9:4

"Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis."

LXX:

πλην κρεας εν αιματι ψυχης ου φαγεσθε

Vulgata:

excepto quod carnem cum sanguine non comedetis

Carne con su vida.

La prohibición se aplica a comer carne con sangre, ya fuera de animales vivos como había sido la bárbara costumbre de algunas tribus paganas del pasado, o de animales sacrificados que no hubieran sido bien desangrados. Entre otras cosas, esta prohibición era una salvaguardia contra la crueldad y un recordativo del sacrificio de animales, en los cuales la sangre, como portadora de la vida, era considerada sagrada. Dios previó que el hombre, al caer como fácil víctima de las creencias supersticiosas, pensaría que participando del líquido vital, su propia vitalidad sería vigorizada o prolongada. Por estas razones y probablemente por otras que ahora no resultan claras, fue irrevocablemente prohibido comer carne con sangre.

Los apóstoles consideraron que esta prohibición todavía estaba en vigencia en la era cristiana. Llamaron la atención respecto a esto especialmente a los creyentes cristianos de origen gentil, porque esos nuevos creyentes, antes de su conversión, habían estado acostumbrados a comer carne con sangre (Hechos 15: 20, 29).

"Vida", néfesh (ver com. de Gén. 2: 7). Traducir esta palabra como "alma", como algunos han hecho, oscurece el verdadero significado (ver Lev. 17: 11).

La sangre es indispensable para la vida. Si se corta la circulación de sangre a cualquier parte del cuerpo, esa parte muere. Una pérdida completa de sangre inevitablemente produce la muerte. Siendo esto verdad, la palabra hebrea néfesh, como paralela de "sangre" en este texto, debe traducirse "vida", tal como está en la RV.

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