Historia de España

COMPENDIO DE HISTORIA DE ESPAÑA

Definición de la Historia de España .-Relaciones con la Historia universal. - Importancia de su estudio. - Resumen geográfico: aplicaciones. - Divisiones cronológicas,-Caracteres generales de cada Edad.

Definición de la Historia de España

Historia de España es la narración sistemática de los hechos realizados libremente por el Pueblo Español, en cumplimiento de su destino providencial, y contribuyendo al desarrollo progresivo de la vida universal humana. Esta definición se funda en que la Nación, sea cualquiera el lugar que ocupe en el espacio, no es más que una suma de individuos, los cuales, aunque caracterizados por fisonomía propia, viven, se desarrollan y trabajan en el seno de una misma humanidad, obedeciendo a comunes destinos, elementos y origen.

Sus relaciones con la Historia universal.

Las relaciones entre las nacionalidades y la humanidad son análogas a las; que existen entre los individuos y la familia; aquellas y estos simbolizan lo personal y lo vário, en tanto que las unidades superiores representan lo característico y lo uno: las Historias particulares son a la Historia universal como las ramas al tronco del árbol que las mantiene.

La Historia de España se halla relacionada concretamente con la Universal, entre otros, por tres hechos fundamentales: la

Reconquista cristiana que imposibilitó «en el siglo VIII de J. C. la invasión general europea de los Musulmanes, vencedores en Asia y África; el

descubrimiento del Nuevo mundo, en el siglo XV, favorecido por Isabel la Católica; y la guerra de la independencia que inutilizó los proyectos de Monarquía europea ideados por Napoleón I en el siglo XIX.

Importancia. de su estudio .

La importancia de la Historia de España para los españoles, aun prescindiendo de su natural grandeza, se comprende con

facilidad teniendo en cuenta que el destino de la generación presente está ligado al destino de las generaciones pasadas, y que desconociendo éste es imposible cumplir bien con aquél.

Resumen geográfico: aplicaciones

La Península Ibérica se halla comprendida entre los 43°47'29" y 35°59'49" de latitud Norte, y los 7°0'36" Este y 5°38' 1 l " Oeste del meridiano de Madrid, al Sur·Oeste de Europa, entre el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo, separada de Francia por la cordillera de los Pirineos y del África por el estrecho de Gibraltar.

De carácter eminentemente continental, a pesar de ceñirla el mar en las siete octavas partes de su. perímetro, ofrece el aspecto de un todo geográfico, dividido en dos secciones por la cordillera central o ibérica, de la cual a su vez arrancan otras cuatro, denominadas Carpetana, Oretana, Mariánica y Penibética, que van a sumergirse en el Atlántico: los principales ríos, como el Duero, el Tajo, el Guadalquivir y el Guadiana desembocan por la costa occidental, mientras que solo el Ebro, entre los notables, confunde sus aguas con las del Mediterráneo.

La elevación de las tierras en el interior, la constitución geológica del suelo, la configuración desigualmente ondulada del litoral y lo complicado del sistema orográfico, hacen que la misma naturaleza haya dividido la Península en siete regioncs naturales y distintas que son: 1ª. La meseta central que comprende los antiguos Reinos de Castilla (menos la provincia de Santandcr) León y Exttemadura; 2ª. La costa de Levante con los de Valencia y Múrcia 3ª. Aragón y Cataluña; 4ª. Navarra y el País Vasco; 5ª. Galicia, Asturias, y Santander; 6ª. Andalucía; y 7ª. el País vecino de Portugal.

El clima es vário, pues encontramos territorios cuyo riguroso invierno deja el turno, casi sin transición, a un, verano sofocante; otros, cuyos habitantes viven en perpetua primavera; algunos muy semejantes a los ardorosos países :africanos; y finalmente, no pocos que recuerdan las frías nebulosidades del Norte.

A esta variedad climatológica corresponde otra mayor de producciones: no lejos de las áridas montañas arcillosas o de las vastas llanuras con sus campos de cereales, se admiran bellísimos jardines cercados con setos de naranjos y de limoneros, que perfuman el ambiente; frente a las colinas que hermosean la vid y el olivo o las costas donde se alzan las palmeras cargadas de fruto, los picachos escuetos y coronados de perpetua nieve, donde la vegetación es imposible.

La diversidad de comarcas, clima y producciones supone necesariamente la del carácter de los habitantes, notándose bien marcada entre los altivos aragoneses, vascos y navarros, los graves e industriosos catalanes, los dulces y afables asturianos y gallegos, los francos e independientes castellanos, y los jocosos y apasionados andaluces: esto no es obstáculo, sin embargo,

para que los españoles todos tengan un carácter propio y cierta genialidad característica que les distingue de las restantes nacionalidades; que no en vano constituye España una sola expresión geográfica.

Divisiones cronológicas.

La Historia de España se divide cronológicamente en tres Edades: Antigua desde los tiempos más remotos (?) hasta la invasión de los Bárbaros en el siglo v de J. C. (? -414), Media, hasta el advenimiento de la casa de Austria en el XVI

( 414 - 1506) y Moderna, que se prolonga hasta nuestros días ( 1506 - 1888).

La Edad Antigua comprende los periodos siguientes:

1º. Tiempos prehistóricos, hasta la venida de los Fenicios (?-1100 a. de]. C)

2º. España fenicia y griega,hasta la invasión de los Cartagineses (1100-238);

3º. España cartaginesa, que termina con la intervención de los Romanos (238-206);

4º. España Romana,que se extiende hasta los comienzos de la Edad Media.

La Edad Media comprende tres:

1º. España visigoda, hasta la invasión de los musulmanes (414-711);

2º. España Musulmana, que termina con la conquista de Granada por los Reyes Católicos (711-1492);

Y paralelo al anterior, 3º. o de la Reconquista Cristiana, que tiene su origen en los comienzos del reino de Asturias y se extiende hasta la Casa de Austria (718-1506).

En la Edad Moderna distinguiremos dos:

1º. La monarquía absoluta, hasta la guerra de la Independencia (1506- 1808);

2º.La monarquía constitucional, hasta la muerte de Fernando VII (¡Sq- ¡832). Con el reinado de Isabel II empieza lo que llamaremos Historia contemporánea, que no puede todavía dividirse en periodos por estar tan próxima a nosotros.

Caracteres generales.de cada Edad

La Edad Antigua se caracteriza porque el pueblo español, excepción hecha de su valor esforzado y natural independiente,

refleja los ideales y civilizaciones de las razas extrañas que sucesivamente le dominaron; el hecho principal es la educación de los españoles por los romanos.

En la Edad Media señálase una doble oposición que informa los acontecimientos todos, sea cualquiera su índole y carácter:

1º. La profunda antipatía a los extranjeros, ya se llamen visigodos, cristianos o musulmanes, que es el alma de la Reconquista;

2º. Las luchas entre los reyes, los nobles y el pueblo, reflejadas en el Fuero juzgo, en los Fueros municipales y en el Fuero viejo de Castilla. Las unidades social, política y religiosa, que los Reyes Católicos simbolizan, son el hecho culminante y paralelo al de la Reconquista, que en este lapso de tiempo debe colocarse en primer término.

La Edad Moderna presencia la muerte de las libertades patrias y el empobrecimiento de la nación hasta un grado inconcebible, por más que, con el advenimiento de la Dinastía Borbónica, renacen los intereses morales y materiales: el hecho fundamental es la coalición europea para evitar la fusión de las coronas española y francesa en los descendientes de Luis XIV.

Con el principio de la Historia Contemporánea coincide el planteamiento del sistema constitucional o representativo que actualmente rige.

EDAD ANTIGUA.

(?)-414 )

TIEMPOS PREHISTÓRICOS

Tradiciones relativas a los Aborígenes de España.-Su Importancia.-Los Iberos su origen, costumbres, cultura.- Principales tribus Iberas.-Los Celtas: su origen, costumbres y cultura.-Principales tribus Celtas.-Los Celtíberos: su formación, costumbres y cultura.-Principales tribus Celtíberas .- Monumentos que de este periodo se conservan.

Tradiciones relativas a los Aborígenes de España

Flavio Josefo dice en su Historia de los Judíos que Tubal, biznieto de Noé, señaló asiento a los Tobelios o Iberos; afirmación en la cual se han fundandolos antiguos cronistas para deducir que estas gentes semíticas fueron los primeros pobladores de España, de nominada primitivamente Iberia: con decir que Josefo se refiere a los Iberos asiáticos, establecidos en el

Cáucaso, queda refutada semejante opinión.

Menos autoridad merecen todavía los que atribuyen este hecho a Tharsis, pues de que los hijos de Javán dividieran las islas en regiones, tomando cada uno la suya según su idioma y familia, y de que un territorio español se denominara alguna vez Tharscya, no se deduce que la tribu de Tharsis fuese nuestra aborigen.

Su importancia

Aun falsas y todo, es indudable que ambas tradiciones encierran algún fondo de verdad, pues parece probada la existencia de gentes españolas, anteriores a la fecha asignada a la inmigración de los Iberos. Para conoce¡; quiénes fueran estas arrojan todavía poca luz los descubrimientos realizados en varias cavernas como las de Carchena y Fuencaliente, las cuales prueban la existencia de trogloditas en España, trogloditas que usaban hachas y cuchillos de pedernal, vestían túnicas y sandalias de esparto, utilizaban á manera de alfileres las espinas resistentes de los pescados y trabajaban el oro a martillo.

Más veracidad ofrecen, tal vez, las analogías entre el cráneo de Forbes y los de la raza de Canstad, como entre los utensilios descubiertos en el terreno cuaternario de Madrid y los atribuidos á la raza de Cro-magnón para deducir la existencia de ambas en España, durante las edades del mamuth y del reno, pero así y todo, esperemos que nuevos descubrimientos aclaren de una vez tan importante problema.

Los Iberos: su origen, costumbres y cultura

Las primeras noticias históricas que de nuestras Aborígenes tenemos se refieren al pueblo Ibero, procedente de la gran familia Arya establecida primitivamente en Asia, desde el Ganges hasta la Bactriana, y que después de poblar los territorios de Grecia, Italia y Francia, se establece en España en el valle del Ebro, a lo largo de la costa de Levante, y en la región meridional, imponiendo nombre a los ríos Anas (Guadiana), Tagus (Tajo), Iber (Ebro) y otros.

EDAD ANTIGUA

El fondo del carácter Ibero se hallaba constituido por un amor a la independencia que rayaba en fiereza, un sentimiento grandísimo de personal dignidad, y decidida afición al trabajo. Sabemos también que eran sencillos en su trato, bulliciosos en sus alegrías y hospitalarios con el extranjero; que rendían culto a los astros, principalmente a la luna, y honraban a los muertos enterrandolos convenientemente; que fabricaban instrumentos de piedra pulimentada, e iban vestidos con pieles, cuando no con telas toscas dé cáñamo; y no falta, por último, quien afirme hablaban el idioma cúscaro como los vascongados, dolicocéfalos lo mismo que ellos.

Principales tribus iberas

Las principales tribus Iberas fueron; los Ilerketcs, en las actuales provincias de Huesca y Lérida; los Ausetanos, Indiketas, Laletanos y Cosetanos, en las de Barcelona, Gerona y Tarragona; los Ilerkaones, en el valle del Ebro; los Edetanos y Badetanos, en las de Murcia y Valencia; los Contestanos, en la de Almena; los Bástulos, en la costa del S. E.; los tartesios, en la región andaluza que tiene por centro la cuenca del Guadalquivir; y los Turdetanos, en el litoral del S. O. a partir del estrecho de Gibraltar.

Los Celtas: su origen, costumbres y cultura.

La invasión de los Celtas no se verificó de una sola vez, sino pausada y lentamente: descendientes de los Turanios, familia asiática, se hallaban desde tiempo inmemorial en pacífica posesión del país francés moderno, cuando la irrupción de los Galos les obliga a emigrar no lejos de la costa Cantábrica, a través de los Pirineos, y avanzan sobre el actual territorio de Asturias, Galicia y Portugal, hasta las tierras ocupadas por los turdetanos, de los cuales, no pocos, en vez de refugiarse hacia el interior, se quedan con estos invasores para mezclarse con ellos y formar, más tarde, la raza Celtíbera.

De carácter sencillo y candoroso, vivían los Celtas dedicados al pastoreo, la caza y la pesca : divididos en tribus independientes, se gobernaban en forma vária, ya patriarcal, democrática o despóticamente, pero reconociendo tres estados sociales, los sacerdotes, los guerreros y el pueblo. Su religión era el druidismo, que consagra el culto del Sol, la Luna, las tempestades y la lluvia, y cuyas divinidades dedicaban groseras ceremonias.

Se supone que su idioma fuera muy semejante al moderno Bretón, como lo prueba un canto galo-celta atribuido a Taliesin, poeta del siglo IV a. de J. C.

Principales tribus celtas

Las principales tribus en que los Celtas se hallaban divididos eran: los cántabros, en las Provincias Vascongadas y Santander; los astures, en las de León y Oviedo; los galaicos, en Galicia; y los lusitanos, en Extremadura y Portugal.

Los Celtíberos: su formación, costumbres y cultura

En comunicación constante ambas razas dieron lugar con el trascurso del tiempo a la formación del pueblo Celtíbero, predominando indistinlamente, según los territorios, ya el primero ya el segundo de aquellos elementos, y fijándose con preferencia en el centro de la Península a modo de terreno neutral.

Con mayor copia de datos, puesto que los Romanos conocieron a los Celtíberos y se relacionaron con ellos, podemos determinar sus principales caracteres, entre los que descuellan el amor al hogar doméstico, símbolo de la familia; el respeto a la palabra empeñada; la fidelidad para el amigo, como para el señor; la sobriedad, la sencillez y el candor; el amor a la libertad; el sacrificio de la vida en aras de la independencia patria; la afición,á la guerra y la caza; la tendencia al aislamiento, dentro de sus respectivas comarcas; el cultivo del terreno, y cierta rara habilidad en el temple y construcción de toda clase de armas.

Principales tribus Celtíberas.

Las principales tribus Celtíberas fueron: los Vaceos, en el reino de León y gran parte de Castilla la Vieja; los carpetanos, en las provincias de Madrid y Toledo; los Arevacos, en la de Soria: los Oretanos en la de Ciudad-Real; y los Olcadas, en las de Albacete, Cuenca y Múrcia.

Monumentos que de este periodo se conservan

Entre los varios monumentos celtíberos que todavía se conservan, citaremos las cuevas o cavernas, habitación para los vivos, unas veces, y sepulcro otras para los muertos; los menhir, piedras largas colocadas en forma de alineamientos; los pelvan, piedras trémulas que se mueven al más ligero impulso; los dolmen, mesas de piedra para consumar los sacrificios) los túmulos o montecillos de tierra, que deben ser enterramientos; y algunas medallas de la última época celtíbera.

ESPAÑA FENICIA Y GRIEGA.

(1100-2 38)

Llegada de los Fenicios, - Su. principales colonias.-A qué se dedicaron estas gentes en España. - Su expulsión.-Llegada de los Griegos asiáticos.- Sus principales colonias-Carácter de la colonización griega.

Llegada de los Fenicios

Se supone con fundamento que a principios del siglo XII antes de J. C, después de haberse extendido por la costa septentrional de África y la meridional de Grecia e Italia, donde fundaron numerosas colonias, llegaron los Fenicios a España, atravesando el estrecho de Gibraltar.

Procedentes de Asia, donde vivieron en el país de su mismo nombre, situado entre el Mediterráneo y el Líbano, se dedicaron estas gentes de raza Chusita a la industria y al comercio marítimo, mediante los cuales hicieron famosas las manufacturas de Sidón y Tiro: emprendedores y activos, egoistas y ambiciosos, explotaron el negocio allí donde se les presentaba, sin distinción de razas, continentes ni pueblos.

Sus principales colonias.

Acogidos benévolamente por los españoles que habitaban la Tartesia, a los cuales deslumbraron con sus productos industriales, fundaron en la costa a Gadir (Cádiz), palabra que significa lugar fortificado; así como un siglo después, encantados con la feracidad del país y el bondadoso carácter de los habitantes, dominaron sobre todo el valle del Guadalquivir y se extendieron hasta el cabo de Gata en Armería.

En este delicioso territorio fundaron sucesivamente no menos de doscientas riquísimas colonias, si hemos de creer a Estrabón, entre las cuales merecen citarse Malaca (Malaga), ciudad de los salazones; Hispalis (Sevilla), país interior; Sex (Motril), ciudad tostada por el sol; Corduba (Córdoba), región del aceite; Melkarteia (Algeciras), y otras.

A qué se dedicaron es tas gentes en España

Con los españoles arrancaron de este suelo cantidades fabulosas de ricos y útiles metales como oro, plata, hierro, plomo, cobre, estaño y cinabrio, dejando en cambio las telas de brillante colorido, vistosos cristales y pulidos collares que procedían de otros países más adelantados.

Su expulsión

Pero llegó un día en que la avaricia de estos mercaderes se hizo insoportable, cambiando en hostilidad el cariño primitivo de los indígenas; y como apelaran á la violencia para mantener una dominación que se les escapaba, se origina una lucha que dará por resultado su expulsión definitiva, perdiendo una a una sus magnificas factorías y colonias, hasta ser encerrados en Cádiz.

Llegada de los Griegos asiáticos.

De igual manera que los Fenicios habían colonizado la región meridiana: de la Península, comenzando por las riberas del Betis (Guadalquivir), los Griegos se apoderan de la costa de Levante, tomando como centro de sus operaciones mercantiles la cuenca del Hiberus (Ebro).

Cuéntase que a mediados del siglo VII, Colaeus aborda en tierra de Tartesios donde consigue vender a buen precio sus abundantes mercancías, coincidiendo su llegada con el establecimiento de los Rhodios en la costa catalana, los cuales fundaron a Rhodas (Rosas), y el de los griegos de Zante algo más tarde en la de Valencia, que dan lugar a la ciudad de Sagunto (Murviedro). Poco tiempo después pueblan todo el litoral con sus establecimientos mercantiles, desde Massalia (Marsella) cerca de las bocas del Ródano, hasta Almeria, punto en el cual había terminado siglos antes la colonización fenicia.

Sus principales colonias.

Sus principales colonias, además de las ya citadas de Rhodas y Sagunto, fueron Emporion (Ampurias), Diana (Denia) y Homeros Copeum.

Carácter do la colonización griega.

Presenta la colonización griega de España un carácter muy digno de tenerse en cuenta: al contrario de los fenicios,

que jamás tomaron carta de naturaleza en este suelo, los griegos simpatizan desde luego con los españoles, y se funden con ellos como individuos de una misma raza y familia. Al fin eran todos Aryos, en tanto que los primeros pertenecían a la raza chusita: esta oposición se demostrará más tarde con motivo de la inmigración israelita y la invasión de los árabes.

ESPAÑA CARTAGINESA.

(238- 206)

Intervención de Cartago en los asuntos de España. - Carácter del pueblo cartaginés.- Planes de conquista: Almilcar Barca. - lstolacio e Indortcs - Sitio de Sicilia , sus consecuencias- Asdrúbal: su muerte.

Intervención de Cartago en los asuntos de España.

Arrollados los Fenicios por los turdetanos y obligados a encerrarse en la fortaleza de Cádiz, solicitan el auxilio de; la república de Cartago, fenicia de origen: un ejército cartaginés penetra en España, respondiendo al llamamiento, reconquista el valle del Guadalquivir, se apodera de los distritos mineros, coloca guarniciones en los territorios fronterizos, y funda nuevas colonias que puebla con gente; Africano-fenicias.

Terminada la campaña , los Cartagineses se revuelven contra sus hermanos y aliados que los habían llamado, y conciertan con los españoles de la Bética tratados de amistad: lo que hasta entonces habían sido España fenicia se convierte en España cartaginesa; y así se explica cómo los guerreros celtíberos pudieron pelear años después en Córcega y Cerdeña, defendiendo con heroísmo los derechos que sobre estas islas tenía la república de Cartago.

Carácter del pueblo cartaginés

Poco escrupulosos los Cartagineses en cuanto a los medios de acrecentar su influencia sobre los pueblos mediterráneos, si comienzan fingiéndose aliados de los Fenicios para convertirse en sus dominadores, más tarde se fingen amigos de los Celtíberos hasta fortificar los territorios explotables y ricos, lo cual no será obstáculo para que repriman con exccsiva crueldad los menores conatos de rebelión e independencia.

Egoista y avaro, el pueblo cartaginés no reconoce otro derecho que el de la fuerza, ni tiene más aliados que aquellos que se dejan explotar fácilmente, ni obedece a otra ley moral que la de su conveniencia.

Planes de conquista: Almilcar Barca

A consecuencia de la primera guerra púnica Roma se apodera de Sicilia, Córcega. y Cerdeña, llaves del Meditcrránco, cuyas islas habían formado parte hasta entonces un territorio cartaginés: ante esta pérdida los Cartagineses acuerdan extender su dominación sobre toda la península de lberia.

Almicar Barca recibe la orden de trasladarse a España (238), somete toda la Bética en menos de un año, se dirige a lo largo de la costa de Levante hasta llegar a los Pirineos, trabaja alianzas con los Bastetanos, Contestanos y Edetanos , y establece el centro de sus operaciones en la moderna Cataluña, donde funda la ciudad de Barcino (Barcelona).

Istolacio e Indortes

Ofendidos los turdetanos porque veían atacada su independencia sin consideración alguna, apelaron a las armas acaudillados por Islolacio, su príncipe; al propio tiempo que los habitantes de la Lusitania alzaban la bandera de la rebelión, dirigidos por Indortes: ambos murieron, sobre el campo de batalla, el primero, y crucificado el segundo, sin poder hacer otra cosa que sucumbir como héroes.

Sitio de Bellia y sus consecuencias.

Pero el ejemplo estaba dado, y no habrán de hacerse esperar mucho tiempo otras protestas de igual índole.

Tranquilo se hallaba Almilcar en Acra-Leuca (Peñiscola), cuando tuvo conocimiento de que los habitantes de Bellia (Belchite) hacían causa común con el rebelde Orisón: pone sitio a esta plaza, y cuando menos lo esperaba, en el silencio de la noche, se encuentra atacado súbitamente por los de Belchite, los cuales salen de su ciudad, a tiempo que unos toros lanzados por Orisón sobre cuyas cabe zas a modo de penacho ardían grandes haces de leña seca, siembran el terror por todo el campamento. El resultado de semejante extratagema fue sorprendente; las dispersas tropas enemigas perecieron degolladas en gran número, y el mismo Almilcar encontró la muerte arrastrado fuera del campamento por el caballo que montaba (229).

Asdrúbal: su muerte

Confirmado por el Senado cartaginés el nombramiento de general en jefe que los soldados habían hecho en favor de Asdrúbal,

continua éste la campaña, siendo Su primera ocupación la de vengar el pasado desastre. Bcllia es destruida talados sus campos, los moradores degollados sin piedad, arrancadas sus riquezas, y Orisón. muerto en cruz, paseado el cadáver por los pueblos vecinos que se habían convertido en el teatro de sus hazañas, como lo eran ahora de su tremendo castigo. Terminada la venganza, Asdrúbal reduce su política a contraer con los naturales ventajosas alianzas, con lo cual, además de captarse, las simpatías de los españoles, extiende insensiblemente su dominación, a costa de bien pequeños sacrificios.

Temerosas entonces las colonias griegas del porvenir que las esperaba, se ponen bajo la protección de los Romanos, estipulándose entre ambas Repúblicas enemigas, que el Ebro habría de ser en lo sucesivo el limite de las conquistas de una y otra parte.

Deseando poseer Asdrúbal un buen puerto, a la vez que una capital en condiciones extratégicas, fundó a Cartago·Nova (Cartagena), y poco después (221) moría asesinado por un celtíbero, a cuyo señor, conocido con el nombre de Yago, habla hecho perecer en afrentoso suplicio.

Anibal: Su política .- Causa de la guerra de Sagunto.-Actitud de Roma.- Fin heroico de Sagunto .- Anibal en Italia: sus, Victorias.-Batalla de Metauro: sus consecuencias para España.

Anibal: Su política

A la muerte de Asdrúbal dos partidos políticos se disputan en Cartago la dirección de los asuntos de España; el de los aristócratas, contemporizadores de los romanos que pretendían nombrar para jefe del ejército a Magón; y el democrático,

que aspiraba a vengar los desastres de la primera Guerra púnica, y quería otorgar aquél cargo al joven Anibal. Vencedor el segundo que contaba con el apoyo del ejército, y confirmado por el Senado el nombramiento, comienza la serie de sus brillantes campañas que le acreditarán como uno de los primeros guerreros de la antigüedad.

Educado en el campamento aliado de Su padre Almilcar, robustecido con los ejercicios militares, sufrido y sobrio, tan diestro en concebir sus planes como activo para ejecutarlos, enemigo implacable de Roma, convencido de que la lucha entre esta República latina y su patria significaba el duelo a muerte entre dos pueblos que se disputan el dominio del mundo, se aparece Anibal como la personificación de toda su raza, dispuesto a luchar sin tregua hasta vencer o ser vencido definitivamente.

Fijo en este pensamiento, asegura su influencia personal sujetando a los Olcadas y Vaceos, y se apodera de Elmántica (Salamanca), población y tribus, únicas en toda la España cartaginesa que se habían sublevado cuando la muerte de Asdrúbal.

Causas de la guerra de Sagunto

El odio de los Cartagineses contra los Romanos, y el deseo que Anibal tenia de emprender una segunda Guerra púnica,

son las causas a que obedece la guerra de Sagunto (219).

Faltaba el pretexto, y para ello sirve una cuestión insignificante que Saguntinos y Turboletas sostenían sobre fijación de límites jurisdiccionales : como los primeros, colonia de origen griego, fuesen aliados de los Romanos, nombrado Anibal arbitro para dirimir la contienda, se decide en favor de los segundos, de lo cual los Saguntinos protestan y se alzan ante Roma. Esta alzada y protesta origina la declaración de guerra.

Actitud de Roma

Seguros los Saguntinos del socorro de Roma, su aliada, se aprestan para la defensa, a pesar de, que Anibal inicia el cerco con gran copia de fuerzas y máquinas de guerra, pero el Senado romano se contenta con enviar, sus embajadores de Anibal para

Cartago y de Cartago para Anibal, perdiendo en tan inútiles viajes un tiempo precioso que los Cartagineses explotan con su habilidad de siempre; y gracias a una herida que Anibal recibe al asaltar eI muro le imposibilita durante cuarenta días para acelerar la embestida y permite a los de Sagunto un pequeño respiro, mas al fin de tanto sufrimiento, y después de rechazar las proposiciones de paz con que se les brindaba, como inadmisibles por deshonrosas, aquellos héroes, extenuados de hambre y de fatiga, desplomados los muros de su ciudad, diezmados por la peste, cercados por todas partes, incendian en la plaza pública sus muebles, ropas y alhajas, degüellan a los suyos que eran incapaces de tomar las armas, y todos los demás perecen, luchando con el valor de la desesperación hasta exhalar el último suspiro,

¡Todos! prefirieron morir antes que ver su Patria profanada por la dominación del extranjero!

Anibal en Italia: sus victorias

Por manera: tan triste y fuera de toda provisión vino a ser España el teatro donde se continuaron las Guerras púnicas en su segundo periodo; pero deseoso Anibal de llevarlas hasta el corazón de Italia, envía a Cartagena 16,000 soldados celtíberos de guarnición, deja en el centro a su hermano Asdrubal al frente de 15000 y a Hannón en Cataluña con 11,000 para mantener abiertas las comunicaciones con Francia, y organizando con rapidez increíble un ejército compuesto de 100.000 infantes, 12,000 jinetes, 40 elefantes, y provisiones para dos meses, se encamina hacia los Alpes, que pasa por entre las nieves en la plenitud del invierno, y cae sobre Italia antes de que los Romanos pudieran siquiera darse cuenta de aquel movimiento.

Solo una voluntad de hierro como la suya fue capaz de marcha tan inverosímil, a través de semejantes peligros de todo género; y con tanta fortuna puso su planta en extranjero suelo, que logra derrotar consecutivamente a Roma en las memorables batallas del Tesino,Trebia, Trasimeno y Cannas, después de las cuales, diezmadas sus tropas y con el intento de esperar los refuerzos que pidió a Carlago, se retira primero a Capua y a los Abruzos luego, amargado con la pena de ver que su República le abandona en situación tan apurada.

Batalla de Metauro: sus consecuencias para España

Así las cosas, Asdrúbal sale de España obedeciendo las instrucciones de su hermano Anibal, que le llamaban a Italia; pero como los Romanos tenían interés en evitar que ambos generales se juntaran,es sorprendido al descender de los Alpes, junto a las orillas del río Metauro, donde le derrotan (207) los ejércitos que en combinación mandaban los cónsules Nevio y Nerón.

Con la batalla, de Metauro termina la dominación Cartaginesa en España, y da comienzo la conquista de este país por los Romanos, a pesar de que todavía, quedaban en él algunas tropas que mantenían levantada la bandera de la República africana.

Derrotado Hannón en la Celtiberia, conquistadas en la Bética las poblaciones cartaginesas de Castulón, llliturg0 y Astapa, y entregada la ciudad de Cádiz por Masinisa, que se pasa al partido romano, quiere Magón retroceder del camino de Italia que había emprendido, llamado por Anibal, sospechando que de faltar su apoyo podría perderse todo para siempre, pero no hubo remedio encuentra cerradas las puertas de Cartagena y de Cádiz, y solo en el puerto de Ambis desahoga su rabiosa impotencia crucificando á los magistrados romanos que, confiados en su caballerosidad, accedieron a conferenciar con él.

Tuyo lugar este rasgo de fides púnica en el año 205 antes de J. C. y así vino a terminarse una dominación que pasa por España sin dejar ningún elemento civilizador, ninguna institución, ni siquiera el más elemental y sencillo monumento.

ESPAÑA ROMANA.

(206-414)

Intervención de los Romanos en España.~ Escipión el Grande: su Brillante campaña. - Indivil y Mandonlo. - España conquistada: gobierno de los Pretores.-Crueldades de Lúculo y Galva: sublevación de la Lusitania.-Guerra de Viriato: sucesos principales.

Intervención de los Romanos en España.El trágico resultado de la guerra de Sagunto produjo en España indignación muy grande, y su resonancia llegó pronto hasta Roma, cuyo gobierno, aunque tarde, se decidió , a salir en defensa de sus aliados.

Todas las colonias de origen griego, y las tribus afines suyas, solicitaban de los Romanos un castigo, el cual no se hizo esperar mucho tiempo, pues en el año siguiente (2 18) desembarca C. Escipión en la costa catalana y derrota a los Cartagineses en Fraga, Tarragona y Lérida.

Reanimado con estas victorias el espíritu de los españoles que habitaban entre los Pirineos y el Ebro, y aumentado el ejército romano con las fuerzas mandadas por P. Escipión, la guerra se hace general , multitud de Celtíberos se alistan voluntariamente a las órdenes de ambos hermanos, y en medio del mayor entusiasmo recobran los aliados a Saguulo, degüellan la guarnición cartaginesa que la custodiaba, y hasta la egoista Roma se hace perdonar el abandono que fuera Causa de los pasados desastres,

El desembarco de Magón, hermano de Asdrúbal, al frente de un ejército poderoso, y la llegada más tarde del príncipe númida Masinisa, aliado de Cartago, hicieron que los Escipiones se separaran, dividiendo sus fuerzas; división funesta que, además de la más completa derrota, concluyó por costarles la vida: Publio perece en la batalla de Castulón (Cazlona) y Cneyo en Anitorgis, no lejos de Tarragona.

En medio del pánico que de Celtíberos y Romanos se apodera, solo el joven centurión Lucio Marcio permanece tranquilo, organiza los restos de las destrozadas legiones y consigue detener el oleaje imponente de aliados y cartagineses que se le vino encima.

Escipión el Grande: su brillante campaña

Fue tan terrible la impresión que estos sucesos produjeron en Roma, que al reunirse los Comicios a fin de nombrar el Cónsul que continuase la guerra de España, nadie, contra lo acostumbrado, se brindó expontáneamente. El temor era grande, cuando de entre la multitud se eleva la voz de un joven que se ofrece al efecto: llamábase éste Publio Cornelio Escipión, tenia 24 años,y según dijo, prometíase vengar en breve la muerte de su padre y de su tío sacrificados por los Cartagineses.

y cumplió su promesa, pues en menos de tres días se apodera de Cartagena, derrota al enemigo en Baeza. (209) y Silipa (207), trabaja la alianza de Masinisa, y con los actos de caballerosidad realizados en beneficio de algunos celtíberos sublevados, se capta las simpatías de todos, pacifica la Península, expulsa a los Cartagineses definitivamente de ella e implanta la dominación romana en gran parte del territorio.

Indivil y Mandonio

Cuando los españoles comprendieron que con el auxilio prestado a los Romanos contra los Cartagineses no habían hecho más que cambiar de dominación, era ya muy tarde para intentar nada serio.

Declarada la España provincia romana (205) los ilergetas que acaudillaban Indivil y Mandonio reunen un ejército de 30.000 infantes y 4.000 caballos, los cuales consiguen derrotar a las legiones mandadas por Acidino y Lentulo, pero muertos aquellos jefes, y no respondiendo la general masa del pueblo a este movimiento, Roma afianza más y más su poder en nuestra

patria, cuya conquista es un hecho.

