Enrique I de Inglaterra

Enrique I de Inglaterra

Enrique I (en inglés moderno, Henry I; c. 1068-1 de diciembre de 1135), llamado «Beauclerc» (buen genio en francés) por sus intereses culturales, fue rey de Inglaterra desde 1100 hasta su muerte. Era el cuarto hijo de Guillermo I «el Conquistador» y fue educado en latín y artes liberales. Tras la muerte de Guillermo I en 1087, los hermanos mayores de Enrique, Roberto Curthose (ya Roberto II) y Guillermo Rufo (ya Guillermo II), heredaron Normandía e Inglaterra, respectivamente, pero Enrique quedó sin posesiones. Adquirió el condado del Cotentin en Normandía occidental a Roberto II, pero sus hermanos mayores le depusieron en 1091. Enrique reconstruyó gradualmente su base de poder en el Cotentin y se alió con Guillermo II contra Roberto II. Estuvo presente cuando Guillermo II murió en un accidente de cacería en 1100 y se apropió del trono inglés, con la promesa en su coronación de corregir muchas de las políticas menos populares de Guillermo II. Enrique se casó con Matilde de Escocia, pero continuó teniendo muchas amantes con quienes engendró hijos ilegítimos.

Roberto II, quien lideró una invasión en 1101, disputó el control de Enrique sobre Inglaterra; esta campaña militar terminó en un acuerdo negociado que confirmó a Enrique como rey. La paz duró poco, ya que Enrique invadió el Ducado de Normandía en 1105 y 1106 y finalmente derrotó a Roberto II en la batalla de Tinchebray. Enrique mantuvo a su hermano encarcelado por el resto de su vida. El control de Enrique sobre Normandía fue desafiado por Luis VI de Francia, Balduino VII de Flandes y Fulco V de Anjou, quien promovió los reclamos del hijo de Roberto II —Guillermo Clito— y apoyó una gran rebelión en el ducado entre 1116 y 1119. Después de la victoria de Enrique en la batalla de Brémule, se acordó un acuerdo de paz favorable con Luis VI en 1120.

Considerado por sus contemporáneos como un gobernante severo pero efectivo, Enrique manipuló hábilmente a los barones de Inglaterra y Normandía. En el primero, se inspiró en el sistema anglosajón de justicia, el gobierno local y la tributación, pero también lo fortaleció con instituciones adicionales, como el tesoro real y los jueces itinerantes. Normandía también se regía con un sistema creciente de jueces y un tesoro público. Muchos de los funcionarios que manejaban el sistema de Enrique eran «hombres nuevos» con antecedentes oscuros en lugar de familias de alto estatus, que ascendían en rango como administradores. Enrique alentó la reforma eclesiástica, pero se vio envuelto en una grave disputa en 1101 con el arzobispo Anselmo de Canterbury, que se resolvió mediante una solución comprometida en 1105. Apoyó la Orden de Cluny y jugó un papel importante en la selección del clero de Inglaterra y Normandía.

Su único hijo y heredero legítimo, Guillermo Adelin, se ahogó en el desastre del Barco Blanco de 1120, poniendo en duda la sucesión real. Enrique tomó una segunda esposa, Adela, con la esperanza de tener otro hijo, pero sus planes sobre esto fracasaron. En respuesta, Enrique declaró a su hija, Matilde, heredera de la Corona y la casó con Godofredo V de Anjou. La relación entre Enrique y la pareja se tensó y estalló un conflicto a lo largo de la frontera con el condado de Anjou. Murió el 1 de diciembre de 1135 después de una semana de enfermedad. A pesar de sus planes con su hija Matilde, el rey fue sucedido por su sobrino, Esteban de Blois, lo que dio como resultado un período de guerra civil conocida como la Anarquía.

Primeros años

Infancia y apariencia (c. 1068-1086)

Nació probablemente en Inglaterra en 1068, en el verano o en las últimas semanas del año, posiblemente en la ciudad de Selby en Yorkshire.​ Su padre era Guillermo I «el Conquistador», duque de Normandía, quien invadió Inglaterra en 1066 para convertirse en rey y estableció territorios que se extendían hasta Gales. La invasión había creado una élite anglonormanda, muchas con propiedades que se extendían a ambos lados del canal de la Mancha.​ Estos barones solían tener fuertes vínculos con el Reino de Francia, que en ese entonces constituía un grupo de condados y entidades políticas más pequeñas bajo escaso control del rey.​ La madre de Enrique, Matilde de Flandes, era nieta del rey francés Roberto II y, probablemente, nombró a su hijo por su tío, Enrique I

Enrique era el más joven de los cuatro hijos de Guillermo I y Matilde. Físicamente se parecía a sus hermanos mayores Roberto Curthose, Ricardo y Guillermo Rufo; como el historiador David Carpenter describió, Enrique era «bajo [de estatura], fornido[,] con el pecho en forma de barril» y con cabello negro.​ Como resultado de sus diferencias de edad y la temprana muerte de Ricardo, Enrique probablemente habría visto relativamente poco a sus hermanos mayores.​ Probablemente conocía a su hermana, Adela, ya que ambos tenían una edad cercana.​ Existe poca evidencia documental sobre sus primeros años; los historiadores Warren Hollister y Kathleen Thompson sugirieron que se crio predominantemente en Inglaterra, mientras que Judith Green sostuvo que vivió inicialmente en el ducado. Probablemente fue educado por la Iglesia católica y posiblemente por el obispo Osmundo, canciller real, en la catedral de Salisbury; no está claro si esto indicaba una intención, por parte de sus padres, de que Enrique se convirtiera en miembro del clero.​ Tampoco está claro hasta qué punto se extendió su educación, pero probablemente fue capaz de leer latín y contaba con algunos estudios en artes liberales.​ Recibió entrenamiento militar de un instructor llamado Robert Achard y luego fue nombrado caballero por su padre el 24 de mayo de 1086.​

Territorios heredados (1087-1088)

En 1087, Guillermo I fue herido gravemente en una campaña en el Vexin.Enrique se reunió con su padre moribundo cerca de Ruan en septiembre, donde el rey repartió sus posesiones entre sus hijos.​ Las reglas de sucesión en Europa occidental en ese momento eran inciertas; en algunas partes de Francia, la primogenitura —en la cual el hijo mayor heredaría el título— estaba creciendo en popularidad.​ En otras partes de Europa, como Normandía e Inglaterra, la tradición era dividir las tierras, con el hijo mayor tomando los territorios patrimoniales —generalmente considerados como los más valiosos— y los hijos menores con particiones o fincas más pequeñas o recientemente adquiridas.

Al dividir sus tierras, Guillermo I parece haber seguido la tradición normanda aplicándola a Normandía —que había heredado— e Inglaterra —que había conseguido con la guerra—.​ El segundo hijo de Guillermo I, Ricardo, había muerto en un accidente de cacería, lo que permitió a Enrique y sus dos hermanos heredar las posesiones de su padre. Roberto, el mayor, a pesar de estar en una rebelión armada contra su padre en el momento de su muerte, recibió Normandía (ya titulado Roberto II).​ Inglaterra fue entregada a Guillermo Rufo, quien contaba con el favor del rey moribundo.​ Enrique recibió una gran suma de dinero, usualmente reportada como £ 5000, con la expectativa de que también se le daría el modesto grupo de tierras de su madre en Buckinghamshire y Gloucestershire.​ El entierro de Guillermo I en Caen estuvo marcado por quejas airadas de un hombre local; Enrique posiblemente fue el responsable de resolver la disputa callando al manifestante con monedas de plata.

Roberto II regresó a Normandía esperando haber recibido tanto el ducado como Inglaterra, pero descubrió que Guillermo Rufo había cruzado el Canal y había sido coronado rey, como Guillermo II.​ Los dos hermanos discreparon fundamentalmente sobre la herencia y Roberto II pronto comenzó a planear una invasión de Inglaterra para apoderarse del reino, aprovechando una rebelión de algunos de los principales nobles contra su hermano.​ Enrique permaneció en Normandía y asumió un rol dentro de la corte de Roberto II, posiblemente porque no estaba dispuesto a enfrentarse abiertamente con su hermano Guillermo II o porque Roberto II pudo haber aprovechado la oportunidad de confiscar el dinero heredado de Enrique si hubiera tratado de irse.​ Guillermo II se apoderó de las nuevas propiedades de Enrique en Inglaterra, dejando a su hermano sin posesiones.​

En 1088, los planes de Roberto II para la invasión de Inglaterra comenzaron a fallar y recurrió a Enrique, a quien propuso que le prestara algo de su herencia, pero él se negó.​ Enrique y Roberto II luego llegaron a un acuerdo alternativo, en el que el duque de Normandía convertiría a su hermano en el conde de Normandía occidental a cambio de £ 3000.​ Las tierras de Enrique eran un nuevo condado emplazado en una delegación de la autoridad ducal en el Cotentin, pero se extendía a través del Avranchin, con jurisdicción sobre los obispados de ambas regiones.​ Esto también le dio influencia sobre dos importantes líderes normandos —Hugh d'Avranches y Richard de Redvers— y la abadía de Mont-Saint-Michel, cuyas tierras se extendían más allá del ducado.​ El ejército invasor de Roberto II no pudo salir de Normandía, lo que mantuvo a salvo en Inglaterra a Guillermo II.​

Conde del Cotentin (1088-1090)

Enrique rápidamente se estableció como conde y formó una red de seguidores al oeste de Normandía y el este de Bretaña, a quienes el historiador John Le Patourel ha caracterizado como «la pandilla de Enrique».​ Entre sus primeros partidarios estaban Roger de Mandeville, Richard de Redvers, Richard d'Avranches y Robert Fitzhamon, junto con el eclesiástico Roger de Salisbury.​ Roberto II intentó deshacer su trato con Enrique y apropiarse del condado, pero el control de su hermano ya era lo suficientemente firme como para evitar esto.​ El gobierno del ducado de Roberto II era caótico y algunos territorios de las posesiones de Enrique se volvieron casi independientes del control central de Ruan.​

Durante este período, ni Guillermo II ni Roberto II parecen haber confiado en Enrique.​ Esperando hasta que la rebelión contra Guillermo II hubiese terminado, Enrique regresó a Inglaterra en julio de 1088.​ Se entrevistó con el rey inglés pero no pudo persuadirlo de que le concediera las propiedades de su madre y partió de regreso a Normandía en el otoño.​ Sin embargo, mientras estuvo ausente, Odón, obispo de Bayeux, quien consideraba a Enrique como una potencial amenaza, había convencido a Roberto II de que sus hermanos estaba conspirando contra él.​ Al arribar, Odón capturó a Enrique y lo encarceló en Neuilly-la-Forêt, mientras Roberto II recuperó el condado del Cotentin.​ Enrique permaneció allí durante el invierno, pero en la primavera de 1089, los miembros antiguos de la nobleza normanda se impusieron al duque para que lo liberara.

