Lo que nos cuenta tu analítica

Post date: Aug 28, 2014 8:29:27 PM

Casi todos los deportistas tenemos claro que nuestro análisis de sangre esconde información muy interesante para nuestra salud y nuestro rendimiento, pero pocas veces sabemos cómo interpretar esa información. Con estas claves, seguro que te resulta mucho más fácil sacarle todo el partido a lo que te cuenta tu analítica.

Cuando realizas ejercicio con el objetivo de perder peso, mejorar la salud o aumentar el rendimiento, en la mayoría de las ocasiones los resultados externos tardan en aparecer, las adaptaciones musculares y cambios de composición corporal necesitan varios meses, incluso años. Sin embargo, nuestro organismo produce adaptaciones y cambios fisiológicos en su interior prácticamente desde el primer día. A corto plazo, podemos observar estos cambios en los parámetros bioquímicos de una analítica, de esta forma podemos comprobar si vamos por buen camino en nuestro planteamiento; si es así, los cambios externos y de rendimiento no tardarán en aparecer.

Existen marcadores que son un fiel reflejo de las adaptaciones y respuestas del organismo al entrenamiento. Evolucionan de forma muy rápida y son una gran referencia de cómo se adapta el organismo. En una analítica convencional tenemos la oportunidad de saber cómo está respondiendo nuestro organismo tanto al entrenamiento, como a los hábitos de alimentación.

Veamos algunos de estos parámetros sencillos de valorar y que nos aportarán gran información desde el punto de visto del rendimiento y la salud.

  • Glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos

Muy importante en los deportistas ya que son los encargados del transporte del oxígeno a todas las células del organismo. Los valores normales están entre 3,9 y 5,3 millones/mm3. En su estructura destaca la hemoglobina, proteína que ocupa casi todo el plasma del eritrocito y que contiene hierro, lo que proporciona el color rojo característico de la sangre. En ella se produce la fijación del oxígeno para su transporte a través de la sangre a las células. Para garantizar un adecuado rendimiento cardiovascular, es imprescindible disponer de unos niveles adecuados.

Niveles de hemoglobina en sangre:

  • Hombre adulto: 13 a 16 g/dl
  • Mujer adulta: 11,5 a 14,5 g/dl

Cuando el nivel de hemoglobina en un análisis aparece por debajo de los niveles normales, se está describiendo una anemia que puede tener diversos orígenes: anemias primarias, embarazo, enfermedades renales, hemorragias, desórdenes alimenticios, etc.

En estos casos, el transporte de oxígeno se ve limitado y disminuye el rendimiento en actividades cardiovasculares de carácter aeróbico.

Las anemias suelen corregirse en la mayoría de los casos a través de una correcta alimentación y evitando hábitos no saludables como el tabaco. Necesitamos alimentos ricos en vitamina B12, factor necesario para la síntesis y la multiplicación de las células, ácido fólico y, por supuesto, hierro, necesario para la producción de hemoglobina. En todo el organismo hay entre 4 y 5 gramos de hierro y la mayor parte se encuentra en la hemoglobina.

  • Transaminasas

GOT y GPT, enzimas. Relacionadas con la transaminación (transformación de aminoácidos a glucosa) por el catabolismo muscular cuando el ejercicio es muy intenso y la alimentación no llega a cubrir las necesidades. Suele aparecer en ciclistas con entrenamientos muy exigentes, corredores de larga distancia, etc. Un nivel elevado de transaminasas se asocia con situaciones de sobreentrenamiento.

Lo normal es que no superen 40 U/l. Las transaminasas altas suelen aparecer en entrenamientos de fuerza muy exigentes o deportistas de grandes distancias como maratonianos y triatletas. En estos casos, el organismo comienza a degradar la masa muscular para utilizar los aminoácidos como fuente de energía. En esta situación, los niveles de GOT aparecen más elevados que los de GPT. Ante estas situaciones conviene aumentar la ingesta de alimentos, el descanso y la hidratación.

  • Glucosa sanguínea

Indica los niveles de glucemia en sangre. El análisis de la glucosa se realiza, sobre todo, para estudiar la posible presencia de una diabetes mellitus.

Los valores tienden a elevarse con el sedentarismo y dietas elevadas en azúcares refinados. Valores progresivamente elevados suelen asociarse con sobrepeso, colesterol elevado y, a largo plazo, aparición de diabetes tipo II. Antes el límite de normalidad eran los 100 mg/dl y las cifras entre 100-126 mg/dl empezaban a ser preocupantes, pero hace poco tiempo se demostró que niveles de glucemia entre 91-99 mg/dl ya son un factor de riesgo de desarrollar en el futuro diabetes tipo II.

El ejercicio cardiovascular, junto a una alimentación con carbohidratos de bajo índice glucémico, tiende a disminuir los niveles a medio y largo plazo.

  • Triglicéridos

Personas con la típica "barriga dura" deben mirar este parámetro. Una vez digeridos los alimentos, los ácidos grasos de cadena corta y media se transportan fijados a la albúmina en la circulación portal, y si no son utilizados, son almacenados como grasa. Los valores de referencia se sitúan entre 60-185 mg/dl.

Muy relacionados con el sobrepeso por excesos calóricos provenientes de los carbohidratos y del alcohol, que aumentan la producción de triglicéridos en el hígado.

No ingerir alcohol y disminuir la cantidad de carbohidratos consumidos (pan, arroz, pastas, cereales); y preferiblemente optar por las opciones integrales. Sobre todo, conviene ingerir menos cantidad de carbohidratos de alto índice glucémico: azúcares refinados, bollería, dulces, etc.

  • Albúmina sérica

Desde el punto de vista del ejercicio, la albúmina disminuye ante estados de catabolismo. Situaciones de sobreentrenamiento y caídas del sistema inmune son habituales en etapas de alta carga de trabajo. Es un parámetro que deben mirar deportistas con altos volúmenes de trabajo como triatletas, cuya alimentación a veces no llega a cubrir las necesidades provocadas por el esfuerzo.

Grados de malnutrición según concentraciones de albúmina

→ Ligera : 2,8 – 3,5 g/dl

→ Moderada: 2,1 – 2,7 g/dl

→ Severa: menor a 2,1 g/dl

→ Normal: 3,5 – 5,5 g/dl

Para corregir estos valores bastará, o bien con periodos de descanso o recuperación activa, o bien con el aumento de la ingesta calórica.

Fuente: Sport Life