España conquistada: gobierno de los Pretores. Transformados en conquistadores, dividieron los Romanos la España en dos regiones, Citerior y Ulterior, separadas por el Ebro, y confiaron su gobierno a un Pretor elegido por el Senado de entre los patricios más empobrecidos, avaros y crueles, y que necesitaran reponer su antigua fortuna malgastada en libertinajes,

escándalos y orgías: no cn vano había conseguido nuestro país fama de rico.

La detestable conducta de estos gobernantes, cuyas crueldades, exacciones y avaricia no tuvieron límite, llamó la atención del Senado romano, dentro de cuya asamblea llegó a formarse un partido español, el cual consigue la sustitución de la pretura por cl proconsulado, y el establecimiento de algunas colonias libres, tales como Córdoba y Carteya.

Crueldades de Lúculo y Galva: sublevación de la Lusitania

Así se pasaron cuatro años, después de los cuales, restablecidos los pretores, fueron designados para este cargo Lúculo (151) al que hizo notable su avaricia, y Galba que adquirió celebridad por lo sanguinario y cruel.

Mientras el primero entrega al saqueo las ciudades de Cauca (Coca) e lntercacia (Rioseco), cuyos habitantes son pasados a cuchillo, aparenta transigir el segundo con los fugitivos lusitanos, los cuales se habían refugiado en lo más escabroso de sus montañas, levantando las cosechas, despoblando los valles y abandonando en masa sus hogares.

Cuando desarmados y pacíficos volvían confiados en la promesa del Pretor, los Romanos caen sobre ellos, y les acuchillan sin piedad para robarles cuanto traían consigo: muy pocos lusitanos debieron su salvación a la fuga.

Guerra de Viriato: sucesos notables

Un joven llamado Viriato reune a los dispersos y organiza su defensa al abrigo de las inaccesibles montañas, dando comienzo a esa serie de sorpresas, retiradas y ataques que concluyen por desesperar a las legiones romanas, diezmadas todos los días por un enemigo que rara vez consiguen distinguir, pero que de improviso brota como por encanto del suelo mismo sobre el cual marchan entre ignorados peligros.

Con el sistema de guerrillas, es derrotado y muerto el pretor Velilio cerca de Tribola con pérdida de 4.000

soldados, lo mismo que después sucesivamente lo fueron Plancio y Niguidio y los cónsules Q. Fabio Máximo y Serviliano Cepión (144).

Acorralado S. Cepión en un desfiladero de la actual provincia de Jaén, acepta la paz en virtud de la cual la República se compromete a respetar la independencia de los Lusitanos, y se afirma, además, que existiría paz y amistad perpetuas entre el Senado Romano y Viriato. El gobierno ratifica este inverosímil convenio rasgado por el mismo Cepión algo después; y como

Viriato enviara tres emisarios para preguntar la causa de semejante tropelía, sobornados por aquél, dieron de puñaladas en su propio lecho al famoso caudillo (140), cuyo nombre será recordado siempre con orgullo por cuantos tengan en alguna estima la libertad y la independencia de su Patria.

Guerra de Numancia: su causa.- Consulados de Pompeyo y Mancino.-Escipión Africano: su sistema de ataque.- Último recurso de los numantinos.-Fin heróico de la ciudad.

Guerra de Numancia: su causa

Numancia era capital de la tribu de los pelendones, y estaba situada como a una legua de la actual Soria. Insurreccionados sus habitantes a poco de la conquista de España por Escipión el Grande, arrancaron de T. Graco un tratado de alianza y amistad, en virtud del cual se les consideraba como independientes; pero terminada la guerra de Viriato, los Romanos se proponen subyugar este territorio y cuantos no poseían por completo. Tal es la causa de la guerra de Numancia.

Como faltase motivo para el rompimiento, Pompeyo Rufo, después de echar en cara a los numantinos el haber prestado auxilio á los aliados de Viriato, les envía embajadores para que se incauten de los lusitanos que se refugiaron dentro de sus muros; aquellos se niegan (140), y un ejército de 30.000 infantes y 2,000 caballos rodea las inmediaciones de la ciudad. Nunca se buscó pretexto más injusto para declarar la guerra.

Consulados de Pompeyo y Mancino, toda esta fuerza se estrella contra una ciudad abierta, que apenas contaría cuatro mil defensores, y después de un año de tenaz asedio, durante el cual los numantinos no cesaron de hacer peligrosas salidas que costaban la vida a centenares de soldados romanos, Pompeyo Rufo se concierta con el enemigo, pero la poderosa República

dispone la continuación de las operaciones, y envía al frente de otro más numeroso ejército a C. Hostilio

Mancino (137),

Mancino pone cerco a la ciudad, siendo rechazado en repetidos encuentros; y como tuviese noticia de que los Cántabros y Vaceos venían a proteger a los sitiados levanta el campo protegido por la oscuridad de la noche, y emprende una cobarde retirada. Al tener conocimiento de hecho tan imprevisto, los numantinos salen a perseguirle, le acorralan en una angostura, después de haber destrozado la mitad del ejército, y Mancino pide la paz, que le conceden, estipulándose la libertad e independencia del territorio, y la entrega de todo el bagaje, máquinas de guerra, alhajas de oro y plata, etc,

Roma no aprueba la conducta del cónsul, el cual, desnudo y atadas las manos a la espalda, es conducido para vergüenza suya hasta las puertas de Numancia.

Escipión Africano: su sistema de ataque

Derrotado el cónsul Pisón en la siguiente primavera, fue tal y tan grande el terror que solo el nombre de esta ciudad inspiraba en Roma, que se decidió viniese a combatirla el sanguinario Escipión Emiliano (134), el vencedor de los Cartagineses, al frente de un ejército de 70.000 hombres, del cual formaba parte lo más florido de la juventud romana y al que seguían los numerosos tercios africanos de hombres y elefantes, aportados de la Numidia por el príncipe Yugurta.

Decidido a bloquear la plaza para rendirla por hambre, manda excavar un profundo foso alrrededor del perímetro, lo guarnece con valladares de diez pies de altura, levanta torreones de trecho en trecho, y para impedir la salida por el río atraviesa su cauce con grandes vigas erizadas de garfios.

Último recurso de los numautinos. Pasó algún tiempo: los numantinos provocaban sin cesar al enemigo, el cual prefería no batirse; en la ciudad no había víveres, y hasta empezaba a faltar el agua del río, apartado de su curso ordinario; las proposiciones de paz que los sitiados se decidieron a proponer no obtuvieron del cónsul más respuesta que la de entregarse sin garantía ninguna; y entonces, haciendo un supremo esfuerzo, cinco valientes rompen de noche una

brecha en las trincheras, y demandan socorro de pueblo en pueblo. Conmovidos los habitantes de Lutia ante la relación de tan lastimoso estado, deciden enviar 400 jóvenes a la ciudad situada, pero Escipión que lo sabe manda cortarles el brazo derecho.

Fin heroico de la Ciudad. Perdida toda esperanza, solo piden al cónsul que les deje morir peleando:

no combatiréis contra mis soldados, les contesta, peleareis contra el hambre; y horrorizados ante la idea de caer vivos en manos del enemigo deciden matarse unos a otros, como lo verifican por el veneno algunos, con el hierro los más, y consumidos todos por el fuego, al que también arrojaron sus riquezas. Ni un solo numantino quedó con vida; ni un solo

edificio se mantuvo en pié: cuando Escipión entra en la ciudad no encuentra mis que un montón de cadáveres calcinados por el fuego y magullados bajo los escombros.

Todo el formidable poder de los romanos, quince meses de asedio, y toda la barbárie del hombre más cruel y sanguinario de su tiempo, hicieron falta para que sucumbiese esta ciudad que no tuvo otras murallas sino el valor indomable de sus cuatro mil defensores, y a quien se llamó el terror de Roma hasta por sus mismos adversarios.

Causas de la venida de Sertorio a España.-Guerra contra Sila: acontecimientos notables.- Traición de Perpena y muerte de Sertorlo.- Organización de España durante esta guerra.-Participación de los españoles en las nuevas guerras civiles.

Causas de la venida de Sertorio a España

Medio siglo transcurre desde la destrucción de Numancia hasta la venida de Sertorio a Espafia (133-82), y durante este tiempo, sólo una vez (99) se subleban los españoles contra la dominación romana, obligados por la barbárie de Didio Nepote el cual vende en el mercado como esclavos á los habitantes de Colenda (Cuellar). Después de esta protesta jamás lucharán por cuenta propia, sino tornando partc en las guerras civiles suscitadas por los partidos políticos de Roma. Tal carácter tiene la que se llama dc Sertorio (82).

Nombrado Sila dictador perpetuo e inauguradas las proscripciones que tan célebre le hicieron, emigran de Roma los jefes del partido contrario para salvar sus

vidas con la fuga, y entre ellos se encuentra Scrtorio, el cual se refugia en España donde años antes había desempeñado el cargo de tribuno militar.

Guerra contra Sila: acontecimientos. notabIes.

Conocedor del carácter celtíbero, organiza un pequeño ejército con el intento aparente de oponerse al mal gobierno de los pretores romanos, y en menos de veintiseis meses se hace dueño de la Bética, Lusitania y Celtiveria. Así supo captarse las simpatías de los cspañoles, los cuales llegaron hasta pensar que recobrarían la perdida independencia, pero Sertorio, realmente, no buscaba en España más que un punto de apoyo para contrarrestar el poderío de la aristocracia militar creada al amparo de Sila. Sertorio empleaba en la guerra aquella táctica de guerrillas que hizo célebre para siempre a Viriato, y de este modo, con tropas ágiles, vigorosas y conocedoras de los lugares a propósito para las emboscadas,

derrotó en varios encuentros al viejo Metclo, el cual exige le envíen mayor número de legiones para continuar la campaña: en el año 76 se le junta Pompeyo con las suyas, pero ambos son vencidos en el

sitio de Leurón (Liria) y en las cuatro campañas siguientes que terminan en el año 71.

Cuando desconfiaba Metelo de reducir por la fuerza al enemigo, se le ocurre poner precio a la cabeza de Sertorio y ofrecer por ella la suma de mil talentos de plata,con lo cual excita la codicia del sertoriano Pcrpena.

Traición de Perpena y muerte de Sertorio .

La envidia que Perpena sentía hacia, su jefe, el deseo de ganar los mil talentos de plata ofrecidos por Mctelo, y más que nada, tal vez, el hacerse perdonar la primera traición cometida contra su República, estimularon a Perpena para cometer el crimen de entregar la cabeza de Sertorio: al efecto organiza una conjuración que tiene su terrible desenlace en el banquete de

Etosca (72) donde este valeroso proscripto es asesinado por la espalda. Perpena recibió el castigo reservado a los traidores.

A la muerte de Sertorio se dio el caso de que los celtíberos que formaban su escolta, llamados en latín

devoti, no queriendo sobrevivirle, se mataron unos a otros sobre su mismo sepulcro.

Organización de España. durante esta guerra

Desde el principio de la lucha recibe España una organización scmejantc a la dc Roma: dividida cn las dos grandcs regiones dc Lusitania y Celtiberia.

Sertorio establece en Evora, capital de la primera, un Senado compuesto de 300 individuos, y en Osca (Huesca), que lo fue de la segunda, una Universidad donde maestros extranjeros instruían a la juventud española en las civilizaciones griega y latina: también los ejércitos se dividieron en legiones y adoptaron las armas y uniformes romanos.

Consecuencia inmediata de todo esto fue la romanización completa del país español.

Participación de los españoles en las nuevas guerras civiles

Después de haber desempeñado en España los cargos de cuestor (69) y pretor (60) vuelve César a ella en calidad de insurrecto (49), declarado traidor a la República por haber pasado el Rubicón con las armas en la mano, una vez terminada su brillante campaña de las Galias.

Dueño de Italia y de Roma, para cuyo gobierno nombra a sus amigos de mayor confianza, derrota en los campos de Ilerda (Lérida) a los generales pompeyanos Afranio, Petreyo y Varrón, y en una asamblea de representantes celtíberos promulga varios edictos de utilidad pública y declara ciudadanos romanos a los españoles del territorio de Cádiz.

Más tarde (45), vencido y muerto Pompeyo, su rival, a consecuencia de la batalla de Farsalia, y como tuviera conocimiento de que los hijos de éste, Publio y Cneyo, habían levantado en España un considerable ejército, hace en poco más de veinte días el viaje desde Roma hasta Córdoba, y obtiene cerca de Munda (Montilla) una decisiva victoria que cuesta la vida a 30.000

pompeyanos.

Los destinos del mundo estuvieron en manos de César, declarado dictador perpetuo, hasta que cortó su

vida el puñal de unos fanáticos.

Augusto Emperador: paz universal.-Guerras cantábricas: conquista de Lancia.-La Era española.- Principales vicisitudes de la España romana durante el lmperio.-Los Bárbaros : su misión histórica.

Augusto Emperador: paz universal

A la muerte de César se organiza en Roma el segundo Triunvirato, al cual consigue imponerse Augusto, que toma el título de Emperador y entroniza el gobierno monárquico aunque disfrazado bajo una forma nueva.

Proclamado Emperador, Augusto manda cerrar el famoso templo de Jano en señal de paz universal: abarcaba Roma entonces dentro de sus límites los territorios todos del Mundo conocido o civilizado, en oposición al que se llamaba Mundo desconocido o bárbaro.

Guerras cantábricas: conquista de Lancia.

Cuando el poderío de Roma era mis formidable, y los pueblos conquistados obedecían pasivamente las órdenes impcriales, algunas tribus de cántabros, galáicos y astures levantan la bandera de la insurrección para sacudir el yugo que las oprimía.

El mismo Augusto vino a dirigir esta campaña, en la cual le sirvieron de lugartenientes Antiscio, Carisio y Agripa, es decir, las notabilidades militares de su siglo; que tan grande era la idea que en Roma se tenía del valor y fuerza de los indomables españoles.

Talados los campos, incendiados los bosques y dominados los valles y la costa cantábrica por los ejércitos de Roma, se refugian los sublevados en la ciudad fortificada de Lancia (Villasabariego) la cual toma por asalto T. Carisio. Así concluyeron las guerras cantábricas y con ellas después de 180 años la porfiada lucha entre españoles y romanos.

La Era española

Para conmemorar la total pacificación del país creó Augusto la Era española, la cual tuvo su comienzo el día 1º de Enero del año 38 antes de J. c.; cómputo cronológico vigente en León y Castilla hasta 1383, en Aragón y Navarra hasta 1350 y en Portugal hasta 1422.

Principales vicisitudes de la España romana durante el Imperio

Con la conclusión de las gucrras cantábricas termina hasta la Edad Media lo que pudiera llamarse historia política de España, pues solo para Roma los españoles viven y trabajan, siguiendo las vicisitudes de las restantes provincias.

Dividiósela en tres regiones denominadas Tarraconense, Lusitania (provincias imperiales, gobernadas por autoridades militares) y Bética (provincia senatorial que regla un procónsul del orden civil), subdivididas en catorce conventos jurídicos o tribunales colegiados, y estos, a su vez, en seiscientas noventa y dos ciudades. Esta división se modificó algo más tarde en lo relativo al número de provincias.

Las ciudades se nombraban colonias cuando debían su origen a veteranos licenciados del ejército; municipios, si los habitantes se gobernaban en lo local por magistrados que elegían ellos mismos; latinas, las pobladas por gentes que procedían de Italia; inmunes, las que no pagaban tributos; confederadas, si conservaban totalmente su independencia; y tributarias, cuando contribuían á levantar las cargas del imperio.

El gobierno local de las ciudades era muy parecido al de Roma: componíase de un consejo formado por diez individuos, llamados decuriones, cuya presidencia desempeñaban alternativamente dos de entre ellos, los duumviri; los demás cargos eran, los cuatorviri, encargados de los caminos, los ediles para la policía urbana,

los decemviri o jueces municipales en lo civil y criminal, y el defensor civitatis o procurador síndico, como el de los Ayuntamientos actuales.

Entre los emperadores que más se distinguieron por sus relaciones con España citaremos a Vespasiauo, que concedió a los españoles todos los derechos latinos y fomentó la construcción de caminos, puentes y monumentos públicos; Tito (79) que mereció ser llamado amor y delicias del género humano a causa de su paternal gobierno; Domiciano (81) en cuyo tiempo imperó la tiranía más brutal; Trajano, Adriano y Antonino Pío (98-161) emperadores españoles u oriundos de España;

Diocleciano (284) cuyo nombre recuerda la sangrienta persecución contra los cristianos; y Teodosio (380) natural de España y uno de sus hijos más ilustres en la antigüedad.

Los Bárbaros: su misión histórica

Cuando el pueblo romano realiza su misión en la Historia, haciendo que bajo su imperio casi todo el mundo conocido

se rija y gobierne por unas mismas leyes y procedimientos, aparece la unidad material que, si favorece el desarrollo del Cristianismo, abruma a la Humanidad y la conduce al aniquilamiento. De aquí la necesidad de la invasión bárbara, cuyas tribus desquician por el hierro y por el fuego todo lo antiguo, pero para purificarlo y asimilarse después los elementos civilizadores no impuros.

Si Roma trajo al mundo el principio de la unidad, los Bárbaros apostaron el de la variedad: esta es su

misión histórica. La lucha entre ambos elementos y su armonización será el trabajo del pueblo español, como

el de los restantes pueblos occidentales, durante la Edad Media.

Civilización española en la. Edad antigua

Elementos que contribuyeron a formarla. - Colonización fenicia.- Colonización griega. ·-Civilización hispano·romana.

Elementos que contribuyeron a formarla

La civilización española en la Edad antigua, prescindiendo de las reminiscencias prehistóricas que hasta la fecha son casi nulas, se debe al influjo directo de tres civilizaciones extrañas, la fenicia, la griega y la romana; orientales las dos primeras, e impuestas una tras otra por la colonización, y occidental la última y entronizada por la guerra de conquista.

Colonización fenicia

La colonización fenicia es el primer impulso extranjero que los españoles reciben en el trabajo de su civilización: aprendieron de estos asiáticos la industria, la navegación, el laboreo de los metales, y el arte de salar y curar los pescados, lo mismo que su idioma, su alfabeto y su mitología. Los únicos recuerdos que hoy se conservan de los Fenicios se reducen a la torre de Hércules (Coruña) reedificada por Trajano, un relieve descubierto en Durango (Vizcaya), y la leyenda de San Patricio y Santa

Colomba tan popular en la Edad Media.

Colonización griega

Como el deseo de lucro no trajo los Griegos a España, sino que estos colonizadores vinieron en busca de país donde establecerse para fundar una nueva patria, en sustitución de la que perdieran, de aquí que limitasen su influencia a reducida porción de la costa, pero en la cual hicieron brillar los resplandores de su genio helénico.

Al propio tiempo que el cultivo de la vid y el del olivo, estos Griegos asiáticos enseñaron a los españoles su sistema de escribir de izquierda a derecha y los tesoros de su hermosísimo idioma: también sustituyeron la religión primitiva de los Celtíberos y la sanguinaria de los Fenicios por la más humana y progresiva del antropomorfismo.

Civilización hispano-romana

Al amparo de la paz y con la protección que Augusto, Emperador de Roma, dispensó a los españoles, comenzó a prosperar

la riqueza de este país, a cuya explotación convirtieron sus habitantes todo el ardor y entusiasmo empleados antes en las empresas militares.

El gran consumo que en Roma se hacía diariamente de los productos españoles hizo que la agricultura prosperase en notable escala, sobre todo en cereales, vinos, aceite y frutas: también progresó la industria, mereciendo especial renombre las lanas, la cochinilla, la púrpura y los tejidos de cáñamo y lino, El comercio,

más activo de lo que puede imaginarse, tenía sus centros en Cádiz, Málaga, Sevilla y Cartagena: el interior servíase de las magníficas vías militares sobre cuyo afirmado se asientan todavía hoy las modernas carreteras.

La construcción de los hermosos monumentos, cuyos restos asombran a quien los contempla a pesar de la acción destructora de los siglos, hizo que muchos españoles se dedicaran a las artes: entonces comenzaron a formarse marmolistas, fundidores, cinceladores y lapidarios que legaron el recuerdo de su fama, entre otros en la Torre den Barra (Cataluña) el Monte Furado

(Galicia) el Circo (Itálica) y el hermoso puente sobre el Tajo (Alcántara).

El desarrollo intelectual alcanzó, si cabe, mayor desarrollo todavía, dando lugar a una bellísima literatura que denominaremos hispano-romana, que ilustran muchos y muy deliciosos ingenios. Brillaron, entre otros, el bibliotecario Higinio; los poetas Sextinio Enna y L. Aneo Séneca, filósofo además el último; Lucano, el inspirado cantor de la Farsalia; Marcial con sus epigramas; Julio Galón, apellidado el dulce entre los cordobeses; Quintiliano, primer profesor oficial en Roma; los geógrafos y naturalistas L. Moderato Columela y Pomponio Mela; y los oradores M. Porcio Latrón,

M. Anneo Séneca y Julio Calón.

Para completar el cuadro de las grandezas españolas en este período añadiremos que el primer Cónsul extranjero en Roma fue: Balbo, español; el Prelado que presidió el primer Concilio ecuménico de la Iglesia, Osío, español; y españoles fueron también aquellos Emperadores que como Trajano, Adriano, Antonino Pio y Teodosio, consiguieron organizar el gobierno, cuando éste se precipita en la más espantosa decadencia.

El Cristianismo en España

Predicación del Cristianismo: su propagación.- las primeras Iglesias y los primeros Mártires.-Persecución de Diocleciano.- Pat de la Iglesia: concilios nacionales. - literatura cristiana.- Herejía.

Predicación del Cristianismo en España: su propagación

Aseguran respetables tradiciones que el Cristianismo fue predicado en España por San Pablo, el apóstol de las gentes, y por Santiago el Mayor, príncipe de los apóstoles, y se fijan para ello las fechas del año 38, respecto del primero, y la del 60, en lo que se refiere al segundo.

La veneranda Basílica consagrada en Zaragoza bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar, y un pasaje de las famosas epístolas a San Pablo, hacen probable este aserto.

Aunque los españoles fueron refractario s a todo cambio, la Religión cristiana sustituye bien pronto a la idolatría en la conciencia de este pueblo, entusiasta de antiguo por lo sublime y grandioso.

Las primeras Iglesias y los primeros Mártires.

Consta de toda certeza que los siete discípulos de Santiago, conocidos con el nombre de Varones apostólicos, continuaron la misión de predicar el Evangelio entre los españoles, y fundaron sucesivamente las Iglesias de Berja, Avila, Mujacar, Carteya, Illiberis e Illiturgo, primeras de que en España se tiene noticia: así también consta sufrieron el martirio con motivo de la persecución decretada bajo el gobierno de Domiciano, San Eugenio de Toledo; San Facundo y San Primitivo, en la de Marco Aurelio; y San Fructuoso de Tarragona, en la de Galieno.

Persecución de Diocleciano

La persecución más terrible, que ha dado lugar á la llamada Era de los mártires, fue decretada por el emperador Diocleciano en el año 303, Y por lo que hace a España, podemos asegurar no duró menos de veinticinco meses: gobernada a la sazón por Daciano, encarnizado enemigo de la nueva fé sufrió horrores indecibles, y durante ella sellaron con su sangre la doctrina del Cristo, Santas Justa y Rufina, en Sevilla; San Vicente, en Valencia;

San/a Olalla, en Barcel0na San Segundo, en Córdoba; Santos Justo y Pastor, en Alcalá; Santa Leocadia, en Toledo; Santa Eulalia, en Mérida; y San Lorenzo, en Huesca. Solo en Zaragoza fueron tantos y tantos, que la historia los enumera justamente apellidándoles los Imnumerables.

Paz de la. Iglesia: concilios nacionales

El edicto de Mitin (313) decreta la igualdad de todas las Religiones ante la ley del Imperio, y bien pronto demuestra España ese sentido práctico que sabe aplicar a cuanto se dedica.

Trece años antes de que apareciese este notable edicto se había celebrado en España el Concilio de Illiberis, con asistencia de diez y nueve obispos, treinta y seis presbíteros y multitud de diáconos, en el cual se redactaron importantísimos cánones y se decidieron interesantes cuestiones de disciplina eclesiástica. A este siguieron otros varios, entre los cuales merecen por su

importancia citarse el de Zaragoza en 380 contra los

priscilianistas, y el primero de Toledo en 400, mandando observar lo preceptuado en el ecuménico de Nicea.

Literatura cristiana

Las apremiantes necesidades de la propaganda y controversia cristianas originaron un nuevo género de literatura, cuyos primeros iniciadores fueron: Aquilino Juvenco, autor de la vida de Jesús; Draconcio, que nos legó un poema acerca de

la existencia y atributos de Dios; e Idacio y Paulo Orosio, que escribieron varias Crónicas de su tiempo.

Herejías. Además de la herejía de los gnósticos, o priscilianistas, como en España se les llama por haber incurrido en ella Prisciliano, obispo de Avila, se conocieron la de los maniqueos y la de los arrianos, en especial esta última. .

Debe notarse bien que muchos historiadores atribuyen equivocadamente la introducción del arrianismo a los visigodos, cuando en una carta escrita por San Siriocio al arzobispo de Tarragona, consta que ya se conocieron arrianos a mediados del siglo IV, coincidiendo con la reunión del Concilio gcneral de Constantinopla en el año 382.

EDAD MEDIA

(414-1506)

EDAD MEDIA ESPAÑA VISIGODA.

(414-711)

Pueblos Bárbaros que se establecen en España: Alanos, Vándalos y Suevos.-Advenimiento de los Visigodos: Ataulfo.-Sigerico: su fin.-Walia: su talento político,-Teodoredo: los Visigodos en la batalla de los Campos catalaúnicos.-Turismundo.-Teodorico: Importancia de su reinado.

Pueblos Bárbaros que se establecen en Espaüa:Alanos, Vandalos y Sucvos.

A la muerte del Emperador Tcodosio, los Bárbaros establecidos en la frontera romana se precipitan sobre el occidente de

Europa, el cual atraviesan en todas direcciones como torrente desbordado, talando y destruyendo; no fueron bastantes a impedirlo, ni la bravura de Stilicón, el vencedor de Alarico, ni el temor que a estas tribus había sabido inspirar el último de los emperadores españoles en Roma.

Desde el 404 al 414 tuvieron lugar en España las invasiones preliminares, durante las cuales, se establecen transitoriamente en este país los Alanos, los Vándalos y los Suevos: los Alanos, procedentes de la Tartaria, que después de habitar las riberas del Danubio, se internaron en las Galias, de donde pasan a España ocupando la Lusitania a las órdenes de su rey Atace; los Vándalos, establecidos algún tiempo sobre las orillas del Báltico, que empujados por los Hunnos hasta Italia, se posesionan de la Bética, mandados por Genserico; y finalmente los Suevos, que regía Hermanrico,

que penetran confundidos con las hordas anteriores, y se quedan en Galicia.

Advenimiento de los Visigodos: Ataulfo

En tanto que esto sucede, y Bárbaros e Hispano·Romanos luchan unos contra otros originando un caos espantoso, al que prestan sus tintas más sombrías la miseria y la peste, los Visigodos llegan a las puertas de Roma mandados por Alarico, y tomándola por asalto, destruyen, incendian, talan y degüellan cuanto encuentran a su paso.

Muerto a los pocos días Alarico se encarga Ataulfo del gobierno de su pueblo, y de acuerdo con el emperador Honorio, después de haber tomado por esposa a Gala Placidia, abandona la Italia, se apodera de la Galia Narbonesa hasta los Pirineos, penetra en España (414), invade la región Tarraconense, y fija su residencia en la ciudad de Barcelona, convertida en capital de una monarquía galo-hispana.

A los dos añ0s de este suceso es asesinado Ataulfo, bien a causa del excesivo afecto que manifestaba a los Romanos, contra los cuales no quiso pelear, bien por haber perdido el cariño de los Visigodos en razón a su vida sedentaria y poco conforme con el inquieto carácter de este pueblo.

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Sigerico: su fin

Ocupa el trono Sigerico (4[6), asesino de su predecesor, cuyo efímero reinado de siete días viene a terminarse también con un asesinato.

Walia: su talento político

Más político Walia que sus antecesores (4 16). demostró aborrecer a Roma, con lo cual se granjea la simpatía del pueblo, ni propio tiempo que finge seguir con los Romanos la misma política de subordinación representada por Ataulfo: para

conseguir este fin demuestra a los visigodos la necesidad de continuar siendo amigos aparentes de Roma, hasta conseguir la victoria sobre las restantes tribus bárbaras que poblaban la España, en tanto que, al frente de sus ejércitos, expulsa a los Vándalos de la Bética, se apodera de la Lusitania ocupada por los Alanos, y reduce considerablemente los limites del Reino

suevo.

Teodoredo: los Visigodos en la batalla de los Campos catalaúnicos

Le sucede Teodoredo (420). el cual prescinde de la región española de su monarquía. para fijar la atención sobre los territorios franceses, que le disputan los generales romanos Aecio y Litorio, contra los cuales lucha sin reposo.

Mientras que Vándalos y Suevos recorren la península y dominan por el interior a su antojo, excepción hecha de Cataluña, el decaido lmperio Romano, vencido por Tcodoredo en repetidos encuentros, solicita una paz en virtud de la cual ensancha los limites de la Galia gótica hasta los ríos Loire y Ródano pero la paz se impone a todos con motivo de la invasión de los Hunnos

que mandaba el feroz Atila.

Medio millón de Bárbaros que dejan en pos de sí un surco terrible de sangre, invaden las Galias y amenazan concluir con las nacientes monarquías bárbaras, a la vez que con aquella sombra de Imperio romano que aún se mantenía en pié. El peligro hace que juntos los Francos, los Visigodos y los Romanos ataquen al enemigo y le derroten en la famosa jornada de los Campos catalaúnicos.

Turismundo

La batalla que salva de la barbárie al occidente europeo, cuesta la vida al monarca visigodo: le sucede su hijo Turismundo (451) al cual, pasado un año, asesina un soldado por orden de su mismo hermano Teodorico.

Teodorico: importancia de su reinado

El reinado de Teodorico (452) es bajo el punto de vista militar uno de los más notables que registra la historia hispano-visigoda.

Vencedor de Suevos y de Alanos, reduce toda la península a su dominación, excepto el pequeño territorio de la actual Galicia; su reino se extendía desde el estrecho de Gibraltar hasta el Loire y desde el Ródano hasta el océano Atlántico.

Deja vacante el Trono por el mismo procedimiento que empleó para ascender a el, es decir, que murió asesinado por los sicarios de su hermano Eurico.

Eurico: establecimiento definitivo de los Visigodos.- Código de Eurico.- Alarico: Breviario de Aniano.- Guerra contra Francia .-Amalarico: nueva guerra contra Francia.- Teudis, Teudiselo y Agila.- Atanagildo:

intervención de los Imperiales.-Liuva.-Leovigildo: su pensamiento político.- Guerra civil religiosa.

Eurico: establecimiento definitivo de los Visigodos

En tiempo de Eurico (466) los Visigodos abandonan sus tendencias nómadas y aventureras y revelan los p rimeros síntomas de constitución social: con el establecimiento en Toledo de la capitalidad coincide su dominación definitiva sobre este territorio, favorecida por la destrucción del Imperio Romano de occidente, de cuyo hecho se aprovecha Eurico para expulsar a los pocos romanos que en España quedaban.

Código de Eurico

También le cumple la gloria de haber sido el primer legislador de su pueblo; y aunque solo hayan llegado hasta nosotros algunos fragmentos de este Código, son bastantes para conocer que se redactó para amparar a los visigodos, de tal suerte

que, bajo el punto de vista legal, admite separación absoluta entre vencedores y vencidos, señores y esclavos: esta funesta e impolítica división producirá no tardando muy graves resultados.

Alarico: Breviario de Aniano

Su hijo Alarico (484) repara este mal con la promulgación de otro Código, que lleva el nombre de Breviario de Aniano, por haberlo refrendado este ministro: calcado sobre las compilaciones de Hermógenes y Teodosio, se redactó para que regulara los derechos de los hispano·romanos entre sí, de manera que la separación entre ambas razas se hace mayor, si cabe, cuando tan fácil hubiera sido armonizarlas bajo la base de una misma legalidad.

Guerra contra Francia

Más grave pudo ser la guerra contra los Francos, enemigos en religión de los Visigodos, como arrianos que estos eran y católicos

agucllos, pues Alarico pierde la vida en la batalla de Vouglé y Clodoveo se apodera de toda la Aquitania

Amalarico: nueva guerra contra Francia

Seis años tardó Amalarico en ser jurado rey, (505-511) pues algunos nobles habían proclamado a su hermano bastardo Gesaleico; y gracias si pudo serlo con el auxilio de su abuelo Teododco, rcy ostrogodo de Italia,

el cual le pone, como de menor edad que era, bajo la regencia de Teudis.

El matrimonio del monarca con la princesa Clotilde, hija del rey Franco, concertado para terminar las diferencias entre ambos pueblos, no correspondió al pensamiento de sus ajustadores, pues los disgustos domésticos transcendieron fuera, y el escándalo fue tan grande que hubieron de intervenir ambos pueblos: como Alarico cn Vouglé, mucre Amalarico cn los campos dc Narbolla (531).

Teudis, Teudiselo y Agila

Gobiernan el reino, uno después de otro, Teudis, Tcudiselo y Agila, sin dejar apenas huella de su paso: murieron, respectivamente, a manos de un fingido loco, el primero, a pesar de sus victorias contra los francos y de su buen gobierno,

en una conspiración que sus liviandades y tiranía hicieron necesaria, el segundo, y en guerra civil contra, Atanagildo el último.

