Alejandro López, una carrera hacia la felicidad

Post date: Aug 11, 2013 11:10:14 PM

«Recuerdo cuando casi no podía ni andar, parecía una muñeca de Famosa. Al verme ahora corriendo por la montaña disfrutando del paisaje se me saltan las lágrimas...». La reflexión es de Alejandro López Cabrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1976), que con artritis psoriásica encara un nuevo reto en su carrera hacia la felicidad.

Ale siempre había hecho deporte, pero hace unos diez años comenzaron los dolores. «Pensé que eran las botas de fútbol que me estaban haciendo daño…», recuerda. Nada que ver con lo que días después le diagnosticaron: artritis psoriásica, una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente a la piel y a las articulaciones. «Tengo los dedos de los pies doblados hacia dentro, la mano izquierda me duele bastante, se me han deformado un poco los dedos…», relata sin pensamiento alguno de proclamar protagonismo.

Sus dolores no han cesado desde entonces, pero Ale ha encontrado en la carrera por montaña la escapatoria perfecta para aliviarlos. «Comencé a correr a raíz de la enfermedad», relata. Uco -su amigo- le convenció. A él le debe que hoy en día ya no pueda parar de correr y que ahora mismo esté contando los días para encarar la Ultra-Trail du Mont-Blanc (UTMB) en su versión CCC, la mitad de la vuelta al Mont-Blanc, que recorre 100 kilómetros con 5.950 metros de desnivel positivo.

«Empecé con una carrera de 24 kilómetros y poco a poco he ido subiendo escalones. Ahora mismo para mí ir a los Alpes es un sueño. Poder hacerlo después de literalmente no poder correr es algo increíble… No sé ni explicarlo con palabras», afirma desde Alicante, donde se prepara la prueba junto a su novia Meiga.

«Tengo que llegar, ese es mi objetivo y sé que lo tengo que conseguir… Lo voy a conseguir. Mucha gente pensará que estoy loco, y es normal», añade «algo nervioso» al estar ya muy cerca la cita (30 de agosto).

«Corriendo soy feliz conmigo mismo, hago lo que quiero, disfruto, estoy yo y la naturaleza…Sé que los dolores irán a peor, por eso prefiero hacer ahora lo que me gusta, disfrutarlo mientras pueda. Es mi cabeza contra mi cuerpo», dice.

Antes de cruzar la meta, lo logre o no, Ale ya es un héroe para muchos. Y no le hace falta capa ni súper poderes para serlo. Sus hazañas, las logradas y las que están por llegar, son un enorme ejemplo para muchos que, como él, padecen alguna enfermedad.

«Seguramente habrá gente muchísimo peor que yo. No soy una referencia ni pretendo serlo, pero si me ven a mí y salen de su casa ya sería feliz. Disfrutando de lo que haces y te gusta se te olvidan muchos dolores», exclama con la misma vitalidad con la que un día decidió comenzar su gran carrera hacia la felicidad.