Crónica de La Gran Canaria Maratón

Post date: Jan 28, 2012 9:14:11 PM

Esta crónica de la Gran Canaria Maratón la hemos recibido de nuestro querido amigo Manolo Santana (El Canarión). Como se puede apreciar una vez leída la misma, no sólo por el apellido se intuye de dónde es el muchacho. Gracias Manolo por transmitirnos tan bien tu felicidad tras haber corrido "tu" maratón y que muchos estamos convirtiendo en "nuestra" maratón.Crónica del Maratón de Gran Canaria.Domingo 22 de enero de 2012, playa de Las Canteras, Las Palmas de Gran Canaria.

La mañana se levantó fresca, empiezo el día antes de amanecer, y tras un desayuno rápido y silencioso, para no despertar a mi madre, cogí la guagua y ya empecé a encontrarme atletas, qué ambiente, no son ni las 8 de la mañana y buena parte de los que estamos en la calle somos corredores. En la parada de Mesa y López, me veo a José, una de las figuras habituales de los entrenos en el Puerto de Las Palmas, hizo 2:42 en el Maratón de Valencia y aquí va a por la Media. Llego al Centro Insular de Deportes y me encuentro a los compañeros del Guachinche Maratón, fotos de rigor y a prepararse para la carrera.

Ventajas de correr en casa, llamo a mi amigo Willy, que vive a 150 metros de la salida, y como está despierto le dejo en su casa la mochila. Aparece mi amigo Daniel, que va a correr los 10 kms, y bajamos hacia la salida. Pequeño calentamiento y venga a saludar gente, ¡qué ambientazo! Entre los del medio maratón (2000), Maratón (560) y 10 kms (800) estamos más de 3.000 personas para una salida, lo nunca visto en Canarias.

Como corro en el campeonato de España de Veteranos me toca el primer cajón, el de salida, la verdad es que asusta un poco. Me veo algunas caras conocidas, casi todos “figurillas” que van a correr la Media Maratón por debajo de 1:25. Así que me digo mentalmente “otro día quizá, hoy tengo que centrarme en no intentar seguirles, que si no me voy a reventar”. También está Justo Cerpa, compañero del CAVT que con 70 años va a su primer maratón, campeonato de España.

A la hora en punto se da la salida y aunque lo intento no logro ir más despacio. ¡La piel de gallina! Salimos por Luis Doreste Silva, Juan XXIII, el barrio done me crié (hace ya unos cuantos años) y voy en el grupito de adelante, en la prueba reina del atletismo, la maratón. Con ese panorama ¿quién es capaz de tener la cabeza fría y no salir un poco más rápido de la cuenta? Si estuviera corriendo la media Maratón el ritmo que llevo es relativamente cómodo, paso el primer km en 4:08 ¡esto no puede ser así! Ya en la Avenida Marítima empiezo a encontrar a corredores que van a por la Maratón y comienzo a ajustar un ritmo más razonable. Me junto con otro Manolo que viene de Madrid con más de 50 maratones en sus piernas, la última en Málaga en Diciembre, es su primera visita a la isla y se animó por el Maratón (para que después digan que esto del “turismo deportivo no funciona”), y nos encaminamos hacia el Puerto de la Luz y de Las Palmas. Ventajas de tener “doble nacionalidad”, mi campo de entreno habitual los domingos con el grupo de mi primo Juan Carlos, José Castellano, Carmelo, Alberto, etc. Nos cruzamos con los buenos, que ya vienen de vuelta, como era de esperar José Carlos Hernández y Vaquero van como bólidos. Salimos de la zona portuaria por el Parque de Santa Catalina y allí está la mujer y la hija de mi compañero del día, Manolo el madrileño. Calle Sagasta, pasamos por delante de la tienda Laister, donde compro mis plantillas, el dueño me da ánimos, y a la altura de la Casa Suecia y el NH, hotel oficial de concentración del Guachinche Marathon, subimos al paseo de Las Canteras. Mi amigo Manolo el madrileño está encantado, correr en enero por la orilla de la playa, ve un termómetro que marca los 25º y pregunta si eso es real…

