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra."

על־כן קרא שמה בבל

כי־שם בלל יהוה

שפת כל־הארץ ומשם

הפיצם יהוה על־פני כל־הארץ

,עַל-כֵּן קָרָא שְׁמָהּ, בָּבֶל, כִּי-שָׁם בָּלַל יְהוָה

שְׂפַת כָּל-הָאָרֶץ; וּמִשָּׁם

הֱפִיצָם יְהוָה, עַל-פְּנֵי כָּל-הָאָרֶץ

LXX:

δια τουτο εκληθη το ονομα αυτης συγχυσις

οτι εκει συνεχεεν κυριος τα χειλη πασης της γης

και εκειθεν διεσπειρεν αυτους κυριος ο θεος επι προσωπον πασης της γης

Vulgata:

et idcirco vocatum est nomen eius Babel

quia ibi confusum est labium universae terrae

et inde dispersit eos Dominus super faciem cunctarum regionum

Babel.

Mediante un juego de palabras, los hebreos vincularon el nombre de la ciudad, Babel, con el verbo hebreo balal, "confundir". Sin embargo, habría sido extraño que los babilonios hubieran derivado el nombre de su ciudad de una palabra hebrea. Los antiguos textos babilonios interpretan Bab-ilu o Bab-ilanu con el significado de "puerta de dios" o "portón de los dioses". Sin embargo, es posible que este significado fuera secundario y que el nombre procediera originalmente del verbo babilonio babalu, que significa "esparcir" o "desaparecer".

Quizá los babilonios no estuvieron particularmente orgullosos de un nombre que les recordaba la culminación afrentosa de los planes anteriores para la ciudad, y por eso inventaron una explicación que hizo que apareciera el nombre como un compuesto bab, "puerta" e ilu, "dios" (ver com. de cap. 10: 10).

La mayor parte de los comentadores modernos explican el relato de la construcción de la torre y la confusión de lenguas como pura leyenda, o como una gran exageración de alguna tragedia que ocurrió durante la construcción de la histórica torre de Babilonia, en forma de templo, que era un zigurat. En contraposición con lo que han afirmado muchas obras populares acerca de arqueología bíblica, los arqueólogos no han encontrado ninguna evidencia de que jamás hubiera existido la torre de Babel. La tablilla K3657 -muy fragmentaria - del Museo Británico, que con frecuencia se ha citado como una referencia al relato de la construcción de la torre de Babel y a la

confusión de lenguas, en realidad no hace referencia ninguna a este acontecimiento, como lo han demostrado estudios posteriores y una mejor comprensión de este texto. El que únicamente cree en los relatos bíblicos que son corroborados por una evidencia externa, rehusará creer en el relato de Gén. 11. Sin embargo, el que cree que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios, aceptará como auténtica esta narración junto con todos los otros relatos de la Biblia.

La pasión de los habitantes de la Mesopotamia por construir elevadas torres no cesó con la primera tentativa frustrada de erigir una que llegara hasta el "cielo". Continuaron edificando torres en forma de templos o zigurats durante toda la antigüedad. Todavía existen varias de tales ruinas. La que está mejor conservada se halla en Ur, el hogar original de Abrahán. Se desconoce la ubicación exacta de la torre original. Fue reemplazada probablemente por una torre-templo erigida posteriormente en Babilonia. Una antigua tradición judía, probablemente basada erróneamente en las ruinas del siglo VII, ubica la torre de Babel en Borsippa, una ciudad ubicada a unos 15 km. al sudoeste de Babilonia. Una ruina imponente de unos 48 m de altura es todo lo que resta de una antigua torre erigida en Borsippa, que una vez consistió en siete plataformas coronadas por un templo. Algunas inscripciones de Nabucodonosor halladas debajo de los fundamentos de la construcción declaran que él completó la edificación de esa torre, cuya erección había comenzado un rey anterior.

El historiador judío Josefo atribuye la torre a Nimrod, tradición que ha sido perpetuada por la población local debido al nombre que tiene, Birs-Nimrud. Al igual que todos los edificios babilonios, esta torre fue construida de ladrillos y betún y las ruinas muestran las marcas de numerosos rayos que la hirieron en siglos pasados. La acción de ese intenso calor ha soldado los ladrillos superiores y el asfalto convirtiéndolos en una sólida masa. Durante siglos, los viajeros han descrito los efectos del fuego celeste sobre la torre, generalmente con referencia a los sucesos narrados en Gén. 11.

Sin embargo, no debiera olvidarse que la torre de Borsippa fue construida no antes del siglo VII AC por Asurbanipal y Nabucodonosor. Cualquiera que haya sido la ubicación de la primera torre de Babel, han desaparecido todos los rastros de la estructura original. Es más probable que la antigua torre de Babel hubiera estado en el lugar del templo en forma de torre de la ciudad de Babilonia, que una vez estuvo en la zona del templo de Marduk, en la orilla oriental del Eufrates. Algunas tradiciones babilónicas pretendían que su fundamento había sido colocado en tiempos muy remotos. Varios reyes restauraron la torre durante el curso de su historia. Nabucodonosor fue el último que lo hizo. Esta torre es descrita con detalles por el historiador griego Herodoto y también por un texto cuneiforme babilonio. Tenía siete plataformas y una altura total de unos 76 m. El rey persa Jerjes la destruyó completamente junto con la ciudad de Babilonia en 478 AC. Con el propósito de reedificar la torre, Alejandro Magno hizo despejar los escombros, pero murió antes de que se pudiera realizar su plan. No queda nada en absoluto del más alto y más famoso templo en forma de torre de la antigua Mesopotamia, con excepción de las piedras del fundamento y los peldaños más bajos de sus antiguos escalones. El hecho de que desde los tiempos de Jerjes no se pudiera ver nada de esta torre, al paso que otra en la vecina Borsippa permaneciera en pie, quizá sea la razón para que judíos y cristianos relacionaran el relato de Gén. 11 con las ruinas de Borsippa.

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