La vida es un milagro: crónica de la Marató de Barcelona 2013. Manolo Santana.

Post date: Mar 27, 2013 5:07:44 PM

Como van las cosas. Come vanno le cose e cosa le guida, que decía Tabucchi. Hace menos de dos meses, en el Maratón de Gran Canaria 2013, al pasar por el kilómetro 25 me di cuenta de que no podría lograr el objetivo de bajar de las tres horas. Aún me quedaban 17 kilómetros, más de una hora corriendo. Y aunque no estuviera del todo roto, se hace difícil correr en esas circunstancias, aunque la vista te regale una vista del Atlántico sonoro batiendo con fuerza contra la playa, aunque sepa que en el kilómetro 30 voy a tener a mi madre animando, y de allí hasta la meta muchos amigos y familiares estarían apoyándome. Hoy las circunstancias son bien distintas. Es un domingo de marzo húmedo, nublado y fresco en Barcelona. No son ni las diez y media de la mañana y voy camino de la zona del Fórum, acabo de pasar por el kilómetro 25. He dejado atrás a Bertrand, un parisino que ya ha hecho varias maratones por debajo de las tres horas y ahora hablo con un par de irlandeses que tienen pinta de ir como motos. Ellos van a por su marca y están celebrando el día de San Patricio. Les digo que yo voy mucho mejor de lo que esperaba, y el hecho de que aún sea capaz de mantener una conversación, y más en otro idioma, es señal de que voy bastante bien. En el kilómetro 25 de un maratón no debe ir uno dándolo todo, aún queda mucha carrera por delante. Y en cualquier momento puede aparecer el hombre del mazo, así que prefiero reservar un poco. Pero sí, voy como una moto. Hace menos de dos meses, el 20 de enero, en el Maratón de Gran Canaria, al pasar por el kilómetro 25 comprendí que no iba a lograr conseguir mi objetivo de bajar de las tres horas en maratón. Menos de dos meses después, al pasar por el kilómetro 25 del Marató de Barcelona he comprendido que, salvo que la cosa se tuerza mucho, voy, con toda seguridad camino de conseguir bajar de las tres horas en maratón.

Sábado 16-03-2013, Barcelona, después de comer. Bajar de tres horas ni lo imaginaba

Hasta ayer pensaba que era por completo imposible lo de bajar de las tres horas en maratón antes de cumplir los cuarenta. Estos dos meses en que he entrenado poco, he estado arrastrando un principio de periostitis, el fisioterapeuta me decía que lo que yo tengo es algo muy suave, pero no se acaba de ir. Así que ya daba por perdido lo de conseguir bajar de tres horas en maratón antes de cumplir los cuarenta años. De hecho, en la comida de ayer, tras haber visitado la feria del corredor, cuando hablábamos con los compañeros acerca de qué maratones elegir para tener la excusa de disfrutar de un viaje con los amigos corriendo un maratón, yo afirmé que mi elección iba a estar condicionada por garantizarme el bajar de las tres horas mientras aún tuviera los cuarenta. Porque ya daba por supuesto que no lo lograría hoy. Y aquí voy, llevo casi una hora y tres cuartos corriendo y aunque me he propuesto mi mirar mucho el reloj, esto tiene toda la pinta de que, incluso contando con que al final me venga un poco abajo voy a poder ser capaz de bajar de las tres horas en maratón. Al final me sobraron 92 segundos, ya que mi tiempo fue de 2:58:28. (Seguir leyendo).