Cuentos de Fray Mocho

Entre dos Copas

–¿Y me van a mandar nada más que por ebriedá?... ¡Bueno!... ¡Perfectamente! ¡No m’importa!... Yo no soy el primer criollo que se mama el veinticinco y tampoco’é ser el último, y no tengo vergüenza de haber solenisao el día de la patria, no, señor, no la tengo... porque gracia’s’a Dios no soy hijo e gringo y me acuerdo de qu’esta tierra es mía...

–Mirá, che, bajá la prima... y si no es otra cosa lo que tenés que decir, podés ir aprontando tu linyera... ¡Estás despachao!

–¿Despachao?... ¡Perfectamente!... ¡Para esto tenemos patria, caray!... Pa que uno no pueda ni festejar los aniversarios gloriosos sin permiso’e la autoridá... Había e bajar San Martín a ver lo qu’están haciendo... ¡Juna perra!... ¡Le quisiera ver la cara al viejo cuando dentrase a una comisaría (como yo aura, pinto el caso) y se topara con que ya ni siquiera se respeta al nieto de su asistente Martínez!...

–¡Loco lindo!... ¡Así me gusta un criollo... que muera borracho pero cantando el Himno Nacional!... ¿Sabés qu’estoy por largarte?

–¿Largarte?... ¿No ve?... ¡En esa costumbre’e tutiar a cualisquiera por desconocido que sea, s’está viendo que ust’es de casta extranjera!... P’cha qu’es confianzudo el gringo y entonao, máxime si tiene mando, ¿no?... ¡Mire!... ¡Aquí a’nde me ve a mí, así, medio mal perjeñao y hasta tirando p’al Veinticuatro’e Noviembre por haber solenisao la fiesta’el veinticinco en mi patria, siendo como soy de’e prócer... sepasé que lo h’echo con la plata’e don Bartolo y que cuando él nos la dio pa que tomáramos una copa era porque quería que La Diana’e la Patria l’hiciéramos un honor a la bandera!... ¿A que usté, con ser quien es y hasta tutiarlo a Roca si se le pone a tiro, no ha tenido nunca semejante voz de mando ni lo han obedecido con mayor satisfacción?... ¿Convénzase, señor, pa mandar como se debe... Don Bartolo!

–¿Sabés, che, qu’en medio e’tus locuras te dejás cair despacito pero con cierta elegancia y que m’estás interesando?... ¿Y qué es eso La Diana’e la Patria?

–¿Qué no sabe?... ¡Es una sociedá que tenemos pa saludar a los patriotas de la sección! ¡Si hemos andao toda la mañana meniandolé al tambor y a los clarines!... Somos tres... Peraira, que cuenta cuentos pa los fonógrafos y se queda ronco de hablar sobre unos cilindros, imitando a Juan Moraira, el ñato Gutiérrez, más conocido que la ruda, y yo, qu’he sido tambor del tres... Hoy, conforme aclaró, nos metimos en la casa’e don Bartolo y l’echamos un redoble qu’era como pa bailarlo, y áhi nomás ya salió uno de adentro y alcanzándonos un diez nos dijo qu’el General nos lo mandaba pa la copa... ¡a la cuenta tomandonós por veteranos!... Como pa que no l’olvidemos. De orgullo y de satisfacción me pasé de pato a ganso. ¡Y aura tengo que pagarla!

–Pero para vos, che, todo el año es fiesta patria... ¿Sabés cuántas entradas tenés?...

–¿Y usté sabe, señor... cuántos días gloriosos tenemos los argentinos?... ¿Inora la historia d’esta patria?... ¡Hay que cumplir con los mártires, y el entusiasmo arrastra, señor! Yo he sido empliao como guardián en el Museo Histórico, ¿sabe?... ¿Allí en Lezama?... ¡Bueno!... ¡En ese oficio adquirí este vicio’e los festejos a los que murieron por nosotros, y ya ve ande me lleva la historia!