12:3

"Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren

maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra."

ואברכה מברכיך ומקללך אאר

ונברכו בך כל משפחת האדמה

;וַאֲבָרְכָה, מְבָרְכֶיךָ, וּמְקַלֶּלְךָ, אָאֹר

וְנִבְרְכוּ בְךָ, כֹּל מִשְׁפְּחֹת הָאֲדָמָה

LXX:

και ευλογησω τους ευλογουντας σε και τους καταρωμενους

σε καταρασομαι και ενευλογηθησονται εν σοι πασαι αι φυλαι της γης

Vulgata:

benedicam benedicentibus tibi et maledicam maledicentibus

tibi atque in te benedicentur universae cognationes terrae

Bendeciré.

Una seguridad tal fue la promesa de amistad y favor más excelsa que Dios pudo conferir a Abram. Dios consideró como propios los insultos y agravios hechos a su amigo y le prometió hacer causa común con él, compartir sus amigos y tratar a sus enemigos como si hubieran sido los suyos propios. Abram fue "amigo de Dios" (Sant. 2: 23).

Todas las familias de la tierra.

La palabra hebrea aquí traducida "tierra", אדמה 'dmh ['adamah], significa esencialmente "terreno", o "suelo". Se incluye a todas las naciones y todos los siglos. Fue la "tierra" que había recibido la maldición después de la caída (Gén. 3: 17), el mismo suelo del cual originalmente había sido hecho el hombre.

Esa maldición había sobrevenido debido a la infidelidad de un hombre (Rom. 5: 12), y ahora todas las familias de la "tierra" habían de recibir una bendición por la obediencia de un hombre que fue hallado fiel. Los cristianos de hoy, como sus descendientes espirituales, comparten la bendición impartida a Abram (Gál. 3: 8, 29).

La bendición que le fue concedida finalmente uniría a las familias divididas de la tierra, y cambiaría la temible maldición pronunciada sobre la tierra, debido al pecado, transformándola en una bendición para todos los seres humanos. Todas las promesas siguientes dadas a los patriarcas y a Israel aclararon o ampliaron la promesa de la salvación ofrecida a toda la raza humana en la primera promesa hecha a Abram.

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