Aunque ya no era formalmente el conde de Cotentin, Enrique continuó controlando el oeste de Normandía.​ La lucha entre los hermanos continuó. Guillermo II siguió oponiendo resistencia en su dominio sobre Inglaterra, pero comenzó a construir una serie de alianzas contra Roberto II a través de los barones de Normandía y la vecina Ponthieu.​ Roberto II se alió con Felipe I de Francia.​ A finales de 1090, Guillermo II animó a Conan Pilatus, poderoso burgués de Ruan, a rebelarse contra el duque; Conan fue apoyado por muchos habitantes de Ruan e hizo peticiones a las guarniciones ducales vecinas para cambiar de lealtad también.

Roberto II hizo un llamado de ayuda a sus barones y Enrique fue el primero en llegar a Ruan en noviembre.​ La violencia estalló y se produjeron luchas callejeras feroces y confusas, ya que ambos bandos intentaron tomar el control de la ciudad.​ Roberto II y Enrique abandonaron el castillo para unirse a la batalla, pero Roberto II se retiró y dejó a su hermano para continuar con la lucha.​ El enfrentamiento se volvió en favor de las fuerzas ducales y Enrique aprisionó a Conan.​ Estaba tan furioso porque Conan se había rebelado contra su señor feudal que lo llevó a la cima del castillo de Ruan y luego, a pesar de las ofertas de Conan para pagar un inmenso rescate, lo arrojó desde la parte superior del edificio para matarlo.​ Sus contemporáneos consideraron que había actuado apropiadamente al hacer un ejemplo de Conan y, por tanto, Enrique se volvió famoso por sus hazañas en la batalla.

Caída y resurgimiento (1091-1099)

A raíz de esto, Roberto II forzó a Enrique a abandonar Ruan, probablemente porque el papel de su hermano en la lucha había sido más prominente que el suyo y posiblemente porque Enrique había pedido ser reinstalado formalmente como conde del Cotentin.​ A principios de 1091, Guillermo II invadió Normandía con un ejército lo suficientemente grande como para forzar a su hermano a un mesa de negociaciones.​ Los dos hermanos firmaron un tratado en Ruan que otorgó a Guillermo II muchas tierras y castillos en Normandía. A cambio, Guillermo II prometió apoyar los intentos de Roberto II de recuperar el control del vecino condado de Maine —que alguna vez estuvo en el dominio de los normandos— y ayudar a recuperar su autoridad sobre el ducado, incluidas las tierras de Enrique.​ Se nominaron entre sí como herederos de Inglaterra y Normandía, excluyendo a Enrique de cualquier sucesión mientras uno de ellos estuviese con vida.​

La guerra había estallado entre Enrique y sus hermanos.​ Enrique movilizó un ejército de mercenarios en el oeste de Normandía, pero, a medida que las fuerzas de Guillermo II y Roberto II avanzaban, su red de apoyo entre los barones se desmoronó.​ Enrique concentró sus fuerzas restantes en Mont-Saint-Michel, donde fue asediado, probablemente en marzo de 1091.​ El sitio era fácil de defender, pero carecía de agua dulce.​ El cronista Guillermo de Malmesbury sugirió que cuando menguaba el agua de Enrique, Roberto II permitió a su hermano nuevos suministros, lo que provocó protestas entre él y Guillermo II.​ Los eventos de los últimos días del asedio no están claros: los sitiadores habían comenzado a discutir sobre la siguiente estrategia de la campaña, pero luego Enrique abandonó Mont-Saint-Michel, probablemente como parte de una rendición negociada.​ Se fue a Bretaña y cruzó a Francia.

Los siguientes eventos de Enrique no están bien documentados; un cronista, Orderico Vital, sugirió que viajó por el Vexin francés, a lo largo de la frontera con Normandía, durante más de un año con un pequeño grupo de seguidores.​ Hacia el final del año, Roberto II y Guillermo II habían reñido nuevamente y el Tratado de Ruan había sido abandonado.​ En 1092, Enrique y sus seguidores tomaron la ciudad de Domfront en Normandía.​ Domfront había sido controlado previamente por Robert de Bellême, pero a los habitantes no les gustó su gobierno e invitaron a Enrique a hacerse cargo de la ciudad, quien lo hizo en un golpe de Estado incruento.​ Durante los próximos dos años, Enrique restableció su red de seguidores en el oeste de Normandía y formó —lo que denomina Judith Green— una «corte en espera».​ Hacia 1094, estaba asignando tierras y castillos a sus seguidores como si fuera el duque de Normandía.​ Guillermo II comenzó a apoyarle con dinero y le alentó en su campaña contra Roberto II; Enrique utilizó parte de estos fondos para construir un castillo estratégico en Domfront.

Guillermo II cruzó a Normandía para hacer la gue,rra contra Roberto II en 1094 y, cuando el conflicto se estancó, pidió ayuda a Enrique,​ quien iba a seguir a su hermano, pero viajó a Londres en lugar de unirse a la campaña principal al este en Normandía, posiblemente a petición de su hermano, quien de todos modos abandonó la campaña y regresó a Inglaterra.​ En los próximos años, Enrique parece haber fortalecido su base de poder en el oeste de Normandía y visitaba ocasionalmente Inglaterra para asistir a la corte de Guillermo II.​ En 1095, el papa Urbano II convocó a la primera cruzada, lo que alentó a caballeros del continente a unirse.​ Roberto II se unió a la cruzada y pidió prestado dinero a Guillermo II para hacerlo, pero para convencerlo le otorgó la custodia temporal de su parte del ducado.​ El rey inglés parecía seguro de recuperar el resto de Normandía en manos de Roberto II. Enrique cada vez apoyaba a Guillermo II y ambos acamparon en el Vexin normando entre 1097 y 1098.​

Reinado

Consolidación (1100-1106)

Ascenso al trono (1100)

En 1100, Enrique fue proclamado rey de Inglaterra tras la muerte de Guillermo II, quien murió en un accidente mientras cazaba.​ En la tarde del 2 de agosto de 1100, el rey inglés había ido a cazar en New Forest, acompañado por un grupo de cazadores y miembros de la nobleza normanda, entre ellos Enrique.​ Alguien disparó una flecha, posiblemente el barón Walter Tirel, que golpeó y mató a Guillermo II.​ Aparecieron numerosas teorías de conspiración que sugerían que el rey inglés fue asesinado deliberadamente; la mayoría de los historiadores modernos las rechazan, ya que la cacería era una actividad arriesgada y tales accidentes eran comunes.​ El caos estalló y Tirel huyó a Francia, ya sea porque había disparado el tiro mortal o porque había sido acusado incorrectamente y temía que lo convirtieran en chivo expiatorio de la muerte del rey inglés.​

Entretanto, Enrique cabalgó a Winchester, donde se produjo una discusión sobre a quién le correspondía entonces el derecho al trono.​ Guillermo de Breteuil defendió los derechos de Roberto II, quien todavía estaba en el extranjero regresando de la cruzada y a quien Enrique y los barones le habían rendido homenaje en los años anteriores.​ Enrique argumentó que, a diferencia de Roberto II, había nacido de un rey y una reina reinantes, lo que le otorgaba privilegio de acuerdo al derecho de porfirogénesis. Los ánimos se desvanecieron, pero Enrique, apoyado por Enrique de Beaumont y Roberto de Meulan, dominó y convenció a los barones para que lo siguieran.​ Ocupó el castillo de Winchester y se apoderó del tesoro real.​

Enrique fue coronado apresuradamente rey en la abadía de Westminster el 5 de agosto de Maurice, obispo de Londres, ya que Anselmo, arzobispo de Canterbury, había sido exiliado por Guillermo II, mientras que Tomás, arzobispo de York, estaba en Ripon al norte de Inglaterra.​ De acuerdo con la tradición inglesa y en un intento de legitimar su reinado, Enrique emitió una carta de coronación que establecía varios compromisos.​ El nuevo rey se presentó a sí mismo como alguien que había restaurado el orden en un país devastado por problemas.​ Anunció que abandonaba las políticas de Guillermo II sobre la Iglesia —que el clero había considerado opresivas—, prometió evitar abusos reales contra los derechos de propiedad de los barones y aseguró el retorno a las costumbres más benévolas de Eduardo «el Confesor»; además, afirmó que «establecería una paz firme» en Inglaterra y ordenó «que esta paz se mantenga desde ahora».​