Atanagildo: intervención de los Imperiales

Detestable se hizo Atanagildo (554) por haber aceptado cn sus luchas contra Agita el auxilio de tropas extranjeras, bajo la condición de entregarles como premio, si por acaso era rey, algunas plazas marítimas

de la costa. Consiguió su objeto, pero de este modo pasaron al dominio de Justiniano, Emperador de Constantinopla,

las más hermosas ciudades de aquel codiciado litoral que constituyó el núcleo de la que se denominó antes España fenicia y griega.

Liuva

Después de un interregno dc cinco meses ciñe Liuva la corona (567): pacífico y modesto, a pesar de haber desempeñado durante muchos años el cargo de virrey de la Galia gótica, asocia al gobierno a su hermano Leovigildo, y le confía la España. A su muerte le sucede en el trono.

Leovigildo: su pensamiento político.

Leovigildo (572) se propone realizar la unidad nacional y transformar en hereditaria la corona.

Para conseguir lo primero combate contra los Imperiales, a los cuales arrebata todas sus posesiones, excepción de algunas ciudades marítimas, e internándose en el país de los Suevos conquista la Galicia, cuyo último rey, el usurpador Andeca (585) perece decapitado.

Para realizar lo segundo asocia al gobierno a sus hijos Hermenegildo y Recaredo, encargándoles respectivamente, como por vía de ensayo, el gobierno de las provincias de Sevilla. y Gerona.

Guerra civil religiosa

Hermenegildo, hijo de madre católica y educado en el Catolicismo, en el cual influyeron no poco los consejos de su tío San Leandro, metropolitano de Sevilla, abjura solemnemente el arrianismo, se hace bautizar, rompe con la religión del Estado,

y crea con esta conducta a su padre un grave conflicto, desde el momento en que los hispano-romanos le siguen y amenazan con la guerra civil: vencedor Lcovigildo en la lucha, perdona a su hijo; pero el príncipe se subleva de nuevo en Valcncia, y como resistiera todo género de amenazas y de halagos para abjurar de su creencia, muere bárbaramente degollado en Tarragona (584) de orden de su mismo padre. Hoy figura su nombre en el catálogo de los Santos.

Recaredo: su conversión al Catolicismo. - Consecuencias principales.- Los Concilios de Toledo .- Liuva II: conjuración arriana.- Witerico: conjuración católica. - Gundcmaro.- Sisebuto; expulsión de los Judíos y sus consecuencias.

Recaredo : su conversión al Catolicismo

Lcovigildo es el último rey arriano de la España visigoda; Recarcdo (586) inaugura la serie de los monarcas

propiamente cristianos.

Católico hacía muchos años, aprende a esperar tiempos mejores para realizar su conversión, aleccionado con el ejemplo de lo sucedido a su hermano Hermenegildo; y una vez en el trono, prepara con gran habilidad esta revolución religiosa en la opinión pública.

Seguro del éxito, convoca en Toledo un Concilio Nacional (8 de mayo de 589) al que concurrieron los metropolitanos de Mérida, Toledo , Sevilla, Narbona y Braga, sesenta y dos obispos y cinco vicarios, y ante ellos proclama su conversión al Cristianismo católico, la cual es recibida con general aplauso por hispano-romanos, godos y suevos: todos los presentes hacen

profesión de fé con él y muchos la pronunciarán más tarde, aunque Recaredo advirtió que sería justo para todos, sin distinguir de creencias.

Consecuencias principales

Este acontecimiento ejercerá no tardando decisiva influencia, por más que los inveterados odios de raza impidan la fusión entre visigodos e hispano·romanos bajo la base de una misma religión: con todo, se establece la igualdad ante el derecho patrio, se abre la puerta del influjo en el gobierno a la raza latina, representada por el clero, y convertidos los Concilios en asambleas legislativas, harán que la primitiva dureza de las leyes germanas

desaparezca bajo el principio de caridad, esencia del Cristianismo.

Los Concilios de Toledo

Los Concilios de Toledo constituyen uno de los mejores timbres que esmaltan la historia del pueblo visigodo en España: reuniones puramente eclesiásticas en su origen, como lo comprueban el primero y el segundo de los celebrados,

convirtiéronse desde Recaredo en verdaderas asambleas legislativas, en las cuales, y a ruego de los monarcas asistidos de los intendentes, de los jueces y de la nobleza, se ventilaban, por su orden, los negocios eclesiásticos, primero, y los civiles después.

Liuva II: conjuración arriana

El bastardo Liuva II (601) no tuvo la previsión ni el talento de su padre: como todavía quedaran muchos visigodos arrianos cn el reino, tramaron una conspiración contra el monarca, a consecuencia de la cual muere, después de

habcr ocupado el trono escasos dos años.

Witerico: conjuración católica

La insurrección vencedora proclama rey a Witerico (603), el cual se propone borrar hasta la huella de la influencia

cristiana: empello loco, pues el cristianismo había echado hondas raíces en aquella sociedad, y no consigue más que irritar los ánimos, excitar las pasiones, y provocar escenas violentas que, como la conjuración católica que le arrebató el gobierno y la vida, llevaron la perturbación a todas las clases sociales.

Gundemaro

Los visigodos juran rey al representante más genuino del partido católico, Gundemaro (610), el cual desaparece sin otro recuerdo que el haber dejado consignado su nombre en la historia.

Sisebuto: expulsión de los Judíos y sus consecuencias

Sisebuto (612) tiene la gloria de expulsar definitivamente de España a los lmperiales, ajustandose con este motivo un tratado de paz que firma el emperador Hcraclio, en virtud del cual, sólo se reservaban a éste algunas plazas insignificantes en el Algarbc portugués: igual fortuna tuvo contra los piratas africanos que infestaban la Mauritania tingintana, nuevamente incorporada, después de dos siglos, al gobierno de la Península ibérica.

Sensible fue que tan brillantes triunfos quedaran eclipsados con el hecho de la expulsión de los Judíos, raza proscrita que vivía en España desde que Vespasiano, emperador de los romanos, ordenó á su hijo Tito la destrucción de Jerusalén.

La Iglesia española protestó contra este atentado por medio del arzobispo de Sevilla, San Isidoro, como contrario al espíritu del Cristianismo que rechaza en su incomparable y sublime caridad toda medida de violencia; pero a estos extremos y aún a otros mayores tenía que dar lugar a una confusión de los poderes civil y eclesiástico, por ejercer los reyes desde Recarcdo cierta especie de autoridad canónica.

Las consecuencias de la expulsión se dejaron sentir bien pronto, siendo las principales el empobrecimiento de la agricultura, la debilidad de la industria, y la ruina casi completa del comercio .

Suintila: sus proyectos.- Sisenando: Importancia del IV Concilio de Toledo.-Chintila y Tulga. - Chindasvinto: unidad legislativa. - Recesvinto: nuevos proyectos de fusión.- Elección de Wamba.- Sublevación de la Vasconia y de la Gália gótica. - Primera aparición de los musulmanes en nuestras costas.-Abdicación de Wamba.

Suintila: sus proyectos

Recarcdo II(621), hijo de Sisebuto, ocupa el trono cuatro meses, y le sucede Suintila, primer monarca visigodo que puede realmente apellidarse rey de toda la España (624) por haber conquistado las últimas ciudades que en los Algarbcs poseían

los Emperadores de Constantinopla.

Realizada la unidad nacional, se propone, imitando a Leovigildo, transformar en, hereditaria la tan azarosa monarquía electiva; pero los nobles que veían en ello, la pérdida de algunos privilegios, y la desafección del clero a causa de su vida crapulosa, hicieron que las tropas de guarnición en la Gália gótica se sublevaran contra él, y le depusieran: conservó, sin embargo, la vida; caso por demás raro y sin precedente, explicable solo si se tiene en cuenta el influjo benéfico del Cristianismo en aquella sociedad.

Sisenando: importancia del IV Concilio de Toledo

Sisenando (631) obtiene la corona a título de jefe de la insurrección contra Suintila.

El único hecho notable de su reinado es la celebración del Concilio IV toledano, ante el cual se presenta el monarca, postrado en tierra y con lágrimas en los ojos, a solicitar su reconocimiento.

¡Elocuente ejemplo de cómo la fiereza de aquella raza goda vino a humillarse ante la raza latina, que representaban los obispos!

Entre las disposiciones decretadas por esta célebre asamblea, que presidió San lsidoro de Sevilla , citaremos las penas y censuras contra los que atentaran a la vida del monarca o contra la seguridad del Estado, la revocación del decreto de Sisebuto contra los Judíos, y el cambio de la ley fundamental de sucesión a la corona, pues se ordenó que en la elección no tomaran parte más que los nobles y el clero, con exclusión absoluta del pueblo.

Chintila y Tulga

Los reinados de Chintila(636) y Tulga (640) ofrecen interés bien escaso: reunió el primero los Concilios toledanos V y VI, entre cuyos cánones merece citarse uno por el cual se excluye del sólio a los tonsurados o decalvados,a los de origen servil,

a los extranjeros, y a los que no descendieran del noble linaje de los godos; disposición encaminada á contrarrestar

el influjo del culto y de la raza latina en la gobernación de la monarquía. Tulga que debió su nombramiento a los obispos en gracia a la memoria de Su padre Chintila, es arrojado del trono por la sublevada nobleza.

Chindasvinto: unidad legislativa

Le sucede el octogenario Chindasvinto (642), jefe del motín que destronó a Tulga: esto no fue obstáculo para que

reclamara de los PP. del Concilio VII toledano una excomunión contra los que, en lo sucesivo, atentaran a la seguridad del monarca.

Débese a Chindasvinto el establecimiento de la unidad legislativa, para lo cual derogó el Breviario de Aniano y recopiló a continuación del de Eurico todas las disposiciones posteriores, obligatorias en lo sucesivo lo mismo para los visigodos que para los hispano·romanos.

Asoció al gobierno a su hijo Recesvinto, en el cual abdica después de algunos años (649), prévia la aquiescencia de la nobleza y del clero.

Recesvinto : nuevos proyectos de fusión

Continuador Recesvinto de la política fusionista de su padre, hizo que el VIII Concilio de Toledo autorizara los

matrimonios entre las razas española y visigoda, al mismo tiempo que distribuía los empleos del Estado y de la Corte indistintamente entre los unos y los otros: sin embargo, la fusión se había hecho imposible en fuerza del orgullo, de la avaricia y del soberano desprecio con que la raza visigoda había amargado la vida de tantas y tantas generaciones de esclavizados españoles.

Elección de Wamba

Disponían las leyes que los electores se reunieran para nombrar rey en el lugar donde el anterior hubiese fallecido; y a virtud de este mandato, los prelados y próceres, convocados en Gertricos (Valladolid), designan como sucesor de Recesvinto a un noble llamado Wamba , el cual vivía allí retirado de intento, lejos de la Corte: no aceptó el cargo sino al verse conminado con la muerte.

Sublevaciones

Wamba (672) demostró luego ser bien digno de la confianza que en él habían depositado, pues además de moralizar la administración y corregir innumerables abusos de todo género, sofocó dos insurrecciones, una en la Galia gótica y otra en la Vasconia.

También rechazó a los piratas musulmanes, los cuales aparecen merodeando por primera vez en las aguas

españolas.

Abdicación de Wamba

Abdicó forzosamente la corona, y fue de este modo: un conde palatino, llamado Ervigio, le dió a beber cierta porción narcótica que le privó del sentido, después de lo cual anuncia al pueblo que el rey ha muerto y se apresura a cortarle la cabellera y vestirle la mortaja de fraile, según era entonces costumbre general. Despierta de su letargo

Wamba, comprende el móvil de toda aquella intriga, y hasta reconoce a su autor, pero en vez de castigarle, abdica en él la corona y se retira al monasterio de Pampliega, donde muere.

Ervigio: influencia de la teocracia. - Égica: compilación del Fuero Juzgo, - Witiza: sublevaciones contra el rey.-Rodrigo: guerra civil.-Invasión do los musulmanes: batalla del Guadalete,-Tradiciones acerca de esta invasión.

Ervigio: influencia de la teocracia

Ervigio (680) se presenta ante el Concilio XII de Toledo para que los próceres y obispos se dignen aprobar su exaltación

al trono, lo cual hubiera sido difícil a no traer consigo el acta de abdicación que le entregó Wamba.

Este mismo Concilio acuerda a petición de Ervigio que los presbíteros no impongan el hábito de penitente sino a los que lo pidan, añadiendo, que si alguno lo hiciera a los que estén privados de sentido, quede excomulgado; lo cual demuestra que el crimen del rey era conocido de todos, y que si el clero transigía con él sería por miras ulteriores y de propia conveniencia.

Así fue en efecto: y tanto, que se derogaron cuantas leyes se oponían al predominio de la teocracia, y hasta se estableció que los obispos no pudieran ser juzgados por los tribunales del rey.

Intranquilo el monarca, a pesar de su legitimación, casa a su hija Cisilona con un sobrino de Wamba, llamado Égica, y abdica en él la corona.

Egica: compilación del Fuero-Juzgo

Egica (68 7), desde cuyo reinado se viene rogando por la vida y prosperidad del monarca y su familia en ¡as oraciones

de la Misa, reune los Concilios toledanos desde el XlV hasta el XVII, ambos inclusive, y se distingue por la perseverancia con que trabajó la rehabilitación de su tío Wamba, para conseguir la cual castiga hasta con ferocidad a la familia de Ervigio.

Sospechando que los Judíos estaban en connivencia con la gente musulmana, que de cuando en cuando infestaba

las costas españolas, los persigue sin trégua confiscandoles sus bienes y arrebatándoles sus hijos, que manda bautizar.

El hecho más notable de su reinado es la revisión y compilación de las leyes anteriores, especialmente de los códigos de Eurico, Chindasvinto y Recesvinto, arreglada, enmendada y corregida según otro orden, que se conoce con el nombre de Fuero·Juzgo o Libro de los Jueces.

Witiza: sublevaciones contra el rey

Su hijo Witiza, asociado antes al gobierno, le sucede no sin protesta por parte de los nobles (701): la historia de este reinado, que duró ocho años, es un problema de solución difícil, pues ni aun las actas del Concilio XVIII, celebrado en él, han conseguido llegar hasta nosotros.

De aquí nacen juicios muy contradictorios. Sebastian, por ejemplo, dice de él que se encenagaba en el vicio como una bestia¡ que no contento con tener a la vez muchas mujeres, mantenía multitud de concubinas; que temeroso de las censuras eclesiásticas, encerró bajo llave los cánones de la Iglesia; que prohibió la reunión de los obispos en Concilio, e hizo obligatorio el matrimonio de los clérigos; y finalmente que sus nobles pasaban la vida en orgías, y se entregaban a toda

clase de vicios: Isidoro de Beja, en cambio, afirma que fue un rey clementísimo y que dio pruebas evidentes de su amor a la justicia y a la religión; que reunió Concilios y restituyó sus bienes a los que los habían perdido en tiempo de su padre; que puso en libertad a cuantos gemían en prisiones, y consintió volvieran a su patria lo,; desterrados políticos en el reinado anterior.

España aliada, se consideraba dichosa con un rey tan bueno. ¿A quién hemos de creer? Tal vez el reproche que Isidoro le dirige de haber sido demasiado severo para con los malos sacerdotes, ofrezca la solución de este enigma.

Lo que parece cierto es que hubo que reprimir dos sublevaciones dirigidas por Tcodofredo y Fabila, duques de Córdoba y Cantabria, a los cuales condenó a muerte, y que deseando Rodrigo, hijo del primero, vengar el fin afrentoso de su padre, se revela contra el rcy, lo derrota, lo prende, y manda le salten ambos ojos con un hierro candente: Witiza muere al poco en un calabozo de Córdoba.

Rodrigo: guerra civil

Rodrigo (709) inaugura el último reinado de la monarquía visigoda, el cual será bien triste y azaroso. Deseando los hijos de Witiza, favorecidos por su tío Opas, metropolitano de Sevilla, dar cumplida venganza a la muerte de su padre, se ponen

de acuerdo con Julián, gobernador bizantino de Ceuta a nombre de los emperadores de Constantinopla, y levantan la bandera de la guerra civil.

Invasión musulmana : batalla de Guadalete

Cuando se hallaba luchando Rodrigo contra los vascos y navarros, sublevados en el Norte, facilita Julián el paso del estrecho a los musulmanes, llamados por estos rebeldes con el objeto exclusivo de que destronasen al rey, y doce mil berberiscos mandados por Tarik acampan en las orillas del río Guadalete, cerca de Jeréz (711 ).

Acude Rodrigo a la defensa, y generalizado el combate, parece como que la victoria comienza a decidirse por los visigodos, cuando los traidores hijos de Witiza y su aliado Julián se pasan con toda su gente al enemigo, y la batalla cambia repentinamente de aspecto: arrollados los cristianos leales, perecen casi todos en la fuga, Rodrigo entre ellos, y por este medio se acaba la dominación visigoda en España, pues los victoriosos musulmanes, lejos de volver al África, conforme a lo

pactado con los hijos de Witiza, se aprestan para continuar una lucha, que será tan rápida como eficaz y decisiva.

Tradiciones acerca de esta invasión Prescindiendo de la tradición que se supone ocurrida en el palacio encantado de Toledo, y de otras que pudiéramos citar, vamos únicamente a fijarnos en la del conde Julián por ser la más importante y la más admitida en pasados años.

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Era costumbre, dicen, que los nobles visigodos enviaran sus hijos a la corte para que se educasen sirviendo a los reyes, y que cuando Rodrigo subió al trono, se enamoró perdidamente de las gracias de la hija del conde Julián, doncella de la rcina; y añaden, que satisfizo por la fuerza su apetito: enterado de lo ocurrido el padre, que era gobenador de Ceuta, juró arrójarlc del trono,y franqueó a los musulmanes la entrada en España.

La crítica afirma que ni Julián era visigodo, ni conde, ni gobernador de Ccuta por los visigodos, pues el nombre Julianus acusa perfectamente un origen que nada tiene de germano; a Julián se le concede en una historia, la más próxima a los sucesos, el calificativo de exarcha, y se sabe que ni siquiera era vasallo del monarca español; y finalmente, la plaza de Ccuta con sus lugares inmediatos pertenecían al emperador de Constantinopla, desde que se le arrebatara a Teudis en el año 532: de

esta suerte, pues, y sumadas las conclusiones anteriores, muy mal pudo suceder cuanto en la tradición se confirma.

Además, la cronología pone fuera de duda que si la hija del supuesto conde recibió un ultraje del monarca visigodo, no pudo ser de otro que de Witiza, pues el ofrecimiento de la conquista hecho a los musulmanes, el ataque de Algedras por Julián, y la expedición de Tarif-Abu·Zora ocupando a Tarifa, son cosas pasadas antes de que nadie adivinara la posibilidad de que

Rodrigo fuese proclamado rey de España.

Esta famosa tradición, que comienza a ser conocida siglo y medio más tarde que los sucesos de su referencia, vino a saberse por un árabe, a quien se lo contaron otro dos, árabes también.

Civilización visigodo-hispana

La Agricultura, la Industria y el Comercio. - La Religión: los Concilios de Tolcdo.-Constitución social y política.- Legislación: Literatura y Bellu Aries.

La Agricultura, la Industria y el Comercio

El florecimiento agrícola de la España Romana decayó muchísimo bajo la dominación de los Visigodos, principalmente, a causa de la tributación excesiva y mas aún por haberse apoderado estos bárbaros de las dos terceras partes del suelo, casi improductivas desde entonces. En industria solo se conservaron como recuerdo del pasado algunas manufacturas de lana, hilo, seda y vidrio, y varios artefactos de madera, oro, plata y acero. El comercio, por su parte, fue tan poco próspero como puede suponerse, dadas la pobreza industrial y agrícola, y se hallaba monopolizado casi totalmente por gentes extranjeras.

La Religión: los Concilios de Toledo

Los Visigodos convirtieron al arrianismo, que era su religión desde el siglo IV, en religión exclusiva del Estado, pero solo hasta los primeros tiempos del Reinado de Recaredo, es decir, por espacio de 74 años. Esto demuestra que el Catolicismo había cundido poco a poco entre los invasores, apoderandose de sus conciencias ; y tanto es cierto, que la conversión de aquel rey llevó en pos de sí la de la inmensa mayoría de los Visigodos, sin que signifique gran cosa la reacción arriana que destronó a Liuva II y elevó al poder a Witerico: fue como el último chispazo de una luz que se apaga.

Los Concilios de Toledo comenzaron siendo asambleas de carácter eclesiástico , donde solo se trataban puntos de dogma, moral o disciplina, y se convirtieron en verdaderas asambleas políticas o legislativas de carácter general, principalmente desde Chindasvinto: esto fue un gran bien, porque solo así pudieron suavizarse poco a poco la rudeza y barbarie de aquella raza de guerreros, hasta hacerla apta para la vida social, política, científica y artística, en la medida que podía

conseguirse.

Constitución social y política

Los Visigodos aportan a la vida social un nuevo elemento, el individualismo, que consiste en la afirmación de los derechos inherentes a la personalidad humana: durante la dominación romana, la Sociedad lo fue todo, el individuo nada: en la. España visigoda, al individualismo como hecho, predicado por el Evangelio, se une el individualismo como sentimiento, propio de los bárbaros, a los cuales acompaña siempre el convencimiento de su independencia personal.

La monarquía electiva de los Visigodos careció hasta Recaredo de instituciones políticas regulares: solo desde que los acuerdos de los Concilios influyeron en la gobernación del Estado, y los prelados y hombres doctos de raza latina fueron llamados directa o indirectamente inspirar la conducta de los reyes en sus relaciones con el pueblo, es cuando aparece una verdadera constitución política con cierto carácter permanente, dándose la particularidad de que el fondo del gobierno fuese

visigodo, y la forma, romana. Limitaban el poder real, además de los Concilios, los gardingos o nobleza hereditaria, y los duques y condes, nobleza político-administrativa.

Legislación: Literatura y Bellas Artes

Es regla general que los vencedores impongan su ley a los vencidos, pero como todas las reglas generales tienen su excepción, la excepción en este caso se halla representada por los Visigodos, los cuales observaron la legislación doble o de casta, cs decir, que mientras ellos se regían por sus costumbres, primero, y por el Código de Eurico, después, dejaron a los hispano·romanos el uso de su legislación antigua, refundida más tarde de orden de Alarico en el Brevario de Aniano. La unidad religiosa hizo que cayera lentamente en desuso el cmpleo de la lex romana visigotorum, (uno de cuyos ejemplares originales, tal vez el más completo, se conserva cn el famoso palimsesto de la Catedral de León) y hasta parece seguro que Chindasvinto y Recesvinto prohibieron su aplicación a los duques bajo penas severísimas.

La compilación llamada Fuero Juzgo, superior en el fondo y en la forma a todas las legislaciones bárbaras, regirá durante muchos siglos en España como regla de justicia, aún después de acabada la monarquía visigoda.

Como la instrucción cstaba entregada a los obispos y clérigos, y esto., por razón de su cargo limitaban su estudio a la Moral, la Teología, el Derecho, la Filosofía y la Historia, toda la literatura del período visigodo se reduce a obras de los indicados asuntos: entre sus cultivadores más notables citaremos a los teólogos, filósofos y moralistas San Martin de Braga, San Isidoro y San Leandro de Sevilla, San lldefons0 de Toledo y San Bráulio de Zaragoza, y a los historiadores Paulo Orosio,

Idacio y el Pacense.

El genio verdaderamente portentoso de la España visigoda es San Isidoro de Sevilla, doctísimo varón que asombró con su erudición al mundo, y de quien se dijo en su tiempo que el que hubiera estudiado a fondo sus obras podía vanagloriarse de conocer el resumen de todas las ciencias divinas y humanas.

Refractarios los Visigodos á las Bellas Artes, o poco menos, no hicieron en ellas otra cosa que corromper el gusto de las obras romanas de la decadencia; así vemos, que los escasos restos que de sus monumentos se conservan responden a la solidez y a la fuerza, mas que a la belleza artística, propiamente dicha: hasta las monedas se resienten de incorrección en el dibujo, eso que no empezaron a batirse hasta los tiempos de Liuva I.

ESPAÑA MUSULMANA.

(711-1492)

Invasión musulmana: su causa . - Expedicciones de Tarik y Tarik: batalla del Guadalete ,- Rapidez de la conquista. -Reino de Orihuela,-los Muzárabes.- Amiratlo de Abde·l·Aziz,- Principales amires que le suceden.-Amirato de Yusur: difícil situación de la España musulmana.- Solución del problema: Abde ·r·Rahmán ben Moáwyah.

Invasión musulmana: su causa

A principios del siglo VIII aparece en España un nuevo pueblo invasor que logrará dominarla, el pueblo Musulman, confusa

amalgama de tribus persas, egipcias, nubias, berberiscas y árabes, predominando este último elemento como el más inteligente y fundamental, ya que no el más numeroso.

A la voz de Mahoma que predica la guerra santa, turbas de fanáticos a los cuales espera la victoria con la vida o un eterno paraiso después de la muerte, se apoderan en breve término de toda la Arabia, y fundan un colosal Imperio que se trasmite a los Califas sucesores del Profeta, los cuales dilatan a su vez las fronteras

hasta dar vista a las playas españolas, de las que solo les separa el estrecho de Hércules. Una vez allí, la invasión es obra de tiempo: las excitaciones de los judíos africanos contribuyeron a precipitarla.

Expediciones de Tarif y Tarik: batalla de Guadalete. El primer conato de invasión tuvo lugar en Julio de 710 y fue mandado por Tarif-Abu- Zora, el cual llega hasta el sitio que se llamó Tarifa desde entonces: saqueó los alrededores de Algeciras con sus 400 infantes y 100 jinctes, y volvió al África sano y salvo.

Animado con esta tentativa el desconfiado Muza, el cual a la sazón gobernaba la provincia de Mauritania en nombre del Califa de Damasco, Al-Walid I, envió al general de su vanguardia, Tarif-ibn-Ziyad, berberisco de la tribu de Nefza, con 7.000 musulmanes, berberiscos como él casi todos (711) llegando a plantar sus tiendas a orillas del lago Janda (río Guadalete), donde recibidos 5.000 hombres más que vinieron del África, acepta la batalla que los visigodos le presentan.

La traición de los hijos de Witiza otorga el triunfo a estos invasores.

Rapidez de la conquista.. En vez de retroceder los Musulmanes avanzan hasta penetrar en Écija, y dividen luego el ejército en cuatro secciones, cada una

de las cuales ataca simultáneamente, la primera a Córdoba, a Granada la segunda, a Elvira la tercera, y la última que mandaba Tarik, a Toledo.

Conquistada la capital del Imperio visigodo, y destruido, se dirige Tarik a Guadalajara, atraviesa las sierras de Guadarrama, se apodera de Amaya, y noticioso de que Muza desembarcaba en España, se vuelve para Toledo nuevamente.

Penetra el amir Muza por Algeciras (712), y en vez de seguir el camino ya conocido, marcha contra Medina-Sidonia que conquista, y sucesivamente se apodera de Carmona, Sevilla y Mérida (713), desde donde se dirige a Toledo para avistarse con Tarik: después de una reyerta por demás violenta entre ambos, se dirige Muza contra Zaragoza, que toma por asalto; y cuando pretendía continuar sus conquistas hacia el norte, es llamado a Damasco por el Califa, juntamente con Tarik, para responder de los cargos que contra ambos resultaban.

Una sola batalla fue bastante para derribar la monarquía visigoda en España, fenómeno singular que tiene su explicación en la enemiga entre visigodos e hispano-romanos, cuya inteligencia nunca pudo conseguirse; en la decadencia de aquella raza, antes tan batalladora como enfermiza. ahora; en el influjo de la teocracia, que consigue extinguir el espíritu militar de

los visigodos; en la organización de su monarquía electiva, fuente de no interrumpidos asesinatos acompañados de sangrientas guerras civiles; y en la actitud de los judíos, expulsados para mal de este desdichado imperio.

Reino de Orihuela. El duque Tcodomiro, derrotado por los Musulmanes en Lorca, se refugia en Orihuela a cuya ciudad pone sitio el general Abde-I-Aziz; y como el cerco continuara sin resultado alguno, y Teodomiro propusiera condiciones aceptables para la paz, se firmó un convenio estipulándose la independencia de la Ciudad, convertida desde entonces en capital de un pequeño reino, tributario de los Musulmanes.

Los Muzarabes_ La masa de los hispano-romanos que había visto con la mayor indiferencia la derrota de los Visigodos, tampoco resistió al principio la conquista del país por los Musulmanes, tanto más cuanto estos, dando muestras de suma tolerancia, respetaron sus haciendas y vidas, y les permitieron continuar al amparo de las antiguas leyes: así se explica la

formación del elemento Muzarabe ligado al invasor no mas que por lazos administrativos, es decir, tributarios.

Reservado al Califa el quinto de las tierras, Muza solo tomó para distribuirlas entre sus soldados algunas porciones en los pueblos conquistados a la fuerza o sometidos por capitulación.

Amirato de Abde-l-Aziz . Cuando Muza marchó a Damasco, llamado por el Califa, dejó encomendado.el gobierno de España a su hijo Abde·l.Aziz, el cual fija su residencia en Sevilla: su conducta liberal y tolerante para con los vencidos hizo que el Califa diera crédito a la noticia de que pretendía alzarse con la provincia española para declararse independiente en Ecija,

a consecuencia de lo cual vinieron expresamente tres asesinos para quitarle la vida, como lo verificaron al

dirigirse a la mezquita con motivo de rezar su oración diaria.

Principales amires que lo suceden. Sucesivamente se encargan del gobierno hasta veintiún amires (715-75 5) siendo los más importantes: Al-Horr·cl·Tsakefi (7 18) el cual envía al general Az·Zamah para reducir a los cristianos refugiados en las montañas, de Asturias, y cs derrotado por ellos en la batalla de Covadonga; Abde-r-Rahmán que continua la guerra santa e invade la Francia para ser vencido en los campos de Poiticrs; Abdc-l-Melik (741) a quien pusieron en grave apuro las repetidas insurrecciones de los berberiscos, descontentos de la tiranía del elemento árabe; y Yuzuf-el-Fihrí (746).

Amirato de Yuzuf: difícil situación de la España musulmana

En tiempo de este amir, último de los que gobernaron la provincia musulmana de España, dependiente del califato de Damasco, plantearon los Musulmanes el problema social, el más difícil de todos los problemas.

La rivalidad entre las diversas tribus que habían conquistado a España, estalla formidable cuando se trató de organizar definitivamente el gobierno y verificar el reparto de las tierras: mientras duró la guerra, y con ella el peligro de una derrota posible, los invasores todos, nubios, berberiscos y sirios, aparecieron unidos formando una masa compacta, pero terminada la lucha, cada uno de los contendienles se atribuye la victoria, con exclusión de los demás, y quiere reservar para sí la mejor parte.

De aquí surge un caos indecible en cuyo seno fermentan tantas guerras civiles cuantos eran los contendientes musulmanes; y así las cosas, el elemento árabe no encuentra otro remedio al mal sino la creación de un gobierno fuerte e independiente del califato de Damasco, el cual venga a unificar con su prestigio tan encontradas aspiraciones e intereses.

Solución del problema: Abde-r-Rahmán ben Moáwyah

La revolución ocurrida años antes (750) en el califato de Damasco, cuya consecuencia primera fue la sustitución de la dinastía Moáwyah por la de los Abasidas, sugirió a los árabes españoles la idea de proclamar soberano independiente del territorio al joven Abde-r-Rahmán, único indivíduo de su familia que, huyendo al África, había conseguido salvarse de la sanguinaria ferocidad del nuevo califa.

Aceptado el pensamiento por todos los notables, penetra el príncipe Abde-r-Rahmán ben Moáwyah en España, donde es reconocido como soberano independiente, derrota al amir Yuzuf-el-Fihrí (755) y fija la capitalidad del nuevo reino en la ciudad de Córdoba: el problema social y político quedará resuelto en breve por la voluntad del poder supremo, indiscutible entre los Musulmanes.

Abde· r·Rahmán I: insurrecciones.- Gobierno de este Príncipe.- Hixem-ar-Radhi : guerra civil. - La gran Aldjama .- AI Háquem I: conspiración de Yahya.-Jornada del foso de Toledo: destrucción del arrabal de Córdoba .- Abde-r-Rahmán II : lucha religiosa. - Mahomad I: nuevas insurrecciones.

Abde-r-Rahmán I: insurrecciones

Azarosos fueron los primeros años del reinado de Abde-r-Rahmán, pues tuvo que combatir mucho tiempo contra

Yuzuf y Samail los cuales defendían en España los derechos de los Abásidas; los berberiscos y los yenemitas se insurreccionan también contra él, pero unos y otros son vencidos al cabo, no pudiendo el príncipe contenerse

dentro de los límites que la prudencia señala, sino que, por el contrario, se dejó llevar más de una vez de sus terribles venganzas.

Todo parecía tranquilo, cuando la rebelión cunde de nuevo dirigida por Abul-Aswad, hijo de Yuzuf: encarcelado el rebelde en Sevilla después de una insignificante campaña, consigue escapar de la prisión, fingiéndose ciego, y llega hasta las sierras de Cazorla, donde con un puñado de gente entretiene a todo un ejército por espacio de tres años.

