11:1

"Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras."

ויהי כל־הארץ שפה

אחת ודברים אחדים

וַיְהִי כָל-הָאָרֶץ, שָׂפָה אֶחָת, וּדְבָרִים, אֲחָדִים

LXX:

και ην πασα η γη χειλος εν και φωνη μια πασιν

Vulgata:

erat autem terra labii unius et sermonum eorundem

Una sola lengua.

Literalmente "un labio y una clase de palabras", lo que indica no sólo un idioma que entendían todos sino también la ausencia de diferencias dialectales. Todos los hombres tenían la misma pronunciación y el mismo vocabulario. La unidad de idioma va junto con la unidad de origen; además, un idioma común es un poderoso estímulo que promueve la unidad de pensamiento y acción. Las investigaciones modernas en el campo de la gramática comparativa han demostrado concluyentemente que todos los idiomas conocidos se relacionan y que proceden de un idioma original común. Pero ningún científico podría decir si alguno de los idiomas conocidos se parece a aquel idioma original.

Es posible, y aun probable, que alguno de los idiomas semíticos, como el hebreo o el arameo, sea similar al idioma que hablaron los hombres antes de la confusión de lenguas. Los nombres personales del período precedente a la confusión de

lenguas, hasta donde puedan ser interpretados, tan sólo tienen sentido si se los considera originalmente semíticos.

El libro del Génesis, que es el registro que contiene esos nombres, está escrito en hebreo que es un idioma semítico, por un autor semita y para lectores semitas. Por lo tanto, también es posible, aunque es improbable, que Moisés tradujera al hebreo esos nombres de un idioma original desconocido, para que sus lectores pudieran comprenderlos.

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