Aparte de su círculo de seguidores preexistente —muchos de los cuales fueron generosamente recompensados con nuevas tierras—, Enrique rápidamente incorporó a miembros de la administración anterior en su nueva casa real.​ William Giffard, canciller de Guillermo II, fue nombrado obispo de Winchester, mientras los prominentes gobernadores civilesUrse d'Abetot, Haimo Dapifer y Robert Fitzhamon continuaron desempeñando un importante rol en el gobierno.​ Por el contrario, el impopular Ranulf Flambard, obispo de Durham y miembro clave del régimen anterior, fue encarcelado en la Torre de Londres por cargos de corrupción.​ El difunto rey había dejado vacantes muchas posiciones eclesiásticas y Enrique se propuso nominar candidatos para estas, en un esfuerzo por construir más apoyo para su nuevo gobierno.​ Los nombramientos debían ser consagrados, por lo que escribió a Anselmo pidiéndole disculpas por haber sido coronado mientras aún estaba en Francia y solicitándole que regresara de inmediato.​

Matrimonio con Matilde (1100)

El 11 de noviembre de 1100, Enrique se casó con Matilde, hija de Malcolm III de Escocia.​ En ese momento, Enrique tenía alrededor de 31 años, pero los matrimonios tardíos para nobles no eran inusuales en el siglo xi. La pareja probablemente se conoció a principios de la década pasada, posiblemente siendo presentada por el obispo Osmundo de Salisbury.El historiador Warren Hollister sostuvo que Enrique y Matilde eran emocionalmente cercanos, pero su unión también tenía motivos políticos.​ Matilde había sido llamada originalmente Edith —nombre anglosajón— y era miembro de la familia real sajona occidental: era sobrina de Edgar Æþeling, bisnieta de Edmundo II «Costilla de Hierro» y descendiente de Alfredo «el Grande». Para Enrique, casarse con Matilde le dio a su reinado mayor legitimidad, mientras que para Matilde, una mujer ambiciosa, fue una oportunidad para tener estatus alto y poderío en Inglaterra.

Sin embargo, Matilde había sido educada en varios conventos y pudo haber tomado votos para convertirse formalmente en monja, lo que constituía un obstáculo para el progreso del matrimonio.​ Ella no deseaba ser monja e hizo un llamado a Anselmo para que le permitiera casarse con Enrique; el arzobispo ordenó un concilio en el palacio de Lambeth para juzgar el asunto.​ A pesar de algunas voces disidentes, el concilio concluyó que, aunque Matilde había vivido en un convento, no se había convertido oficialmente en monja y, por tanto, era libre de casarse, juicio que Anselmo luego confirmó y permitió que el matrimonio prosiguiera.​ Matilde demostró ser una reina efectiva para Enrique, ya que en ocasiones actuaba como regente en Inglaterra, dirigía y presidía concilios y apoyó las artes.​ La pareja pronto tuvo dos hijos: Matilde, nacida en 1102, y Guillermo Adelin, nacido en 1103; es posible que también tuvieron un segundo hijo varón, Ricardo, que murió joven.​ Después del nacimiento de estos niños, Matilde prefirió permanecer en Westminster mientras su esposo viajaba por Inglaterra y Normandía, ya sea por motivos religiosos o porque le gustaba estar involucrada en la administración real.

Por su parte, Enrique tenía un apetito sexual considerable y ostentó una considerable cantidad de parejas sexuales, lo que resultó en un gran número de hijos ilegítimos —al menos nueve hombres y 13 mujeres—, muchos de los cuales al parecer reconoció y apoyó.​ Era usual que los nobles anglonormandos solteros mantuvieran relaciones sexuales con prostitutas y mujeres locales y también se consentía que los reyes tuvieran amantes.​ Algunas de estas relaciones ocurrieron antes de que Enrique se casara, pero muchos otras tuvieron lugar después de su matrimonio con Matilde.​ Enrique tenía un amplio surtido de amantes de diversos orígenes y las relaciones aparentemente se llevaron a cabo de manera relativamente abierta.​ Es posible que haya elegido algunas de sus nobles amantes para fines políticos, pero la evidencia para apoyar esta teoría es limitada.

Tratado de Alton (1101-1102)

Para principios de 1101, el nuevo régimen de Enrique estaba establecido y operando, pero muchos miembros de la élite anglonormanda aún apoyaban a Roberto II o estarían dispuestos a cambiar de bando si el hermano mayor de Enrique parecía ganar poder en Inglaterra.​ En febrero, Flambard escapó de la Torre de Londres y cruzó el canal de la Mancha hacia Normandía, donde organizó e incitó a los intentos de Roberto II de movilizar una fuerza de invasión.​ En julio, Roberto II había formado un ejército y una flota, listos para atacar a Enrique en Inglaterra.​ Para agravar la situación en el conflicto, Enrique confiscó las tierras de Flambard y, con el apoyo de Anselmo, fue destituido de su obispado.Enrique celebró su corte en abril y junio, donde la nobleza renovó sus juramentos de lealtad, pero su apoyo aún parecía parcial y débil.

Ante la invasión inminente, Enrique movilizó sus fuerzas y su flota fuera de Pevensey, cerca del lugar de desembarco anticipado de Roberto II y entrenó personalmente a algunos de sus soldados en cómo contrarrestar las cargas de caballería.​ A pesar de las levas inglesas y los caballeros que debían servicio militar a la Iglesia católica y que llegaban en cantidades considerables, muchos de sus barones no legaron.​ Anselmo intervino con algunos de los dudosos y les explicó la importancia religiosa de su lealtad a Enrique.​ El 20 de julio, Roberto II desembarcó inesperadamente en la costa de Portsmouth con una fuerza .modesta de unos cientos de hombres, pero rápidamente se unieron a ellos muchos de los barones en Inglaterra.​ No obstante, en lugar de entrar en la cercana Winchester y apoderarse del tesoro de Enrique, Roberto II hizo una pausa y le dio tiempo a su hermano para marchar hacia el oeste e interceptar la fuerza de invasión.​

Los ejércitos se encontraron en Alton donde comenzaron las negociaciones de paz, posiblemente iniciadas por Enrique o Roberto II y probablemente respaldadas por Flambard.​ Después, los hermanos firmaron el Tratado de Alton, según el cual Roberto II liberó a Enrique de su juramento de homenaje y le reconoció como rey; Enrique renunció a sus reclamos sobre Normandía occidental —a excepción de Domfront— y aceptó pagar a Roberto II £ 2000 anuales por el resto de su vida;​ si alguno de los hermanos moría sin heredero varón, el otro heredaría sus tierras; los barones cuyas tierras habían sido confiscadas por el rey o el duque por apoyar a su rival debían devolverse; Flambard sería reintegrado como obispo; los hermanos harían campaña juntos para defender sus territorios en Normandía.​ Roberto II permaneció en Inglaterra unos meses más con Enrique antes de regresar a Normandía.​

A pesar del tratado, Enrique se propuso infligir duros castigos a los barones que se habían enfrentado a él durante la invasión,​ Guillermo de Warenne, conde de Surrey, fue acusado de crímenes que no estaban cubiertos por la amnistía de Alton y fue desterrado de Inglaterra. En 1102, Enrique se dirigió contra Robert de Bellême, el más poderoso de los barones, y sus hermanos, acusándolos de 45 ofensas diferentes.​ Robert escapó y tomó las armas contra el rey inglés.​ Enrique sitió los castillos de Robert en Arundel, Tickhill y Shrewsbury y avanzó hacia el sudoeste para atacar Bridgnorth.​ Cuando su base de poder en Inglaterra se rompió, Robert aceptó la oferta de destierro y abandonó el país hacia Normandía.​

Conquista de Normandía (1103-1106)

Su red de aliados en Normandía se hizo más fuerte durante 1103.​ Enrique casó a Juliana —una de sus hijas ilegítimas— con Eustace de Breteuil— y otra hija ilegítima, Matilde, con Rotrou, conde de Perche, en la frontera con Normandía.​ Intentó ganarse a otros miembros de la nobleza de Normandía y otorgó varias propiedades inglesas y ofertas lucrativas a los señores normandos importantes.​ Roberto II siguió luchando contra Robert de Bellême, pero la posición del duque empeoró, hasta que, en 1104, tuvo que aliarse formalmente con Bellême por sobrevivir.​ En pretexto de que el duque Roberto II había roto los términos de su tratado, Enrique cruzó el canal de la Mancha hacia Domfront, donde se reunió con barones de rango superior de toda Normandía, ansiosos por aliarse con el rey inglés.​ Antes de regresar a Inglaterra, Enrique confrontó a su hermano y le acusó de ponerse del lado de sus enemigos.​

Normandía se continuó sumergiendo en el caos.​ En 1105, Enrique envió a su amigo Robert Fitzhamon y una tropa de caballeros al ducado, aparentemente para provocar un enfrentamiento con el Roberto II.​ Fitzhamon fue capturado y Enrique tomó esto como una excusa para invadir y prometió restaurar la paz y el orden.​ Contaba el apoyo de la mayoría de los condados a lo largo de las fronteras de Normandía y el rey francés Felipe I fue persuadido de permanecer neutral.​ Enrique ocupó el oeste de Normandía y avanzó hacia el este, donde Fitzhamon se encontraba, pero debía atravesar Bayeux.​ La ciudad rechazó capitular y Enrique la sitió y redujo a cenizas.​ Aterrorizados de encontrarse con el mismo destino, Caen cambió de bando y se rindió, lo que permitió a Enrique avanzar hacia Falaise, que tomó con algunas bajas.​ La campaña se estancó y el rey inglés, en su lugar, comenzó las conversaciones de paz con Roberto II.​ Las negociaciones no fueron concluyentes y la lucha se prolongó hasta Navidad, cuando Enrique regresó a Inglaterra.