A poco de vencido Abul llegaba a Córdoba la noticia de que Suleiman, Wali de Zaragoza, ofrecía. esta provincia al emperador Carlomagno, pero simultáneamente también, la seguridad de que los cántabros y vascones hablan derrotado al francés en el desfiladero de Roncesvalles.

Gobierno de este Príncipe

Tantas contrariedades modificaron el carácter afable de Abde-r-Rahmán hasta convertirle en terrible, lo cual hizo que se apoderase de él cierta tristeza melancólica, que no le abandonó hasta la muerte.

A pesar de esto se dedicó con ardor a trabajar la felicidad de sus vasallos, organizando el sistema tributario,

moralizando la administración de las rentas, distribuyendo sus beneficios por igual sin distinción de fortunas ni de raza, haciendo que la justicia más estricta brillase en todas sus decisiones, y escuchando por sí mismo a cuantos querían llegar hasta él en demanda de alguna cosa o en queja contra algún funcionario.

Inspirado por su imaginación oriental quiso hacer de Córdoba la rival de Damasco, y la embelleció con multitud de jardines y palacios, entre cuyos monumentos, maravilla del arte, iba a descollar su gran aldjama o mezquita, cuyos planos ideó por sí mismo, y en cuyas obras trabajó todos los días una hora para dar buen ejemplo: murió sin verla terminada.

Hixem-Ar-Radhí: guerra civil

Le hereda su tercer hijo Hixem-Ar-Radhí (788); los hermanos mayores, Suleiman y Abdalláh, creyéndose desheredados promueven una guerra civil, sangrienta como todas las de su clase, la cual se complica con la sublevación de los nunca dominados berberiscos.

Derrotados aquellos ambiciosos en Mérida y Toledo, inaugura el Príncipe la guerra santa, de años atrás interrumpida,

y, aunque sin éxito, dirige tres expediciones cont ora Galicia, León y Vizcaya.

La Gran Aldjama

Al amparo de la paz impulsó hasta su terminación las obras de la gran Aldjama o mezquita, llamada por los musulmanes la Mcca de Occidentc.

Al·Haquem I: conspiración de Yahya

Al piadoso Hixcm le sucede Al-Háqucm bcn Hixem, (796), su hijo primogénito, el cual desde su niñez había conseguido

fama de incrédulo. Esto hizo que Yahya, uno de los hombres más sabios y ambiciosos de su tiempo, tramara una conspiración contra el príncipe en unión de otros faquics, pero descubierto el complot, setenta y dos conjurados mueren

en cruz, en tanto que Yahya y sus principales secuaces se refugian en Toledo, a la sazón emancipada del reino cordobés.

Jornada del foso de Toledo: destrucción del arrabal de Córdoba

Luego que hubo reprimido otra sublevación en Mérida, confía el castigo de los sometidos toledanos a un renegado de Huesca, llamado Amrú, el cual prepara la más horrible y sangrienta venganza. Olvidados al parecer los odios y como se albergase accidentalmente en Toledo el heredero del trono, convida Amrú a los caballeros más ilustres de la ciudad

y sus cercanías al banquete con que deseaba obsequiar a tan ilustre huesped: muchísimos de estos llegan vestidos de fiesta a palacio; y conforme uno a uno penetran en el patio interior, son acuchillados por el verdugo y arrojados a un pozo muy profundo, abierto de intento. Perdieron la vida, en esta llamada jornada del foso, hasta setecientos individuos de la nobleza toledana.

Igual terrible venganza tomó contra una revolución popular que puso en peligro su trono: el arrabal de Córdoba, foco del motín, fue arrasado hasta sus cimientos (814) y Al Háquem, vio tendidas sobre las alfombras de su palacio las trescientas cabezas de los principales conjurados, horriblemente mutiladas.

Abde-r-Rahmán II: lucha. religiosa

Al morir, exclamó dirigiéndose cariñosamente hacia su hijo Abde-r-Rahmán II (82 1) que le heredaba: te dejo tranquilas mis provincias, son un lecho sobre el que descansarás tranquilo, porque he tenido cuidado de no dejar ni un rebelde que perturbe tu sueño.

El hecho más importante de su reinado, a excepción de la guerra contra la mal subyugada Toledo, que duró ocho años, es la persecución de los muzárabes cordobeses: el populacho musulmán, intolerante y fanático como todos los populachos, no supo contenerse dentro de los límites que la prudencia le aconsejaba, al paso que los cristianos, por su parte, tampoco guardaron al vencedor aquellas consideraciones siempre naturales; es decir. que el antagonismo religioso produjo antipatías invencibles y que la intolerancia de sacerdotes y muezines exaltó las pasiones hasta un grado inverosímil: de aquí nació una persecución de los fuertes contra los débiles, pereciendo martirizados cruelmente algunos cristianos, cuyo número aumentó de dla en día.

Y era tal la cifra de los que por este medio aspiraban a la salvación eterna, que el mismo Abde·r-Rahmán se creyó obligado a convocar un Concilio presidido por Recafredo, metropolitano de Sevilla, en el cual se acordó prohibir que en adelante aspirasen los cristianos a esta especie de suicidio: el sacrificio de la vida en aras de la fé no debe buscarse, sino encontrarse.

Mohamad I: nuevas insurrecciones

Ocupa el trono el avaro Mohamad I (852), en cuyo tiempo Toledo se insurrecciona nuevamente, a la vez que también

se rebelaban contra su autoridad los cristianos y renegados de Archidona, los berberiscos de Mérida,

y las tribus que en Zaragoza, Huesca y Tudela obedccían a Muza II, de la antigua familia visigoda de los Ben-Casi, llamado el tercer rey de España.

Así continuaron las cosas hasta su muerte (876) Y aún después bajo los reinados de Al- Mondzir y Adb~Alláh, que le suceden: solo cambiaron a la proclamación de Abde-r-Rahmán III (912) a quien la historia ha concedido el titulo de Grande.

Abde-r-Rahmán III: sus victorias.- Consagración de l primer Califa cordoba.-Estado anárquico del reino.-Grandeza de la España musulmana.. - AI·Hdqllem 11 al' Malansir: su caráctcr.-Slglo de oro de la civilización arábigo-española.

Abde-r-Rahmán III: sus victorias

Comienza su reinado este príncipe (912) sometiendo en una breve campaña a los rebeldes árabes y berberiscos de Toledo, los cuales por espacio de ochenta afias habían sido no mas que vasallos nominales de Córdoba: lo mismo hizo con las facciones que desgarraban el reino a cada paso, de manera que ahora es cuando verdaderamente desaparecen los antiguos antagonismos de raza y los musulmanes todos forman un solo cuerpo de nación bajo el gobierno de su natural soberano.

Con igual fortuna se vengó de la derrota causada al general Ibn-abi·Abda por Ordoño II en San Esteban de Gormaz (917) venciendo a los cristianos leoneses en las batallas de Mutonia y Osma ya los navarros en la de Valdejunquera.

También tomó parte en los asuntos de África a favor del soberano de Necor, aliado suyo, en contra de los Fatimitas que trabajaban para destronarle.

Consagración del primer Califa cordobés

Engreido con sus triunfos ordenó Abde·r·Rahmán que desde el 16 de enero de 929 se le dieran en las oraciones y actos públicos los títulos de Amir almunimin y An·Nasir lidiln Alláh, es decir, Califa o príncipe de los creyentes y protector de la religión de Aláh; no es extraño; a excepción del reino leonés y de una parte de Cataluña, toda la Península obcdezca su formidable poder.

Estado anárquico del reino

Menos afortunado en el interior, se atrajo el odio de los nobles musulmanes por haber concentrado en su persona todos los

poderes del Estado, gobernando como déspota desde el afio 932: para conseguirlo en absoluto confió los des tinos públicos a los esclavos, libertos extranjeros, convertidos en instrumentos flexibles de todos sus planes, y ante quienes hizo se humillaran los aristócratas cordobeses descendientes del Profeta.

La indignación de los descontentos estalla con motivo de haberse confiado el mando del ejército que hacia la guerra contra los cristianos al eslavo Nadja, por lo cual, los oficiales árabes juran que el Califa espiará

el menosprecio: así sucedió en las batallas de Simancas y Alhandega, donde Abdc-r·Rahmán se salva apelando a la fuga.

Grandeza de la España musulmana

En tiempo de este Califa florecen todos los gérmenes de grandeza, incubados durante los reinados anteriores: la

ciudad de Córdoba, contaba medio millón de habitantes, tres mil mezquitas, ciento trece mil casas, trescientos baños , veintiocho arrabales, doscientos palacios, y no cedía en extensión y riqueza más que a Bagdad, capital del califato de Oriente. Abde-r-Rahmán estableció en ella magníficas academias y suntuosas mezquitas; su palacio, verdadera maravilla cuya descripción se parece a un cuento fantástico, era el centro del saber, y servía de morada a una gloriosa pléyada de artistas, poetas y sabios.

Su grandeza se hizo pública en todo el mundo, y atraídos por ella le enviaron embajadas extraordinarias los reyes de Italia, Francia y Alemania, y el emperador de Constantinopla. Cuentan que solo para satisfacer el capricho de su favorita Zahara, hizo construir cerca de la capital una ciudad bellísima. donde abundaban el oro, el mármol, y las maderas preciosas.

AI-Haquem II al-Motansir : su caracter

Al morir le sucede AI-Haquem II al-Motansir(961), el cual hereda con el trono el amor de su padre a las letras, a las ciencias y a las artes: de carácter afable y cariñoso, solo por necesidad hizo la guerra; pero tan buena maña supo darse en ella, que obligó a pedir la paz a sus enemigos, que lo fueron García y Fcrnán Gonzálcz, derrotados en Gormaz, Atienza y Calahorra.

Tranquilo el califato, Al-Háquen II se entrega por completo a los estudios y al desarrollo de la riqueza pública, sus ideales favoritos, y de este modo afluyeron a Córdoba multitud de sabios nacionales y extranjeros, atraídos por la liberalidad del soberano.

Siglo de oro de la civilización arábigo·española

Nunca había reinado en España un príncipe tan sabio ni que tanto protegiese a 103 hombres de ciencia: su palacio, cuya biblioteca se componía de cuatrocientos mil volúmenes, más parecía un taller donde trabajaban sin cesar escribientes, encuadernadores y miniaturistas; y conocedor, cual ninguno, de la historia literaria de su tiempo, él mismo escribía al principio o al fin de cada obra el juicio que le hubiese merecido.

Todos los ramos de la enseñanza florecieron entonces: además de las escuelas oficiales, que eran muchas y buenas, fundó en la capital veinticinco, costeadas de su propio peculio, para que recibiesen educación gratuita en ellas los hijos de padres desvalidos. La universidad cordobesa llegó a ser una de las más famosas del mundo; en aquel siglo afortunado, poquísimos eran los musulmanes andaluces que no supieran leer y escribir correctamcnte.

Hixem II : triunfos de Abu-Amir-Mohamad. - Batalla de Calalañazor. Rápida decadencia del Califato: su disolución.- Reyes de Taifas Almoravides y Almohades. - Reyes naseries de Granada.

Hixem II: triunfos de Abu-Amir-Mohamad

A la muerte de su padre es proclamado califa de Córdoba el niño Hixem-all-Mowayad (976), bajo la regencia de su madre Aurora y de Abu-Amir-Mohamad más conocido por Almanzor. Bien quisieron impedirlo con sus intrigas Fayid y Djaudhar, jefes de palacio los cuales preferían un soberano que gobcrnasc por sí mismo.

En tanto que el débil Califa vive en perpetua niñez, acompañado de sus (favoritas y esclavos, inaugura Almanzor la primera campaña contra los cristianos, tomando y saqueando a Zamora (981), después de cuyo suceso derrota cerca de Rucda a las tropas aliadas de Ramiro III de León, García Fernández de Castílla, y Sancho III de Navarra,

En las campañas posteriores contra los estados del Norte, derrota en Cataluña al conde Borrel, y saquea a Barcelona; penetra en Portugal, y destruye a Coimbra; cae sobre León, y no deja en la capital piedra sobre piedra; llega hasta Galicia, y después de arrasar laciudad de Santiago, vuelve a Córdoba donde hace su entrada triunfal, acompañado de los prisioneros cristianos que conducían sobre sus hombros las campanas de la catedral compostelana, suspendidas luego del techo

de la gran aldjama para que sirvicscn como lámparas.

Batalla de Calatañazor

Su última expedición fue la del año 1002, al principiar la cual penetra hasta Canales y destruye el monasterio de San Millán, patrono de Castilla; pero como se sintiera acometido de una grave enfermedad, especie de epidemia que también atacó a gran parte de su ejército, hubo de retirarse hacia el Sur, siendo varias veces envuelto por las tropas cristianas, principalmente en Catalañazor (roca de las águilas), desde cuyo punto se dirige, llevado en hombros de sus soldados por espacio de catorce días, hasta Medinaceli en donde muere.

Rápida decadencia del Califato: su disolución

Muerto Almanzor, verdadero soberano de hecho, comienza para el Califato un período de decadencia que sin cesar trabajan las guerras interiores entre berberiscos, árabes y esclavos, la incapacidad de los Califas, y la pobreza general.

Destronado Hixem II es repuesto por segunda vez y muere en 1012: desde esta fecha pasan sucesivamente por el poder hasta dicz Califas: el último de los cuales,

Hixem III -al-Motadd, es recibido por el pueblo con ardientes aclamaciones de júbilo, pues esperaba acabasen de una vez los desórdenes y renaciera el gobierno equitativo y vigoroso como antes.

No tenía condiciones el nuevo Califa para realizar tan halagüeñas esperanzas: bueno y dulce, pero irresoluto, débil e indolente, sin más ideal que los placeres de la mesa, entregó el gobierno al ex·tejedor Haquem, el cual vendió hasta el hierro y el plomo de los palacios demolidos durante la guerra civil. Amotinado el pueblo, asesina al achib, y sitia a Hixem III su palacio, del cual sale para una fortaleza.

Al día siguiente de estos sucesos, los visires anuncian a los cordobeses en un manifiesto (1031) la abolición del Califato, y el Consejo de Estado se hace cargo interinamente del gobierno.

Reyes de Taifas

A la destrucción del Califato de Córdoba se forman las monarquías de Taifas, banderías cuyos jefes se declaran independientes en el territorio que cada uno gobernaba.

Ademas de la capital, donde el poder ejecutivo de la república se confió a Ibn·Djawar con el título de Cónsul,

aparecieron, entre otros menos importantes, los reinos de Málaga, bajo los Hammudics; de Sevilla, con los Abbaditas; de Granada, con los Banu·Zeiri; de Carmona, con los Banu·Birzel; de Huelva, con los Becries; de Silvcs, con los Banu-Mozain; de Sahláh (AIbarracín), con los Banu·Razin; de Alpuente con los Banu-Kázim de Badajoz, con los Al-Aftas; y los de Toledo, Valencia, Almerfa, Múrcia, Zaragoza, Lérida, Tortosa y Mallorca, los cuales perpetuarán por espacio de dos siglos sus respcctivas dinastías.

Almoravides y Almohades

Vencidos estos pequeños Estados por las armas cristianas, solicitan la protección de los Almoravides, y al efecto, numerosas

tribus de estos Musulmanes penetran en España a las órdenes de su rey Yusuf ben Texufin, el cual, después de vencer en la batalla de Zalaca a los leoneses y castellanos, destituye a los monarcas de Taifas e implanta aquí su dominación por espacio de medio siglo (1091-1174): al terminar este período aparecen varios pequeños territorios independientes, casi ignorados en su mayor parte, los cuales concluyen absorbidos por la gente Almohade venida a España al mando de Al-Madhi, fanático unitario que realiza entre los musulmanes españoles y africanos una revolución religiosa.

Reyes naseries de Granada

Reducido el imperio de los Almohades a los territorios de Múrcia y Valencia, sucesivamente conquistados por los monarcas

cristianos, solo la familia de los Banu-AI-Ahmar consigue establecer en Granada un nuevo reino, que será el último baluarte de los musulmanes durante tres siglos (1231-1492).

En este período ocupan el trono granadino veintiún monarcas, el último de los cuales, Mohammad XI, el Boabdil de nuestros historiadores. es aclamado por el partido abencerraje en oposición al zegrí, defensor de Ali-Abu-l-Hasam, padre del pretendiente, y con el concurso de don Fernando de Aragón, interesado en fomentar la rivalidad de las facciones que desgarraban la monarquía naserita hasta ofrecerla inerme en manos de sus enemigos.

Así sucedió: el día 2 de enero de 1492 entregaba Mohammad las llaves de Granada a los Reyes Católicos, después de un sitio de nueve meses; y cuentan, que como al abandonar la ciudad llegase el destronado monarca a un cerro, desde el cual se la divisa por última vez, volvió hacia ella sus ojos preñado$ de lágrimas y lanzó un suspiro, mereciendo que su madre

Aixa, más varonil que él, le reprochara diciendo: llora, hijo mio; que bien merece llorar como mujer, quien no supo defenderla como hombre.

Así termina el período musulmán en España, después de una dominación de 781 años.

Civilización arábigo-hispana

Agricultura, Industria y Comercio . - Literatura y Ciencia$. - La Universidad de Córdoba. - Principales monumentos arábigo-hispanos.-Organización política y social.

Agricultura, Industria y Comercio

Los árabes hicieron progresar la agricultura española por modo notable, principalmente desde que Abdc-r-Rahmán los emancipó del Califato de Oriente, pues solo entonces se acostumbraron a considerar cste país comoa su verdaden\ patria.

La aptitud agrícola del pueblo árabe era muy grande, y así sucedió que, en muchos de dos siglos, pudo completar el sistema de irrigación trabajado antes por hispano-romanos y judíos, roturar multitud de terrenos incultos o abandonados por la gente visigoda, desecar pantanos, utilizar marismas, y poner en condiciones de cultivo multitud de llanuras en las Castillas y la Mancha, haciendo recordar aquellos tiempos abundantes y felices, cuando era España la provincia más rica, más hermosa y más fértil del Imperio romano.

Además de 105 cultivos tradicionales, los árabes explotaron, sobre todo en Andalucía, Valencia y Murcia, la caña de azúcar, el moral, el arroz, el aIgodonero, el plátano, la palmera y multitud de vegetales, frutas y flores, exóticas hasta entonces

No adelantó menos la industria: tan notoria como merecida era la fama de las armas de Toledo, las sedas de Almcría, los encajes y estampados de Málaga, las pieles y tafiletes de Córdoba y el azúcar de Al.Andalus.

El comercio rivalizaba con el de las Repúblicas italianas y Damasco, trabajado muy especialmente por berberiscos y judíos, los cuales exportaban á los países europeos, africanos y asiáticos cantidades incalculables de oro, plata, mercurio, preciosas armas blancas, tejidos de lana, hilo y seda, curtidos ordinarios y finos, azúcar y productos agrícolas de infinitas clases. Este

desarrollo mercantil se hallaba favorecido por numerosos barcos que hacían del Mediterráneo un mar exclusivamente

arábigo-hispano.

Literatura y Ciencias

Lo que caracteriza más que nada la civilización de los árabes en España es el buen gusto por la literatura, las ciencias, y las artes: la protección que los Califas dispensaron a cuantos hombres se distinguían por su talento y voluntad para el estudio, hizo que en poco tiempo se fundaran multitud de escuelas, bibliotecas, museos y laboratorios, en

cuyos centros se cultivaban con éxito las matemáticas, la astronomía, la física, la química, la medicina, la filosofía, la literatura y la historia. Entre las celebridades que más brillaron por su saber citaremos al filósofo Averroes, el médico Abenzoar, el naturalista Albeitar, el jurisconsulto Abdalláll, el orador Aljatib , los historiadores Almed-el-Razi, y Arib-Sad, el cronista Al-Cuthia, el gramático Abu-AIi, el teólogo Mondzir, y los poetas y poetisas Said, Aixa y Fátima.

La Universidad de Córdoba

La capital del Califato español, la hermosa Córdoba, mereció ser llamada Atenas de Occidente por sus numerosos establecimientos de enseñanza , bibliotecas y museos; además de las madrisas oficiales,-que eran muchas, sól0 Al-Haquem II fundó veinticinco costeadas de su tesoro particular, para que recibiesen educación gratuita en ellas los hijos de los pobres. Pero sobre: todos los centros del saber descollaba la Universidad, la más famosa del mundo entonces, y en la cual explicaron profesores tan eminentes como Abu-Becr·ibn-Moawia, profundo teólogo, Abu-AIi-Kalí, enciclopedista en ciencias sagradas y profanas, y lbn-Alcuthia , el mas sabio gramático de España: 10$ discípulos, venidos de todas partes, se contaban por millares .

Principales monumentos arábigo-hispanos

Los principales monumentos son la Mczquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla y la Alhambra de Granada, que representan los tres periodos del arte arábigo en España.

La Mezquita o aldjama (metropoli) fue empezada por Ade·r-Rahmán I en 780: los musulmanes la llamaron la Meca de Occidente. Tenia seiscientos pies de largo por doscientos cincuenta de ancho , treinta y ocho naves sostenidas por mil noventa y tres columnas de mármol, y la daban acceso diez y nueve puertas chapeadas de bronce, nueve al oriente, nueve al occidente, y una al norte, la de la Alguibla, cuyas planchas eran de oro; la cúpula más alta remataba en tres bolas,

las cuales sostenían una granada de oro. De noche se iluminaba con cuatro mil setecientas lámparas.

La Giralda (1195) es una torre cuadrada, construida de ladrillo rojo, cuyo exterior se halla cubierto por una red de esculturas y cortado por series de ventanas, de arco traspasado unas y de ojivas festoneadas las restantes: coronábale antes un globo de oro, reemplazado hoy por la estatua de la Fé.

En la Alhambra o Kalat-el-Amra (castillo rojo) se manifiesta en todo su explendor la arquitectura arabiga- hispana. Pertenece al siglo XIV, y lo único que de ella puede decirse es que constituye la maravilla artística más sublime que los siglos han producido jamás: intentar su descripción, más que temeridad, sería locura.

Organización política y social

El Califa, soberano absoluto y representante de Dios en la tierra, asumía en su persona todos los poderes civiles, religiosos

y militares, y un Consejo, que él mismo nombraba, estaba encargado de informar sobre todas las cuestiones referentes

a la administración del imperio: unos gobernadores, también nombrados por el Califa, y revestidos de poderes omnímodos, mandaban en las provincias. La ley civil tenía por base el Corán y sus interpretaciones autorizadas, de suerte que el libro sagrado era la única fuente de derecho: los tribunales de apelación, representando al Califa, podían reformar las sentencias

de los jueces inferiores.

Los cristianos o muzárabes, al igual que los judíos, vivieron al amparo de las leyes musulmanas, y solo pagaban como tributo una capitación variable, pero en dinero: los musulmanes contribuían con el diezmo en especie. Unos y otros podían aspirar a todos los empleos: los matrimonios entre cristianos y musulmanes eran bastante frecuentes.

Los judíos en España

Llegada de los Judíos a España.-Sus vicisitudes bajo la dominación visigoda. - Su situación en la España musulmana -Cómo fueron considerados en las monarquías cristianas.- Expatriación perpetua de esta raza, - Civililación Judáico-española: literatura rabinica,

Llegada de los Judíos a España

La ruina de Jerusalén por Tito y la dispersión decretada por Adriano son los acontecimientos que sirven de base para calcular la llegada de los Judíos a España, aunque algunos historiadores afirman la existencia de colonias israelitas

a lo largo de la costa de Levante, en tiempos anteriores al siglo II de J. C.

Los testimonios más antiguos, sin embargo, solo alcanzan a principios del siglo IV, y se refieren :t los cánones 49 y 50 del Concilio de Iliberis (Elvira)-300 de J. C.-en los cuales se prohíbe al pueblo cristiano la comunicación con estas gentes.

Sus vicisitudes bajo la dominación visigoda

Tranquilos vivían los Judíos bajo la dominación visigoda en tanto que los invasores se ocuparon de la conquista definitiva del territorio, pero realizadas la unidad nacional y la religiosa por Leovigildo y Recaredo, precisamente cuando sus conocimientos en la industria, las artes y la agricultura y su economía exagerada los habían elevado a ventajosas posiciones, los acuerdos del Concilio III toledano les excluyen de todo cargo público, les prohíbe tener mujeres mancebas y les obliga a

vivir separados del resto de la población en sus juderías.

El siguiente Concilio, el IV, dispuso que les fueran arrebatados sus hijos, desde siete años, con objeto de instruirles en el Catolicismo, y Sisebuto luego (620) extrema contra esta raza el rigor de la persecución, poniéndoles en la disyuntiva de recibir el bautismo o, expatriarse para siempre; entonces se marcharon bastantes, aunque los más quedaron siendo cristianos en el exterior y judíos en el retiro de su casa.

Como se animara que conspiraban con los Musulmanes africanos para facilitar la invasión, y aún añadieran que habían atentado contra la vida del rey, Égica les condena a perpetua esclavitud, sin perdonar a los ancianos ni a las mujeres ni a los niños.

Con estos antecedentes no es extrañ0 que los judíos tomaran parte en la guerra civil provocada por los hijos de Witiza contra Rodrigo, ni que aliados de los árabes, bajo cuya dominación se prometían mejor fortuna, favoreciesen luego con su astucia el asalto y conquista de algunas poblaciones.

Su situación en la España musulmana. Muy varia fue su fortuna en el Califato de Córdoba, y después bajo las monarquías de Taifas: pasado el primer periodo de la conquista de España, durante el cual se les encuentra sirviendo de auxiliares, viéronse elevados unas veces y perseguidos otras, pero siempre odiados de los musulmanes, por lo mismo que más de una vez alcanzaban elevados puestos en la gobernación del Estado.

Tal sucedió por ejemplo, entre otros casos que pudiéramos citar, el 30 de Diciembre de 1066, con motivo de haber sido desterrado de Granada, Abu·lshac, uno de los poetas más afamados de su época: como se creyera que esta medida fue tomada por el príncipe Abu-Manah-Badis, siguiendo los consejos de su 'favorito Yusuf-bcn-Ismael, judío de origen, subleváronse los musulmanes granadinos, asaltaron el palacio real, mataron a Yusuf, que se había refugiado en él, y degollaron hasta cuatro mil judíos. Hechos parecidos a este se repitieron varias veces.

Cómo fueron considerados en las monarquías cristianas. Durante la Reconquista merecieron algunas atenciones de los monarcas cristianos, entre ellos, de Alfonso VIII que concede el derecho de ciudadanía a los judíos de Cuenca, de Fernando III que permite a los rabinos de Córdoba y Scvilla la continuación de sus academias, de Alfonso X que les confirma

en todos sus derechos, añadiendo otros nuevos, por el auxilio que le prestaron en la composición de las Tablas Alfonsinas, y de Pedro I que les concede un juez extraordinario para sus litigios, y les consiente la reconstrucción de la sinagoga de Toledo.

Su fidelidad para con Pedro I les valió en el reinado siguiente una persecución horrible durante la cual fueron degollados muchísimos, lo mismo en Toledo que en Zaragoza, Córdoba, y Valencia, sin que bastaran :i impedirlo la elocuencia de San Vicente Ferrer ni las protestas de la Iglesia, indignada contra tamaños excesos.

Expatriación perpetua de esta raza

El 31 de Marzo de 1492 promulgó la inquisición española el decreto que ordenaba la expatriación perpetua de esta raza, señalándola para verificarlo el perentorio término de cuatro meses y sin consentirla llevar nada, aun lo de su propiedad particular: según cálculos probables emigraron entonces de España unos 160.000 judíos, procedentes casi todos de las comarcas de Castilla, Valencia, León, Zaragoza, Andalucía y Badajoz.

Civilización judáico-española: literatura rabínica

Los Judíos vivían en barrios separados o juderías, carecían de libertad política, se regían por leyes especialmente redactadas para ellos, gobernábanse por sus rabíes o jueces, solo dependían del rey en todos sus asuntos, y contribuían a las cargas públicas con un impuesto directo de bastante consideración, además de los indirectos a que, según las circunstancias, se hallaban obligados todos los españoles.

En tanto que musulmanes y cristianos se ocupan preferentemente de la guerra, comienzan las Escuelas

rabínicas de Córdoba y Toledo a dar señales de poderosa vida a mediados del siglo X, pudiendo citarse,

entre las eminencias convertidas al cristianismo que de ellas salieron, a Rabí don Santo, autor de los Consejos

al rey don Pedro, la Doctrina Cristiana, y la Danza de la muerte; Pablo de Santa María, que compuso varias

obras de Teología; Alvar García, del cual se conserva una crónica de Juan lI; Alonso de Cartagena, que escribió una genealogía de los reyes de España; Alfonso de Baena, autor de su famoso Cancionero; Jerónimo de Santa Fé, el mejor orador sagrado de su tiempo; Alonso de la espina, que llegó a ser Rector de la Universidad de Salamanca; y Jacobo Causinos, notable alquimista.

RECONQUISTA CRISTIANA.

(718-1506)

Reconquista cristiana en Asturias

Batalla de Covadonga: origen del reino de Asturias. - Proclamación de Pelayo.-Alfonso el Católico: sus brillantes campañas.-Fruela: Sublevaciones.- Reyes malamente llamados usurpadores.-Bermudo I: su abdicación.

Batalla de Covadonga: origen del reino de Asturias

De la dominación musulmana solo se libraron algunos españoles, refugiados en las fragosidades de la cordillera cantábrica: allí fueron también en busca de asilo otros muchos del interior de la Península, notándose que la común desgracia borra para siempre las antiguas denominaciones de visigodos e hispano-romanos, que durante tantos años los habían dividido.

En lo sucesivo ya no se habla más que de españoles cristianos, en oposición a los españoles musulmanes, lo

cual revela la armonía que informará la Reconquista por espacio de siete siglos.

Los invasores desdeñaron al principio este movi miento de concentración que se observaba hacia el N. O. de España; pero no tardará en demostrarse el carácter español, dispuesto siempre a rechazar toda invasión extranjera, cualquiera que ella sea.

Con el intento de no dejar tras de sí enemigos que pudieran cortarle la retirada, caso necesario, envió el

amir Al-Horr a su general Az-Zamáh al frente de un ejército para reducir este grupo de cristianos, encastillados en sus abruptas montañas, a tiempo que él se internaba en Francia por los desfiladeros del Pirineo.

A vista del peligro, los astures se concentran en el valle del Auseba, y después de encerrar a las mujeres y niños en la gruta de Covadonga, que defendían enormes peñascos, coronan las alturas dispuestos a oponerse al invasor, a pesar de la muchedumbre de enemigos que les asedia por todas partes.

El combate se libró con ardor: arrojaban los de arriba enormes piedras que aplastaban al enemigo, encerrado

en pasos de imposible salida, mientras que las flechas de los infieles se revolvían contra ellos, después de rebotar en la roca; una tempestad que de improviso estalla embravece los torrentes de la montaña, los cuales arrastran hasta el llano los cuerpos de los musulmanes confundidos con los despojos de los muertos. El espanto se hace general, y los cristianos,

ganada la batalla, (718), persiguen al enemigo hasta el puerto de Pajares, cuyo picacho más alto se llamó Tibi gratias, desde entonces, en recuerdo de la oración elevada al Altísimo por aquél pueblo de valientes, en cuyos pechos latía profundo el sentimiento de la patria.

Así nace a la vida el reino de Asturias, y así también comienza la Reconquista que los Reyes Católicos concluirán, al plantar la cruz sobre los minarctcs de Granada.

Proclamación de Pelayo

Animados con el triunfo obtenido, los cristianos eligen por rey a Pelayo, hispano-romano de origen; en la jurisdicción de Cangas de Onís puede verse todavía el lIamado Campo de la Jura. Los límites de esta primera monarquía cristiana

cran los ríos Dcva y Eo, los montes Herbáceos, y el mar.

Después de un reinado de diez y nueve años fallece Pelayo (737), y los cristianos eligen para sucedcrle a su

hijo Favila, el cual muere a poco devorado por un oso.

Alfonso I el Católico: sus brillantes campanas

La opinión unánime elevó al trono al joven Alfonso I (739) que por su celo religioso mereció el calificativo de Católico; era hijo de los duques de Cantábria y estaba casado con una hija de Pelayo . .

La guerra civil que por aquel tiempo estalló entre los musulmanes, favoreció los designios de este monarca,

el cual, sin resistencia, se apodera de todos los territorios hasta el Duero. Sucedió que descontentos los berberiscos

de los árabes que los habían relegado a las ásperas montañas de Asturias. León y Galicia, en tanto que ellos se posesionaban de los países más fértiles y hermosos, secundan el movimiento iniciado contra los descendientes del Profeta y marchan en masa hacia el mediodía de la penlnsula: esta emigración facilita la independencia de los gallegos, que se suman con los de

Asturias (751), y hace que caigan sucesivamente en poder de los cristianos las ciudades de Astorga, León, Zamora, Ledesma y Salamanca.

De los pocos berberiscos que continuaron viviendo el territorio de Astorga, si bien sometidos desde entonces a la dominación cristiana, descienden los actuales Maragatos, los cuales conservan todavía en su traje y costumbres indelebles recuerdos de su origen africano. Alfonso penetra en las arruinadas poblaciones, restaura sus fortalezas, reedifica los templos destruidos por el fanatismo musulmán, y después de talar los campos y degollar multitud de enemigos, vuelve hacia el nortc abandonando las llanuras de Castilla, donde era imposible defenderse.