Seguimos por el Paseo de las Canteras y me pongo delante, a ver si veo a mi madre en el cruce por Luis Morote. Pues no, será cuestión de esperar a la próxima vuelta, alcanzamos al amigo Sergio, del Puerto de la Cruz, y seguimos camino del Auditorio Alfredo Kraus. Ya sé que dirán que siendo local no soy objetivo, y es cierto que puede que no sea la más rápida, pero ¡qué bonito es éste recorrido! Empezamos a subir hacia Guanarteme y Raúl, compañero del CAI nos advierte: cuidado que esto sube un poco. Pasamos la plaza de España, la cosa va bien, Mesa y López está animado con niños haciendo gimnasia. Ahora llega la parte más aburrida del recorrido, pasar por León y Castillo, hasta que se llega a la altura de la Plaza de la Feria, que viene a ser la “contrameta” y ya hay bastante ambiente. El público anima, y ya llegando al Parque de San Telmo veo a Carmelo, compañero de los rodajes en el Puerto de la Luz, así que paso al grupo de cabeza y le alcanzo mientras entramos por Triana, allí está mi amigo Marcos dando ánimos. ¡Qué gozada correr por Triana! Salvo porque al final empieza un poquito la subida hacia la Catedral, Carmelo se queda un pelín atrás pero Manolo el madrileño mantiene el ritmo, pasamos por Vegueta con ritmo regular, y vuelta hacia Triana. Se percibe en el ambiente que hay mucha gente que está a punto de terminar su carrera (la media maratón) y el público te hace correr con los ánimos. Veo que Carmelo está a punto de enganchar, así que a la altura del Parque San Telmo de nuevo, donde hay una comparsa carnavalera dando ánimos, volvemos a enganchar, qué gusto me voy a dar de pasar la media con él, no serviría de nada correr si no disfrutamos del compañerismo. Así que, a punto de pasar por meta, los árbitros señalan que los del maratón tenemos que ir por dentro y los de la media por fuera, me doy la mano con Carmelo, que me desea suerte ¡pasamos la media en 1:31:20! Y Manolo el madrileño y yo nos quedamos solos, aquí ya somos muy pocos los que quedamos.

Segunda parte de la maratón, avanzamos a muy buen ritmo, 4:18-4:20 el km, como siga así me salgo. Manolo va tirando mientras avanzamos por la Avenida Marítima y cogemos a algún corredor que va delante. Me apunto mentalmente que hay que intentar mantener la rueda, porque si no me va a tocar correr casi solo. Llegamos a la parte del muelle en que giramos y empezamos a cruzarnos con los que vienen, choco las manos con Bernardo, el otro compañero del CAVT que ha venido (él a la media) y con los amigos del Guachinche (Miguel, Javi, Álvaro…). De nuevo salimos por el Parque de Santa Catalina y allí está de nuevo la mujer de mi compañero del día, Manolo el madrileño. De nuevo salimos al paseo de Las Canteras y yo paso en cabeza a ver si está mi madre ¡allí está! Poso para la foto, mi compañero le grita a mi madre ¡su hijo es un fenómeno! Así que yo, con todo ello, me enciendo y sigo marcando un ritmo de vértigo, 4:18 el kilómetro, y paso a un cordobés (vestido de verde) que lleva el dorsal de mi categoría (Campeonato de España de Veteranos M-35), no sé qué puesto voy pero pienso que al menos he pasado a alguien. Termina el paseo de Las Canteras y empiezo hacia Guanarteme cuando el gemelo me da un aviso ¡ups! Más vale no forzar, además se nota la subida, así que el ritmo se sube hasta los 4:40, más vale controlar, dejo que se vaya Manolo el madrileño y me mentalizo para hacer lo que queda de la carrera sólo, controlando para terminar y no con las sensaciones tan súper como traía. Pero esto es también correr, cuando hay una pequeña “crisis” mantener las cosas bajo control y que no entre el pánico. Me digo a mí mismo, en cualquier caso haré un buen puesto en el Campeonato de España, así que hay que mantener la calma.

