Post date: Sep 12, 2013 3:24:24 PM
(Información extraída del Blog Buena Forma. Pincha aquí para ir a él)
Si se mueve en el mundo del deporte seguramente conozca a alguien que sufra o haya sufrido la famosa “fascitis plantar”, ya que se trata de la principal causa de dolor en la planta del pie en deportistas y aparece, sobretodo, en corredores (afectando a más del 10% de ellos) o en aquellos deportes que combinan la carrera y el salto como fútbol, baloncesto o balonmano.
El término “fascitis plantar” hace referencia a un proceso inflamatorio de la fascia. Esta inflamación puede existir en ciertos casos como, por ejemplo, después de una carrera por asfalto con un calzado demasiado rígido. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos no encontramos células inflamatorias a nivel histológico, sino que encontramos un proceso degenerativo que afecta a la fascia. Por tanto, sería más correcto llamar a ésta patología fasciosis plantar, la cual se define como una degeneración de la fascia que aparece debido a microtraumatismos repetidos.
La fascia plantar está constituida por tejido conjuntivo cuya función principal es estructural. A pesar de su gran resistencia a las fuerzas de tensión,el efecto sumatorio de los microtraumatismos intermitentes y su déficit de respuesta reparatoria (debido a una escasa vascularización) condicionará la aparición de los primeros signos y síntomas clínicos.
La fascia plantar funciona como una goma elástica que ayuda a mantener el arco longitudinal del pie, cede con el peso (resistiendo las fuerzas de tensión a las que es sometida) y recupera su posición cuando finaliza dicha carga. Además, al estirarse acumula energía cinética que nos ayudará en la fase de despegue del pie. Junto con la estructura ósea, la fascia plantar mantiene de forma pasiva el arco longitudinal del pie. Por otro lado tenemos las estructuras activas, como es la musculatura (musculatura intrínseca del pie y músculo tibial posterior por su inserción en el escafoides), sobre la cual deberemos incidir en nuestro tratamiento, fortaleciendo dichas estructuras, para reducir la carga que sufren las estructuras pasivas.
Con la actividad aparecen pequeños desgarros en la fascia que en situación normal el cuerpo regenera pero, en determinadas situaciones, por un cúmulo de factores (muchos de ellos desconocidos), este daño sobrepasa la capacidad del cuerpo de regenerarse y empieza a producirse una degeneración de la fascia.
Microscópicamente esta degeneración del colágeno se observa como una desorientación, desorganización y separación de las fibras de colágeno,con aumento de la sustancia mixoide (sustancia semisólida en estado de gel compuesta por la degradación de las células y productos de deshecho).
El principal síntoma que nos puede hacer pensar en la presencia de una fasciosis plantar es el DOLOR y, teniendo en cuenta las características del dolor, podemos realizar un diagnóstico muy certero.
El dolor aparece inicialmente en la región del calcáneo donde se origina la fascia plantar (parte anterior del talón). En las fases iniciales se alivia con el calentamiento (los pacientes refieren que aparece dolor al levantarse de la cama que se va reduciendo cuando calientan), pero en fases más avanzadas el dolor es persistente e incluso aparece en reposo. Además el dolor puede extenderse hacia la cabeza de los metatarsianos.
Pero aparece entonces un dilema, si no existen células inflamatorias a las cuales podamos culpar de la aparición del dolor, ¿por qué aparece este dolor?. Parece ser que el dolor está relacionado con la alteración en las fibras de colágeno. Sin embargo, hay otros autores que defienden que el dolor es debido a un impingement o pinzamiento tisular por la presencia de un espolón calcáneo o por factores bioquímicos que activan a los nociceptores.
Existe además dolor a la palpación, que se incrementa si realizamos un estiramiento previo de la fascia.
Ante una posible fasciosis debemos descartar otras patologías, ya que NO todo dolor en la planta del pie es una fasciosis. Algunas de estas patologías son:
Se trata de un proceso multifactorial en el cual influyen diferentes factores de riesgo como:
Reducir la carga a la que es sometida la fascia, disminuyendo el número de días de carrera o sustituyéndolos por ejercicios que no produzcan sobrecarga de la fascia como la bicicleta o ejercicios en piscina.
Uso de calzado adecuado ya que es común en corredores que utilizan zapatillas demasiado rígidas o en trabajadores que pasan mucho tiempo de pie y usan calzado plano.
En las primeras fases de la fasciosis es interesante el uso de crioterapia, y esto lo haremos con una botella de agua pequeña congelada. Se coloca en la planta del pie y se va rodando lentamente durante unos 8-10 min 2 o 3 veces al día. (Imagen 1)
Ejercicios de fortalecimiento de la musculatura intrínseca del pie como intentar recoger una toalla con los dedos.
Estiramientos de la fascia plantar, gemelo y sóleo. Manteniendo 30 segundos y realizando 3 repeticiones de cada uno de los músculos.
Ejercicios con bandas elásticas: flexión plantar, flexión dorsal, inversión y eversión. Realizaremos 2 series de 20 repeticiones con cada movimiento.
Ejercicios excéntricos del gemelo para estimular la generación de fibras musculares en serie y, por tanto, la elongación del músculo. Poner la punta del pie en el escalón y con las rodillas estiradas, bajar lentamente el talón. Realizaremos 3 series de 10 repeticiones.
Ante cualquier duda relacionada con nuestra salud debemos acudir a un especialista y, en este caso, qué mejor que acudir a un fisioterapeuta para tratar nuestro problema.
El fisioterapeuta realizará una valoración exhaustiva determinando en cada caso un diagnóstico y un tratamiento individualizado. Algunas de las herramientas terapéuticas de las cuales podrá valerse son las siguientes:
El uso de tape es muy interesante, aunque debemos tener en cuenta que es una medida a corto plazo, con la cual buscamos reducir la carga de la fascia y reducir el dolor. Por ello, podremos seguir realizando las actividades cotidianas (trabajar o realizar actividad deportiva) manteniendo la fascia en situación de reposo. Sin embargo, no debe hacerse un uso excesivamente prolongado del vendaje ya que podemos obtener el efecto contrario al debilitarse la musculatura. Por tanto, recomiendo dicho vendaje en situación aguda o durante la actividad deportiva.
Uso de la punción seca en caso de que existan puntos gatillo, sobretodo en abductor del primer dedo y sóleo, ya que existen muchas fascitis mal diagnosticadas que, en realidad, son un punto gatillo activo en alguno de estos dos músculos.
Trabajo propioceptivo en planos tanto estables como inestables, usando dyn air, bosu…
Terapia manual destinada a reducir la tensión en la fascia, ya que existe una relación entre la tensión en la fascia y el dolor que percibe el paciente.
EPI (electrolísis percutánea intratisular) va ha tener unos efectos biológicos directos sobre el tejido necrótico y fibrótico que, a través de las diferentes fenestraciones de las agujas y la reacción química producida, dará lugar a un efecto de licuefacción e irritación activando la respuesta inflamatoria necesaria para garantizar la fagocitosis y regeneración de la fascia plantar.
Neurodinamia en caso de que existan implicaciones nerviosas en la fasciosis, como puede ser el nervio plantar
En ciertos casos puede ser necesario realizar un estudio de la pisada para detectar y corregir alteraciones. Para ello, derivaremos el paciente al podólogo.