Un reto a la voluntad humana

Post date: Sep 3, 2014 3:28:49 PM

Este jueves comienza el gran reto de este año para el ultrafondista de montaña Darío Dorta, quien del 7 al 14 de septiembre participará en la carrera por etapas más dura del mundo: el temible Tor des Geants.

333 kilómetros con desnivel positivo de 24.000 metros a superar en menos de 150 horas. Ese es el objetivo mayúsculo que afronta este tinerfeño acostumbrado a superar grandes aventuras. No obstante, la de este caso es solo apta para superhombres.

La prueba de semi-autosuficiencia transcurre a través de la región del Valle de Aosta en Italia, con salida y meta en el municipio de Courmayeur.

Para hacerse una idea de lo que es el Tor des Geants, correrlo equivale a ocho maratones con un desnivel igual a si se asciende tres veces seguidas el Annapurna. Todo de un tirón y en un escenario único. La carrera discurre por el valle de Aosta, en los Alpes italianos, recorriendo así las faldas de los conocidos como cuatro gigantes alpinos: el Mont Blanc (4.810 metros), el Monte Rosa (4.534 metros), el Cervino (4.478 metros) y el Grand Paradiso (4.061 metros), con numerosos puntos y collados en los que se superan los dos quinientos metros y una altitud media cercana a los dos mil metros.

Esta carrera resulta ser excepcionalmente larga, pero esa no es su única dificultad. Consta además de numerosos pasajes de altitud y un techo de 3.300 metros. A eso hay que unir las condiciones climatológicas, que casi siempre van a resultar adversas para los corredores. Viento, frío, lluvia, nieve o ventisca serán los acompañantes de los ultreros, que precisan de un cuidadoso entrenamiento y una verdadera capacidad de autonomía personal para salir airosos de esta aventura.

Darío Dorta, acostumbrado a afrontar pruebas imposibles, sabe que está ante uno de los mayores desafíos de su vida. “En 2012 hice 280 kilómetros sin parar y el año pasado 415, pero por etapas, pero fueron en eventos para nada competitivos. Esto es diferente a todo lo que he hecho. Esto es competición, te pones un dorsal y no tiene nada que ver. El terreno es distinto y es una distancia continuada que no he hecho nunca. La prueba me pondrá en mi sitio, para bien o para mal”, aseguró ayer a DIARIO DE AVISOS.

Este jueves parte, junto a su equipo, hacia tierras transalpinas y lo hace, afirma, “con muchas ganas de salir”. “La última semana se hace dura, ya que estás con la incertidumbre de saber si has entrenado bien. La zona no la conozco y tampoco se como me voy a encontrar en esas altitudes y con una climatología adversa. Esta carrera comparte muchas zonas con el Ultra Trail del Mont Blanc y he visto que hay mucha lluvia. El frío es uno de los talones de Aquiles de los corredores canarios. Entrenar en Canarias tiene muchas ventajas, pero el clima frío nos viene fatal”, dijo.

La exigencia de este evento, con unas características tan extremas, es tan física como mental, algo que parece tener claro Dorta: “Los corredores amigos que la han hecho, que son por los que yo me llevo, dicen que es un 70% de cabeza y un 30% de físico, que si no vas bien preparado físicamente no es tan importante como si no fueras muy fuerte mentalmente. La cabeza allí te juega muy malas pasadas. Son muchas horas solo, en alta montaña, muchas noches y si no lo tienes claro, puede venirse abajo todo”, advierte.

Su única meta es precisamente la de cruzar la línea de llegada, localizada en Courmayeur. “Quiero llegar a la meta, el tiempo lo dirá según me vaya encontrando. Es verdad que voy con unas expectativas, pero no tengo un tiempo fijo. Además, no me gustaría sacrificar una prueba que llevo preparando todo el año por lograr un tiempo determinado”, explica.

No estará solo. Recibirá en todo momento el calor y aliento de su familia y de algunos de sus amigos más cercanos. “En todos mis desafíos me acompaña un gran equipo y esta vez no iba a ser menos. A este se suma mi padre, que hará de fisioterapeuta; mi mujer, que es enfermera; dos grandes amigos, Odón y Javier; y mi hermano César, que es el director de todos mis proyectos y el que va a controlar todo. Es muy importante sentir el apoyo de la familia en una prueba de estas características”, añade con suma satisfacción.

Tor ges Geants recibió este año más de 2500 solicitudes de participación (de las que al final solo 660 fueron aceptadas). Lejos de ser una verdadera competición, esta carrera tiene más de reto personal y de desafío contra la naturaleza y los límites de uno mismo que de prueba deportiva.

Los guachincheros te deseamos mucha suerte en este, tu próximo reto, que como en ocasiones anteriores, ya nos tiene acostumbrados a salir victorioso. Esta vez no te podremos acompañar físicamente, pero moralmente, estaremos contigo. ¡Buen viaje Darío y familia!

Fuente: Diario de Avisos