La segunda revolución del funcionario japonés

Post date: Jan 4, 2012 8:55:24 PM

WAUCHI CORRE UN MARATÓN EN 2.09 Y 15 DÍAS DESPUÉS EN 2.12

En febrero pasado fue la sensación al clasificarse para los Mundiales de Daegu sin estar federado. Atletas y técnicos españoles destacan la excepcionalidad del nipón.

El final de un maratón de élite es para el atleta un tormento: el ácido láctico rebosa, las transaminasas se disparan, los tendones y articulaciones están machacados y las microrroturas se distribuyen por casi todos los músculos de las piernas. "Son como unas agujetas, pero multiplicadas por 50 o por 100", apunta Chema Martínez, plata en el último Campeonato de Europa.

Ante ese panorama, lo recomendable para un maratoniano que ha acabado esa distancia son tres semanas de descanso. "Ahora nos regimos por analíticas, pero antes había una máxima: descansa hasta que ya no tengas ni un dolor y, luego, espera siete días", recuerda Luis Miguel Landa, el responsable español de fondo.

Yuki Kawauchi, sin embargo, ha atentado contra todos los tratados atléticos que existen. Primero, cuando, autodidacta durante toda la vida, alternando los entrenamientos con su puesto de funcionario en una prefectura de Saitama, en el extrarradio de Tokio, corrió el maratón de la capital japonesa en 2.08:37 en marzo pasado, lo que le valió el billete para los Mundiales de Daegu y, después, en sus dos últimas prestaciones en apenas 15 días.

Hace dos semanas, en Fukuoka, fue tercero bajando de 2.10 (2.09:57) y, el domingo pasado, sin descanso, acabó segundo en Hofu, con 2.12:33. "Cuando arrancó [Bat-Ochir, el mogol que ganó la prueba], las piernas no me respondieron", reconoció, restando importancia a la derrota, "porque aprendí para el futuro".

"No me extraña que acabara destrozado", apunta Jerónimo Bravo, preparador de fondistas españoles y africanos, entre ellos Tadesse, plusmarquista mundial de medio maratón. "Yo he visto a muchos maratonianos, empezando por Wanjiru, estar cojos al día siguiente de una prueba. Es un animal, y aunque no es aconsejable y ninguno de mis atletas estaría dispuesto a hacerlo, sus marcas son creíbles. Otra cosa es si hubiera hecho marca personal en el segundo maratón...".

El traumatólogo David López Capapé, antiguo ochocentista, alude a su organismo: "A veces el género humano arroja seres excepcionales y Kawauchi lo es. No deja de ser una pasada, pero muchas veces se ve a maratonianos hacer sesiones de 30 km un par de semanas antes de la prueba".

Mentalidad popular

En eso, en el volumen de entrenamientos que estila la escuela japonesa, coinciden Landa y Bravo. "Yo estuve con las chinas en 2007 y a mí me sustituyó un japonés. Duro cuatro días. ¡Si es que hacen 300 kilómetros a la semana!", recalca el responsable del fondo español, que achaca al japonés su mentalidad popular. "No focaliza como un profesional. A éstos no les sacas más de dos o tres maratones anuales. Lo que debe ser".

Su caso sería difícil verlo en España. Landa recuerda que Alberto Juzdado, bronce en los Europeos de Helsinki de 1994, también irrumpió entre los populares, pero nadie, salvo el dudoso caso de Yesenia Centeno -sancionada por dopaje en 2009- , se atreve con la mítica distancia en un periodo de tiempo tan corto.

"Yo, que soy de los que sale a entrenarse al día siguiente del maratón, me tomo los primeros días muy suaves. A lo mejor en la primera semana corro tres días, hago bici y natación. Y hasta el final de la segunda semana no desaparecen los dolores", dice Chema.

La ilusión de Kawauchi se fija ahora en marzo, en el maratón de Tokio, donde tiene que correr en 2.07 para ir a los Juegos Olímpicos. "Al menos ya ha demostrado que lo suyo no fue de chiripa", remata Sakaguchi, el vicepresidente de la Federación Japonesa.