8:22

"Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche."

LXX:

πασας τας ημερας της γης σπερμα και θερισμος ψυχος και καυμα θερος και εαρ ημεραν και νυκτα ου καταπαυσουσιν

Vulgata:

cunctis diebus terrae sementis et messis frigus et aestus aestas et hiemps nox et dies non requiescent

Mientras la tierra permanezca.

Las ocupaciones comunes del hombre, propias de las estaciones, habían sido completa y universalmente interrumpidas por el diluvio. Ahora Dios le aseguró a Noé no sólo que no habría nunca más otro diluvio sino que tampoco ocurriría ninguna otra interrupción semejante del ciclo de las estaciones. Las estaciones habían sido ordenadas en la creación (Gén. 1: 14) y por lo tanto

deberían continuar.

El relato más notable del diluvio, fuera de la Biblia, aparece en la antigua epopeya babilonia de Gilgamés. Aunque la sección de la epopeya que trata del diluvio presenta similitudes notables con el registro del Génesis, las diferencias entre los dos relatos constituyen una evidencia convincente de la inspiración y exactitud del registro bíblico. El politeísmo y otras ideas religiosas paganas le dan a la epopeya de Gilgamés un sabor claramente pagano. Aunque relatos similares del diluvio persisten hasta el día de hoy en todos los sectores de la humanidad, es tan sólo natural que la narración babilonia sea más exacta que las demás debido a la proximidad de Babilonia a las montañas del Ararat.

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