En Mesa y López logro subir un poco el ritmo, y cuando pasamos por encima de los túneles de Julio Luengo una señora me grita ¡ánimo que vas cuarto! ¿Será verdad? Ni me lo planteo, me centro en seguir avanzando y pasar mi momento de crisis. Salimos a León y Castillo y empiezo a ver a gente a la que alcanzar, lo que siempre da ánimo. Bueno, no iré “súper” pero la cosa está bajo control. A la altura del Parque Romano, templo de los corredores de Las Palmas de Gran Canaria está mi primo Juan Carlos, que ya terminó la media maratón y me pasa un agua que, la verdad, viene bien. Ahora voy con un corredor de Guadalajara, mientras paso por León y Castillo, por donde me crié. A altura de la Plaza de la Feria veo a otro amigo que también hizo la media y me pasa el agua, el de Guadalajara se queda atrás y yo voy con la sensación de no ir súper, pero pienso que ya sólo me falta hacer Triana y que la cosa está hecha, que voy a hacer algo grande. A la entrada de Triana es ahora mi amigo Víctor quien está animando. ¡Venga que ya está! Triana, el Gabinete Literario y camino de Vegueta. Alcanzo y paso a algún corredor más, definitivamente, lo mío es el fondo, porque aún cuando tengo un día medio malo voy pasando corredores hacia el final. En Reyes Católicos hay un espontáneo corriendo al lado nuestro con un frasco de réflex, le digo que me ponga un poco en el gemelo, más vale prevenir. Ya sólo queda la bajada del Barranco, de nuevo Triana, y allí prácticamente el público te lleva en volandas, además de que voy alcanzando y pasando algún corredor más, que siempre da ánimo. De nuevo, música en San Telmo, y prácticamente la sensación de estar a punto de terminar al entrar en la calle Venegas. ¡Ya casi está! Veo el reloj al fondo, pequeña desilusión, no voy a rebajar la marca de Valencia, pero es igual. Veo a mis sobrinos a la izquierda, a punto de entrar y se me pone la piel de gallina, avanzo 5 metros más y a la derecha están Pancho, Willy, Nira y Daniel. Así es normal cómo entro en meta: después de más de tres horas corriendo, con 42 kms en las piernas y con una sonrisa en la boca y una alegría dentro que no se puede describir.

Ha sido mi quinta maratón, la segunda en mi ciudad, la primera que he corrido de forma ambiciosa (en realidad salí demasiado rápido) y en la que pasé un momento de crisis, a 8 kms de meta, pero sin embargo he conseguido llegar a meta bien, entero y sin mayor problema, disfrutando de la carrera y del ambiente.

Cuando termina la carrera, tras pasar por la piscina de agua con hielo y el masaje, empiezo a disfrutar de lo hecho, y me encuentro con mi gente. Haciendo balance creo que no ha ido mal. Es la segunda maratón en menos de dos meses (Valencia, 27 de noviembre, Gran Canaria, 22 de enero), he conseguido terminar bien, aunque salí demasiado ambicioso. Está claro que mi próximo objetivo serán las tres horas, así que no me arrepiento, haber asegurado para hacer 3:05 o así tampoco tiene mucha gracia. Viendo los resultados de mi Garmin, creo que es para estar contento. Corrí a una media de 4:20 el kilómetro hasta el kilómetro 38, y a partir de ahí, yendo mal, tampoco es que fuera al límite, corrí a cerca de 5 minutos el kilómetro, lo cual tampoco está mal y es señal de que fue una “crisis controlada”. Hay que ver cómo somos los corredores, en realidad ése es el ritmo al que corrí mi última maratón aquí, hace sólo dos años, y ahora ése es el ritmo al que he ido cuando estaba en “crisis”. ¡Así que no puede ir mejor!

Y después, por la tarde y al día siguiente, dos motivos más para estar contengo (y para pasarme un par de días sin dormir muy bien). ¡Quedé 4º de mi categoría del campeonato de España de Veteranos. Sí, vale que no fuéramos mucho, pero es igual, hay que estar ahí y es algo que podré contar para siempre. Por otra parte, parece que hubo un pequeño error en la medición, en la única parte en que podía haberse dado, en la C/ Reyes Católicos, donde el giro se daba en medio de la calle sin ningún elemento distintivo. Por lo que me contaron, los “guindillas” llegaron con la hora justa y sin darse cuenta pusieron los conos un poco más lejos de la cuenta, un pequeño error que al darse dos vueltas en la maratón se multiplicaba por dos. No tiene importancia, pero implicaría que mi tiempo real debe haber estado un poco por encima de los 3:05, con lo que habría vuelto a rebajar mi marca personal y cuadra con lo que decía mi GPS, que corrí 2 segundos por km más rápido que en Valencia ¡y eso que terminé mal!