Enrique invadió nuevamente en julio de 1106, con el objetivo de provocar una batalla decisiva. Después de algunos éxitos tácticos iniciales, giró hacia el sudoeste en dirección al castillo de Tinchebray.​ Asedió la fortaleza, mientras el duque Roberto II, apoyado por Robert de Bellême, avanzó desde Falaise para liberarla.​ Después de que fracasaron los intentos de negociación, ocurrió la batalla de Tinchebray, probablemente el 28 de septiembre.​ El enfrentamiento duró alrededor de una hora y comenzó con una carga de la caballería de Roberto II; la infantería y los caballeros desmontados de ambos bandos se unieron a la batalla.​ Las reservas de Enrique —dirigidas por Elías, conde de Maine, y Alano, duque de Bretaña— atacaron los flancos del enemigo y derrotaron primero a las tropas de Bellême y luego al grueso de las fuerzas ducales.​ Roberto fue capturado, pero Bellême escapó.

Después, Enrique terminó con la resistencia restante en Normandía y Roberto ordenó a sus últimas guarniciones rendirse.​ Al llegar a Ruan, Enrique ratificó las leyes y costumbres de Normandía y recibió el homenaje de los principales barones y ciudadanos.​ Los prisioneros de menor rango capturados en Tinchebray fueron liberados, pero Roberto y varios otros nobles destacados fueron encarcelados indefinidamente.​ El sobrino de Enrique e hijo de Roberto, Guillermo Clito, tenía tres años y fue entregado al cuidado de Helias de Saint-Saens, barón normando.​ Enrique se reconcilió con Robert de Bellême, quien renunció a las tierras ducales que había tomado y se reincorporó a la corte real.​ No había forma de eliminar legalmente el ducado de su hermano Roberto e inicialmente evitó usar el título de «duque» en todas las situaciones, ya que pensaba que, como el rey de Inglaterra, solo estaba actuando como el guardián del problemático ducado.

Gobierno y asuntos familiares

Administración, leyes y nobleza

Enrique heredó el reino de Inglaterra de Guillermo II, recibiendo un reclamo de suzeranía sobre Gales y Escocia, y adquirió el Ducado de Normandía, una entidad compleja con fronteras problemáticas.​ Las fronteras entre Inglaterra y Escocia todavía eran inciertas durante el reinado de Enrique, aunque la influencia anglonormanda llegaba hacia el norte a través de Cumbria, pero la relación de Enrique con el rey David I de Escocia fue generalmente buena, en parte debido al matrimonio de Enrique con su hermana.​ En Gales, Enrique usó su poder para coaccionar y atraer a los príncipes galos indígenas, mientras los marcher lord normandos (equivalentes al título de margrave o marqués)​ ejercían presión por los valles del sur de Gales. Normandía era controlada mediante varias redes entrelazadas de contactos ducales, eclesiásticos y familiares, respaldados por una cadena creciente de importantes castillos ducales a lo largo de las fronteras.​ Las alianzas y las relaciones con los condados vecinos a lo largo de la frontera normanda fueron particularmente importantes para mantener la estabilidad del ducado.

Enrique gobernó a través de diversos barones y señores de Inglaterra y Normandía, a quienes manipuló hábilmente para obtener un efecto político deseado.​ Las amistades políticas —denominadas amicitia en latín— fueron importantes durante el siglo xii y Enrique mantuvo una amplia variedad de estas, mediaba entre sus amigos en varias facciones de su reino cuando era necesario y premiaba a aquellos que le eran leales.​ Asimismo, Enrique tenía la reputación de castigar a los barones que estaban en su contra y mantuvo una red efectiva de informantes y espías que le reportaban sobre los acontecimientos.​ Enrique era un gobernante severo y firme, pero no tan excesivo según los estándares del momento.​ Con el tiempo, aumentó el grado de control sobre los barones, ya que eliminaba a sus enemigos y reforzaba a sus amigos hasta que el «baronazgo reconstruido», como lo describe el historiador Warren Hollister, era predominantemente leal y dependiente del rey inglés.

La corte real itinerante de Enrique comprendía varios estratos.​ En el fondo estaba la familia doméstica de Enrique, llamada domus; una agrupación más amplia se denominaba familia regis y las reuniones formales de la corte se denominan curia.​ El domus estaba dividido en varias partes: la capilla, encabezada por el canciller, se ocupaba de los documentos reales; la cámara se ocupaba de asuntos financieros y el mariscal maestro era responsable del viaje y el alojamiento.​ La familia regis incluía a las tropas domésticas montadas de Enrique, hasta varios cientos de hombres fuertes que provenían de una variedad de orígenes sociales y que podían desplegarse en Inglaterra y Normandía según fuera necesario.Inicialmente, Enrique continuó la práctica de su padre de realizar ceremonias regulares cargando coronas en su curia, pero se volvieron menos frecuentes a medida que pasaron los años​ Su corte era «grandiosa» y «ostentosa» y financió la construcción de grandes edificios nuevos y castillos con una variedad de regalos lujosos en exhibición, como la colección de animales exóticos del rey, que mantuvo en el palacio de Woodstock.​ A pesar de ser una comunidad animada, la corte de Enrique estaba más controlada que las de los reyes anteriores. Las estrictas normas controlaban el comportamiento personal y prohibían a los miembros de la corte saquear aldeas vecinas, como había sido la norma en el caso de Guillermo II.

Enrique fue responsable de una expansión sustancial del sistema de justicia real.​ En Inglaterra, Enrique recurrió al existente sistema anglosajón de justicia, gobierno local e tributación, pero lo fortaleció con instituciones gubernamentales centrales adicionales.​ Roger de Salisbury inició el desarrollo de la tesorería real después de 1110 y la empleó para recaudar y auditar los ingresos de los gobernadores civiles del rey en los condados.​ Los jueces itinerantes aparecieron durante el reinado de Enrique, viajaban por el país administrando tribunales de circuito o eyre y muchas de las leyes decretadas se registraron formalmente.​ Enrique obtuvo mayores ingresos con la expansión de la justicia real, tanto por multas como por honorarios.​ El primer rollo de registros financieros que se conoce data de 1130 y documenta los gastos reales. Enrique reformó la acuñación de moneda en 1107, 1108 y 1125 e instituyó duros castigos corporales a los acuñadores ingleses que habían sido declarados culpables de falsificar moneda.​ En Normandía, Enrique restauró la ley y el orden después de 1106, que eran operadas mediante un cuerpo de jueces normandos y un sistema de erario similar al de Inglaterra.​ Las instituciones normandas crecieron en extensión y autoridad bajo Enrique, aunque menos rápidamente que en Inglaterra.​ Muchos de los funcionarios que manejaban el sistema de Enrique fueron llamados «hombres nuevos», individuos de nacimiento relativamente humilde que ascendieron en las filas como administradores para gestionar la justicia o los ingresos reales.

Relaciones con la Iglesia

La Iglesia y Enrique I

La capacidad de Enrique para gobernar estaba íntimamente ligada a la Iglesia católica —que era la clave de la administración tanto de Inglaterra como de Normandía—; esta relación cambió considerablemente a lo largo de su reinado.​ Guillermo I «el Conquistador» había reformado la Iglesia con el apoyo de su arzobispo de Canterbury, Lanfranco, quien se convirtió en un ayudante cercano y consejero del rey.​ Con Guillermo II este arreglo colapsó: el rey y el arzobispo Anselmo se habían distanciado y este último se había ido al exilio. Enrique también creía en la reforma de la Iglesia, pero al tomar el poder en Inglaterra se vio envuelto en la querella de las investiduras.

La cuestión concernía a quién debía investir a un nuevo obispo con su báculo y anillo: tradicionalmente, esto había sido llevado a cabo por el rey en una demostración simbólica del poder real, pero el papa Urbano II había condenado esta práctica en 1099, con el argumento que solo el papado podía llevar a cabo esta tarea, y declaró que el clero no debe rendir homenaje a sus gobernantes temporales locales.​ Anselmo regresó a Inglaterra del exilio en 1100 después de haber escuchado el pronunciamiento de Urbano II e informó a Enrique que cumpliría los deseos del romano pontífice.​ Enrique estaba en una situación difícil: por un lado, el simbolismo y el homenaje eran importantes para él; por otro lado, necesitaba el apoyo de Anselmo en su lucha con su hermano el duque Roberto II.

Anselmo se atuvo firmemente a la letra del decreto papal, a pesar de los intentos de Enrique de persuadirlo de ceder a cambio de una garantía imprecisa sobre un futuro acuerdo real​ Las cosas se intensificaron, con Anselmo regresando al exilio y Enrique confiscando los ingresos de sus propiedades. Anselmo amenazó con excomulgarlo y, en julio de 1105, ambos finalmente negociaron una solución.​ Se hizo una distinción entre los poderes seculares y eclesiásticos de los prelados, en la que Enrique renunció a su derecho a investir a su clero, pero retuvo la costumbre de exigirles que presentarse y rendirle homenaje por las propiedades temporalidades que poseían en Inglaterra.​ A pesar de este riña, ambos trabajaron en estrecha colaboración, como cuando hicieron frente al intento de invasión de Roberto II de 1101 o en la organización de grandes concilios de reforma en 1102 y 1108.

Estalló una larga disputa entre los arzobispos de Canterbury y York durante el mandato del sucesor de Anselmo, Ralph d'Escures.​ Canterbury —tradicionalmente la más antigua de las dos sedes— había argumentado durante mucho tiempo que el arzobispo de York debería formalmente prometer obediencia a su arzobispo, pero York argumentó que los dos episcopados eran independientes dentro de la Iglesia y que tal promesa no era necesaria. Enrique apoyó la primacía de Canterbury, para asegurar que Inglaterra permaneciera bajo una sola administración eclesiástica, pero el papa prefirió la justificación de York.​ El asunto se complicó por la amistad personal de Enrique con Thurstan, arzobispo de York, y el deseo del rey inglés de que el caso no terminara en una corte papal, más allá de su control.​ Sin embargo, Enrique necesitaba desesperadamente el apoyo del papado en su lucha contra Luis VI de Francia y, por tanto, permitió que Thurstan asistiera al Concilio de Reims en 1119, donde fue consagrado por el romano pontífice sin mencionar ninguna obediencia hacia Canterbury.​ Enrique consideró que esto atentaba contra de las garantías que Thurstan había establecido previamente y lo exilió de Inglaterra hasta que el rey y el arzobispo llegaron a una solución negociada el año siguiente.

