Por mi orígenes, convicción y por tradición, la Semana Santa, además del trasfondo religioso, es un manantial sin fin de tradiciones, costumbres, historia e historias. Se mezcla lo divino con lo pagano, el pasado con el futuro, la religiosidad con el agnosticismo. Es de las expresión religioso-culturales mas apasionada que conozco.
Como ya he dicho, la Semana Santa es un rio de imágenes y sentimientos, de vivencias y momentos, los motivos y escenas se suceden sin solución de continuidad, a veces, no consigues centrar la atención en la primera toma que pensabas registrar en el sensor de tu cámara. Es difícil sacar la mejor foto, pues las escenas se suceden unas detrás de otras, y muchas veces, unas sobre otras...
Y el problema de Andalucía, de España, es que no celebramos una Semana Santa, tenemos miles de Semanas Santas. Buscar paralelismos o igualdad entre ellas es como decir que todos los pueblos son iguales, o que todos los ríos tienen el mismo recorrido...
Lo mismo que no hay dos pasos iguales, la Semana Santa la vivimos de diferente forma cada año. Nunca sentimos lo mismo, aunque veamos la misma hermandad cada año, y mas si no estamos parados, si vamos buscando y, por suerte, encontrando nuevas sensaciones, nuevas experiencias, nuevas pasiones. Y siempre buscando la mirada en la que podamos ver la pasión del momento, la ansiedad de lo inesperado y el sufrimiento a lo desconocido.
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