No solo se dopan los profesionales

Post date: Nov 13, 2013 9:14:51 PM

Si la Operación Cursa pudo ser considerada como una más por una sociedad a la que cada poco se le sobresalta con un nuevo golpe policial contra el dopaje, para el sargento Xavier Tarrés, jefe de la Unidad de Consumo de los Mossos d’Esquadra, supuso entrar en un mundo oscuro que sospechaba que existía, pero del que nadie tenía constancia documentada. Dirigiendo la investigación de una red de tráfico de sustancias dopantes con ramificaciones en Portugal, Andorra y varios hospitales catalanes, Tarrés, que comenzó su carrera como escolta de Jordi Pujol, entró de pleno en el mundo del dopaje que invade el deporte llamado aficionado o popular. Confirmó así lo que ya imaginaba, que no solo se dopan los campeones y los deportistas profesionales, sino también los participantes en las medias maratones o en las carreras populares o en las sansilvestres de fin de año, llamadas cursas en Cataluña. Por eso Tarrés bautizó a la investigación Operación Cursa.

“El producto estrella era Actovegyn, un concentrado de sangre de ternera, al que llamaban EPO de los pobres”, explicaba hace un par de años en una conferencia antidopaje. También describió la Operación Cursa como la primera desarticulación de una red que suministraba al deporte aficionado. “La lógica económica de las redes de tráfico exige también fomentar el consumo”, explica Enrique Gómez Bastida, director del departamento de inteligencia e investigación de la Agencia Española Antidopaje (AEPSAD) y que como teniente de la Guardia Civil dirigió diversas operaciones contra el dopaje, incluida la Operación Puerto. “La ganancia se consigue vendiendo EPO a corredores de San Silvestre. En todo caso, los profesionales sirven para hacer publicidad indirecta de las bondades del producto”.

Restringido antes a los gimnasios en los que adeptos al culto del cuerpo lograban kilos de calidad y forma no solo subiendo hierro sino con anabolizantes del mercado negro —muchas veces falsificados o provenientes de desvíos de pedidos de farmacias—, la masificación del running y del cicloturismo ha aumentado el espectro de productos y vendedores. En Valencia la policía bautizó una operación Master porque los clientes de la trama eran en gran número participantes en pruebas Master, categoría de veteranos de ciclismo. La Skype, llevada a medias entre los mossosdel sargento Tarrés y la Policía Nacional, destapó una banda que operaba en una tienda de suplementos nutricionales de Mataró y con ramificaciones en Marruecos, Colombia y Madrid. Junto a atletas excelentes, como el campeón olímpico Rashid Ramzi, y decenas de atletas marroquíes que se ganan su sustento participando en carreras locales con premios, entre los consumidores detectados había ciclistas y runners populares, y hasta alumnos de un centro de formación de opositores a bombero en Móstoles.