Aún después de la querella de las investiduras, el rey inglés continuó desempeñando un papel importante en la selección de nuevos obispos y arzobispos ingleses y normandos.​ Enrique designó a muchos de sus funcionarios para los obispados y, como sugiere el historiador Martin Brett, «algunos de sus oficiales podían esperar una mitra con absoluta confianza».​ Los cancilleres de Enrique y los de sus reinas se convirtieron en obispos de Durham, Hereford, Londres, Lincoln, Winchester y Salisbury.​ Enrique recurrió cada vez más a varios de estos obispos como asesores —particularmente Roger de Salisbury— y rompió con la tradición anterior de depender principalmente del arzobispo de Canterbury.​ El resultado fue un cuerpo cohesivo de administradores, a través del cual Enrique pudo ejercer una influencia cuidadosa y convocaba concilios generales para discutir asuntos políticos importantes.​ Esta estabilidad cambió ligeramente después de 1125, cuando comenzó a introducir una variedad más amplia de candidatos a puestos superiores dentro la Iglesia, que frecuentemente tenían puntos de vista más reformistas, por lo que el impacto de esta generación se sentiría en años posteriores a la muerte de Enrique.

Creencias personales y piedad

Al igual que otros gobernantes de la época, Enrique donó a la Iglesia y patrocinó varias comunidades religiosas, pero los cronistas contemporáneos no lo consideraron un rey inusualmente piadoso.​ No obstante, sus creencias personales y piedad pudieron haberse desarrollado a lo largo de su vida. Enrique siempre se interesó por la religión, pero en sus últimos años pude haber estado mucho más preocupado por asuntos espirituales. De ser cierto, los principales cambios en su pensamiento parecieron haber ocurrido después de 1120 —cuando murió su hijo Guillermo Adelin— y 1129 —cuando el matrimonio de su hija Matilde se tambaleó al borde del desplome—.

Como defensor de la reforma religiosa, Enrique aportó a los grupos reformistas dentro de la Iglesia.​ Era partidario entusiasta de la Orden de Cluny, probablemente por razones intelectuales.​ Donó dinero a la abadía de Cluny y, después de 1120, generosamente a la abadía de Reading, un monasterio cluniacense.​ La construcción de Reading comenzó en 1121 y Enrique la dotó de terrenos amplios y grandes privilegios, lo que la convirtió en símbolo de sus líneas dinásticas.​ También centró sus esfuerzos en promover la conversión de comunidades de clérigos en cánones agustinianos, la fundación de hospitales para leprosos, la ampliación del suministro de conventos de monjas y las órdenes carismáticas de savigniacos y tironensianos.​ Fue un ávido coleccionista de reliquias y envió una embajada a Constantinopla en 1118 para recolectar artículos bizantinos, algunos de los cuales fueron donados a la abadía de Reading.​

Últimos años (1107-1135)

Política continental y galesa (1108-1114)

Normandía se enfrentó a una mayor amenaza por Francia, Anjou y Flandes después de 1108.​ Luis VI ascendió al trono francés en 1108 y comenzó a consolidar a las instituciones centrales.​ Exigió a Enrique que le rindiera homenaje y que dos castillos disputados a lo largo de la frontera con Normandía estuvieran bajo el control de gobernadores neutrales.​ Enrique rehusó hacerlo, por lo que Luis VI movilizó a su ejército.​ Después de algunos pleitos, ambos reyes negociaron una tregua y se retiraron sin luchar, pero dejaron problemas fundamentales sin resolver.​ Fulco V asumió el poder en Anjou en 1109 y comenzó a reconstruir la autoridad angevina.​ También heredó el condado de Maine, pero rechazó reconocer a Enrique como su señor feudal y en su lugar se alió con Luis VI.​ Roberto II de Flandes también se unió brevemente a la alianza, antes de su muerte en 1111.

En 1108, prometió a su hija de seis años, Matilde, a Enrique V, futuro emperador del Sacro Imperio.Para el rey inglés, este era un partido prestigioso; para el soberano teutón, era una oportunidad de restaurar su situación económica y financiar una expedición a Italia, ya que recibió una dote de £ 6666 de Inglaterra y Normandía.​ Reunir este dinero fue un desafío y requirió la implementación de una «ayuda» especial (básicamente, un impuesto) en Inglaterra.​ Matilde fue coronada reina consorte de Enrique V en 1110.​

Enrique respondió a la amenaza de los franceses y angevinos con la ampliación su propia red de seguidores más allá de las fronteras normandas.​ Algunos barones normandos considerados poco fiables eran arrestados o desposeídos y Enrique empleó sus propiedades confiscadas para sobornar a sus potenciales aliados en los territorios vecinos, especialmente Maine. Alrededor de 1110, Enrique había intentado arrestar al joven Guillermo Clito, pero sus mentores lo trasladaron a la segura Flandes antes de que pudiera ser capturado.​ Aproximadamente en este momento, Enrique probablemente comenzó a usar el título de duque de Normandía. Robert de Bellême se enemistó contra Enrique una vez más y, cuando apareció en la corte del rey en 1112 en un nuevo cargo como embajador francés, fue arrestado y encarcelado.​

Las rebeliones estallaron en Francia y Anjou entre 1111 y 1113, por lo que Enrique partió a Normandía para socorrer a su sobrino, el conde Teobaldo de Blois, que se había aliado contra Luis VI en el levantamiento.​ En un intento de aislar diplomáticamente al rey francés, Enrique prometió su hijo, Guillermo Adelin, a la hija de Fulco V, Matilde, y casó a su hija ilegítima Matilde con Conan III, duque de Bretaña, por lo que de esta manera creó alianzas con Anjou y Bretaña, respectivamente.​ Luis VI retrocedió y, en marzo de 1113, se entrevistó con Enrique cerca de Gisors para negociar un acuerdo de paz, que entregó al rey inglés las fortalezas en disputa y confirmó el dominio de Enrique sobre Maine, Bellême y Bretaña.​

Mientras tanto, la situación en Gales se estaba deteriorando. Enrique había liderado en el sur de Gales una campaña en 1108, que impuso la autoridad real en la región y colonizó con flamencos la zona alrededor de Pembroke.​ En 1114, algunos de los señores normandos residentes fueron atacados, mientras que, en el mediodía galés, Owain ap Cadwgan cegó a uno de los rehenes políticos que tenía y, en el norte de Gales, Gruffydd ap Cynan amenazó la autoridad del conde de Chester.​ Enrique envió tres ejércitos a Gales ese año, con Gilbert FitzRichard liderando una fuerza desde el sur, Alejandro I, rey de Escocia, presionando desde el norte y el propio Enrique avanzando hacia el centro de Gales.​ Owain y Gruffudd demandaron la paz y Enrique aceptó un acuerdo político.​ Enrique reforzó las Marcas Galesas con sus propios designados, que fortalecieron los territorios fronterizos.​

Sublevaciones (1115-1120)

Preocupado por la sucesión, Enrique intentó convencer a Luis VI para que aceptara a su hijo, Guillermo Adelin, como el legítimo futuro duque de Normandía, a cambio del homenaje de su hijo.​ Enrique cruzó a Normandía en 1115 y reunió a los barones normandos para jurarle lealtad; también negoció casi con éxito un acuerdo con el rey francés, en que reafirmó el derecho de Guillermo al ducado a cambio de una gran suma de dinero, pero el acuerdo fracasó y Luis VI, con el respaldo de su aliado Balduino VII de Flandes, declaró que Guillermo Clito era el legítimo heredero del ducado.​

La guerra estalló después de que Enrique regresó a Normandía con un ejército para apoyar a Teobaldo de Blois, quien estaba siendo atacado por Luis VI.​ Enrique y Luis VI irrumpieron en las ciudades al otro lado de la frontera y luego se desató un conflicto más amplio, probablemente en 1116.​ Enrique fue forzado a defenderse cuando las fuerzas francesas, flamencas y angevinas comenzaron a saquear la campiña de Normandía.​ Amaury III de Montfort y otros barones se alzaron contra Enrique y hubo un complot de asesinato dentro de su propia casa real.​ La consorte de Enrique, Matilde, murió a principios de 1118, pero la situación en Normandía era lo suficientemente apremiante como para que él no pudiera regresar a Inglaterra para su funeral.

Enrique respondió organizando campañas contra los barones rebeldes y profundizó su alianza con Teobaldo.​ Balduino VII de Flandes fue herido en batalla y murió en septiembre de 1118, lo que alivió la situación de Normandía en el nordeste.​ Enrique intentó aplastar una revuelta en la ciudad de Alenzón, pero fue derrotado por Fulco V y el ejército angevino.​ Obligado a retirarse de Alenzón, la situación de Enrique se deterioró alarmantemente, ya que sus recursos se estiraron demasiado y más barones abandonaron su causa.​ A principios de 1119, Eustaquio de Breteuil y la hija de Enrique, Juliana, amenazaron con unirse a la revuelta de los barones. Intercambiaron rehenes en un intento por evitar el conflicto, pero las relaciones se rompieron y ambas partes mutilaron a sus cautivos. Enrique atacó y tomó la ciudad de Breteuil, a pesar del intento de Juliana de matar a su padre con una ballesta.​ Después de esto, desposeyó a la pareja de casi todas sus tierras en Normandía.