Desde León hasta las estribaciones del Guadarrama, se extendía por Castilla un verdadero desierto, barrera natural que separó durante mucho tiempo a musulmanes y cristianos.

Fruela I: sublevaciones

Precisamente cuando Abde-r-Rahmán I conseguía emanciparse de Damasco, fallece Alfonso I, y le sucede por elección su hijo Fruela I (757), fundador de la ciudad de Oviedo.

Acometido por los musulmanes, alcanza sobre ellos algunas ventajas, pero tiene que suspender por dos veces las operaciones militares para sofocar la Sublevación de los vascones y gallegos, a los cuales somete.

Se atrajo las iras del pueblo por haber mandado degollar a su hermano Vimarano, y las del clero por entrometerse en asuntos de disciplina eclesiástica: esta tempestad de odios hace que se trame contra él una conspiración, de cuyas resultas muere asesinado (768).

Reyes malamente llamados usurpadores

Ocupan sucesivamente el trono Aurelio, Silo Mauregato y Bermudo I el Diácono (768-791), sin razón apellidados usurpadores, pues alcanzaron el poder en la misma forma que los reyes anteriores, es decir, por elección.

Nada hicieron en beneficio de la reconquista, y sí solo Mauregato rechazó valerosamente el ataque de los berberiscos de la maragatería que a las órdenes de Mahmud (784) invadieron el territorio cristiano, hasta llegar a 'las inmediaciones de Oviedo: empeñada la batalla, fueron derrotados y perseguidos hasta las orillasdel Miño, en cuyas aguas perecieron muchlsimos.

Bermudo I: su abdicación

Bermudo I fue nombrado rey (789) cuando el príncipe Al.Háquem I inaugura con fortuna la guerra santa: bien pronto se

convence de que no tiene las cualidades imprescindibles en todo monarca guerrero, y abdica la corona en el que antes fue su competidor, Alfonso II, conocido con el sobrenombre de Casto. Termina sus días en un monasterio.

Alfonso II: sus victorias. - EI sepulcro del apóstol Santiago.- Ramiro I: sublevaciones.-Victoria d. Albelda. - Conatos de Invasión normanda.-Ordoño I: batalla de Clavijo. - Alfonso III: sus brillantes expediciones. - Sublevación: abdicación del rey.

Alfonso II: sus victorias

Alfonso II el Casto (791) inaugura su reinado con la brillante jornada de Lutos (Lugo) ganada contra los musulmanes que mandaba el valiente Abu-Moghit.

Habían invadido estos el territorio de Asturias, llegando hasta Oviedo, cuyos templos saquearon, pero conducidos astutamente a un terreno pantanoso, entre marjales y marismas, donde no podían defenderse, perdieron mucha gente y huyeron a la desbandada.

El príncipe Hixem quiere en el año siguiente vengar este desastre, y manda numerosas tropas a las órdenes de Abd·al·Carim: derrotados los infieles de nuevo, continúa Alfonso II la reconquista en dirección del S. O. y penetra en Lisboa, de cuya ciudad se apodera, así como de otras muchas.

Para dar noticia a Carlomagno de estos triunfos y fortalecer la amistad que con él tenía, le envió una embajada compuesta de los caballeros Fruela y Basilio, a los cuales acompañaban siete nobles musulmanes prisioneros, armas, trofeos, y una tienda de campaña ocupada al enemigo en el saqueo de Lisboa.

EL sepulcro del apóstol Santiago

A unas ocho millas de Padrón (Iria·Flavia) se encontró el sepulcro

del apóstol Santiago, primer propagador del cristianismo en España, en un campo que desde entonces se llamó de la estrella (campus-stellae o campostela, como se dice hoy) aludiendo al resplandor que sirvió de guía para verificar el descubrimiento: levantóse en aquel lugar un templo bajo la advocación de este santo. Desde entonces, ¡Santiago, y cierra España! . Será el grito de guerra de los españoles cristianos al entrar en combate.

Ramiro I: sublevaciones

Le sucede Ramiro I (842), hijo de Bermudo: quiere el conde gallego Nepociano arrebatarle el trono, pero derrotado y prisionero en la batalla de Nárcea, es encerrado a perpetuidad en un castillo, después de arrancarle los ojos.

Trata el rey de poner en orden el país, mejorando la administración, refrenando los ánimos inquietos, y dictando severas medidas contra los salteadores y ladrones, mas solo consigue que se trame contra él una conspiración formidable, que tiene la buena suerte de matar en su principio.

Victoria de Albelda

Libre de estos cuidados continúa la reconquista al frente de un poderoso ejército, y después de penetrar en la Rioja, donde vence al enemigo cerca de Albelda, se retira tranquilamente a sus estados.

Conatos de invasión normanda

En el año 844 una escuadra de normandos, pueblo sanguinario y feroz ,que después de habitar las orillas del Báltico

había conseguido imponerse á los franceses, llegó hasta las playas asturianas obligado por una violenta tempestad:

saquearon estos ·piratas a Gijón, pero Ramiro I marcha contra ellos, y los derrota quemándoles sesenta

naves y destrozando no pocas.

Ordoño I: batalla de Clavijo

Ordoñ0 I (850) que sucede a Ramiro, su padre, consigue algunas ventajas sobre los musulmanes, de los cuales recobra a

Soria y Salamanca: también reedificó a Tuy, Astorga y León. En este reinado tuvo lugar la batalla de Clavijo,

contra el moro Muza, cristiano renegado que había sabido captarse la simpatía de los musulmanes.

Alfonso III: sus brillantes expediciones

Alfonso III (866), hijo de Ordoño, mereció bien el calificativo de Grande con que la historia le honra.

Después de sofocar varias revueltas y sediciones interiores, dirige sus armas victoriosas contra los infieles, a los cuales desaloja de la ribera del Duero: penetra por el interior del país musulmán hasta las vegas que fertiliza el Guadiana, y vence sucesivamente al enemigo en las batallas de Órbigo, Atienza, Coimbra, Belorado, Pancorbo, y Zamora.

Sublevaciones: abdicación del rey

Lástima grande que las sugestiones de Nuño Fernándcz, conde de Castilla, amargaran sus últimos años, precisamente

cuando al amparo de la paz se disponía a trabajar en beneficio de los pueblos: rebelado contra Alfonso III su hijo primogénito García, al cual apoyaban, además del citado conde, su desleal madre Jimena y sus hermanos Ordoño y Fruela, redujo a todos por la fuerza y encerró al revoltoso infante en el castillo de Gauzón.

Así se pasaron tres anos; y como comprendiera el rey que la guerra civil cstallaría no tardando, reune en Bordes (910) una asamblea de notables, y ante ella abdica solemnemente aquella corona que con tanta gloria había ceñido durante cuarenta y cuatro años.

Dividió el reino entre sus hijos, otorgando el territorio de León a García, el de Galicia a Ordoño, y a Fruela el de Asturias: la Providencia se encargará pronto de inutilizar tan impolitica desmembración.

Alfonso III dejó escrita una Crónica desde Wamba hasta Ordoño I.

Reino de León: Garcla I. - Ordoño II: batallas de San Esteban de Gormaz y de Valdejunqucra.-Fundación de la Catedral leonesa.-Fruela II.-Alfonso IV: su abdicación. - Ramiro II: batalla de Simancas.-0rdoño III: complicaciones con Castilla.-Sancho I: planes del conde Fernán Gonzalez .- Ordoño IV. - Sancho I en Córdoba.-Restauración del rey: su muerte.

Reino de León: Garcia. l

La historia del, reino de León principia con García I (910) el cual muere a

los tres años, sin haber hecho nada notable.

Ordoño II: batallas de San Esteban de Gormaz y Valdejunquera. Le hereda su hermano el rey de Galicia Ordoño II con cuya proclamación se juntan ambos reinos, momentáneamente separados.

Este suceso coincide con el origen de otros estados independientes que contribuirán a. la Reconquista cristiana en Navarra, Aragón y Cataluña.

A poco de ser coronado Ordoño II en León inaugura la guerra contra los infieles rechazando en las orillas

del Duero al ejército de 20.000 soldados, que mandaba Ibn-abi-Abda, al cual derrota en los campos de San Es.

teban de Gormaz:(916). Los vencidos musulmanes se retiran hacia Navarra con intento de tomar venganza del anterior desastre, y lo consiguen, a pesar de haber peleado juntos en Val-de-junquera los reyes Ordoño II

y Sancho Garcés: la culpa de esta derrota cayó sobre los condes de Castilla que, si avisados con oportunidad, llegaron tarde al lugar del combate, por lo cual el rey de León se ensaña en ellos haciendo encarcelar a muchos

en lóbregos calabozos, y degollando sin piedad a no pocos.

Fundación de la Catedral leonesa. Considerando Ordoño II que la pequeña catedral de León no era digna de su Corte, y queriendo demostrar su agradecimiento a Dios por la victoria de San Esteban de Gormaz, hizo donación de su propio palacio al efecto de construir otra nueva, mayor y más capaz: era éste un espacioso edificio de tres naves, construido para

gimnasio y casa de baños durante la dominación romana, y de tan buenas proporciones, que pocas obras fueron necesarias para convertirle en hermosísimo templo.

Fruela II

A la muerte de Ordoño II queda sin efecto el impolítico reparto que de sus estados había hecho Alfonso III al abdicar, pues leoneses y gallegos proclaman a su hermano Fruela II (924), rey a la sazón del territorio de Asturias: este monarca solo se distingue por su carácter altivo y cruel.

Alfonso IV: su abdicación

Un año después (925) moria de lepra, sucediéndole el mayor de los hijos de Ordoño II, Alfonso IV, el Monge: más aficionado a la vida del claustro que á la agitada de los campamentos, abdica la corona en su hermano Ramiro II(931), después de haber pasado seis años sin hacer nada notable, lo cual no es obstáculo para que, más adelante, arrepentido de su obra o escuchando las sugestiones de sus primos los hijos de Fruela, pretenda recobrar la corona. Aunque se hizo fuerte en León, su hermano Ramiro le derrota con el ejército que ten(a preparado para guerrear contra la morisma, y después de sacarle

los ojos, lo mismo que á sus consejeros, le manda encerrar en el Monasterio de Sahagün, donde concluye

sus días.

Ramiro II: batalla de Simancas

Terminada la complicación anterior marcha Ramiro II con sus tropas hacia la frontera musulmana, y llega a las extribaciones de la cordillera del Guadarrama en donde se apodera de Magerit, terminado lo cual, y teniendo conocimiento de que Abde·r-Rahmáll lII corre a su encuentro, le presenta batalla cerca de Simancas (938), en la margen derecha

del Duero, y obtiene la más completa victoria: el mismo Califa recibió algunas heridas, aunque de poca gravedad, y no cayó preso gracias a la agilidad del caballo que montaba.

Ordoño III: complicaciones con Castilla

Ordoño III su hijo, que le sucede (950), se vio constantemente envuelto por las intrigas con que el conde de

Castilla, Fcrnán González , pretendía debilitar el reino leonés para conseguir de este modo la independencia de su territorio; pensamiento que sirve de esplicación a los sucesos que se desenvuelven en ambos países.

El Castellano, con cuya hija mayor estaba casado Ordoño, comprendió pronto que este monarca jamás consentiría

en despojarse voluntariamente de la soberanía sobre su Condado, y al efecto se dedicó a fomentar las ambiciones del joven Sancho, hermano del rey, con la pretensión de destronarle. No fue así, pero muerto aquel, intriga para que el trono sea ocupado por Sancho I (955).

Sancho I: planes del conde Fernán González

Sancho I, a quien apellidaron el Craso por su excesiva gordura, tampoco se prestó a servir de instrumento para complacer las aspiraciones separatistas de Fernán González, por lo cual éste le opone otro candidato, Ordoño el Malo, el cual consigue destronarlo(958).

Sancho III en Córdoba

Entonces se dio un espectáculo bien curioso: desde Pamplona, donde Sancho se había refugiado, marcharon en dirección a Córdoba éste y su abuela Tota, reina madre de Navarra, con el doble objeto de buscar un médico que le curara

de su obesidad, y de que el Califa le facilitase los medios de reconquistar el trono Abde-r Rahmán III los

recibe en el palacio de Zahara, y tuvo la satisfación de ver a sus pies al hijo de su vencedor en los Campos de

Simancas, al cual concedió cuanto pedía a cambio de diez fortalezas fronterizas.

Restauración del rey: su muerte

Curado Sancho, marcha a León acompañado de un ejército musulmán, y en Abril del año 960 hace su entrada en la capital: reconocida su autoridad, derrota al conde de Castilla, y le prende, en tanto que el aborrecido Ordoño IV se refugia en Burgos, de cuya ciudad sale desterrado al país musulmán. Siete años después moría Sancho, envenenado por un Conde gallego que le había regalado un cesto de manzanas.

Ramiro III: primera regencia en León.-Mayor edad del rey: su ingratitud.-Bermudo II : victorias de Almanzor.- Alfonso V: los Buenos fueros.- Sitio de Viseo y muerte del rey.- Bermudo III : independencia del condado do Castilla.-Qué había sido este condado.

Ramiro III: primera regencia en León

Le sucede su hijo Ramiro III (967), que solo contaba cinco años, bajo la regencia de su madre doña Teresa y su

tía doña Elvira.

El primer acto de las regentes fue renovar el tratado de paz ajustado en el reinado anterior con el califato de Córdoba, pues necesitaban de toda su actividad para contrarrestar el influjo de los nobles, los cuales, prevalidos de la menor edad del rey, querían absorber en propio beneficio las principales atribuciones gubernativas del reino con el intento de inutilizar la monarquía. Estas tendencias feudales encontraron en las virtuosas doña Teresa y doña Elvira el merecido correctivo, pero el

aspecto de las cosas varió por completo a la mayor edad de Ramiro III.

Mayor edad del rey: su ingratitud

Era este dcsdichado monarca tan desdeñoso y altivo para con todos, que bien pronto consiguió hacer el vacío en derredor

de su trono; si bien se medita, nada tiene esto de particular, pues el que había tenido valor para poner en duda la moralidad de su propia madre en el gobierno y administración del real patrimonio, mucho peor habría de portarse con aquellos a quienes solo debía consideración y respeto. Además, como su conducta privada era por extremo pervertida, proclamaron los

gallegos a Bermudo II (982) y con este motivo estalla una guerra civil a la que, después de la indecisa batalla de Portilla de Arenas, pone término la muerte de Ramiro.

Berroudo II: victorias de Almanzor

Tiempo era ya de que se hiciese la paz: atentos los musulmanes a las discordias interiores del reino cristiano, permanecían vigilando las fronteras en acecho de caer sobre León mientras que el terrible Almanzor saquea los territorios de Cataluña, Aragón y Navarra.

Llega el año 996, y Almanzor pasa el Duero, y se lanza contra los leoneses, matando y destruyendo cuanto se le pone al paso: ciudades, castillos, aldeas, monasterios, nada perdona su fiereza. Mientras que Bermudo II se refugia en Oviedo impedido de tomar parte en la guerra, los musulmanes atacan la capital, valientemente defendida por el conde Guillén González, el cual, herido y todo, se hace vestir la armadura y llevar en una litera hasta la misma brecha abierta por los sitiadores, consiguiendo reanimar el abatido espíritu de los leoneses, cansados de un larguísimo asedio y de tres días de reñido combate.

A pesar de su buena ciudadela, de sus fuertes torres, y de sus murallas romanas que tenían más de veinte

pies de espesor, León fue conquistada.

Alfonso V: los Buenos Fueros

Después de estos sucesos quedaba reducido el reino a los distritos ceñidos a la costa, ni más ni menos que en los primeros

tiempos de la reconquista cristiana: tantas amarguras precipitan la muerte de Bermudo II, al cual sucede su hijo Alfonso V de menor edad (999). bajo la tutela del conde Menendo González y la regencia de su madre doña Elvira.

Muerto Almanzor, debilitado el califato de Córdoba y caído en la más espantosa decadencia, ya de mayor edad Alfonso V, se consagra a reedificar las destruidas poblaciones y poner en orden la desconcertada monarquía,

que de ello tenía mucha falta.

Los fugitivos leoneses preferían vivir en los barrancos y cortaduras de sus montañas en vez de bajar al país de los llanos, temerosos de que los musulmanes volvieran otra vez con sus temibles algaras, y así se hizo necesario para obligarles a cambiar de vida, que Alfonso V, valiéndose de la paz que a la sazón se disfrutaba, reparase las fortificaciones de León, Zamora, Astorga y Coyanza, como prontamente se hizo.

Luego reunió en la catedral leonesa un C0ncilio (1o2o) para determinar las leyes y ordenanzas por las cuales se había de gobernar el reino en lo sucesivo, y los Buenos fueros redactados en él son la primera constitución que ha conseguido llegar hasta nosotros, después de haber regido por espacio de muchos siglos sobre

tan vasta monarquía.

Sitio de Viseo y muerte del rey

Continuaba Alfonso V la reconquista dirigiendo sus armas victoriosas contra Portugal, cuando una saeta lanzada desde

las murallas de Visco le deja muerto, $ucediéndole su hijo Berrnudo III, niño todavía (1028). Este suceso coincide

con la destrucción del califato de Córdoba y la formación de las monarquías de Taifas.

Bermudo III: independencia del condado de Castilla

Bcrmudo III concertó el matrimonio de su hermana doña Sancha con García, conde de Castilla, para terminar de una vez las diferencias que separaban ambos pueblos.

Pero sucedió que los Velas asesinaron a García en León cuando venía a casarse, con cuyo motivo el condado de Castilla pasa por herencia a doña Elvira, esposa de Sancho III de Navarra: esta herencia, aunque conforme a derecho, era una injusticia enorme, por lo cual Bermudo III quiere apelar a las armas para disputarla.

El buen deseo de los mediadores entre una y otra parte consiguió llegar a un acuerdo por virtud del cual. Fernando, hijo de Sancho III, se casaba con doña Saneha, recibiendo como dote ambos esposos el condado de Castilla, convertido en reino independiente.

Así se hizo, y como a poco muriese Bermudo III, Fernando I y doña Sancha reinan a la vez sobre ambas monarquías.

Qué había sido este Condado

Respecto del origen de Castilla, parece lo mas probable que el territorio conocido con este nombre debió llamarse así por

las fortificaciones levantadas en la llanura, una vez que los cristianos se atrevieron a descender de las montanas para continuar la Reconquista.

Como los territorios reconquistados se entregaban a los más valientes, a título de premio, para su conservación y defensa, de aquí los condes o jefes militares, que fueron varios, y estuvieron subordinados a uno principal, residente en Búrgos.

Estudiando el reinado de Alfonso III hemos visto a Nuño Fernández;, suegro de García, intrigando contra el monarca leonés y creándole serios conflictos, lo mismo que más adelante, en tiempos de Ordoño II, digimos

que a los condes de Castilla hubo de imputárseles la catástrofe de Val-de-Junquera: si esta conducta fue o no deliberada, cosa. es discutible, pero en cambio aparece evidente la tendencia de estos pequeños soberanos a emanciparse del reino de León, del cual eran feudatarios.

Prescindimos de la fábula relativa a Lain Calvo y J Nuño Rasura, para fijarnos en Fernán González (930), vencedor incansable de los musulmanes y protector de Ord0ñ0 IV el Malo, en Sancho Carda (1005) que legó a Castilla el código que se conoce con el nombre de Fuero viejo, y en Carcía (1022), asesinado por los Velas, del cual digimos había venido a León para casarse con doña Sancha.

Fernando I: Concilio de Coyanza. - Guerra con Navarra_ - Guerras y conquistas.- Partición del reino. - Sancho II : Guerra civil.- Sitio de Zamora: muerle del rey.

Fernando I: Concilio de Coyanza

Fernando I (1037) reune las coronas de León y Castilla, y con él comienza en ambos reinos la dinastía de Navarra.

Su primer acto político fue convocar en Coyanza,(Valencia de D. Juan) un Concilio (1050) parecido a los celebrados en Toledo durante la dominación visigoda, pues se había hecho necesaria la sustitución de las antiguas leyes por otras más conformes con el progreso de los tiempos, a la vez que precisaba reformar las costumbres del clero, en algunos puntos poco conformes con su delicado ministerio.

Guerra con Navarra

Cuatro años más tarde, cuando se dedicaba a reorganizar la administración de los pueblos, se vio en la necesidad de sostener una guerra contra García, rey de Navarra, el cual, como hermano mayor suyo, pretendía sumar todos los estados que constituían el patrimonio de su padre al morir: después de varias tentativas de paz, aunque sin rcsultado alguno, encontráronse los ejércitos de ambos hermanos en los campos de Atapuerca ( 1054) en cuya batalla muere García en los brazos de San Tgnacio, de cuyos razonables consejos no quiso hacer caso. Toda la Navarra superior cae en poder de castellanos y leoneses, pero Fernando tiene la generosidad de cederla a su sobrino Sancho IV, proclamado rey por los navarros.

Guerras de conquista

Libre ya de esta guerra enojosa, Fernando I continúa la reconquista cristiana, y al efecto pasa el Duero, entra en Portugal y se apodera de Visco, Lamcgo y Coimbra; así como en la siguiente campaña (I055) recobra a San Esteban de Gormaz, Aguilar y Berlanga, y tala los campos de Guadalajara y Madrid.

Después de hacer sus tributarios a los reinos moros de Toledo y Sevilla, emprende el sitio de Valencia, bajo cuyas murallas adquiere una grave enfermedad que le condujo al sepulcro.

Partición del reino. Antes de morir convocó las Cortes del reino (1064) Y con su aprobación repartió entre sus hijos los territorios que componían la poderosa monarquía castellano-leonesa, entregando a

Sancho, el primogénito, Castilla; a Alfonso, León; a García, Galicia; el señorío de Toro a doña Elvira; y el de Zamora a doña Urraca.

Sancho II: guerra civil

Solo la prudencia de la reina madre pudo conseguir que semejante partición fuera respetada, pero muerta esta, señora a los pocos meses, (1065) Sancho II el Fuerte, se dirige contra su hermano Alfonso VI de León, al cual derrota en las batallas de Llantada y Volpcjar, enviándole como prisionero al monasterio benedictino de Sahagún: invade luego Galicia sin que Garela se oponga, y después de apoderarse del señorío de Toro, pone sitio a Zamora, cuyos habitantes defenderán con heroismo los derechos de su soberana doña Urraca.

Sitio de Zamora: muerte del rey

En tanto que Alfonso VT se fuga de Sahagún para refugiarse en Toledo, cuyo rey Almamún le presta benévola acogida,

continúa Sancho II el comenzado sitio sin que los de Zamora dieran señal de rendirse, por más que, aislada la población con el exterior, y sin otras subsistencias que las ordinarias, era presumible que el hambre les obligara a capitular.

El desenlace del sitio fue bien impensado: un fingido desertor, Bellido Dolfos, ofrece enseñar al rey de Castilla un portillo del muro que facilitaría el asalto; y como ambos se alejasen del campamento para verlo, vuelve Bellido su espada de improviso contra Sancho, el cual cae muerto con el corazón hecho pedazos.

El asesino huye á la carrera y se refugia en la ciudad, una de cuyas puertas se abre para recibirle, cual si los sitiados lo esperasen, a tiempo que clava su lanza en ella Rodrigo Ruíz Díaz de Vivar, cuyas hazañas futuras habían de asombrar al mundo.

Alfonso VI en León:: Jura de Santa Gadea,-EI Cid campeador.- Conquista de Toledo.-Cambio del rito gótico por el romano.- lnvasión de los Almoravides : batalla de Uclés .- Independencia del condado de Portugal.

Alfonso VI en León: jura de Santa Gadea.

Cuando llegó a Toledo la noticia de que Sancho II había muerto bajo los muros de Zamora (1073), se presenta Alfonso VI en León, no sin haber pactado antes un convenio de alianza con el rey moro Almamún, que tan desinteresadamente le había protegido en su desgracia.

Reeonociéronlc sin dificultad los leoneses, pero no así los de Castilla donde corrieron voces de que había tenido alguna parte en el asesinato de su hermano, por lo cual le obligaron a jurar solemnemente su inocencia, hasta tres veces, sobre el altar de la Iglesia de Santa Gadea: cumplido este requisito, le aceptaron como rey.

El Cid campeador

Propuso la fórmula del juramento del joven castellano, Rodrigo Ruíz Díaz de Vivar, más conocido por el Cid, campeador: después de haber probado su valor en los combates contra la morisma, fue armado caballero por Fernando I en la Iglesia

de Coimbra, precisamente a los pocos días de haber sido conquistada esta plaza a los musulmanes.

Al servicio de Sancho II tomó parte en cuantas acciones intervino aquel monarca, lo mismo en las guerras civiles que en las suscitadas contra los musulmanes; y quién sabe si el recuerdo de la derrota de Volpejar influyó en el ánimo de Alfonso VI para desterrarle de Castilla, por más que la opinión general atribuya este suceso al juramento de Santa Gadea: lo cierto es que fue extrañado del reino, y que después de estar algún tiempo a las órdenes del rey moro de Zaragoza, emprende por cuenta propia la conquista de Valencia, de cuya ciudad se apodera (1094).

Bien pudo alzarse con la soberanía del territorio conquistado, pero no lo hizo, Sino que se lo ofreció al rey de León y Castilla, el cual le levantó el destierro, y le otorga el gobierno de la desde entonces llamada ciudad del Cid: sostúvola algún tiempo contra el poder de los almoravides, hasta que estos por fin la recobran, de cuyas resultas muere de pesadumbre este héroe, a quien el Romancero ha dedicado sus más entusiastas versos y la literatura sus más hermosas galas.

Conquista de Toledo

Así que Alfonso VI se apodera del territorio de Galicia, desheredando a su hermano Carcía, emprende la Reconquista y lleva la guerra hasta los mismos muros de Toledo, donde ya no reinaban ni Almamún ni su hijo Hixem cou los cuales había pactado alianza y amistad.

Comienza las operaciones talando y destruyendo cuatro años consecutivos las cosechas de la ribera del Tajo, para privar de víveres a los sitiados, y después que estrecha la ciudad por hambre, la toma mediante capitulación (1085) estipulándose la libertad de los musulmanes que quisieran expatriarse, así como el respeto a la religión, vida y hacienda de cuantos prefiriesen continuar en ella: al fin, pasados trescientos setenta y cuatro años, viene a recobrarse la ciudad imperial de la monarquía visigoda.

Cambio del rito gótico por el romano

Entre las reformas proyectadas por Alfonso VI debe mencionarse el cambio del rito gótico por el romano, merced

a las gestiones del Papa a quien para este efecto representaron los monjes de Cluni.

Recibidos benévolamente estos eclesiásticos por el monarca, tuvieron que resistir en cambio la oposición del clero y el pueblo, los cuales a toda costa deseaban continuar usando las prácticas y costumbres de la Iglesia nacional: la reforma se hizo á pesar de las pruebas del duelo y del fuego, solo porque el rey lo había prometido, y entonces nació en Castilla el refrán que dice: allá van leyes do quieren reyes.

Invasión de los Almoravides: batalla de Uclés

En el último decenio del siglo XI aparecen en España los Almoravides, llamados por los moros de Sevilla, temerosos de caer en poder del ejército cristiano; estos invasores concluyen extendiendo su dominación sobre todos los territorios de que los infieles se hallaban posesionados,

Como su rey Alí deseara continuar la guerra santa, traspasa la frontera de Castilla, al frente de un ejército poderoso, llega hasta las montañas de Cuenca, y pone sitio a la fortaleza de Uclés (1108): viejo y achacoso Alfonso, envía para contenerles un ejército mandado por su hijo Sancho, pero trabada la batalla muere casi al principio de ella el infante con los principales caballeros que componían su escolta, el espanto se hace general, los cristianos apelan a la fuga, los condes perecen

gloriosamente sobre el campo, y gracias si los vencedores, no sabiendo aprovecharse de las ventajas de semejante desastre, conceden a los cristianos el tiempo suficiente para rehacerse en disposición de impedir todo avance peligroso.

Afligido por esta desventura baja al sepulcro Alfonso VI (1109). Y le sucede doña Urraca, viuda para entonces, y con un hijo habido en su matrimonio con el conde francés Raimundo de Borgoña.

Independencia del condado de Portugal

Cuando los cristianos tuvieron conocimiento de la invasión almoravide, llamaron en su auxilio a cuantos extranjeros quisieran tomar parte en esta guerra de cruzada: sábese de varios que vinieron, y entre ellos. dos hermanos franceses, Enrique y Raimundo de Borgoña, los cuales como premio a su valor, recibieron en matrimonio a doña Teresa y doña Urraca, hijas de Alfonso VI.

Así como el segundo gobernó el territorio ele Galicia, se adjudicó al primero en dote el condado de Portugal,a título de feudo: este es el origen de la emancipación indirecta del territorio lusitano, que los acontecimientos habrán de convertir desgraciadamente en absoluta.

Doña Urraca: su matrimonio con el rey de Aragón.-Sus consecuencias.- Alfonso VII : sus victorias.-Alfonso VII emperador.- Separación de León y Castllla .- $ancho III de Castilla .- Las Órdenes militares .

Doña. Urraca: su matrimonio con el rey de Aragón. A la proclamación de doña Urraca penetra en son de guerra por Castilla el rey de Aragón, Alfonso el Batallador, reclamando esta corona que decía pertenecerle a título de varón y pariente de Alfonso VI, sin tener en cuenta que las hembras tenían derecho a reinar en León y Castilla.

Para evitar una guerra, que la tenacidad del rey Batallador hacia inevitable, se convino casarles; matrimonio

que doña Urraca aceptó con viva repugnancia, aunque bajo el punto de vista de la lucha contra los musulmanes ofrecía ventajas muy grandes.

Sus consecuencias

"Disputan los historiadores sobre la responsabilidad que a cada uno de estos esposos corresponde en los graves disgustos que el matrimonio produjo bien pronto, pues mientras unos defienden a doña Urraca diciendo que Alfonso era dominante

y brutal, afirman otros que la reina tenía un carácter violento, y que hasta pecaba de infidelidad: muy difícil es precisar su participación recíproca en los disgustos que, trascendiendo del hogar doméstico, encendieron la guerra civil, y originaron una completa anarquía.

Lo cierto parece que estos reyes se hicieron incompatibles; que como doña Urraca tratara de divorciarse fue encerrada en un calabozo, del que los castellanos la sacaron por la fuerza; que la guerra entre Aragón y Castilla estalló sangrienta; que los pueblos quedaron huérfanos de todo gobierno, y con la facultad de obedecer a quien quisieran; que muchos leoneses y castellanos siguieron la bandera del aragonés, legitimando con ello su conducta; y finalmente, que nadie se entendía

en medio de este cáos, del cual supieron aprovecharse los musulmanes para saquear los lugares fronterizos_

El conflicto termina, al fin, cuando el Concilio de Palencia declara nulo tan desdichado matrimonio, pues el rey Batallador se retira a sus estados de Aragón, y los pueblos proclaman a Alfonso VII (1126), prescindiendo de su madre doña Urraca.

Alfonso VII: sus victorias

El primer acto del rey fue ajustar un acomodamiento con Aragón,

Hace luego la guerra contra los envalentonados musulmanes, invadiendo el territorio andaluz , al frente de un ejército, y después de apoderarse de Calatrava, Andújar y Baena, llega hasta los confines de Almerfa, penetra en territorio granadino y lleva el espanto a los reinos almoravides, a la sazón debilitados y sin fuerza para contrarrestar su poder.

Alfonso VII emperador

La muerte de Alfonso I y la dificultad queí los aragoneses oponían al cumplimiento de su testamento, le indujeron a solicitar

la corona de este país, que no consigue, si bien obtiene la cesión de algunos territorios en la ribera del Ebro: también recabó algunas concesiones de Navarra .

Engreido con estos triunfos solicita el título de Emperador que el Pontífice Inocencio II le concede; y para coronarse con toda solemnidad pasa a León donde reune Cortes (1134) Y recibe de manos del Obispo la corona imperial que tanto ambicionaba.

Separación de León y Castilla

A su muerte (1157) divide el reino entre sus hijos, dejando a Sancho Castilla, y León a Fernando.

Sancho III de Castilla. El único acontecimiento digno de citarse en el reinado de Sancho III es la heroica defensa de la plaza de Calatrava, debida al valor de fray Raimundo, abad de Fitcro.

Las Órdenes militares. Entre las órdenes militares creadas en León y Castilla con motivo de la Reconquista cristiana, citaremos la de Alcántara, llamada en su origen de San Julián del Pereiro (1156), fundada por los caballeros salmantinos don Suero y don Gómez, con objeto de contener las correrías de los musulmanes; la de Calatrava (1161) que se creó en recuerdo del monje Raimundo, abad de Fitero, defensor de la Plaza de aquel nombre; y la de Santiago (1175), cuyo fin era proteger a los peregrinos que de toda Europa acudían a visitar el sepulcro del Patrón de las Españas.

Todas ellas tuvieron parecida organización, pues sus individuos, clérigos o seglares, constituían una milicia que mandaba el Gran Maestre: como los territorios conquistados por los caballeros pertenecían a su orden respectiva, llegaron éstas a tener tan excesiva preponderancia que los monarcas se vieron más de una vez obligados a combatirlas, hasta que los reyes Católicos consiguen incorporarlas a su corona.

Alfonso VIII de Castilla: su menor edad. -Mayor edad del rey: victorias contra los musulmanes.-los Almohadas: derrota de Alarcos. - Cruzada contra los Almohades: batalla de las Navas, - Aparición de las Universidades y de sus Cortes .- Enrlque I y doña Berenguela,- Abdicación de la reina.

