Cuentos de Fray Mocho

Monologando

–Mirá, Joaquín, vos no me conocés tuavía; vos no sabés la liendre qu’es Justo Pérez...

Aquí ande me ves con mi sombrerito requintao y mi pañuelito en el pescuezo, soy hombre que lo mismo me siento en el pescante de un coche particular, de esos que tienen caballos como los de aura –que se estiran en cuanto se paran—, que entro el molinete de una chata con cola... Yo nací en la calle Maipú, ¿sabés?... en la casa e los Garcías y h’estao acostumbrao a darme con gente y no con basura... ¡Bueno!... Y si no lo sabés, sabelo... a mí me cristianaron en la Mercé y jué mi padrino un italiano que tenía un almacén al lao de casa y que se murió por la fiebre grande... ¡Ile tomando el peso!... ¡Bueno!... Y cuando era vendedor de diarios siempre lo veía a don Bartolo ¿sabés?... ¡Bueno!... ¡Y por eso me da rabia que un alfayate como el pardo González, dentre a ser cabo nada más porque la mujer es planchadora del comisario!... ¡Mirá, che, a mí no me des hombre que se priende de polleras pa subir?... ¿sabés? ¡De asco pedí la baja y no vuelvo a la policía si no es que me llevan preso!... ¡Juna perra!... ¡Si yo juera como González, no me hubiesen faltao protecciones ni cadeneros!... También he tenido mi pior es nada, aunque sea feo decirlo... pero, mirá... cuando dejé de ser floristo y dentré a la cuarta, tenía una mujer italiana que había sido ama e leche de don Marquito Avellaneda... ¿sabés?... ¡Bueno!... Y ella me decía siempre que m’iba a hacer asender... y... ¿sabés lo qu’hice?... ¡Bueno!... Le pegué una patada a la suerte, pedí la baja y me fui con otra –una corista e Rafeto— y m’hice correntino e Morel... ¿te acordás?... ¡Bueno!...

¿Y qué querés?... yo soy así... lo mesmo trabajo e zanagoria en cualquier circo, que me priendo el machete u agarro el látigo y las riendas y salgo por esas calles vendiendo almanaques... ¡Bueno!... Y aura ya sabés: pa mí s’hizo la milonga e Morales.

Mi madre se llama Clara

Y mi hermana Claridá;

Yo me llamo Francamente...

¡Miren que casualidá!