Sé que seguramente no soy objetivo, porque la tierra tira, pero para mí la Gran Canaria Maratón es la más bonita (he corrido en Zaragoza, Madrid y Valencia). No es la más rápida, ni la más dura, ni la más multitudinaria, ni la más espectacular… pero para mí es la más bonita de correr. Al terminar la carrera oía decir que el hecho de que en la carrera se alternen tramos de asfalto con bastantes kms de adoquines y pavimento (Las Canteras, Triana y Vegueta) la hacían más dura, que las maratones rápidas tienen que ser sólo en asfalto. También es cierto que la carrera tiene unos cuantos giros cerrados que la hacen también algo más lenta. Pero, precisamente por eso, es la carrera más bonita. Porque estás corriendo por las partes más bonitas y significativas de una ciudad, con la gente ahí al lado dando mucho calor. Dejando de lado el chovinismo de que para mí Las Canteras, Triana o Vegueta sean especiales, es que en otras maratones no se corre por los equivalentes, en Valencia no se ve la playa ni la Catedral, en Madrid por un estilo.

Para mí la Gran Canaria Maratón es una carrera para disfrutarla, no para sufrirla. Si quieres hacer tu mejor marca y eso es lo único que te motiva, sin disfrutar de la carrera, ésta no es la tuya, las hay mucho mejores. Por ejemplo, para los puristas el hecho de que la salida de la media y la maratón sea conjunta no es buena: sin darte cuenta, te sacan de ritmo. Y es cierto. Pero eso, que en otro contexto podría ser un inconveniente, para mí es una de las fortalezas de la Gran Canaria Maratón. En Madrid, Valencia o Barcelona corremos 7 u 8 mil locos que nos apuntamos a correr 42 kms. Muchos viajamos en grupos de corredores, y nos juntamos entre corredores. La Gran Canaria Maratón es una carrera mucho más popular. La corren 2.000 locos que hacen una media maratón y casi 1.000 que hace un 10 kms. Y sí, también 560 que hacemos la maratón. Ese día hay mucha gente que tiene un primo, un hermano, un compañero de trabajo o un amigo que, por primera vez en su vida va a correr una maratón, o una media, o un simple 10.000. Y eso se nota en las ganas del público dando ánimos. Por cierto, para mí un 10 a los voluntarios de la carrera, con los ánimos que te daban tenías que poner buena cara sólo por el esfuerzo que le ponían. Y supongo que eso es lo que la gente que viene de fuera, que siendo bastantes no son mayoritarios, encuentran tan atractivo de la carrera: el ambiente es único, con la ambientación de los ayuntamientos de la isla, con las comparsas carnavaleras, las bandas de música, y las ganas que le pone el público. Para mí éste es un buen ejemplo de lo que se puede hacer en las islas, en realidad, como todas las carreras de fondo es una buena metáfora de la vida. Se trata de saber cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles, aceptarte a ti mismo y poner tu mejor cara. Esta nunca será una carrera tan multitudinaria como otras, estamos en medio del Atlántico y no en el centro de regiones con varios millones de habitantes como otras. Nunca será la carrera más rápida, nuestro clima, tan bueno para otras cosas, no es el ideal para correr. Pero mientras mantenga la identidad, y no pretenda ser lo que no es. Mientras haya todos los años un montón de gente trabajando para que esta carrera salga adelante, esta será para mí la Maratón más bonita. Y sí, supongo que influye que sea la de mi isla y mi ciudad, pero creo que todos los años vendrá mucha gente de fuera a participar de la fiesta y disfrutará tanto que cuando termine la carrera dirá que es la carrera más bonita que han corrido. Aunque parezca una frase hecha, se la he oído decir a muchos al acabar la carrera.

Así que, si todo va bien, durante los próximos años supongo que iré a otras carreras a mejorar mi marca y hacer las tres horas, o a conocer otros destinos. Pero, aunque sea en la media maratón, si las lesiones o lo que sea no permiten ir a más, todos los años estaré en enero en la maratón de Gran Canaria, participando de una preciosa fiesta en la que no sólo corremos: celebramos.