Alfonso VIII de Castilla: su menor edad.

Sancho III al morir dejaba la corona de Castilla a su hijo Alfonso VIII (1158), cuya minoridad fue la mas turbulenta y desgraciada de cuantas registra la historia.

Quiso ejercer la tutela del rey niño Fernando II de León, su tío , pero rechazado por los castellanos, la confían estos a la familia de los Castros, lo cual hace que los Laras se crean desairados: los Laras se apodcran del monarca por la fuerza, se declaran a si propios tutores y regentes, y entre ambas familias rivalesestalla una guerra civil que se prolongó doce años.

Mayor edad del rey: sus victorias contra los musulmanes

El general desconcierto hace que Alfonso VIII sea declarado mayor de edad, aún antes del tiempo legal (1170), Y con esto vuelven al reino la tranquilidad y la calma : así también pudo inaugurarse la campana contra los musulmanes, los

cuales, valiéndose de la guerra civil anterior, habían repasado las fronteras y alcalnzado algunos triunfos sobre las armas de Castilla, Aliado con Alfonso II de Aragón emprende la Reconquista y pone sitio a la plaza de Cuenca, la cual, después de un largo y penoso asedio cae en su poder, a pesar de la heroica defensa de los infieles.

Los Almohades: derrota de Alárcos

Cuando Alfonso VIII se preparaba para continuar la guerra, supo que los Almohades avanzaban con fuerzas formidables sobre el territorio de Castilla, en el cual penetran hasta Alárcos: el choque allí fue terrible; pelearon con valor indecible ambos enemigos, pero la victoria se declara por los Almohades (1195), cuyo rey Jacub·Aben·Jucef, conseguido el objeto que se había propuesto, vuelve a Sevilla para organizar nuevas huestes, y continuar una campana que empezaba bajo tan favorables auspicios.

El pueblo explicó esta derrota como un castigo del cielo por los amores del rey con una judía de Toledo, a la cual las turbas amotinadas dieron muerte, pero Alfonso VIII culpa de ella a Alfonso IX de León, y de aquí surge otra nueva gucrra civil, que solo termina ante el peligro común, pues los Almohades volvían con fuerzas superiores a las de la campaña anterior: al

mismo tiempo que la paz se estipuló el matrimonio de Alfonso IX con doñaa Bcrcnguela, hija del rey de Castilla, y sobrina carnal por consiguiente del que iba a ser su marido.

Cruzada contra los Almohades: batalla de las Navas

Aleccionado con el descalabro de Alarcos, quiso el rey prepararse bien para resistir la invasión que amenazaba, y no contento con la alianza convenida entre su reino y los de Navarra y Aragón, pide socorro a los príncipes cristianos de Europa.

Publicada una Bula de Cruzada por Inocencio III , el arz0bispo de Toledo recorre Italia, Francia y Alemania,

para predicarla, después de lo cual vuelve alfrentc de un ejército de 70.000 soldados, entre ellos, 12.000 de caballería. Del cuartel general de Toledo salieron a campaña, mandando cada cual sus respectivas tropas, Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón, el Señor de Vizcaya, los grandes Maestres de las Órdenes militares, los nobles con sus cohortes feudales, y hasta los municipios de algunas ciudades al frente de sus milicias concejiles.

Solo Alfonso IX de León, recordando antiguos odios, no quiso tomar parte en la empresa.

Al pie de Sierra Morcna, junto al desfiladero del paso de la losa, y en el lugar denominado de las Navas, distribuyeron los cristianos sus ejércitos en cuatro secciones; la de vanguardia a las órdenes del Señor de Vizcaya; las laterales izquierda y derecha, confiadas respectivamente á los reyes de Navarra y Aragón; y la del centro, donde ondeaba el pendón morado de

Castilla, que mandaba Alfonso VIII. Al amanecer del 16 de julio de 1212, se rompen las hostilidades: atacan los cruzados la masa cuatro veces mayor de los Almohades, agrupados en forma de media luna cuyo centro ocupaba el rey con su guardia de 10.000 africanos, y el combate se generaliza.

El rey de Castilla se lanza en lo más recio de la pelea, el centro de los invasores cede, y desde aquel momento la victoria se decide por los defensores de la Cruz.

Ya el sol en el ocaso' doraba con sus postreros rayos la frente de aquellos héroes, cuando desde los ámbitos del anchuroso campo mil voces repiten los versículos sublimes del Tc-Dcum, cantado en acción de gracias.

La Iglesia conmemora esta batalla todos los años bajo la advocación de el triunfo de la Santa Cruz, pues significa la derrota definitiva del Islamismo en España por el quebrantamiento de los reinos musulmanes, peninsulares y africanos a la vez.

El rey Almohade huyó a ocultar su vergüenza en el fondo de sus impenetrables desiertos.

Aparición de las Universidades y de las Cortes

Alfonso VIII tiene la gloria de haber sido el creador de las Universidades españolas, pues fundó la primera en Palencia haciendo venir a ella profesores extranjeros para que organizasen los estudios: con este ensayo de la secularización de la cnseñanza, recluida hasta entonces en los monasterios y catcdralcs, coincide la afición de las inteligencias hacia el Derecho romano y los estudios literarios, que abrirán nuevos horizontes a. los amantes del saber.

También fue este rey el primero que concedió representación política al Estado llano en las Cortes del reino, nuevo fundamento y apoyo de la trabajada monarquía: según parece lo hizo obligado por el formidable poder de la nobleza, a la cual tuvo que otorgar, contra su voluntad, el Fuero Viejo de Castilla que sancionaba sus privilegios abusivos.

Enrique I y doña Berenguela: abdicación de la reina

A los dos años de la famosa victoria de las Navas moría Alfonso VIII, sucediéndole su hijo

Enrique I (1214), de menor edad, gobernando por él doña Berenguela, para entonces divorciada de su esposo Alfonso IX de León.

También la guerra civil desoló por algunos años las inquietas poblaciones dc Castilla, juguctcs de la insaciable ambición de los Laras, hasta que un imprevisto accidente corta la vida del joven monarca, y la corona pasa a doña Berenguela, hermana de Enrique I.

En las mismas Cortes de Valladolid que la reconocían como soberana (1217), abdicó su corona esta señora en su hijo Fernando III, que también lo era del rey leonés; acontecimiento que significa la esperanza de que al fin concluirían por reunirse ambas coronas que, para mal de los dos países, se habían separado antes.

Fernando III: unión definitiva da León y Castilla. - Campaña contra Córdoba: conquista de esta cludad.-Fundación del reino de Granada.- Conquista de Sevilla. - Rcformas administratlvas.

Fernando III: unión definitiva de León y Castilla

El rey de León, Alfonso IX, no llevóa bien la renuncia que doña Bcrengucla hizo de la corona de Castilla cn su hijo Fernando III (1217); y tanto, que amenazó con una guerra que solo la prudencia de la reina madre y la actitud de los castellanos supieron evitar.

Doce añs después (1230) moría Alfonso IX y aunque en su testamento dejaba la corona a doña Sancha y doña Dulce, hijas de un segundo matrimonio, los leoneses proclaman a Fernando III, en el cual se unen ambos reinos para no separarse jamás.

Campaña contra Córdoba: conquista. de esta ciudad

El monarca castellano, que inaugura su reinado arrebatando a los musulmanes las ciudades de .Andújar y Martos, preparaba una expedición formidable contra Córdoba, cuando el famoso caudillo Alvar Pérez de Castro reconquista algunas plazas fronterizas y penetra en los arrabales de esta ciudad, donde se albergaban multitud de muzárabes, ansiosos de intentar un ataque contra la antigua capital del califato.

La situación de estas tropas era bien crítica, pero la noticia del suceso llega hasta Fernando III, el cual da la orden de marcha y establece su cuartel general en el puente de Alcolca rcunidos los ejércitos de las Órdenes militares, la nobleza, el Clero, y las Municipalidades, se formaliza el cerco de la plaza, y esta se rinde (1236) a condición de que sean respetadas la vida y hacienda de los musulmanes, dueños de quedarse o marchar, según su voluntad.

Fernando III toma posesión de Córdoba, convierte la mezquita en catedral, devuelve a Santiago aquellas hermosas campanas traidas por Almanzor en hombros de gentes cautivas, y los aterrados cordobeses buscan otra capital que sea su último baluarte en España.

Fundación del reino de Granada

Fue esta

la ciudad de Granada (1236), donde el animoso Mohamad-el-Alhamar funda el reino de este nombre, aunque todos sus esfuerzos de unidad se estrellan contra la intransigencia de los musulmanes de Múrcia, Sevilla y los Algarbcs, que se negaron a reconocerle.

Atacado Mohamad por Fernando III, capitula mediante la entrega de Jaén y la de un tributo anual, convirtiéndose de este modo en feudatario de León y Castilla.

Conquista de Sevilla. Bien pronto probó Fernando III la lealtad del granadino con motivo de la conquista de Sevilla.

Aliado con Jaime I de Aragón, comienza el asedio de esta ciudad, el cual dura poco más de un año, necesitándose para el bloqueo del Guadalquivir improvisar, una escuadra, que mandó Ramón Bonifaz primer AImirante de Castilla: después de varios conatos de acomodamiento, infructuosamente propuestos por los sevillanos,

rindiéronse a discreción (1248), y en su consecuencia, abandonan la ciudad más de trescientos mil musulmanes, para los cuales, al decir de un poeta, no hubo jamás consuelo ni alegría.

De la España musulmana solo quedaba en pie la reciente monarquía granadina , tributaria de León y Castilla.

Reformas administrativas. También es ilustre Fernando III por haber intentado la unidad legislativa de sus reinos, empresa que recomendó a su hijo; por la creación de un cuerpo consultivo de letrados, embrión del Consejo de Castilla; y por el establecimiento de un sistema económico que puso término a la anarquía tributaria del país.

Cuando este rey, cuyo nombre figura hoy en el catá·

lago de los Santos, proyectaba una expedición contra

el Africa Rara evitar toda invasión posible, le sorprende

la muerte (1252) sucediéndole su hijo Alfonso X.

Alfonso X: suspensión de la guerra contra los musulmanas.-Pretensiones a la corona de Alemania. - Invasión de los Benimerines: muerte de D. Fernando. - D. Sancho: consecuencias de su victoria.- Alfons0 X en las Cortes de Sevilla.- Guerra civil. - Alfonso X como sabio.

Alfonso X: suspensión de la guerra contra los musulmanes

Alfonso X , (1252) pretende inaugurar su gobierno llevando a feliz término la campaña

contra el África, proyectada en el reinado anterior, pero las desavenencias surgidas con Aragón y Navarra, hacen que fracase tan hermoso pensamiento.

Pretensiones a la corona de Alemania

El olvido de la guerra contra la morisma se convirtió en absoluta merced a las pretensiones del rey a la corona imperial de Alemania, de la cual se creía heredero como nieto de Conrado IV, por su madre doña Beatriz de Suabia.

Sin tener en cuenta el estado interior del empobrecido reino, ni las exigencias de la descontenta nobleza, con la cual capitula vergonzosamente, deja a don Fernando de la Ccrda encargado del gobierno durante su ausencia, y emprende una serie de viajes de Alemania a Roma y de Roma a Alemania, y todo para en definitiva no conseguir otra cosa que ponerse en ridículo.

Invasión de los Benimerines: muerte de don Fernando

Auxiliado el rey de Granada por los Benimerines, nuevo pueblo musulmán que se habla establecido en las montanas del Atlas, traspasa la frontera cristiana llevándolo todo a sangre y fuego, y poniendo en grave compromiso a las poblaciones cristianas de la región andaluza: sale contra ellos el regente don Fernando, pero fallece repentinamente en Villarreal, al mismo tiempo que los ejércitos de vanguardia, mandados por Nuño de Lara y el arzobispo de Toledo don Sancho, eran vencidos en Jaén con muerte de sus jefes.

Don Sancho: consecuencias de su victoria

Todo es entre las filas castellanas confusión y desorden, cuando el infante don Sancho, hijo segundo del rey, hace retroceder a estos invasores hasta las vegas granadinas, y les impone una tregua de dos años (1276), previa devolución de los territorios ocupados.

En premio de estas victorias don Sancho es proclamado heredero de la corona por los nobles y el pueblo, proclamación transitada que Alfonso X, restituido a la península, sanciona en las Cortes de Segovia, a "pesar de la doctrina afirmada en las Leyes de Partida, donde se establece cl derecho de sustitución de los padres por sus hijos.

Alfonso X en las Cortes de Sevilla

Angustioso y triste era el estado en que el rey encontraba su monarquía, antes tan poderosa; y como si el exhausto tesoro y los esquilmados pueblos no ofrecieran bastante gravedad, empéñase en crear nuevos conflictos reuniendo Cortes en Sevilla, y tratando de variar en ellas la sucesión al trono, solemnemente declarada antes en favor de don Sancho.

Ante la imposibilidad ele negociar con éxito tan espinoso asunto, pide que se desprenda de la monarquía el territorio de Jaén para entregarlo como patrimonio a los hijos del difunto don Fernando, pero ante este proyecto estalla indignada la opinión nacional, y el infante heredero, los nobles, el clero, el estado llano, todos, protestan contra el proyecto, y concluyen por declarar al monarca incapacitado para gobernar el reino: hasta sus antiguos aliados, los soberanos de Aragón,

Portugal y Navarra, se deciden por don Sancho en la guerra civil que se hace con este motivo.

Guerra civil

Reducido a la ciudad de Sevilla, única población que no le abandonó en su desgracia, tuvo Alfonso X que pedir prestados al rey de los Benimerines algunos socorros de hombres y dinero, para lo cual deja en prenda la mejor de sus coronas; y si

bien es cierto que los auxilios llegaron, y que la guerra civil se prolongó algún tiempo, no lo es menos que la tristeza y el despecho iban minando la existencia del rey, el cual sucumbe (I284) desheredando antes a don

Sanoho y dejando su trono a los infantes de la Cerda.

Alfonso X como Sabio. Tan desdichado monarca merece los elogios de la Historia bajo otro punto de vista, y seguramente no habrá quien trate de negarle derecho al calificativo de Sabio: espíritu superior al de sus contemporáneos, sus Tablas alfonsinas son hoy mismo una obra de consulta en la ciencia astronómica; su Crónica general de España no carece de bondad y belleza dada la época en que fue redactada; sus Cántigas a la Virgen, y sus Querellas, pueden pasar como modelos de lirismo e inspiración; y el Fuero Real, El Espejo de todos los derechos, y sobre todos su famoso Código de las siete Partidas, le grangean fama de legislador prudente y le hacen acreedor al respeto y consideración de cuantos amen la ciencia del derecho patrio.

Aunque no tuviera más, sería título bastante para recordar su nombre con veneración el haberse hecho superior a las preocupaciones de la época mandando que los instrumentos públicos se redactaran en romance proscribiendo totalmente el latín, con cuya medida adquiere autoridad legal la lengua castellana.

Sancho IV: actitud de los nobles. - Cortes de Alfaro.- Conquista de Tarifa: Gúzmán el Bueno.- Fernando IV: regencia de doña María de Molina. - la ingratitud del rey.-Conquista de Gibrallar.- Los Carvajales: muerte del rey.

Sancho IV: actitud de los nobles

Proclamado Sancho IV (1284) a quien la historia califica de Bravo, quiso atraerse la benevolencia de los pueblos para afianzar un poder que legalmente podía considerarse como usurpado, y al efecto emprcncle la guerra contra los musulmanes granadinos, a los cuales obliga a levantar el sitio de Jaén y les impone una tregua que garantiza la paz durante mucho tiempo.

Gran sorpresa recibieron los nobles al ver que Sancho IV intentaba mermar sus derechos para robustecer por este medio la acción del poder real, cuando ellos creían tener merecida otra cosa; pues que realmente a la nobleza debía su corona, nobles eran también los que estaban a su lado contra las exigencias de los Cerdas, y todavía podía darse el caso, si ellos querían, de volver al cumplimiento de la postrera voluntad de Alfonso X.

No cambió por esto de conducta Sancho IV, ni menos transigió con sus sobrinos, el mayor de los cuales, don Alfonso, había sido proclamado rey por unos cuantos rebeldes en la ciudad de Badajóz y como el otro hermano, don Juan, reclamara la entrega de Sevilla que le había sido adjudicada, las tentativas de ambos se estrellaron contra el inflexible carácter del monarca.

Cortes de Alfaro

Rebelaronse los descontentos y nombraron jefe al infante don Juan, pero fingiendo el rey deseos de una conciliación que ni siquiera soñaba, convoca Cortes en Alfaro para terminar, según dijo, estas diferencias.

En ellas empleó un medio, brusco como su carácter, cual fue matar por su mano a mazadas al señor de Haro, el más temible de los nobles; y lo mismo hubiera hecho con el infante don Juan a no interponerse la reina doña María de Molina, con cuyo acto, que solo la rudeza de los tiempos y el general estado del reino pueden explicar, los nobles se le someten por completo.

Conquista de Tarifa: Guzman el Bueno

Tranquilo el rey no, organiza Sancho IV una expedición contra el África; se presenta delante de Tarifa, cuya plaza era preciso poseer antes de aventurar mayores empresas en aquella zona costanera, y al fin de un pequeño pero brillante sitio se apodera de ella: exigió el rey Mohamad la devolución de Tarifa, que decía haberle pertenecido, pero eontestólc el castellano que si valía alegar derechos antiguos de posesiones perdidas, podría él demandarle toda la tierra de Granada.

En este estado las cosas, es cuando el infante don Juan marcha al África, y de acuerdo con los musulmanes, los cuales le facilitan un ejército de cinco mil caballos y algunos peones, pone sitio a Tarifa, defendida

por Alonso Pérez de Guzmán.

Seis meses duraba el cerco sin que los de la plaza demostraran el menor desmayo, antes por el contrario habían dado buena cuenta de los más audaces en intentar el asalto del primer recinto, cuando el traidor infante, que por acaso llevaba en su compañía el hijo primogénito de Guzmán, anuncia a éste el propósito de degollarle si no se entrega a discreción: no engendré yo hijo para que fuese contra mi tierra, replicó Alonso Pérez; y para que vean, añadió, cuan lejos estoy de faltar a mi deber, allá va mi Cuchillo si acaso les falta arma para completar su atrocidad, El infame don Juan comete su anunciado crimen; Guzmán ahoga el grito de la sangre, sacrificando en aras de la patria y del honor los más tiernos sentimientos de la naturaleza, pero Tarifa se salva, y los avergonzados moros regresan al África, en tanto que los pueblos apellidan Bueno a este héroe; "ca justo es que el que facc la bondad tenga nombrc de bucno", como dice la confirmación de este sencillo

título hecha por Sancho IV en honor del inmortal leonés.

Fernando IV: regencia de doña María de Molina

Poco más de un año tendría Fernando IV (1298) cuando sucedió a su padre don Sancho: ninguna minoridad ha sido tan borrascosa como la de este rey a quien la historia conoce con el sobrenombre de Emplazado.

Aún duraba el eco de las aclamaciones con que la multitud saludó al nuevo rey, cuando la tranquilidad pública se veía comprometida por la ambición de cuatro banderías, las cuales, a trueque de satisfacer sus rencores

personales, no vacilaban en despedazar las entrañas de la patria: de estas, dos eran antidinásticas, la capitaneada por don Alonso de la Cerda, al que sostenían los reyes de Francia, Arag6n y Navarra, y la del infante don Juan, reconocido por los Portugueses como monarca de León, Galicia y Sevilla.

La siempre descontenta nobleza, que ansiaba arrancar al poder real nuevos privilegios, comenzó a sublevarse también, y hasta el viejo infante don Enrique logra que las Cortes de Valladolid confirmen su corregencia.

En medio de tanta desdicha solo dos personalidades aparecen dignas y nobles: la reina madre Regente doña María de Molina, una de esas almas superiores que el sexo femenino descubre de tarde en tarde, y el cumplido caballero Guzman el Bueno, a quien ni amenazas ni ruegos pudieron retraer de sus deberes. El esfuerzo de ambos se hace superior a tanta perfidia y consigue mantener en las sienes de Fernando IV aquella corona, azotada a la vez por tan opuestos vendavales.

Ingratitud del rey. A los diez y seis años es declarado el rey de mayor edad, y mal aconsejado por los nobles, que fingían protegerle, comete el crimen de hacer que doña María de Molina, a quien lo debía todo, comparezca en las Cortes de Medina del Campo para rendir cuentas de su administración como Regente: por fortuna, esta señora demostró haber empleado bien los caudales del Estado, y lo que es más, para vergüenza y horror de tan ingrato hijo, que había adelantado no poco de los suyos y vendido para arbitrar recursos la mayor parte de su propias alhajas.

Conquista. de Gibraltar

El único hecho notable de este reinado es la conquista de Gibraltar, en cuyo sitio murió Guzmán el Bueno; Algeciras se libra

por entonces en virtud de un tratado altamente ventajoso para León y Castilla.

Los Carvajales: muerte del rey. Cuenta la Crónica de don Scbastián, que cuando Fernando IV se dirigía a poner sitio a la plaza de Alcaudete, encontró a dos hermanos, los Carvajales, presuntos autores del asesinato cometido poco antes en Palencia en la persona de Benavides: sin más forma de proceso que la voluntad real , ni otra prueba que la dudosa del rumor público. hizo que fueran arrojados desde la peña de Martos. no sin que aquellos protestaran de su inocencia y emplazaran al monarca para ante el tribunal de Dios en el término de treinta días. Añade que don Fernando murió al expirar el plazo, pero la crítica moderna demuestra la falsedad de este Suceso, omitido por los historiadores coetaneos, y del cual se burla el historiador musulmán Ebn·Alhathib, primero que lo consigna en su historia de los Estados españoles.

Murió Fernando IV (1312) casi repentinamente y le hereda su hijo Alfonso Xl, que combatiría poco más de un año.

Alfonso XI: Consejo de Regencia.- Gobierno del rey. - los Benamerínes : batalla del Salado.~Pedro I: actitud de los nobles.- Cortes de Valladolid.-Sublevación de don Enrique.- Matrimonio del rey: sus consecuencias.-Nuevas sublevaciones: muerte de Pedro l.

Alfonso XI: consejo de Regencia

A la proclamación de Alfonso XI (13 12) se organiza en medio de gran tumulto un consejo de regencia, compuesto de la reina abuela d0ña María de Molina, la reina madre doña Constanza, y los infantes don Pcdro y don Juan, tíos del rey: las cortes de Palencia ratifican la elección, y disponen que ¡as ciudades obedezcan a todos los regentes, juntos o separadamente.

Muertos los infantes en guerra con los musulmanes, y después las reinas abuela y madre, se incautan del gobierno don Juan Manuel, nieto de Fernando IlI, y don Juan el Jorobado, hijo de don Juan el de Tarifa: tan mal lo hicieron éstos, y a tal grado llegó el general desgobierno, que los Regidorcs de Valladolid se apresuran a declarar la mayor edad de Alfonso Xl,

cuando contaría catorce años no cumplidos.

Gobierno del rey. Rcsistieron los Regentes la dimisión de sus cargos, mas supo el rey obligarles por medio de la fuerza; y como renovaran los pasados proyectos de antidinastismo, que encontraban siempre fácil acogida en Aragón y Navarra, tuvo Alfonso Xl que aparentar un arreglo, para tratar del cual les convoca en su palacio de Toro, a donde solo acude el Jorobado

que muere a mazadas.

Casósc el rey con una hija del infante don Juan Manuel, creyendo por este medio reducirle, pero nunca consiguió que compareciera a rendir las cuentas de su gobierno, por todo lo cual, y como también se negase a guerrear contra los musulmanes, repudia a su desgraciada cuanto inocente mujer, contrae segundo matrimonio con doña María de Portugal, y da comienzo a una escandalosa guerra contra su tío, dejando que los infieles se apoderen entre tanto de Gibraltar y sus inmediaciones.

La noticia de esta pérdida hizo que Alfonso XI cstremara su rigor con los rebeldes, tanto más cuanto que su escandalosa conducta con doña Leonor de Guzman, con la cual vivía públicamente, mientras que la reina yacía abandonada en Sevilla, le crearon un conflicto con Portugal, que solo termina en vista del peligro que todos amenaza.

Proced ía este peligro del Africa, donde las tribus de los Benimerines habían organizado contra los cristianos españoles una formidable invasión.

Los Benimerines: batalla del Salado

Benimerines y granadinos, puestos de acuerdo, sitiaron la plaza de Tarifa, que ya estaba próxima a capitular, cuando Alronso XI, auxiliado con las tropas enviadas por los soberanos de Aragón y Portugal, se prcpara a defenderla: encontráronse los ejércitos enemigos sobre las márgenes del Salado (1340) , y después de un encarnizado combate la victoria se decide por las armas cristianas. Tarifa se salva, Algeciras vuelve bajo el dominio dc Castilla, y Alfonso XI pone sitio a Gibraltar, frente a cuyos muros expira, atacado de la peste.

Asegúrasc quc en el sitio de Algeciras hicieron uso los musulmanes de las armas de fuego por primera vez.

Pedro I: actitud de los nobles

Hereda el trono su hijo Pedro I (1350), calumniado por la historia, pero cuya rehabilitación comienza a trabajarse: mucho se opone a ello la circunstaneia de no existir otra Crónica contemporánea que la escrita por don Pedro López de Ayala, su enemigo personal y político.

Tenía el monarca quince años cuando ascendió al trono, y el contraste que experimentó en su nueva vida debió parecerle tan brusco, como el que súbitamente saliera de la oscuridad a la luz, pues consta pasó su juventud en compañía de la rcina Madre, cuyas lágrimas amargaron aquel corazón en la edad de la inocencia.

Nadie extrañará por tanto que su primera determinación fuera encarcelar a doña Leonor de Guzman, causa de tantos pesares, pero si la favorita termina sus días asesinada en Talavera, no será de orden de don Pedro, sino voluntad expresa de su madre .

Cuando empezaba su gobierno creyendo contar con el apoyo de los nobles, una enfermedad pone su vida en peligro, y desde su lecho contempla a estos ambiciosos que solo se preocupan de prevenir en beneficio propio la elección del nuevo monarca: con tan poco recato hablaron de sus planes, creyéndole muerto, que originan en el ánimo del rey la primera decepción, al comprender el duelo a muerte entablado entre el feudalismo y la monarquía, entre el poder de aquellos señores y el propio suyo.

Al ver después el enérgico carácter de don Pedro intentaron los nobles intimidarlc, valiéndose para ello de una sublevación que hizo estallar en Búrgos Garcilaso de la Vega, del partido de los Cerdas, pero supo sofocarla y castigar con la muerte al agitador: el problema quedaba planteado y la disyuntiva no sufriría dudas: vencer o ser vencido, ser rey de veras o juguete

en manos de la orgullosa nobleza, la cual pretendía ahogar entre sus brazos el poder real.

Cortes de Valladolid

Para rendir homenaje a la soberanía de la nación reune Cortes en Valladolid, y aquel joven de diez y seis años que tan inflexible se había mostrado con la revoltosa nobleza, de la cual no recibió más que disgustos, dice ante la representación

de las ciudades que los reyes y los príncipes viven y reinan por la justicia, "en la cual son tenudos de mantener

e gobernar los sus puecblos, e la deben cumplir y guardar": promulgó el ordenamiento de menestrales o reglamentación del trabajo en los gremios, el de las juderiass o barrios separados que los judíos habían de vivir, y la ley de persecución contra los malhechores.

Sublevación de don Enrique

De tan preferentes atenciones viene a distraerle la sublevación del bastardo don Enrique en Asturias, al que después de

la victoria perdona generosamcnte.

Matrimonio del rey: sus consecuencias

Con viva rcpugnancia, aunque respetando los consejos de su madre, contrajo matrimonio con doña Blanca de. Francia, pero a los dos días abandona la mujer lcgítima para reunirse con doña María de Padilla, de la cual estaba enamorado.

Los nobles toman pretexto de este suceso para organizar una liga contra don Pedro, de la cual forma parte la misma reina madre, y el engañado rey acude a la ciudad de Toro, donde le ponen preso, en tanto que los conjurados se apoderan del gobierno y disponen como cosa propia de los empleos del Estado.

Al recobrar la libertad castiga tanta villanía en la forma empleada por todos en aquella época, siendo uno de los reos sacrificados el bastardo don Fadrique alma de la sublevación; de las sangrientas ejecuciones habidas en Toledo y otros puntos, así como del cambio que en el carácter de don Pedro, rodeado siempre de traidores y desleales, se observará en lo sucesivo, no se culpe a este rey, que, si de impetuoso carácter, comenzó gobernando con buena fé, generosidad y nobleza:

cúlpese a los que por cálculo, ignorancia o malicia, lo precipitaron en un camino del que muchas veces hay que apartar la vista con honor.

Nuevas sublevaciones : muerte de Pedro l

Arreglado con Aragón el acomodamiento que sirve de término a una guerra surgida por pretextos bien fútiles, y en la cual don Enrique había seguido las banderas enemigas, levantóse otra vez en armas el bastardo, y se lanza al combate con el auxilio de las compañías blancas que mandaba Beltrán Duguesclín, reclutadas en Francia: busca don Pedro la alianza de los ingleses acaudillados por el Príncipe negro, y ambos ejércitos

vicnen a las manos en Nájera , donde vence este último, y perdona a quien más tarde será su verdugo.

Las hostilidades se renuevan: Pedro I es derrotarlo en los campos de Montiel, desde cuyo castillo marcha engañado hasta el campamento enemigo, donde acaba sus días bajo el puñal del bastardo cobarde: lucharon brazo a brazo ambos hermanos; el débil don Enrique cae debajo, más Duguesclín le da vuelta pronunciando aquellas cínicas palabras de ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi Señor, y manchado con la sangre de su hermano, Enrique II es proclamado rey como en premio

de su asesinato (1369).

Prescindimos de muchos detalles que no caben en los límitcs de este compendio: añadiremos solo, que sin dejarnos guiar por la pasión que siempre ha movido la pluma de los historiadorcs al escribir este reinado, apellidando a don Pedro, cruel unos y justiciero, otros, nos limitamos a llamarle Pedro I, hasta que sobre sus actos recaiga definitivo el fallo sereno e imparcial de la Historia.

Enrique II: su política. - Guerras exteriores.- Juan I: complicaciones con Portugal.- Creación del Principado de Asturias. - Preponderancia del Estado llano. - Enrique III: su breve reinado.

Enrique II: su política

Con la proclamación

de Enrique II (1369) principia en León y Castilla una dinastía bastarda, en perjuicio de las hijas de don Pedro, hecho tanto más injustificable cuanto que significaba el consentimiento de los pueblos en hacerse solidarios de aquel crimen infame.

Que ni la moralidad ni la justicia habían sido los móviles que impulsaron a los nobles en su lucha contra el monarca anterior se demostró luego. pues la crueldad y las liviandadcs de Enrique II dejaron honda huella en aquel siglo corrompido, sin que de parte alguna se levantara la más ligera protesta: la exactitud de ambas cosas se prueba con el asesinato de don Martin López por mantener los derechos de las infantas legítimas, y con la cifra de trece hijos bastardos, habidos por Enrique II de siete distintas favoritas, las cuales pasaron sucesivamente por el tálamo real para deshonrarle.

Murió don Pedro herido por el fcudalismo que Enrique II alicnta y fortifica en vez de reprimir; aunque mirándolo bien, estriba incapacitado de hacerlo por hallarse sujeto a los nobles, cuya sed insaciable apagó a fuerza de mercedes enriqueñas, las cuales condujeron la monarquía hasta un grado inconcebible de impotencia y debilidad.

Toda la política de este monarca se redujo a consentir que los magnates usurparan unas tras otras las atribuciones y rentas de la corona, por más que en las Cortes de Toro procuró atraerse al Estado llano, promulgando algunas reformas en la administración de justicia.

Guerras anteriores. Tampoco disfrutó tranquilo Enrique II el fruto de su crimen, pues tuvo que sostener varias guerras, aunque insignificantes todas ellas por la calidad del enemigo citaremos la de Portugal, cuyo rey decía tener derecho a la corona de León y Castilla, fundado en su parentesco con la dinastía pasada; la del duque de Lancaster, casado en lnglaterra con la hija mayor de don Pedro, que alegaba iguales pretensiones; y por fin, la de Navarra suscitada por una cuestión de limites. De todas ellas consiguió librarse en condiciones aceptables, gracias a su alianza con el rcy de Francia, y al interesado apoyo de los nobles, los cuales de otro modo se exponían a perder sus exhorbitantes privilegios.

Juan I: complicaciones con Portugal

Murió Enrique II de una enfermedad aguda y rápida, tanto que algunos le creyeron envenenado; hereda el trono su hijo Juan I (1379).

Aunque hicieron causa común contra él los pretendientes duque de Lancaster y el rey de Portuga:, nada consiguieron en definitiva, sino distraerle de otra parte donde hubiera podido aplicar su buena voluntad para el gobierno de los pueblos.

Viudo de doña Leonor de Aragón, contrajo Juan I segundas nupcias con doña Beatriz, infanta de Portugal, pero como los naturales de este reino no quisieran aventurar la suma de ambas coronas en perjuicio de su independencia, convinieron al redactarse las capitulaciones matrimoniales que muriendo el rey sin dejar hijo varón, le heredaría doña Beatriz, aunque reservándose a la reina viuda el gobierno de estado, hasta que esta tuviese un hijo de catorce años.