La situación de Enrique mejoró en mayo de 1119 cuando indujo a Fulco V a cambiar de bando al finalmente acordar el compromido de Guillermo Adelin con su hija Matilde, así como pagar a Fulco V una gran cantidad de dinero.​ Fulco V se trasladó al Levante y dejó el condado de Maine a cargo de Enrique, quien ya tenía vía libre para concentrarse en erradicar a sus enemigos restantes.​ Durante el verano, Enrique avanzó hacia el Vexin normando, donde se encontró con el ejército de Luis VI, lo que resultó en la batalla de Brémule.​ Aparentemente Enrique desplegó exploradores y luego organizó sus tropas en varias líneas cuidadosamente formadas de caballeros desmontados.​ A diferencia de las fuerzas de Enrique, los caballeros franceses permanecieron montados; cargaron apresuradamente contra las posiciones anglonormandas y rompieron la primera línea de defensa, pero luego se enredaron en la segunda línea de caballeros de Enrique.​ Rodeado, el ejército francés comenzó a colapsar.​ En el melé, Enrique recibió un golpe con una espada, pero su armadura le protegió.​ Luis VI y Guillermo Clito escaparon de la batalla, lo que permitió a Enrique regresar victorioso a Ruan.

La guerra lentamente se terminó después de esta batalla y Luis VI elevó la disputa sobre Normandía al concilio del papa Calixto II en Reims en octubre.​ Enrique se enfrentó a una serie de demandas francesas sobre su adquisición y posterior gestión de Normandía y, a pesar de ser defendido por Godofredo, arzobispo de Ruan, su caso fue vociferado por los miembros profranceses del concilio.​ Sin embargo, Calixto II declinó de apoyar a Luis VI y simplemente aconsejó a los gobernantes que buscaran la paz.​ Amaury III de Montfort llegó a un acuerdo con Enrique, pero este y Guillermo Clito no lograron un compromiso mutuamente satisfactorio.​ En junio de 1120, Enrique y Luis VI formalmente hicieron las paces en términos ventajosos para el monarca inglés: Guillermo Adelin rindió homenaje a Luis VI y, a cambio, el rey francés confirmó los derechos de Guillermo sobre el ducado.

Crisis de sucesión (1120-1123)

La sucesión de Enrique estuvo en jaque por el hundimiento del Barco Blanco el 25 de noviembre de 1120.​ Enrique había zarpado del puerto de Barfleur para Inglaterra al atardecer y dejó a Guillermo Adelin y muchos de los miembros más jóvenes de la corte para salir esa noche en otro barco, el Barco Blanco.​ Tanto la tripulación como los pasajeros estaban ebrios y, justo fuera del puerto, el navío golpeó una roca sumergida.​ El barco se hundió; murieron aproximadamente 300 personas y solo hubo un sobreviviente, un carnicero de Ruan.​ Al principio, la corte de Enrique estaba demasiado asustada para reportarle la muerte de Guillermo. Cuando finalmente se lo dijeron, se desplomó de dolor.

El desastre dejó a Enrique sin hijo varón legítimo, por lo que sus varios sobrinos entonces eran los herederos masculinos más cercanos. Enrique anunció que tomaría una nueva esposa, Adela de Lovaina, con la perspectiva de un nuevo hijo real; ambos se casaron en el castillo de Windsor en enero de 1121.​ Aparentemente la eligió porque ella era atractiva y provenía de un prestigioso linaje noble. Adela posiblemente era afectuosa con Enrique y le seguía en sus viajes, probablemente para maximizar las posibilidades de concibir un hijo.​ El desastre del Barco Blanco inició un nuevo conflicto en Gales, donde la ejecución por inmersión de Ricardo, conde de Chester, alentó una rebelión dirigida por Maredudd ap Bleddyn.​ Enrique intervino en el norte de Gales ese verano con un ejército y, aunque el rey inglés fue atinado por una flecha galesa, la campaña reafirmó su poder en la región.

Con Guillermo muerto, la alianza de Enrique con Anjou —basada en que su hijo se casaría con la hija de Fulco V— comenzó a desintegrarse.​ Fulco V regresó del Levante y exigió a Enrique que devolviera a Matilde, su dote y varias propiedades y fortificaciones en Maine.​ Matilde regresó a Anjou, pero Enrique argumentó que la dote en realidad le había pertenecido antes de que llegara a manos de Fulco V, por lo que declinó devolver las propiedades a Anjou. Fulco V casó a su hija Sibila con Guillermo Clito y les otorgó Maine.​ Una vez más, estalló el conflicto, cuando Amaury III de Montfort se alió con Fulco V y lideró una revuelta a lo largo de la frontera Normandía-Anjou en 1123.​ Amaury III se unió a otros barones normandos, encabezados por Galerano de Beaumont, conde de Meulan y uno de los hijos del antiguo aliado de Enrique, Robert de Meulan.​

Enrique primero envió a Roberto de Gloucester y Ranulf le Meschin a Normandía y luego intervino a fines de 1123.​ Comenzó el proceso de asedio de los castillos rebeldes, antes de pasar el invierno en el ducado.​ En la primavera, la campaña comenzó de nuevo. Ranulf recibió información de que los rebeldes regresaban a una de sus bases en Vatteville, lo que le permitió tenderles una emboscada mientras se dirigían a Rougemontiers; Galerano cargó contra las fuerzas reales, pero sus caballeros fueron derribados por los arqueros de Ranulf y los rebeldes se vieron rápidamente vencidos.​ Galerano fue capturado, pero Amaury III escapó.​ Enrique liquidó el resto de la rebelión, cegó a algunos de los líderes rebeldes —considerado, en ese momento, un castigo más misericordioso que la ejecución— y recuperó los últimos castillos rebeldes.​ El rey inglés pagó al papa Calixto II una importante suma de dinero a cambio de que el papado que anulara el matrimonio de Guillermo Clito y Sibila por razones de consanguinidad.​

Planificación de su sucesión (1124-1134)

Enrique y su nueva esposa no concibieron hijos, lo que generó inquietantes especulaciones sobre la posible explicación, mientras el futuro de la dinastía parecía estar en riesgo.​ Probablemente Enrique empezó a buscar de entre sus sobrinos un posible heredero. Pudo haber considerado a Esteban de Blois como una posible opción y, tal vez en preparación a esto, arregló un matrimonio ventajoso para Esteban con una acaudalada heredera, Matilde.​ Teobaldo de Blois, su cercano aliado, posiblemente también sintió que contaba con el favor de Enrique.​ Guillermo Clito, la elección preferida del rey Luis VI, mantenía una enemistad con Enrique y, por tanto, no era apto.​ Posiblemente Enrique también haya considerado a su propio hijo ilegítimo, Roberto de Gloucester, como posible candidato, pero la tradición y las costumbres inglesas le habrían desfavorecido.​

Los planes de Enrique cambiaron cuando el consorte de su hija Matilde, el emperador teutón Enrique V, murió en 1125.​ Convocó a su hija a Inglaterra al año siguiente y declaró que, si él moría sin heredero varón, ella sería su legítima sucesora.​ Los barones anglonormandos se reunieron en Westminster en la Navidad de 1126, donde juraron reconocer a Matilde y cualquier futuro heredero legítimo que pudiera tener.​ Presentar de esta manera a una mujer como heredera potencial era inusual: la oposición a Matilde siguió existiéndose dentro de la corte inglesa y Luis VI se opuso con vehemencia a su candidatura.

Otro conflicto estalló en 1127 cuando Carlos, conde de Flandes y sin descendencia, fue asesinado, lo que provocó una crisis de sucesión local.​ Con el respaldo por el rey Luis VI, Guillermo Clito fue elegido por los flamencos para convertirse en su nuevo gobernante.​ Este ascenso amenazó potencialmente a Normandía; Enrique comenzó a financiar una guerra subsidiaria en Flandes y promovió las reclamaciones de los rivales flamencos de Guillermo.​ En un esfuerzo por interrumpir la alianza francesa con Guillermo, Enrique montó un ataque a Francia en 1128 y forzó a Luis VI a cortar su ayuda a Guillermo,​ quien murió inesperadamente en julio, desapareciendo el último rival importante del gobierno de Enrique y deteniendo la guerra en Flandes.​ Sin Guillermo, la oposición de los barones en Normandía carecía de líder. Se hizo una nueva paz con Francia y el rey inglés finalmente pudo liberar a los prisioneros restantes de la revuelta de 1123, entre ellos Galerano de Beaumont, quien fue rehabilitado en la corte real.

Mientras tanto, Enrique reconstituyó su alianza con Fulco V de Anjou, esta vez casando a Matilde con su hijo mayor, Godofredo.​ La pareja se comprometió en 1127 y se casó el año siguiente.​ Se desconoce si Enrique tenía la intención de que Godofredo V tuviera una futura reclamación sobre Inglaterra o Normandía y probablemente mantendría el estatus de Godofredo V deliberadamente en incertidumbre. Del mismo modo, aunque a Matilde le concedieron varios castillos de Normandía como parte de su dote, no se especificó cuándo la pareja realmente tomaría posesión de estos.​ Fulco V dejó Anjou rumbo a Jerusalén en 1129 y declaró a su hijo Godofredo conde de Anjou y Maine.​ El matrimonio resultó difícil, ya que la pareja no se agradaba entre sí y los disputados castillos demostraron ser un tema frecuente de discusión, lo que provocó en que Matilde regresara a Normandía más tarde ese año.​ Aparentemente Enrique culpó a Godofredo V por la separación, pero en 1131 la pareja se reconcilió. Para mayor placer y alivio de Enrique, Matilde dio a luz a dos hijos, Enrique y Godofredo, en 1133 y 1134, respectivamente.

