Cuentos de Fray Mocho

Entre Rentistas...

–Yo no alquilo, che, sino muy ligadito... Tres meses adelantaos y garantía personal a satisfacción y no hay tutía... Eso de gente bien y personas distinguidas... ¡pa los pavos! No se hace puchero con pergaminos... ¿no te parece?

–Si yo hago igual, che... pero a veces se atraviesan cosas qu’embroman y no tenés más que dejarte cinchar... Fijate sinó lo que me pasó con la propiedá’e la call’e Lavalle, en que se metió el dotor Fritanga y me partió como a queso... ¿quién lo iba a decir?...

–¡Pero cualquiera... che!... Si la cosa s’estaba cayendo’e madura... ¿Cres que nadies t’iba’lquilar semejante atorradero por doscientos pesos con intención e pagarlos?... Es preciso no dejars’enceguecer por la codicia, y saber con claridá lo que vale cada finca... ¿Pa qué cargar la romana sabiendo que se ha’e romper? El rentista ha’e ser como el hombre’e mundo cuando trata con mujeres... ¡No ha’e pedir sino lo que pueden darle!... No te debés olvidar, hijo, me solía decir mi padre, que la codicia en negocios es como la glotonería... ¡El día menos pensao te deja mostrando el sebo!...

–¡Pues yo cai com’un chorlito!... Y... a propósito... ¿vos conocés un italiano corredor que se llama Bellagamba?... Uno bajito, medio tuerto, que siempre anda como estornudando pero que no estornuda nada.

–¡Buena persona!... Es amigo mío... ¡Si vieras qué modo’e tocar la flauta el de ese corredor, che!... Mirá... Es agarrar su instrumento y comenzar a sentir como te alzan del pelo...

–No digo d’eso, che... digo p’al pago... Me anda por alquilar...

–¡Ah!... D’eso no sé... pero atento a que somos como chanchos te haré un cuentito ¿sabés? Y vos sacá la consecuencia si conseguís atar cabos... A mí no me gusta desacreditar y menos a Bellagamba qu’es persona de mi aprecio... Ya sabés que yo no soy sino hombre de afetos y que poco me ha gustao andar metiéndome en canalladas ni difamando a la gente...

–Dejat’e bordoneos, hermano... Ya sabés que secreto qu’echás en mí es como si se cayese al río... ¡No lo pescás ni con ré!...

–El hombr’es bueno ¿sabés? Pero juega y a veces le falt’alpiste y d’eso es que le dimana...

–¡Ah! ¡Ah!... Conque juega, ¿no?... ¡Mirá que ganga!... ¡Bueno!... ¿Y cuál es el cuento?

–Vez pasada, vivía con su familia en la call’e Chile y me llevó pa mostrarme su colección de orquídeas (porqu’es coleccionista) y cuando pasamos por junto d’unas gallinas que andaban en el fondo, noté que los animalitos conforme me miraban se tiraban al suelo y juntaban las patitas... ¡Claro!.. Me llamó l’atención la cosa y se lo hice notar, contestándome con la mayor frescura... ¿A que no sabés que?... “Mire, me dijo, es que lo han tomao por empresario’e mudanzas y como están acostumbradas a que las aten pa trasportarlas, cada vez que cambiamos de casa, ya se l’echan no más...” Por el hilo podés sacar el ovillo, si la cosa t’interesa... pero, ya sabés... yo no desacredito a nadies y menos a mis amigos...