FalIeció el monarca portugués a los pocos meses de celebrarse la boda, y aunque Juan I reclama los derechos de su esposa a la corona de aquel reino, sus naturales proclaman al Maestre de Avis, con cuyo motivo estalla entre ambos pueblos una guerra, en la cual fue vencido el castellano, a pesar de la inferioridad numérica del enemigo: una peste que se desarrolla en el ejército obliga á levantar el sitio de Lisboa.

La batalla de Aljubarrota confirma definitivamente la independencia de Portugal.

Creación del Principado de Astúrias

Cuando el duque de Lancaster vio comprometido a Juan I en la guerra de Portugal, se apresuró a renovar sus pretensiones

al trono: con objeto de ultimar de una vez tan enojoso asunto.«se concertaron las bodas entre doña Catalina, hija del inglés, y el infante heredero, don Enrique, adjudicandose a los esposos que sumaban

los derechos de ambas familias el título de Príncipes de Astúrias, que llevan desde entonces los herederos

de la corona en Castilla

Preponderancia del Estado llano

El buen sentido político de Juan I le hizo inclinarse del lado del Estado llano, con cuyas fuerzas contaba para oponerse

a las exigencias cada vez mayores de la opulenta nobleza: al efecto reune Cortes en Burgos, Palencia, Briviesca y Segovia, y en ellas se acuerda, entre otras cosas notables, que los pleitos de la nobleza con el pueblo hayan de incoarse ante los Jueces del Fuero ordinario, en vez de los tribunales especiales, como venía sucediendo.

Enrique III: su breve reinado. Fallece el rey joven todavía, a consecuencia de una caída de caballo y le hereda su hijo Enrique III (1390).

Este monarca, a quien apellidaron el doliente a causa de su natural enfermizo y débil, después de una borrascosa

minoridad de tres años que recuerda las anteriores de Alfonso XI y Fernando IV, se hace proclamar mayor de edad en las Cortes de Burgos: desde aquel momento procura aliviar el aflictivo estado de los pueblos y el no menos lastimoso del poder real, anulando las mercedes enriqueñas y las intrusiones de los nobles.

Mucre prematuramente a los diez y seis años de reinado y le sucede su hijo Juan II (1406), también de menor edad: contaba veintidos meses.

Juan II : conducta de los nobles.- Mayor edad del rey: don Alvaro de Luna.- Conjuración de la nobleza.- Guerra contra los musulmanes: batalla de Higueruela. - Nuevas agitaciones intcriorcs,-Casamicnto del rey: muerte de don Alvaro.

Juan II: conducta de los nobles

La reina madre doña Catalina y el infante don Fernando, tío de Juan II (1406), se encargan de la regencia durante la menor edad de este monarca; al efecto dividen la monarquía en dos secciones, la del norte y la del centro,

las cuales gobiernan separadamente.

Deseando los nobles captarse la benevolencia del regente le instan para que se declare rey de derecho, ya que de hecho lo venía siendo, pero este infante, modelo de honradez y caballerosidad, desoye tan insidiosas promesas, y no consiente que el poder real sufra en sus manos el más insignificante menoscabo.

Para distraer el carácter inquieto de los magnates lleva don Fernando la guerra contra los musulmanes, a los cuales arrebata la plaza de Antequcra, de cuyo notable hecho de armas toma el honroso título con que le designa la historia.

Sensible fue para Castilla, que llamado por la voluntad del pueblo a ceñirse la corona de Aragón abandonase este gobierno don Fernando, pues doña Catalina origina con sus desaciertos un período de agitaciones y turbulencias que continúan hasta su muerte, y sólo hallan término en las Cortes de Madrid, las cuales declaran al rey mayor de edad cuando contaría

unos trece años.

Mayor edad del rey : don Alvaro de Luna

Más aficionado Juan II a los estudios literarios y a la caza que a los cuidados del gobierno, para el cual carecía de carácter y capacidad, se entrega por completo a don Alvaro de Luna, el cual reune todas las condiciones apetecibles en un buen ministro.

Don Alvaro, que es la figura más notable de Castilla en estos tiempos, descendía de la noble familia aragonesa cuyo apellido llevaba, aunque bastardo, y empezó su carrera política de paje del rey, merced a las recomendaciones de Gómez Carrillo, ayo de don Juan: su amable carácter, claro talento y especiales condiciones le grangearon pronto el afecto del soberano, el cual le convierte en favorito suyo, y concluye por descansar en él todo el peso, que no era pequeño, de aquella poderosa monarquía.

Conjuración de la nobleza. Tanto disgustó en la corte la privanza del de Luna que, atreviéndose a todo, los nobles prenden al rey y le conducen a Talavera, de donde consigue fugarse con el favorito, al cual tiene, por fin, que desterrar en vista de la imponente conjuración fraguada por los infantes don Juan y don Enrique, y en la cual tomaron parte cuantos se habían propuesto medrar á la sombra de la debilidad del monarca: los conjurados no pueden entenderse después de la victoria, y Juan II llama a don Alvaro, que vuelve a la corte para encargarse del gobierno con más bríos que antes.

Guerra contra los Musulmanes: batalla de Higueruela

A imitación de lo hecho por don Fernando el de Antequcra quiso el Condestable distraer la atención de las gentes hacia otro objeto, y al efecto declara la guerra a Granada, tomando por pretexto la falta de pago del tributo anual no cobrado desde tiempos anteriores. El Adelantado de Andalucía, el obispo de Jaén, y los Alcaides de Ecija y Antequera talan los campos hasta llegar a las mismas vegas granadinas, y ante tal envestida los ulemas predican la guerra santa por todas partes, y los descendientes de aquellos bereberes, almohades, almoravides y benimerines, acuden presurosos a defender la Ciudad santa.

El choque entre ambos ejércitos fue terrible: la batalla de la Higueruela o Sierra Elvira duró de sol a sol, y su éxito se debió principalmente al valor y pericia de don Alvaro, el cual desea continuar la campaña al grito de a Granada pero temerosos los cortesanos de su influjo si llegaba a conseguir este propósito, se retiran de la empresa, fomentando en el ejército la desunión y la indisciplina.

Nuevas agitaciones interiores

Nuevas agitaciones interiores, como siempre trabajadas por la descontenta nobleza , consiguen el destierro del favorito

hasta por dos veces consecutivas, pero pudiendo más en el rey su voluntad para con el de Luna, que el temor a los revoltosos, le llama desde la villa de Escalona donde se hallaba, y con este motivo estalla una escandalosa guerra civil que termina en la batalla de Olmedo, asegurándose más y más la privanza de don Alvaro.

Casamiento del rey: muerte de don Alvaro

Creyó éste robustecerla casando a Juan II, ya viudo, con la infanta dona Isabel, pero en vez de afiliarse la reina al partido de don Alvaro, hace alianza con sus enemigos, y trabaja sin saberlo la tormenta en cuyo seno germinaba el rayo que había de aniquilarles a todos .

Preparada la conjuración en palacio, y sorprendida la buena fé del monarca, el cual no vivía más que para sus poetas, el alguacil mayor Alvaro de Zúrriga cerca la casa en que don Alvaro vivía en Burgos(1453); y el Condestable se entrega al presentarle un salvo-conducto en que Juan II cmpeña su palabra de no inferirle daño alguno en su persona, bienes y dignidades, contra justicia.

Sin forma de proceso, sin que el reo oyera los cargos que se le hacían, sin que pudiera defenderse, sin tribunal anterior al delito ni competencia en los jueces, dando apariencia de legalidad á lo que no era otra cosa que un atentado horrible, se acordó la muerte de don Alvaro de Luna: el dos de Junio de aquel mismo añosubió al cadalso, donde le cercenaron la cabeza, el personaje más grande de aquel laborioso reinado, el defensor del trono contra las rapacidades de la nobleza,

el vencedor de los granadinos en el combate de la Higueruela, el ingenioso diplomático que desbarató los planes de aragoneses y navarros coligados contra Castilla.

El pueblo derramó lágrimas al ver su ensangrentada cabeza en manos del verdugo , y hacia bien, que con él había muerto la poca caballerosidad y nobleza que de sus antiguas glorias le restaba.

No tardó Juan II en seguirle al sepulcro devorado por los remordimientos: la reina pierde el poco juicio que tenía, y solo sale de su locura momentos antes de morir. Los sucesos posteriores justificaron a don Alvaro, continuador de la política de PedroI, cuya imagen, aunque más progresiva, representa en la Historia.

Enrique IV: estado del rcino. - La Beltraneja: conducta de Enrique IV.-Junta de Ávlla: batalla de Olmedo.- Convenio de Guisando.- Muerte del rey: proclamación de Isabel I.

Enrique IV: estado del reino

A Juan II le sucede su hijo Enrique IV el Impotente (1454) si mal infante en vida de su padre, después miserable juguete

de un valido, esposo indigno, padre inhumano)' hasta un mal hombre.

Obligado por la opinión pública dispone una expedición contra Granada, pero su cobardía le hace esquivar el peligro y terminar la guerra sin apenas haberla comenzado: esta conducta le atrae el general desprecio de las gentes.

Prevalida la nobleza del carácter irresoluto del monarca sus exigencias no conocen límite; y era tal el estado del reino, entonces, que las provincias ardían en guerras feudales, los pueblos abiertos tenían que armarse en forma de hermandades, obligados por la propia defensa, y hasta se daban multiplicados casos de secuestros, cuyas víctimas rescataban los parientes en fuerza de dinero, como si las cautivaran los moros: podía con verdad decirse que la ley había muerto.

La Beltraneja : conducta de Enrique IV

Declarado nulo su matrimonio con doña Blanca de Navarra, contrajo el rey nuevo enlace con la infanta doña

Juana, de la cual tuvo a los seis años una niña, apellidada por sobrenombre la Bcltraneja, por suponérsela

hija de don Beltrán de la Cueva, apuesto joven ascendido desde paje de lanza hasta el cargo de Mayordomo

de la real casa, y Maestre de Santiago.

Esta niña fue jurada como princesa de Asturias; pero no queriendo los nobles reconocerla como tal , se sublevan contra el rey y le hacen firmar su propia deshonra: don Alfonso, hijo menor de Juan II, es declarado heredero del trono con perjuicio de doña Juana , cuyo padre, vergüenza causa decirlo, es precisamente el que lanza sobre aquella criatura inocente el estigma del oprobio.

Junta d e Avila: batalla de Olmedo

Arrepentido de esta indignidad quiere desdecirse de su declaración, y entonces los nobles levantan un tablado en

la plaza de Avila, colocan sobre él una efigie del rey, vestida con las insignias del cargo, se las despojan una

a una, y le arrojan de un puntapié sobre el lodo después de declararle inhábil para continuar al frente del

gobierno.

De pendiente en pendiente, la monarquía había llegado hasta el abismo del desprecio; justo castigo de quien fuere capaz de asesinar villanamente al mejor de sus defensores, y ceñir la corona sobre las sienes de un fratricida cobarde: desde Pedro I hasta Enrique IV hay la distancia que media entre la dignidad y la infamia.

Indignados los pueblos al ver que caía sobre todos la deshonra de tan fementido monarca, le obligan a castigar por la fuerza de las armas acción tan villana; y en los campos de Olmedo, testigos un día de la deslealtad de quien era entonccs solo infante, se da una batalla en la cual ambos contendientes se atribuyen la victoria.

Muerto el heredero del trono, don Alfonso, los nobles ofrecen la corona a su hermana Isabel, para entonces casada con el infante aragonés don Fernando, pero estaseñora se niega a toda empresa política mientras dure, la vida del monarca.

Convenio de Guisando

Entonces tuvo lugar un suceso, solo creible en un hombre como don Enrique: puestos de acuerdo los grandes en transigir las diferencias pasadas si reconocía solemnemente a doña Isabel como heredera del trono, se avistan ambos hermanos

en Guisando (1468), y Enrique IV ratifica de nuevo tan absurdo convenio, desheredando a su hija.

Muerte del rey: proclamación de Isabel I.

Arrepentido de su obra se desdice luego, pero el paso estaba dado, y a su muerte (1474), los nobles y el pueblo proclaman reina de León y Castilla a la infanta doña Isabel.

La desdichada doña Juana alegó sus derechos a la corona de Castilla, y aún se decidieron por ella en la guerra civil que con este motivo estalla tres hombres de tanto valer como el arzobispo de T oledo, Carrillo, el intrépido marqués de Villena y el rey de Portugal, Alfonso V, con el cual pretendían sus partidarios casarla, pero después de cinco años de lucha tiene que renunciar a su propósito (1479): abrumada por el pesar toma el hábito en un convento de Coimbra, donde muere a poco.

Reconquista Cristiana en Navarra

Origen de la monarquía navarro-aragonesa. - E[ fucro de Sobrarbe.-Sancho Garcés Abarca: batalla de Val-d -Junquera.- Sancho III: agregaclón de Castllla.- El fuero de Nájera.- Partición del reino. - García IV: luchas con Castllla.- Sancho IV: su muerte.

Origen de la monarquía navarro-aragonesa

Refiere una antigua tradición que a principios del siglo VIII se establece en el monte Uruel un crmitano llamado Juan, el cual funda un pcqucño santuario bajo la advocación de su nombre de pila: este es el origen del monasterio de San Juan de la Peña, venerado por los aragoneses como el de Covadonga por los asturianosy base de la Reconquista cristiana en las asperezas del Pirineo central.

Convirtióse bien pronto aquel santo varón en Providencia de la comarca, donde habían buscado asilo multitud

de familias fugitivas del país conquistado por los musulmanes, y su rama trascendió hasta los territorios vecinos, cuyos habitantes pronunciaban su nombre con veneración y respeto. Sabido esto, se explica bien que con motivo de su muerte se reunieran bajo las bóvedas de aquel humilde santuario muchísimas gentes venidas de partes diversas para rendir al anacoreta el últimotributo; y fueron tantas, que como llegase hasta ellas el eco de las victorias obtenidas por los cristianos de Asturias, decidieron unirse para acometer al invasor; las campañas se inauguran en breve y así comienza la vida del reino de Sobrarbe, base de la monarquía navarro-aragonesa.

El Fuero de Sobrarbe

Si los primeros nombres de jefes que se citan pertenecieron;a reyes o a condes, cuestión es que sobre no conducir a ningún resultado positivo por la falta de documentos escritos, muy poca luz arrojaría sobre tan oscuro período, apareciendo

en cambio indudable la redacción del Fucro de Sobrarbc, el cual revela la existencia de una patria independiente y la elección de un soberano, mediante ciertas condiciones.

Por sensible que sea, la crítica no puede precisar la fecha probable de este primer fuero; cierto es que existía en época relativamente lejana, pues en él se basan los posteriores de Jaca y de Tudela, otorgados en los siglos XI y XII.

Sancho Garcés: batalla de Val-de-Junquera

Desde Iñigo Arista que: en 734 derrota en Ainsa a los musulmanes mandados por Abdo·l-Melik, hasta el 980 que corresponde al primer año del reinado de Sancho Garcés, trascurre un periodo del que desgraciadamente nada conocemos, habiéndose conservado por tradición solo algunos nombres, como los de García Giménez, Fortún Garcés, Jimeno Iñíguez, lñigo Giméncz, García Giméncz y otros.

Sancho Garcés, apellidado Abarca del calzado que hizo vestir á sus soldados para marchar sobre la nieve, se batió en unión de Ordoño II de León en los campos de Val·dc-Junquera contra las tropas musulmanas de Ade·r-Rahmán I, y fue derrotado: los infic!cs Ponen cerco a la ciudad de Pamplona, pero no pueden penetrar en ella.

A pesar de esta derrota Sancho Garcés se apodera de Monjardín, Nájera, Vecaria y Calaturra, con lo cual dilata grandemente los limites de su monarquía, y prepara el brillante reinado de Sancho III el Grande (1000),

contemporáneo de Alfonso V de León y Castilla.

Sancho III: agregación de Castilla

Sancho marcha sin descanso contra los musulmanes, a los cuales arrebató algunos territorios, mereciendo por sus

triunfos el calificativo de Grande: además de internarse en territorio francés, donde dilata sus dominios, adquiere el condado de Castilla a causa de su matrimonio con doña Elvira, hermana del conde García asesinado por los Velas en León.

El Fuero de Nájera

El mejor timbre de gloria de Sancho III cs la promulgación del fuero municipal de Nájcra, con el cual comienza la legislación foral de la monarquía Navarra, y que figura como el primero entre los de su clase.

Partición del Reino

Al morir rompe la unidad del territorio para adjudicar un reino independiente a cada uno de sus hijos, y otorga a García, el primogénito, Navarra, a Fernando, Castilla convertida en reino por su matrimonio con doña Sancha, a Ramiro, Aragón, y a Gonzalo, los condados de Sobrarbe y Ribagorza.

Este reparto coincide con la destrucción del califato de Córdoba y la formación de las monarquías de Taifas.

García IV: luchas con Castilla

García IV (1038) tiene que defender su corona contra Ramiro de Aragón, el cual pretendía arrebatársela auxiliado por los

musulmanes de Zaragoza; a poco y contagiado con el mal ejemplo, invade las tierras de Castilla para apoderarse de este reino bajo el pretexto de primogenitura, siendo inútiles cuantos esfuerzos se hicieron para disuadirle de tan injustificable proceder.

Los campos de Atapuerca (1057) fueron testigos de la catástrofe que privó de la vida a este monarca, al cual sucede su hijo Sancho IV bajo la protección de su tío Fernando I de León y Castilla.

Sancho IV: su muerte. De carácter pacífico, se limitó Sancho IV a continuar la reconquista hostilizando al rey moro dc Zaragoza, a quien hizo tributario: murió a manos de su hermano bastardo don Ramón, precipitado por el derrumbadero de Peñalén.

Los navarros dieron entonces (1076) una prueba de su buen sentido moral, no consintiendo ciñese la corona el asesino de su rey, lo que hubiera equivalido a premiar el atentado: por otra parte, como el difunto don Sancho dejaba dos hijos de menor edad, lo cual hacía indispensable un consejo de regencia peligroso siempre, estimaron más provechoso ofrecer la corona al rey de Aragón, Sancho Ramircz, con lo que otra vez se suman ambos Estados hermanos.

Navarra y Aragón unidos: parlamento de Pamplona,- Sancho VI y Sancho VII. - Resumen general de este reino durante la di nastia de Champagne.-la Navarra provincia de la monarquía francesa,-Dinastía de Evreux.

Navarra y Aragón uuidos: parlamento de Pamplona

La historia de Navarra se engloba en la de Aragón desde 1076 hasta 1134, es decir, desde Sancho IV el Dcspcñado hasta García Ramirez IV, a través de los reinados de Sancho Ramírez V, Pedro I y Alfonso el Batallador.

A la muerte de este último, aragoneses y navarro reunidos en Borja para designar el nuevo monarca, no pueden concertarse, y en tanto que los primeros elegían a Ramiro, los Segundos proclamaban en el parlamcnto

de Pamplona a García Ramirez IV, el Restaurador de la patria.

No hizo García Ramírcz IV más que luchar contra Ramón Berenguer V, conde de Barcelona y rey de Aragón

por su matrimonio con doña Petronila, el cual pretendía unificar sus estados en la forma que antes tenían,

es decir, sumando la Navarra a la monarquía aragonesa: no pudo conseguirlo.

También sostuvo una guerra, aunque breve, contra Alfonso Vll oc León y Castilla, de quien nominalmente, cuando menos, se declaró feudatario. Sancho VI y Sancho VII. Su hijo Sancho VI(1150) que le sucede, ha pasado a la posteridad con el calificativo de Sabio; amante de la paz, termina sus diferencias con Aragón mediante el arbitraje de Inglaterra, aceptado también por doña Petronila, viuda de Ramón Berenguer V.

En paz el reino, se declaró protector decidido de las artes, de las letras y de las ciencias; la prudencia y la justicia fueron las bases de su gobierno paternal; por sus obras de caridad mereció ser llamado providencia de los pobres, a los que socorría sin tener en cuenta su nacionalidad; disminuyó los impuestos, aliviando al labrador, agobiado con tantas gabelas; organizó la administración bajo bases razonables y prudentes; y por último publicó sabias leyes para normalizar las relaciones

entre los nobles y el pueblo, y modificar las duras y en cierto modo bárbaras costumbres de los primeros, acostumbrados

a vivir en perpetua discordia.

Sancho VII el Fuerte (1194), digno sucesor de su padre, mereció que los pueblos cligcran de él que era el mejor rey de cuantos habían ocupado el trono: esto solo hace su elogio.

Ante el peligro de b invasión de los Almoravides, se presenta en Toledo al frente de un brillante ejército y toma parte en la gloriosa jornada de las Navas, mandandoel ala izquierda del ejército, donde peleó como valiente soldado e inteligente capitán.

Restituido a su patria, limpió el país de la multitud de forajidos que lo infestaban, y continuador de la obra comenzada por su padre, redactó varias leyes protectoras de los intereses morales y materiales del reino y concedió algunos fueros.

Atacado de una enfermedad cancerosa, y encontrándose sin sucesión, convino de acuerdo con el pueblo en designar por su heredero al rey aragonés, don Jaimc el Conquistador, pero a condición de que si éste moría sin dejar hijos legítimos, habría de ceñir ambas coronas aragoncsa y navarra su sobrino Tcobaldo de Champaña: el convenio fue aceptado por don ]aime, mas como seis meses después falleciera Sancho VII (1234), los navarros suplicaron al Conquistador les permitiese

levantar el juramento de fidelidad que le habían prcstado, y concedido que fue, proclamar rey a Tcobaldo I de Champaña.

Dinastía de Champagne. Teobaldo I ofrece la particularidad de haber sido ungido en la catedral de Pamplona, ceremonia nunca usada por sus predecesores: desconocedor de la historia, de los usos, de la legislación y hasta del idioma del pueblo que gobernaba, promueve graves conflictos sobre la interpretación de los fueros y privilegios, teniendo en más de una ocasión que intervenir como mediador el Pontífice Grcgorio IX,

el cual, en vista de la imposibilidad de entenderse el rey y el pueblo, decide su recopilación y ordenamiento por una comisión compuesta de igual número de nobles, individuos del pueblo, del clero, y de personas designadas por el rey.

Dejándose llevar del espíritu religioso y caballeresco de su época, tomó parte en las Cruzadas, de donde volvió cn 1234, después de haber adquirido algunos conocimientos que procura diseminar en sus estados.

Le sucede su hijo Enrique I (1253), el cual se ve obligado a conceder a los nobles no escasos privilegios y mercedes en perjuicio de su autoridad.

A su muerte (I274) dejaba una hija de dos años, Juana l, reconocida como heredera del trono poco antes del fallecimiento de su padre: la guerra civil estalla con motivo de la proclamación de doña Juana, pues aspiraban a su tutela y regencia tres partidos poderosos y tenaces, el de Aragón, el de Castilla y el de Francia, hasta que la reina madre la pone bajo la protección del rey de los franceses, Felipe III, el cual la desposa con su hijo Felipe IV. el Hermoso.

Navarra provincia de la monarquía francesa

Penetra éste por los pirineos al frente de un ejército, ocupa el país militarmente, y convierte la Navarra en provincia de la monarquía francesa.

Desde 1274 hasta 1322, es decir, por espacio de veintiocho años, fueron reyes de Francia y Navarra, juntamente, Felipe IV el Hermoso, Luis Hutín, su hijo, Felipe el Largo, y Carlos TV, hermanos del anterior: al morir sin sucesión este último, hubo en el país una guerra breve, pero terrible y sangrienta, que termina declarando reina de Navarra a Juana II, hija de Luis

Hutin, casada con el conde de Evrcux, don Felipe.

Previa renuncia de sus derechos a la corona de Francia, fueron recibidos estos esposos en Pamplona, donde juraron los fueros, y de este modo adquiere la Navarra su independencia nacional con historia personal y propia.

Durante el período anterior habían gobernado el territorio virreyes o gobernadores que, como nombrados por una dinastía extranjera, fueron poco queridos de los independientes navarros.

Dinastía de Evrcux

Solo dos monarcas dio a Navarra la dinastía de Evreux: Carlos II el Malo y Carlos III el Noble. De carácter altivo, de genio osado, y pendenciero por naturaleza, Carlos II (1394) comenzó su reinado tomando parte en la famosa guerra de Cien

años, pero no defendiendo la causa de Francia que era la de su propia familia , sino la de los ingleses; esto basta para caracterizarle. Contemporáneo de Pedro I de Castilla, se fingió amigo de este monarca para auxiliar secretamente al partido del bastardo don Enrique; y no parece sino que de intento se complació siempre en crear conflictos, donde quiera que la fuerza de las circunstancias le llamaba a intervenir.

Su hermano Carlos III (1386) inaugura el gobierno firmando un tratado de paz con el rey de Francia; y con decir que su política representó el extremo opuesto de la seguida en el reinado anterior, hacemos su elogio.

Respetado y querido de sus vasallos, la fama de las buenas prendas que le distinguían un lió fuera del reino, y más de una vez se dio el caso de que las cortes de Francia y Castilla le designaran como árbitro para dirimir sus querellas, cabiéndole también la gloria de tomar parte en la terminación del Cisma religioso, de acuerdo con las instrucciones y deseos del pontífice Clemente VIL

Cuando regularizada la administración, en paz el reino, respetada Navarra en el exterior, y contentos los pueblos bajo tan paternal gobierno, iniciaba Carlos III una serie de reformas políticas que habían de traer como consecuencia la grandeza y el bienestar, fallece(1415) dejando una hija llamada doña Blanca, casada con el infante don Juan, hermano de Alfonso V el Magnánimo, rey de Aragón.

Juan I: disgusto de los pueblos. - Muerte de la reina: guerra civil.-Insurrección general: muerte del príncipe de Viana.- Envenenamiento de doña Blanca.- Sublevación de Cataluña: muerte del rey. - Navarra conquistada por Fernando V.

Juan I: disgusto de los pueblos

Juan I (1425), casado con doña Banca, única representante de la dinastía de Evreux, implanta en Navarra la Casa de

Aragón, que habrá de gobernarla hasta su conquista por Fernando el Católico.

Activo y emprendedor, no se contentó Juan I con intervenir en los negocios de Castilla tomando parte en las facciones que tan a mal andar trajeron este reino durante los desdichados tiempos de Juan II, sino que luchó también contra los príncipes italianos que disputaban la corona de Nápoles a su hermano el rey de Aragón: como en estas empresas se invirtieran grandes sumas y el rey permaneciese ausente de Navarra mucho tiempo, con grave perjuicio del gobierno, los pueblos le

manifestaron su descontento repetidas veces, aunque sin resultado alguno.

Muerte de la reina: guerra civil

Así las cosas, muere la reina dejando la corona a su hijo don Carlos, príncipe de Viana, en su defecto a doña Blanca, la repudiada por Enrique IV de Castilb, advirtiéndolcs que no se titularan reyes hasta el fallecimiento de su padre,

De carácter áspero y violento, Juan I aparece dcsde el principio en oposición al bondadoso príncipe de Viana, sin que pudiera demostrar el más ligero motivo que justificase la natural enemiga que contra su hijo tenía, como no fuese el amor respetuoso que los pueblos profesaban a don Carlos, en recompensa de su proceder noble y leal. Este odio inexplicable encontró bien pronto quien le fomentara, y fue con motivo de haber contraido matrimonio Juan I con doña Juana

Enriquez, verdugo que será, no tardando, para los hijos de la infortunada reina de Navarra.

Se necesitaba un pretexto que justificara ante la opinión pública el deseado rompimiento, y viene a servir como tal la paz ajustada por don Carlos con el monarca de Castilla, paz que Juan I desaprueba, y por la cual envía a Navarra a doña Juana para que gobierne con el príncipe: los resultados de esta conducta se tocan pronto, pues se formaron dos partidos enemigos, el de los Agramonteses o defensores de Juan l, y el de los Beamontescs que apoyaban a don Carlos; la intransigencia de estas banderías hizo inevitable la guerra civil, la cual termina con la derrota del príncipe, prisionero

de su padre.

Quiso el rey desheredar a su hijo, para lo cual reunió a Cortes con ánimo de imponerse a la voluntad nacional, pero la mayoría de los procuradores no ocultaron sus simpatías hacia don Carlos, y este recobró la libertad al poco tiempo.

Insurrección general: muerte del príncipe de Viana

Después que Juan I hubo declarado heredera del trono a su hija doña Leonor, con manifiesto perjuicio de don Carlos y doña Blanca y contra la voluntad expresa de los pueblos, quiso mantener su decisión ante las Cortes que en Barcelona se celebraron, mas los catalanes se sublevan, el incendio cunde rápido por Aragón y Navarra, y tiene lugar una insurrección

general cuyas principales consecuencias fueron la libertad de don Carlos, a quien el monarca tenia recluido; la proclamación solemne de este príncipe como heredero de todos los estados de su padre, y el destierro perpetuo de doña Juana Enríqucz del territorio catalán.

Todas las diferencias parcelan terminadas con gran contentamiento de los pueblos, cuando el joven príncipe muere de una enfermedad tan sospechosa como repentina, aunque no tanto que le prive de redactar testamento e instituir a doña Blanca como heredera de Navarra.

Envenenamiento de doña Blanca. Así que se tuvo noticia de este documento, el cual venia a dificultar los ambiciosos planes de la madrastra, fue doña Blanca encerrada en el castillo de Ortés, dándola por carcelera a dona Leonor, digna hija de sus padres: allí pasó algún tiempo, bien poco ciertamente, la desgraciada princesa, hasta que sucumbe bajo la acción de

un activo veneno. En su última disposición testamentaria, extendida antes de ser presa, legaba cuantos bienes

y derechos pudieran corresponderla a favor de Enrique IV de Castilla.

Sublevación de Cataluña : muerte del rey

La opinión pública se apoderó de las murmuraciones que acusaban de ambas muertes a Juan I, supeditado en absoluto a la voluntad de la reina, y el conflicto estalló formidable en Cataluña, cuyos habitantes se niegan

a reconocer como heredero del trono al infante don Fernando.

Declarados enemigos ambos de la patria e incapacitados para gobernar el Principado, comienza la guerra civil, sangrienta y tenaz como todas las guerras civiles, y los catalanes proclaman rey a Renato de Anjou, protegidos por Luis XI de Francia. Vencidos en el terreno de la fuerza obtienen una decorosa capitulación, que pone término a la lucha; y después de estos sucesos, baja al sepulcro Juan I, a quien algunos han querido conceder el título de Grande, a pesar de que sobre su recuerdo pesan las muertes de sus dos hijos con peso abrumador.

Navarra conquistada por Fernando V

Le sucede en Navarra su hija Leonor I (1479), que gozó poco eI fruto de su crimen anterior, pues fallece al mes

siguiente, transmitiendo la corona a su nieto Francisco Febo, de la casa de Foix: a los dos años (1481) es proclamada reina la hermana de este último, doña. Catalina, casada con Juan Albrit, últimos soberanos de Navarra independiente, pues conquista este reino Fernando V, el cual la agregó a sus estados de Aragón,

Valencia y Cataluña.

Reconquista cristiana en Aragón

Ramiro I: Guerra conlra l0s musulmanes.-Sancho Ramirez.-Unión de Navarra.- Compilación del Fuero de Sobrarbe.-Pedro I: conquista de Huesca. - Alfonso I: conquista de Zaragoza.-Brillante expedición contra Andalucía. - Ramiro II: separación de Navarra.-Matrimonio y abdicación del rey.-Tradición de la campana de Huésca.

Ramiro I: guerra contra los musulmanes.

La historia particular de Aragón. comienza con el testamento de Sancho III el Grande rey de Navarra, pues el territorio de este nombre se confiere por aquel documento a su hijo Ramiro (1035).

La muerte dc don Gonzalo, asesinado en el puente de Monclús, le pone en posesión de los condados de Sobrarbe y Ribagorza; herencia que, tal vez, le hace caer en tentación de disputar la soberanía de Navarra don García.

Continuando la Reconquista penetra Ramiro I en el país musulmán al frente de un ejército, y en dos encuentros consigue derrotar las fuerzas unidas de los reyes de Huesca y Zaragoza, los cuales, así como el de Tudela, se le declaran feudatarios.

Después de una tregua que la necesidad de recobrar las perdidas fuerzas hizo inevitable, y cuyo tiempo aprovechó Ramiro I para reunir el concilio de Jaca, prosigue las interrumpidas campañas, aunque con tan adversa,fortuna que, derrotado por los musulmanes cuando sitiaba la fortaleza de Graus, encuentra muerte gloriosa peleando como un valiente rodeado por todas partes de enemigos.

Sancho Ramirez: unión de Navarra

Su hijo Sancho Ramirez (1065) se apodera de Graus, Barhastro, Bolea y Monzón, y muere sobre el campo de batalla (1094) cuando hacía un reconocimiento en las fortificaciones de Huesca, a cuya plaza había puesto sitio: antes de expirar toma juramento a su hijo don

Pedro, que le acompañaba, de que 110 interrumpiría las operaciones comenzadas hasta terminarlas con un asalto definitivo, pues ardía en deseos de entrar, aunque fuese muerto, en aquella ciudad por cuya posesión tanto había trabajado.

En su tiempo tuvo lugar la anexión del país navarroen virtud del expontáneo reconocimiento que sus naturales le hicieron como soberano, a la muerte de Sancho IV el de Peñalén, asesinado por el bastardo don Ramón.