Muerte y herencia

Muerte (1135)

Las relaciones entre Enrique, Matilde y Godofredo V se volvieron cada vez más tensas durante los últimos años del rey inglés. Matilde y Godofredo V sospechaban que carecían de un apoyo genuino en Inglaterra. En 1135 instaron a Enrique a entregar los castillos reales en Normandía a su hija mientras todavía vivía e insistieron en que la nobleza normanda jurara lealtad inmediata a ella, para otorgar así a la pareja una posición más poderosa después de la muerte de Enrique.​ Enrique rehusó enojado hacerlo, probablemente por temor a que Godofredo V intentara tomar el poder en Normandía. Estalló una nueva rebelión entre los barones en el sur de Normandía, dirigida por Guillermo, conde de Ponthieu, con el cual Godofredo V y Matilde intervinieron en apoyo de los rebeldes.

Enrique hizo campaña durante el otoño, fortaleció la frontera sur y después viajó a Lyons-la-Forêt en noviembre para disfrutar de un poco de cacería, aparentemente en buen estado de salud.​ Allí cayó enfermo —según el cronista Enrique de Huntingdon comió demasiadas («un exceso de») lampreas en contra del consejo de su médico— y su condición empeoró en el transcurso de una semana.​ Una vez que su estado pareció terminal, Enrique dio su confesión y convocó al arzobispo Hugues de Amiens, al que se unieron Roberto de Gloucester y otros miembros de la corte.​ De acuerdo con la costumbre, se hicieron preparativos para saldar las deudas pendientes de Enrique y revocar las sentencias pendientes de incautación.​ Murió el 1 de diciembre de 1135 y su cadáver fue llevado a Ruan, acompañado por los barones, donde fue embalsamado; sus entrañas fueron enterradas localmente en el priorato de Notre-Dame-du-Pré y el cuerpo preservado fue llevado a Inglaterra e inhumado en la abadía de Reading.

A pesar de los esfuerzos de Enrique, la sucesión fue disputada. Cuando las noticias sobre la muerte del rey comenzaron a extenderse, Godofredo V y Matilde estaban en Anjou apoyando a los rebeldes en su campaña contra el ejército real, que incluía a varios partidarios de Matilde como Roberto de Gloucester.19​ Muchos de estos barones habían jurado permanecer en Normandía hasta que el difunto rey fuese enterrado adecuadamente, lo que les impidió regresar a Inglaterra.​ La nobleza normanda discutió y declaró rey a Teobaldo de Blois.​ Sin embargo, el hermano menor de Teobaldo, Esteban de Blois, partió rápidamente de Boulogne a Inglaterra, acompañado por sus militares.Con la ayuda de su hermano, Enrique de Blois, tomó el poder en Inglaterra y fue coronado rey el 22 de diciembre.​ Matilde no renunció a su reclamo sobre Inglaterra y Normandía, lo que llevó a una prolongada guerra civil conocida como la Anarquía entre 1135 y 1153.​

Valoraciones historiográficas

Los historiadores han recurrido a varias fuentes sobre Enrique, como los relatos de cronistas y los primeros rollos de registros financieros; también los edificios y arquitectura supervivientes.​ Los tres cronistas principales que describieron los eventos de la vida de Enrique fueron William de Malmesbury, Orderico Vital y Enrique de Huntingdon, pero cada uno incorporó extensos comentarios sociales y morales en sus relatos y tomaron prestados diversos recursos literarios y eventos estereotípicos de diferentes obras populares.​ Entre otros cronistas están Eadmer, Hugo «el Cantor», el abad Suger y los autores de la Crónica de los príncipes.​ No todos los documentos reales del período han sobrevivido, pero existe una serie de actos reales, cartas, escritos y misivas, junto con algunos registros financieros tempranos.​ Algunos de estos han sido descubiertos como falsificaciones y otros han sido modificados o manipulados posteriormente.​

Los historiadores de la baja Edad Media retomaron los relatos de cronistas seleccionados sobre la educación de Enrique y le dieron el título de Enrique «Beauclerc», un tema que se hizo eco del análisis de historiadores victorianos y eduardianos, como Francis Palgrave y Henry William Carless Davis.​ El historiador Charles David desestimó estos trabajos en 1929 y argumentó que las afirmaciones más excepcionales de la educación de Enrique carecían de fundamento.​ Las historias modernas sobre Enrique comenzaron con el trabajo de Richard Southern a principios de los años 1960, seguido por una extensa investigación durante el resto del siglo xx en una surtido de temas de su reinado en Inglaterra y un número mucho más limitado de estudios de su gobierno en Normandía.​ Solo se han producido dos biografías principales y modernas de Enrique: el volumen póstumo de Warren Hollister en 2001 y el trabajo de Judith Green en 2006.

La interpretación de la personalidad de Enrique por los historiadores ha cambiado con el tiempo. Los primeros historiadores —como Austin Lane Poole y Richard Southern— le consideraban un gobernante cruel y draconiano.​ Los historiadores más recientes —como Hollister y Green— observaron su implementación de la justicia mucho más compasiva, particularmente cuando se compara con los estándares del momento, pero incluso Green opinó que Enrique era, «en muchos, aspectos muy desagradable» y Alan Cooper advirió que varios cronistas contemporáneos estaban probablemente tan asustados del rey inglés como para expresar muchas críticas.​ Los historiadores también han debatido en qué medida las reformas administrativas de Enrique constituyeron genuinamente una introducción de —lo que Hollister y John Baldwin denominaron— «realeza administrativa» sistemática o si su perspectiva seguía siendo fundamentalmente tradicional.

El nicho de Enrique en la abadía de Reading estabo marcada por una cruz local, pero este monasterio fue demolido poco a poco durante la disolución de los monasterios en el siglo xvi.​ La ubicación exacta de la tumba es incierta, pero la más probable ahora se encuentra en una zona edificada del centro de Reading, en el lugar donde se situaba el coro de la abadía.​ Se anunció un plan para localizar sus restos en marzo de 2015, con el apoyo de la agencia English Heritage y Philippa Langley, quienes participaron en la exitosa exhumación de Ricardo III en septiembre de 2012.​

Descendientes

Legítimos

Aparte de Matilde y Guillermo,​ Enrique posiblemente tuvo un hijo efímero, Ricardo, de su primer matrimonio con Matilde de Escocia.​ No tuvo hijos con su segunda esposa, Adela de Lovaina.

Ilegítimos

Enrique tuvo varios hijos ilegítimos por muchas amantes.

Hijos

  1. Roberto de Gloucester (n. c. 1090).

  2. Richard: hijo de Ansfride, criado por Robert Bloet, obispo de Lincoln.​

  3. Reginald de Dunstanville, conde de Cornualles (n. c. 1110-1120): posiblemente nacido de Sibyl Corbet.​

  4. Robert FitzEdith «Hijo del Rey»: nacido de Ede, hija de Forne.

  5. Gilbert FitzRoy: posiblemente nacido de una hija sin nombre documentado o hija de Walter de Gand.​

  6. Guillermo de Tracy (n. c. 1090).​

  7. Henry FitzRoy: posiblemente hijo de Nest ferch Rhys.

  8. Fulk FitzRoy: posiblemente hijo de Ansfride.

  9. William: hermano de Sibila de Normandía, probablemente hermano de Reginald de Dunstanville.

Hijas

  1. Matilde FitzRoy, condesa de Perche.

  2. Matilde FitzRoy, duquesa de Bretaña.

  3. Juliana de Fontevrault: esposa de Eustaquio de Breteuil: posiblemente hija de Ansfrida.

  4. Mabel, esposa de William Gouet.​

  5. Constanza, vizcondesa de Beaumont-sur-Sarthe.

  6. Alice FitzRoy: esposa de Mateo de Montmorency.

  7. Isabel: hija de Isabel de Beaumont, condesa de Pembroke.

  8. Sibila de Normandía, reina consorte de Escocia (n. c. 1100).​

  9. Matilde FitzRoy, abadesa de Montivilliers.

  10. Gundrada de Dunstanville.​

  11. Posiblemente Rohese: esposa de Henry de la Pomerai.

  12. Emma; esposa de Guy de Laval.

  13. Adeliza FitzRoy.​

  14. La esposa (sin nombre documentado) de Fergus de Galloway.

  15. Posiblemente Sibila de Falaise.

Ancestros

Enrique I llorando la muerte de su hijo. Representación de principios del s. xiv.

Hundimiento del Barco Blanco, navío en el que iba Guillermo Adelin. Ilustración de Pictures of English History, 1868.

Luis VI de Francia (a la izquierda) ante el papa Calixto II en una audiencia. Miniatura del s. xiv.

Miniatura iluminada de Anselmo de Canterbury en Prayers and Meditations(c. s. xii).

Matilde de Escocia, primera esposa de Enrique I. Miniatura del s. xiii.

Escudo de Enrique I de Inglaterra

Familia

Información personal

Gran sello de Enrique I en su trono.

Rey de Inglaterra

Enrique I de Inglaterra

Descendencia

Consorte

Madre

Padre

Dinastía

Religión

Entierro

Fallecimiento

Nacimiento

Coronación

Sucesor

Predecesor

Sucesor

Predecesor

Roberto de Gloucester y su esposa Mabel en una ilustración de Founders' and benefectors' book of Tewkesbury Abbey (c. 1500-1525).

Páginas del manuscrito galés Crónica de los príncipes, una de las fuentes sobre el reinado de Enrique I.

Peniques de plata acuñados durante su reinado en la ceca de Oxford.

Ruinas de la sala capitular de la abadía de Reading. Fotografía tomada en c. 1870.

Ataviado con sus vestiduras reales en una miniatura de Historia Anglorumpor Mateo de París (c. s. xiii).

Aldea de Tinchebray en 2009.

Enrique I retratado en una miniatura del s. xiii.

Coronación de Enrique I. Dibujo en un manuscrito del s. xvii.

Mont-Saint-Michel, donde tuvo lugar el asedio de 1091.

El obispo Odón (blandiendo el garrote en el centro) encarceló a Enrique entre 1088-1089. Detalle del tapiz de Bayeux (c. 1070).

Representado en una miniatura del s. xiii.

Ancestros de Enrique I de Inglaterra

Notas

  1. La fecha del nacimiento de Enrique depende de la comparación de relatos de cronistas y los diversos viajes de sus padres Guillermo I y Matilde; estos arrojan períodos limitados en los que Enrique podría haber sido concebido y nacido. El historiador Warren Hollister prefiere el verano de 1068, Judith Green a finales de año, aunque es probable que Enrique haya nacido a principios de 1069. El posible lugar de nacimiento de Selby se basa en una tradición local.

  2. El cronista Orderico Vital describió una interesante pelea que, según él, ocurrió entre Enrique y sus hermanos Roberto y Guillermo en la ciudad de L'Aigle; los historiadores modernos, como Judith Green y Warren Hollister, se inclinan a dudar de la veracidad de esta historia.

  3. El historiador Warren Hollister descartó la idea de que Enrique haya estado alguna vez destinado al clero; Judith Green estuvo menos segura.

  4. Los cronistas variaron al informar la suma como £ 2000 o £ 5000, aunque esta última cifra es la más comúnmente citada entre los historiadores posteriores.

  5. £ 5000 habrían formado alrededor de 1.5 millones de centavos de plata, una suma difícil de sacar del ducado si Enrique se oponía.

  6. Normandía occidental había sido originalmente destinada para el difunto hermano de Enrique, Ricardo, y estaba convenientemente lejos de la capital en Ruan.

  7. Los cronistas varían en su descripción de la duración del asedio y los datos varían entre 15 días y seis semanas. Warren Hollister prefirió seis semanas; Judith Green, 15 días.

  8. La decisión de Enrique de no unirse a la campaña principal pudo deberse a que las fuerzas de Roberto II eran lo suficientemente fuertes como para evitar que se uniera a Guillermo II en Eu.

  9. David Carpenter consideró la muerte de Guillermo II como, «casi seguro, un accidente»; Warren Hollister consideró que «con mucho, la explicación más probable para el asesinato es simplemente ... que fue un accidente de caza»;Judith Green opinó que, «en general, parece más probable que Rufo haya muerto por un accidente».​ Emma Mason fue más sospechosa y dio crédito a la teoría de que Guillermo II fue asesinado, ya sea por el propio Enrique o agentes del rey francés.​ En la línea minoritaria también se encuentra Austin Lane Poole, quien consideraba a Enrique un «usurpador»; en sus escritos, a principios del siglo xx, argumentó que los hechos «se ven feos» —particularmente, la salida de Tirel de la escena, el motivo potencial de Enrique y su aparente indiferencia hacia su hermano— y «parecen sugerir un complot».

  10. Los cronistas Eadmer, Malmesbury y Orderico describieron a la pareja muy cercana y Eadmer señaló que estaban enamorados.​

  11. Anselmo fue criticado en algunos círculos por permitir el matrimonio real.

  12. El único cronista que sugiere un segundo hijo es Gervasio de Canterbury.​

  13. La bisexualidad también era común en este grupo social, pero no existe evidencia que sugiera que Enrique tuviera amantes masculinos.

  14. La mayoría de los cronistas informaron esta suma como 3000 marcos, equivalentes a £ 2000, pero Orderico registró el monto acordado como £ 3000.

  15. Los cronistas contemporáneos proporcionaron varias fechas posibles para la batalla, como el 27, 28 o 29 de septiembre. Esta última es la más utilizada por los historiadores modernos, aunque la historiadora Judith Green fue menos segura.

  16. Godofredo de Monmouth comparó memorablemente a Enrique con el «León de la Justicia» en su Historia Regum Britanniae, en una sección en la que relata las profecías de Merlín. A pesar de que Enrique no era nombrado en el documento en sí, los historiadores coinciden en que Godofredo intentó referirse a él, pero existen diferentes interpretaciones del símil en sí mismo. Por ejemplo, Judith Green opinó que la descripción era positiva; Alan Cooper es mucho más cauteloso y señaló que, en este período, los leones se consideraban fuertes pero también brutales y crueles, por lo que el contexto circundante en la sección ciertamente no es halagador sobre el sujeto.

  17. En 1124, Enrique recibió informes de sus soldados de que les habían pagado en centavos de plata ingleses de calidad inferior. Enrique instruyó a Roger de Salisbury para que investigara y ordenó que a los falsificadores encontrados culpables se les cortara la mano derecha y los genitales. La sentencia era llevada a cabo en Salisbury por el obispo. Los cronistas contemporáneos aprobaron la acción firme de Enrique.

  18. El historiador David Crouch notó que muchos de los principales asesores y funcionarios de Enrique luego lamentaron sus acciones en nombre del rey, ya que «la vida en la corte del rey Enrique tendía a poner una carga sobre las conciencias de sus internos».

  19. Anselmo usó la metáfora del gobierno como un arado tirado por dos bueyes, el rey y el arzobispo gobernando por derecho temporal y religioso, respectivamente.

  20. Evaluar la actitud personal de Enrique hacia la religión a través de su vida es un desafío. El historiador Richard Southern señaló los dos eventos en 1120 y 1129,​ aunque Martin Brett descartó 1120 como una fecha probable y prefirió 1129 como fecha clave.​ Judith Green fue más cautelosa y observó que la moda entre los cronistas durante el período posterior era centrarse más en sus escritos sobre los temas de arrepentimiento y confesión y esto puede haber dado una falsa impresión de un cambio en el pensamiento de Enrique.​ Henry Mayr-Harting también dudó del alcance de la evidencia de un cambio en la mitad de su vida, pero mostró más de su piedad anterior, lo que sugiere que Enrique siempre estuvo más inclinado a la religión de lo que alguna vez se pensó.

  21. El cronista abad Suger sugirió que el incidente fue embarazoso para Enrique, ya que se había negado a la batalla, pero fue una decisión militar prudente.

  22. La dote fue de 10 000 marcos en plata, equivalente a £ 6666.

  23. En latín, el título ducal era dux Normannorum, literalmente «duque de los normandos».

  24. La fecha de esta campaña es incierta; Judith Green la ubicó firmemente en 1116, mientras que Warren Hollister fue menos seguro y optó entre 1116 y 1118.

  25. En febrero de 1119, Eustaquio y Juliana de Breteuil, antiguos aliados de Enrique, amenazaron con rebelarse a menos que se les diera el castillo de Ivry-la-Bataille.​ Enrique prometió a Eustaquio la fortaleza y, para mostrar sus buenas intenciones, intercambió rehenes —las hijas de Eustaquio y Juliana por el hijo del gobernador del castillo—.​ Según el cronista Orderico Vital, Eustaquio cegó al hijo del gobernador del castillo, mientras Enrique permitió que las hijas, sus nietas ilegítimas, fueran cegadas y mutiladas.​ Eustaquio intentó movilizar a sus fuerzas y defender Breteuil contra un ataque de Enrique; a pesar de esto, el rey inglés tomó la ciudad, pero Juliana, después de intentar matar a su padre con una ballesta, huyó.​

  26. La roca sumergida era probablemente la roca de Quillebouef o el ras de Barfleur.

  27. La velocidad con la que el segundo matrimonio de Enrique tuvo lugar sugiere que él había estado planeando volver a casarse de todos modos, aún antes del desastre del Barco Blanco.

  28. No está claro qué llevó a Galerano de Beaumont a rebelarse contra Enrique. Galerano pudo haber creído genuinamente que Guillermo Clito tenía derecho legítimo sobre el ducado y pensó que era improbable que se beneficiara bajo el gobierno de Enrique.

  29. La ley de la Iglesia medieval en ese momento prohibía el matrimonio dentro de los siete grados. En la práctica, la mayoría de las clases altas estaban relacionadas de esta manera, pero la ley podía invocarse ocasionalmente para anular matrimonios.

  30. No se sabe con precisión cuáles fueron los rumores sobre el fracaso de Enrique en tener hijos y si el problema recayó en uno o en ambos cónyuges.

  31. Los relatos de los cronistas medievales de este juramento varían según los detalles. Guillermo de Malmesbury declaró que los nobles presentes reconocieron a Matilde como heredera legítima sobre la base de su ascendencia real paterna y materna; Juan de Worcester describió la herencia de Inglaterra como condicionada a que Matilde tenga un heredero varón legítimo; la Crónica anglosajona sugiere que se había hecho un juramento sobre la herencia de Inglaterra y Normandía; ni Orderico Vital ni Enrique de Huntingdon registraron el evento en absoluto. Algunos relatos de cronistas pudieron haber sido influenciados por la adquisición del trono por parte de Esteban en 1135 y los eventos posteriores de la Anarquía.​

  32. El trabajo del historiador Geoffrey White en los años 1940 produjo una extensa lista de los hijos ilegítimos de Enrique, que constituye la base de la investigación académica más reciente, por Kathleen Thompson.

  33. Tradicionalmente, la madre de Henry FitzRoy se identifica como Nest ferch Rhys, aunque el trabajo más reciente de Kathleen Thompson arroja dudas sobre esta teoría.

  34. White argumentó que la madre de Sibila era Sibila Corbet de Alcester, aunque una investigación más reciente de Kathleen Thompson desacredita esta teoría.

  35. Rohese puede haber sido la hija del rey inglés, pero es más probable que su padre fuera Herbert FitzHerbert.

  36. Sibila puede haber sido la hija del rey inglés, pero es más probable que su padre fuera su hermano Roberto II.