Compilación del Fuero de Sobrarbe

A este monarca se atribuye la primera compilación del Fuero de Sobrarbe, como se demuestra por el lenguaje en que está redactado, y el cambio del rito gótico por el romano.

Pedro I: conquista de Huesca. Pedro I (1094) cumple la palabra empeñada a su padre moribundo y penetra en la ciudad de Huesca, después de haber derrotado en Alcoraz un ejército formidable que el rey moro de Zaragoza enviaba para obligarle a levantar el sitio.

Reunió Cortes con objeto de asegurar por medio de una ley la herencia del trono en sus descendientes, y a poco de conseguirlo fallece sin hijos, siendo proclamado su hermano Alfonso I (1104) el Batallador.

Alfonso I conquista do Zaragoza

La época gloriosa de este monarca principia en 1110, después que el concilio de Palencia declara nulo su matrimonio

con doña Urraca de León y Castilla, causa que fue de trastornos y disgustos para todos.

Emprendedor, activo, incansable en el ejercicio de las armas, y abrigando en su mente ideales que le honrarán siempre, se lanza Alfonso el Batallador contra los musulmanes, a los cuales sin darse punto de reposo arrebata unas tras otras tan importantes posiciones

como las de Almudcbar, Robles, Gurrea y Tudela, que le dejan franco el paso hasta Zaragoza, en cuya importantísima ciudad, capital futura del reino, tenía puesta toda su noble ambición. inútil fue la resistencia; después de una serie de combates, librados tenazmente de una y otra parte, disputado palmo a palmo el terreno, la ciudad invicta cae en poder de las armas aragonesas, y la cruz ondea al viento sobre la torre del castillo de la Aljafería. Sin descansar apenas, se aprovecha del pánico de sus enemigos para apoderarse de Borja, Alagón y Tarazona.

Brillante expedición contra Andalucía: Su muerte

Atento a los cuidados del gobierno otorga a los aragoneses multitud de inmunidades y franquicias, que le han valido los dictados de liberal y generoso; pero por entonces llevó á feliz término una empresa que, más que ninguna, manifiesta el fondo de abnegación y nobleza que constituian su carácter: llamado por los muzárabes granadinos, que le demandaban auxilio a causa de las continuas tropelías de que eran víctimas, acude en su socorro, y después. de recorrer triunfante

los territorios de Granada, Córdoba y Jaen, vuelve a Zaragoza acampanado de diez mil familias, que le deberán

su libertad y su vida.

Cuando con el sitio de Fraga inaugura la segunda serie de sus brillantes campanas, es derrotado y herido gravemente junto a los muros de esta plaza por el ejército aliado del rey moro de Valencia, y muere a los pocos mcses en el monasterio de San Juan de la Peña (1133), después de haber vencido a los musulmanes en veintinueve batallas, que corresponden a sus trcinta

años de reinado.

Ramiro II: separación de Navarra

Mucrto sin hijos, dispuso en su testamento que el Reino se repartiera por igual entre las órdenes de los caballeros

Hospitalarios y Templarios; pero las Cortes de Monzón declaran heredero del trono a su hermano Ramiro II

el Monje, obispo de Roda.

Disgustados los navarros con la elección de las Cortes, se reunen separadamente en Pamplona y proclaman a García Ramírez: si libremente se habían hermanado, libremente verifica su separación en estos momentos.

Matrimonio y abdicación del rey

Mal avcnido Ramiro II con la vida de monarca, en aquella con verdad apellidada edad de hierro, contrajo matrimonio

con doña Inés de Poitiers, para asegurarse un heredero, y luego que lo consigue, se apresura a concertar las bodas de su hija Petronila, niña de dos años, con Ramon Berenguer V, conde de Barcelona: después de redactar un testamento donde declaraba herederos del reino a estos esposos, se retira a Huesca para vivir el resto de sus días entregado a la oración y a la penitencia, sus ocupaciones favoritas.

Tradición de la campana de Huesca

Cuenta una tradición que obligado por los nobles, cuya soberbia pretendía aniquilar el poder real en propio beneficio,

ideó un ejemplar castigo que pusiera freno a tan atrevidas exigencias: al efecto, reunidos en Hucsca bajo pretexto de celebrar Cortes, manda decapitar a los principales jefes, y con sus cadáveres figura una campana cuyo eco llevó el espanto hasta el corazón de los más audaces y resueltos. Por autorizada que sea esta tradición se aviene muy mal con el carácter atribuido por sus contemporáneos al rey Monje, cuya debilidad y falta de energía son para todos bien notorias.

Alfonso II: engrandecimiento del reino.- Pedro II; infeudación de sus Estados.-Batalla de las Navas.- Guerra de los Albigenses: muerte del rey. - Jaime I: su minoridad. - Guerras y conquistas.- Jaime I como legislador, como sabio y como cristiano. - Pedro III: conquista de Sicilia.- Guerra contra Francia. - El Privilegio general.-Alfonso engrandecimiento del reino.

Con Alfonso II (1162), que de su padre hereda el condado de Barcelona y de su madre el reino de Aragón, principia la historia unida de ambos territorios: también el condado de Provenza, otorgado al menor de sus hermanos, vuelven a sumarse con Aragón y Cataluna; y bien hubiera ql\erido reivindicar la corona de

Navarra, pero aunque mantuvo varias luchas con este motivo, nada pudo conseguir sino la ocupación de algunas plazas fronterizas de relativa importancia, que los navarros le cedieron gustosos a trueque de asegurar

una paz que deseaban todos.

Pedro II: infeudación de sus Estados

Su hijo Pedro II( 1196),a quien llaman el Católico, le heredó al morir.

Guiado por el sentimiento religioso, según algunos,o como parece lo mas cierto, deseando conseguir de

Inocencia III la anulación de su matrimonio con doña Juana de Montpellcr, pasó a Roma e hizo feudatarios de la Santa Sede los reinos de Aragón y Cataluña,

aunque sin conseguir su propósito; y fue lo notable, que al volver a su patria encontró dispuestos los pueblos para levantarse en armas al grito de unión, soliviantados con este motivo, viéndose obligado a declarar que el feudo era solo personal, sin que afectase a sus sucesores ni al Reino.

Batalla de las Navas

Escuchando los ruegos de Alfonso VII de Castilla, al mismo tiempo que se dejaba llevar de los impulsos de su corazón, marcha al cuartel gencral dc Toledo al frente de un poderoso ejército, y toma parte en la gloriosa jornada de las

Navas, donde se le confía el mando de las tropas que formaban el ala izquierda del ataque.

Guerra de los Albigenses: muerte del rey.

Pretenden algunos historiadores hallar contradictoria la conducta de este monarca por haber tomado parte a favor de los Albigenses en la guerra religiosa que contra ellos llevó acabo Simón de Monfolt, pues semejante circunstancia, dicen, se compadece muy mal con el dictado de Católico, que se honraba en merecer: no existe tal contradicción. Sobre que Pedro II demostró su celo por la fé ordenando en el concilio de Gerona (1197) la quema de los herejes valdenses, cuyos bienes

fueron confiscados, nada tenía que ver con esta cuestión la defensa que Pedro II hizo de sus derechos politices

como soberano, pues sabido es de todos que Monfort pretendía emanciparse del feudo de Aragón,

tomando como pretexto la cruzada.

Jaime I: su minoridad. Derrotado en la batalIa de Muret, de cuyas resultas fallece a los pocos días, le hereda su hijo Jaime I (1213), todavía muy niño.

Borrascosa y turbulenta fue esta minoridad, tanto más cuanto que el rey había quedado en poder del matador de su padre, que se negaba a entregarle; y cuentan que, ante semejante conflicto, preséntanse varias comisiones de aragoneses vestidos de luto al Papa Inocencio III, acusan de traidor a Simón de Monfort, consiguen apoderarse de su soberano, y lo trasladan al castillo de Monzón, donde le ponen bajo la custodia de los caballeros Templarios.

Hacían los Templarios causa común con los infantes don Fernando y don Sancho, tutores y regentes del monarca, por lo cual el tiempo pasaba en balde para este joven, el desgobierno crecía en todas partes, los tutores se atrevieron a pensar en otra soberanía mayor, y las facciones y banderías desgarraban el reino, hasta que Jaime I consigue fugarse de su prisión y se

presenta en Zaragoza: aún así y todo, no pudo librarse de la guerra civil: que le promovieron sus tíos, pero que felizmente terminó en breve.

Guerras y conquistas

Ya de mayor edad, instaron los catalanes a Jaime I para que recobrase las islas de Mallorca e Ibiza, de las cuales acababan de apoderarse los infieles, y al efecto organiza una poderosa flota, zarpa del puerto de Salóu, toca en el archipiélago

balear, entra en la ciudad de Palma después de un riguroso bloqueo, y sucesivamente hace suyas a

Ibiza, Menorca y Formentera: estas brillantes empresas le valieron el dictado de conquistador por el voto unánime

de los pueblos

Replegábanse entre tanto los aterrados musulmanes hacia la costa de Levante, y Jaime I, continuando la campaña anterior, conquista las plazas de Pcñiscola, Morella y otras, asentadas sobre las márgenes del Júcar, y pone sitio a Valencia (1238): después de una serie de combates librados contra los almoravides, procedentes del África, la ciudad del Cid cae en poder de don Jaime, el cual hace su entrada triunfal en ella el 24 de Setiembre de 1238,

Además de estos triunfos obtuvo otros muchos en la conquista de Múreia, cuya ciudad cede generosamente al rey de Castilla; también emprendió una expedición a Palestina, a donde le llamaron los emperadores de Constantinopla y Pcrsia, sin que esta campaña ofrezca nada de notable.

Jaime l como legislador, sabio y como cristiano

A la envidiable gloria de haber terminado la Reconquista cristiana en su país, une Jaime I los titulos

de legislador y hombre de letras.

Comprendiendo la necesidad de refundir en un solo código todos los fueros, disposiciones, acuerdos y franquicias, por las cuales se venía el reino gobernando, reunió Cortes en Huesca (1247), y propuso a los procuradores esta importante reforma, la cual fue aceptada: recibió el encargo de dirigir los trabajos el Obispo oscense, don Vidal de Canellas.

Como hombre de letras, protegió a los sabios, fundó escuelas, escribió algunas poesías llenas de inspiración y ternura, y sobre todo, nos legó la Crónica de su reinado, escrita con una imparcialidad, una modestia y una sencillez, que verdaderamente encantan.

Si como rey mereció los calificativos de conquistador y de hacendista, como cristiano pasa por un acabado modelo de piedad: fundó templos, se mostró celoso de la pureza de la fé, y hasta fue benévolo y tolerante para con los judíos proscritos.

Pedro IlI: conquista de, Sicilia

Al morir divide Jaime I el Reino entre sus hijos, legando a Pedro IlI (1276) los territorios de Aragón, Cataluña, Va·

lencia, Rosellón, Montpeller y Fenolledas, y a don Jaime, Mallorca a Pedro III empleó los primeros años de su reinado

en someter y expulsar a los Mudcjares valencianos, en hacer feudatario suyo el reino de Mallorca, y en sofocar algunos motines a que él mismo dio motivo oponiéndose a jurar los fueros y privilegios del Reino: este deber fue impuesto por los pueblos a los reyes desde que las Cortes habían declarado hereditaria la soberanía.

Representante de los derechos que los Emperadores alemanes tenían sobre Italia, por estar casado con doña Constanza, prima de Conradino, acepta la invitación que los sicilianos le hacen para apoderarse de esta isla, y al efecto organiza una formidable escuadra, la cual para evitar recelos se dirige con rumbo a Túnez: entre tanto que se verificaba en Palermo la matanza conocida con el nombre de las Vísperas sicilianas, Pedro III se dirige hacia Mesilla, derrota al ejército angevino que sitiaba esta plaza, y aclamado por todos (1282) agrega la hermosa isla de Sicilia á los extensos territorios de la monarquía aragonesa.

Guerra contra Francia

Como esta conquista anulaba la cesión que el Pontífice Martino IV había hecho del trono de Napolcs en favor del duque de Anjou, no solo fue Pedro IV excomulgado, sino que, alegando el Papa la infeudación hecha por Pedro II el Católico,

adjudica el Reino de Aragón a Carlos de Valois, hijo del rey de Francia.

Penetran los franceses por el Rosellón y llegan hasta Gerona, a tuya ciudad ponen sitio; pero aunque los enemigos eran muchos y con ellos estaba don Jaime el de Mallorca, catalanes y aragoneses unidos caen sobre las tropas invasoras y las derrotan por completo, en tanto que el desastre de San Felíu de Guixols, y la peste que comienza a diezmar las filas Francesas, hacen pedir la paz al monarca francés: pasaron libres a su país, en virtud de convenio, la familia, de Felipe III y el legado pontificio, pero el Collado de las panizas fue testigo de una carnicería espantosa, que dejó tristes recuerdos para

mucho tiempo en el ánimo de los franceses.

El Privilegio general

Tan reservado se mostró Pedro III en la realización de sus planes, cuyos móviles dejaba envueltos bajo el más impenetrable misterio, que los nobles, el clero y el pueblo comenzaron a murmurar de su poco respeto a la constitución de los reinos, pues sin el consentimiento nacional se permitía concertar paces, declarar guerras, exigir tributos, y hasta ausentarse a países remotos: reunidos los procuradores en las Cortes de Zaragoza, tuvo que responder a los cargos que con este motivo se le hicieron; y para evitar en lo sucesivo conflictos semejantes, otorga el Privilegio general, confirmación de los antiguos fueros e inmunidades, y en el cual se impone a los reyes la obligación de reunir Cortcs, anualmente por lo menos.

Alfonso III: el Privilegio de la Unión.-Convenio de Tarascón .- Jalme II: complicaciones en Sicilia. - Catalanes y Aragoneses en levante.-Alfonso IV: representación popular en Valencia.- Pedro IV: anexión de las Baleares.- Guerra de la Unión. - Juan I y Martin I. Compromiso de Caspe: - Fernando I: cisma de Occidente. - Alfonso V: conquista de Nápoles.- Juan II y Fernando V

Alfonso III: el privilegio de la Unión

Alfonso III (1285), que sucedió a su padre Pedro el Grande, quiso anular el Privilegio general y titularse rey antes de scr proclamado por.los Estados, previo el juramento a los fueros, pero la resuelta actitud de los catalanes le hicieron desistir de su empeño, y lo que es mas, en las Cortes de Tarragona (1287) otorga el Privilegio de la Unión, donde se legitima el derecho de insurrección contra el monarca que viole las leyes.

Convenio de Tarascón

Excomulgado por Honorio IV a causa de la posesión de Sicilia, ajustó con este Pontífice el convenio de Tarascón por el cual renunciaba sus derechos á la posesión de esta isla, y se obligaba, además, al pago del tributo convenido en

tiempos de Pedro II.

Jaime II: complicaciones en Sicilia

Sin cumplimentar este convenio muere Alfonso III y le hereda su hermano Jaime II (1291), rey a la sazón de Sicilia, cuyo virreinato entrega a don- Fadrique: renovada la excomunión por el Papa, y planteado el problema en el terreno de las armas, las diferencias terminan en la paz de Agnani, estipulándose que los monarcas aragoneses renunciaban para siempre a la posesión de la Sicilia, pero que recibirían como compensación las islas de Córccga y Ccrdeña.

Así quiso hacerse, mas los sicilianos proclamaron rey a don Fadriquc; y aunque lucharon ambos hermanos con igual tenacidad, el Aragonés para cumplimentar lo convenido en Agnani y el de Sicilia en defcnsa de su trono, pudo más éste y hubo de terminar el asunto casando a don Fadrique con una hija del rey angcvino de Nápoles, cuyo matrimonio suma los derechos de ambas dinastías rivales.

Catalanes y Aragoneses en Levante

A poco de estos sucesos- tuvo lugar la heroica expedición de Catalanes y Aragoneses a Levante: amenazado por los turcos el Imperio de Constantinopla, a cuya capital habían puesto sitio, solicita Andrónico Paleólogo el concurso de algunas fuerzas de las que se habían alistado para don Fadrique, y cuatro mil Catalanes y Aragoneses, mandados por Roger de Flor, atraviesan el Mediterráneo, penetran en el Bósforo, caen sobre el enemigo que huye despavorido hasta el Asia, y terminan felizmente su campaña entre el asombro de los afeminados imperiales. No cumplieron éstos su compromiso cual debían sino que asesinaron cobardemente a Roger; pero los españoles saben hacerse justicia de tal modo, que su recuerdo ha pasado a la historia con el nombre de Venganza catalana

Alfonso IV: representación popular en Valencia, A Jaime II el Justiciero, así llamado por su conducta en el convenio dc Agnani, le sucede su hijo Alfonso IV (1327), que apellidaron el Benigno a causa de su bondadoso carácter: los únicos hechos notables de su reinado fueron, en el exterior, la guerra contra los genoveses que le disputaban la soberanía sobre Cerdeña, y en el interior, el motín de Valencia,

Como hubiera contraído segundas nupcias con doña Leonor, hermana de Alfonso Xl de Castilla, y la nueva reina viese que la corona tendría que pasar al infante don Pedro, hijo de la primera mujer, intrigó para que el débil monarca, desmembrando sus estados, confiriese algunos territorios á sus nuevos herederos: así parece que el rey lo hizo; pero los valencianos se sublevan, y una comisión presidida por el tejedor Guillén de Villatea consigue hablarle, le recuerda sus deberes de rey,

y el reparto no llega a verificarse.

Pedro IV: anexión de las Baleares

A su muerte ocupa el trono Pedro IV (1336), frío, taciturno, calculador, y digno emulo de Pedro I que a la sazón

reinaba en Castilla: mereció ser llamado Ceremonioso por sus aficiones a la etiqueta de Palacio

Comprendiendo que las tendencias de la nobleza eran anular el poder real para sustituirlo con una así como forma de república aristocrática, contra los nobles dirigió siempre los certeros dardos de su política, hasta brutal algunas veces; al efecto comienza indisponiéndose con su hermano don Jaime, rey de las Baleares, al cual envuelve en una guerra de cuyas resultas pierde su corona, la cual se enlaza a la corona aragonesa: el delito de don Jaime fue ser bien quisto de los nobles.

Guerra de la Unión

Como las leyes aragoneses excluían del trono a las hembras, Pedro IV no podía trasmitir la corona, caso de muerte, a su hija

única doña Constanza; pero poco escrupuloso el rey en la elección de los medios, así lo Acuerda por su propiay exclusiva voluntad, originando un imponente levantamiento de la Hermandad de la Unión.

No pudo don Pedro en las Cortes de Zaragoza ponerse de acuerdo con los procuradores que le exigían el cumplimiento de la ley, y entonces enciende una guerra civil que encuentra su término en la batalla de Epila (1348) , donde triunfan sus partidarios: Pedro IV rasga con su puñal el pergamino que contenía el Privilegio de la Unión, y castiga ferozmente a los jefes del partido popular. Sus vcnganzas después de la victoria no tuvieron límite, ni por su número, ni por su violencia.

A los pocos años daba a luz la reina un hijo varón, el cual gobierna a la muerte de su padre con el nombre

de Juan L El hecho de mayor importancia, después de los referidos, es la reincorporación a la corona aragonesa

del reino de Sicilia, con motivo del fallecimiento sin hijos de su yerno Fadrique III.

Juan l y Martín l

Casi desapercibidos pasan los reinados de Juan l (1387) y Martín l (1395), últimos monarcas de la dinastía catalana que tantos días de gloria había proporcionado a su patria, quedando el trono vacante á la muerte del don Martín, apellidado

el Humano por su carácter dulce y apacible.

Compromiso de Caspe

Ante caso tan nuevo reunieronse separadamente los Parlamentos de Aragón, Cataluña y Valencia para acordar lo que más conviniera a la salud del reino, pues los candidatos al trono eran cinco, a saber: el conde de Urgel, el duque de Gandia, don Fernando el de Antcquera, el duque de Calabria, y don Fadrique, hijo natural de Martín de Sicilia. No pudieron los procuradores concertarse, pero convinieron en nombrar un jurado compuesto de nueve compromisarios, tres por cada reino, a los cuales se concedían poderes absolutos para decidir la cuestión conforme a su conciencia, y teniendo en cuenta los méritos de los aspirantes: reunidos en Caspe, los compromisarios, bajo la presidencia de San Vicente Ferrer, declaran rey al infante don Fernando el de Antequera (1412). Este fue el famoso Compromiso de Caspe.

Fernando I: Cisma de Occidente

Fernando I tuvo que reprimir la sublevación del conde de Urgcl, descontento por el resultado del Compromiso de Caspe:

el único hecho notable de su reinado de cuatro años fue la participación que tomó en el Cisma de Occidente, separándose del anti-Papa Luna, el cual, ni aún abandonado de sus compatriotas, quiso reducirse a la obediencia.

Alfonso V: conquista. de Nápoles

Alfonso V (1416) mereció que le apellidasen el Magnánimo por la protección que dispensó á las artes, las letras y las ciencias, lo mismo que a los sabios fugitivos de Constantinopla cuando esta ciudad fue tomada por los Turcos_

Designado como heredero del reino de Nápoles por Juana II,a condición de que la defendiese contra los angcvinos que acaudillaba Luis de Anjou, candidato del Pontífice a esta corona, vio luego defraudadas sus esperanzas por una genialidad caprichosa de la reina, lo cual hizo que Alfonso V apelase a las armas contra los confederados italianos, que consiguieron derrotarle: lejos de desmayar en su propósito, rehace sus tropas, ataca valientemente al enemigo, y penetra vencedor en

la ciudad de Nápolcs (1442) de cuyo reino se apodera en definitiva. En el año siguiente agregaba también a su poderosa monarquía los territorios de Milán, por renuncia de su poseedor Felipe Visconti.

Juan II y Fernando V

Al morir (1458), dejaba por heredero a su hijo Juan II, que reinaba en Navarra a causa de su casamiento con doña Blanca de

Evrcux: sabidos son los sucesos principales de esta época azarosa y revuelta que, después de la guerra civil entre beamonteses y agramonteses y del asesinato de los inocentes príncipes de Viana, don Carlos y doña Blanca, termina con el fallecimiento de Juan II, de quien hereda la corona de Aragón su hijo Fernando V, casado para entonces (1506) con Isabel I de León y Castilla.

Reconquista cristiana en Cataluña

Origen del Condado de Barcelona.- Su indcpendencia con Wilfredo I. -Borrell I: conquistas a los musulmanes. - Borrell II: excursionesde Almanzor.- Ramón Borrell I y Ramón Bcrenguer I.

Origen del Condado de Barcelona

De todos los territorios que más allá de los Pirineos poseyeron los españoles durante la dominación visigoda, solo

conservaron el moderno Languedoc, llamado Scptimania, por las siete ciudades principales que le componían:

aun este fue conquistado por Pipino el Breve cuando tuvo lugar la invasión de los musulmanes en España.

Al hacer el emperador Carlomagno que este territorio formase parte del reino de Aquitania, formó lo que

se llamaba Marca hispánica (778), es decir, países fronterizos entre Francia y España así como cuando Ludovico

Pío (817) se apodera de Cataluña por conquista hecha a los infieles, compone de las dos provincias un solo Condado, que tuvo por capital a Barcelona. En el reinado siguiente, Carlos el Calvo separa la región española de la propiamente transpirenáica, y organiza el nuevo Condado bajo la base sellaría! propia de la monarquía francesa, de la cual formaba parte.

El primer condc de Barcelona fue Bera, al que siguieron por su orden, Bcrnhard, Berenguer, Udalrico,

Wilfredo de Arria y Salomón.

Su independencia con Wilfredo l

En tiempo de Salomón (874), los catalanes se aprovechan de la decadencia de los monarcas carlovingios, dan muerte al representante francés, y nombran un Conde propio e independiente que fue Wilfredo el Velloso, con el cual principia la historia de Cataluña, propiamente española.

Dc ánimo esforzado y emprendedor , después de habcr asegurado Wilfredo I la independencia de sus estados, vuelve las victoriosas armas contra los musulmanes a los cuales arrebata el territorio de Vich, desalojandoles de las extribaciones de Monserrat: demostró su piedad levantando a orillas del Ter dos monasterios, el de San Juan de las Abadesas y el de Santa María de Ripoll, que dotó espléndidamente.

Borrell I: conquistas a los musulmanes

Le sucede su hijo (898) Borrell I, el cual continúa la Reconquista con tanto denuedo inaugurada, extendiéndose por los países vecinos de Gerona y Urgell mas como a su muerte dejara una hija, y las costumbres por las cuales los catalanes se reglan excluyesen del trono a las hembras, le hereda su hermano Suniario (912), quien más aficionado a la vida monástica que a los azares de la guerra abdica la corona en sus hijos Borrell II y Mirón (9 I7), no sin haber antes cumplido con sus deberes de soberano luchando valerosamente contra los invasores, a los cuales obliga a retroceder hacia el mediodía.

Borrell II: excursiones de Almanzor

Por muerte de Mirón quedaba Borrell II como único soberano de este Condado, que para entonces comprendía los de Ausona, Barcelona, Gerona y Urgel coincide su gobierno con la invasión formidable de Almanzor.

A pesar del heroico valor'demostrado por este conde en la defensa del territorio, vio cómo los musulmanes entraban a saco en la capital, talaban los campos y destruían las poblaciones, en tanto que sus aterrados habitantes corrían a refugiarse entre las cortaduras y asperezas del infranqueable Pirineo. Defendióse hasta lo último, y casi solo ya, perdida la esperanza de intentar nada en el país de los llanos, se embarca para reunirse con los suyos, y desde Manrcsa, donde improvisa un pequeño ejército, emprende una brillante campaña que termina conquistando aBarcelona y recobrando todos sus estados.

A los cuatro años muere (992) : dejaba el Condado de Barcelona a Ramóm Borrell, y el de Urgel a Armengol.

Ramón Borrell I y Ramón Berenguer l

Ramón Borrell I comenzó a quebrantar el régimen feudal del principado, otorgando a los pueblos inmunidades y franquicias; y después de haber continuado la lucha contra los infieles, toma parte activa en la guerra civil suscitada por estos invasores con motivo de la elección de Califa, decidiéndose a favor de Mohamad.

Su hijo Ramón Berenguer l , que le sucede (1018), más amante de la paz que de la guerra, se dedica a continuar la obra inaugurada en el reinado anterior, y al efecto confirma a Barcelona cuantos derechos y fueros le habían sido concedidos por su padre, completándolos con otros nuevos. Lástima grande que las intrigas de su madre Emersinda le distrajeran gran parte del tiempo que pudo haber empleado en mejores oficios.

Con la muerte de este conde coincide la disolución del Califato de Córdoba.

Ramón Berenguer II: sus conquistas.-Código de los Usajcs.-Berenguer Ramón I y Ramón Berenguer lII .- Ramón Berenguer IV: Guerra de las Baleares.-Ram6n Berenguer V: cortes de Barbastro.

Ramón Berenguer II: sus conquistas

A Ramón Berenguer II (1015), se le apellidó el Vicjo desde su más tierna infancia por la reflexión y madurez de juicio que le caracterizó siempre.

Terminadas las diferencias con su abuela Emersinda, que alegaba derechos a la posesión de los condados de Manresa y Gerona, y después de haber contraido matrimonio con la princesa Isabel de Betiers que le trajo en dote el señorío de Carcasona, ensanchó los límites del territorio catalán hacia las actuales provincias de Tarragona y Lérida, venciendo en varios combates al rey moro de Zaragoza. En estas empresas le auxilió su tío el valeroso Armengol de Urgel.

Código de los Usajes

Además del Concilio celebrado en Gerona con objeto de refrenar algunos abusos, se debe a Ramón Berenguer II la promulgación del célebre Código de los Usajes (1068), primer cuerpo de doctrina jurídica que, después de las legislaciones bárbaras, fue redactado en Europa. Comprendiendo la deficiencia de los antiguos canones visigodos, y deseando modificar

en beneficio de su autoridad el carácter feudal que informaba el derecho consuetudinario semi-español y semi-francés sobre el cual se basó siempre el sistema político del Condado, dio acertada cabida en los Usajes a la institución salvadora de las Cortes, con cuya medida consigue debilitar el poder de la nobleza.

Berenguer Ramón I y Ramón Berenguer III

Vio amargados los últimos días de su vida por la sensible desgracia de que fué causa la enemistad entre el mayor de sus hijos y su segunda mujer, y le suceden en el gobierno Bercngucr Ramón y Ramón Berenguer III, los cuales reinaron juntos algún tiempo (1077).

No duró la concordia entre ambos hermanos tanto como de desear hubiera sido, pués más ambicioso el primero de ellos y más indigno de ejercer la autoridad, busca asesinos mercenarios que le libren de su rival: la conciencia de los severos catalanes se subleva contra tamaña perfidia, y por mas que el fratricida procura hacer olvidar el pasado crimen continuando la Rcconquista y entrando al asalto, casi solo, cn la ciudad de Tarragona, tiene que extrañarse de su patria acosado por los remordimientosy obligado por el general desprecio, en tanto que los nobles, los prelados y el pueblo

se declaran por el hijo de la víctima, Ramón Berenguer IV (1113).

Ramón Berenguer IV: guerra de las Baleares

Con razón ha merecido este soberano el calificativo de Grande: su casamiento con doña Dulce hizo que el territorio de Provenza viniera a completar sus extensos dominios, así como después, las brillantes campañas inauguradas contra los musulmanes, convierten en tributarios suyos a los reyes moros de Lérida y Tortosa.

No satisfecho todavía Ramón Berenguer IV trabaja la alianza con la floreciente república de Pisa, y juntos catalanes y pisanos emprenden la lucha contra los infieles piratas que, al abrigo de las islas Baleares donde tenían su guarida, infestaban las costas de Levante, imposibilitando toda empresa hacia aquellas feraces comarcas; el hecho de apoderarse los coligados de Ibiza y Mallorca, plazas que los musulmanes recobrarán más tarde, sirvió para demostrar a los catalanes la necesidad de crear una marina poderosa.

Ramón Berenguer IV tiene la gloria de haber sido el primer soberano español que, saliendo de la península, se atreve a medir sus armas por mar contra las fuerzas de los musulmanes: otra consecuencia de los pasados sucesos fue el fomento del comercio marítimo catalán, el cual no tardando alcanzará poderoso desarrollo.

Ramón Berenguer V: cortes de Barbastro

Le sucede su hijo Ramón Berenguer V (1131), último Conde privativo de Barcelona; continuador de la política iniciada en el reinado anterior, y respondiendo a los deseos de Ramiro II de Aragón, contrajo matrimonio con la infanta heredera de este reino, doña Petronila; enlace que funde para siempre en una sola las nacionalidades aragonesa y catalana. Las Cortes reunidas en Barbastro (1137) sancionan la abdicación del rey monje, y demuestran su alegría por este suceso que viene al

estrechar sus lazos que unieron siempre a los naturales de ambos reinos.

Reyes Católicos

Acomodamiento entre Isabel I y don Fernando. - Guerra civil: unión de Castilla y Arag6n.-Unidad política y social. - Unidad religiosa: la Inquisición.- Unidad nacional: conquista de Granada.

Acomodamiento entre Isabel I y don Fernando

A la muerte de Enrique IV (1474) es proclamada reina de León y de Castilla su hermana Isabel I, según lo consignado en el acta de Guisando, proclamación que las Cortes ratifican dentro de aquel mismo año_

Algunos disgustos surgieron con motivo de las pretensiones que don Fernando de Aragón alegaba para dirigir los negocios del Estado en su calidad de marido y de varón, pero el delicado tacto y exquisita prudencia de la reina supieron salvar tan difíciles escollos, conviniéndose en definitiva que los bustos y las firmas de ambos aparecerían juntos en los sellos e instrumentos públicos, si bien el gobierno directo correspondía exclusivamente a doña Isabel, que era la legítima soberana.

Guerra civil : unión de Castilla y Aragón. comprendiendo los jefes de la descontenta nobleza que sus pretensiones de dominación encontrarían en estos esposos una resistencia mayor que la conocida hasta entonces , opusiéronse a la corriente general que les aclamaba, y encendieron la guerra civil decidiéndose por el partido de la Bcltraneja, heredera legítima del trono si se atendía al testamento otorgado por Enrique IV.

De nada valió a los revoltosos que el marqués de Villena y el arzobispo de Toledo se coligaran con Alfonso V de Portugal, desposado con doña Juana, ni que al frente de un ejército penetrara éste en la ciudad de Toro, donde se proclamó rey, pues vencidos en el terreno de la fuerza, la guerra civil termina muy pronto: la desdichada Beltraneja, tal vez víctima de una injusticia enorme, se retira a un monasterio, donde toma el hábito de religiosa.

A los tres años de estos sucesos hereda Fernando V (1479) el trono de Aragón por fallecimiento de su padre, y de tan pacífico modo viene a conseguirse la fusión de ambas poderosas monarquías.

Unidad política y social

Propusiéronse Isabel I y Fernando V, llamados los Reyes Católicos, abatir el formidable poder de la noblcza, y cmplcaron para conseguirlo varios medios:

1.° la creación de la Santa Hermandad, institución judicial y armada que tenía por objeto perseguir a los delincuentes de toda clase, plebeyos o nobles, y que fue aprobada en las Cortes de Cigalcs y Dueñas (1476);

2.° la reversión a la Corona de todos los bienes y privilegios abusivos, que eran muchos;y

3.° la. investidura de los reyes como Maestres de las órdenes religioso· militares, concedidas por el papa Alejandro VI ,