Cuentos de Fray Mocho

"Entidá Judicial"

Ya estamos en pleno invierno, aunque ello no sea tanto por los fríos reinantes cuanto por encontrarnos todos reunidos en la ciudad, terminadas las excursiones veraniegas, reales o simuladas, y dispuestos a comenzar la season, como reza el lenguaje de los cronistas sociales. En casa de mis vecinos los Ferralladas, ya se desenfundó el microscópico farol paralítico del zaguán y comenzaron los sabrosos diálogos del señor y la señora, más instructivos a propósito de costumbres y modalidades contemporáneas, que todas las crónicas habidas y por haber.

–¡Pero, che!... ¡Vos ya t’estás pasando a las grandes!... ¿Te cres que las siet’y media son horas de venir a la casa?... ¿Cuándo demonios v’a estar la comida, entonces?

–¿La comida?... ¡Cualesquiera crería que tenés a tu disposición el Mercado del Centro y que te lo vas a tragar enterito!... ¡Gracias con que tengás pa llenar el buche un salpiconcito con el puchero frío d’esta mañana y estás compadriando y haciéndot’el acostumbrao a puro cenar de fonda!... Vos t’estás volviendo sonso, che... con tu importancia... ¡A ver!... ¡Ponete a picar la carne y esa cebolla qu’está sobre la tabl’e la cocina, junto a la botella del aceite... mientras yo me aliviano d’estos embelecos!... ¿Qué no ves que hoy estrené mi batita nueva?... ¡Ya no tenés ni ojos!...

–¿Batita nueva?... ¡Claro!... ¿Cómo diablos v’a tener uno qué comer, si peso que agarran es para chantárselo en trapos y en perendengues?...

–¿En trapos y en perendengues?... ¿Qué no ves que la bata está hecha con la pollera vieja del año pasao?... ¡Mirá!... ¿Sabés lo que merecerías vos, por desconsiderao y por charlatán?... ¡Que te tuviera como lo tienen las de Pérez a don Federico!...

–¡Hombre!... Pior que lo que me tienen a mí no creo que lo tengan a don Federico... Y Ernestina, ¿dónde diablos se ha metido?... ¿Por qué no va ell’a picar la carne?... Acuerdensén, che, que yo soy un funcionario público y que me debo respetar...

–Pero que no ves que no ha venido, o estás borracho o con ganas de que te diga cuatro barbaridades... ¡Se quedó a comer en lo de Pérez!... ¡Mirá quiénes las muchachas, pa dejarla venir así... y tan luego en su día de recibo y cuando vienen de novedades hasta la boca!... Si no charlaran, che... ¡yo creo que reventarían!...

–¡Lo que m’iba importar a mí!... ¡Has hecho mal en dejarla!... ¡Las señoritas no deben tener más recreo que su hogar y no acostumbrarse a’ndar como las tales Pérez, que al fin no son más que unas alpargatas viejas, qu’en cualquier pie que las pongan, bailan!...

–¡Dejat’e chocheces... y andá picá la carne... si querés servir par’algo!... ¡Si vieras cómo ha venido Robustiana!... ¡Está lo más gruesa y lo más remozada! ¡Bueno!... Porqu’eso sí que no se puede negar... Siempre fue bizarrota y no deja de ser agraciada...

–¡Cómo no!... Y si no que lo diga Pérez, o mejor dicho, sus trampas; porque lo que es él ya no existe sino en los libros de cuentas y en los registros de los juzgaos y alcaldías... Dice Márquez, el dueño de la confitería del Gallo, que Pérez no es más que “una entidá judicial”, y veanlón, todavía metido a tener recibos...

–Mirá, che... Vos estás con el diablo en el cuerpo esta noche, y creo qu’en vez de cena v’y a tener un sofocón... T’estás poniendo insufrible, y desde que te hicieron ausiliar humiás como chimenea...

–¿Pa qué le das bomba a Pérez y lo sacás como ejemplo?... ¿No sabés qu’es un don Nadies, aunqu’el y su Robustiana y las arpas de sus hijas quieran mostrar lo contrario?...

–¡No seas pavo, hombre bendito!... Cres que nosotros te vamos a comparar con semejante zascandil, nada menos que a vos, que tendrás tus defectos y serás rezongón, pero que al fin sos cariñoso con tu familia...

–¡Bueno!... ¿Dónde decís que está la cebollita?

–Está ahí... en la tabl’e la cocina, junto a la botella del aceite... ¡Bueno!... Fijate... ¡La mayor de las muchachas, que vos sabés que ya es de colmillo doblao... aunque como es flaquita y descolorida disimula y va pasando... ¡se ha pescao un novio en la kermese y andan que no saben dónde ponerlo!... Es un españolcito con cara de soñoliento, que dicen que l’escribe las leyes no sé pa qué ministro o gobernador y que además hace versos y saca fotografías...

–¿Será un largurucho que sabe andar con Pérez... y que tiene unos pantalones verdosos con todo el ruedo comido?

–¡No!... ¡Si es hombre de puro coche!... Robustiana recibía los viernes, como vos sabés, y por causa de qu’el novio ha elegido ese día pa sus visitas, aura reciben los lunes... No lo van a presentar sino la crema de sus relaciones... como nosotras, los de Pajalarga y la viuda de Martínez...

–¿Es decir que la “entidá judicial” v’a tener recibos dobles, entonces?... ¡Mirá qué bolada pa los acredores como Márquez!... ¡Seguro que le v’a querer dar por pagada la cuenta con los recibos viejos, en los cuales no figurás sino vos... y las célebres Pajalargas!...

–¡No creás, che!... ¡Tienen buenas relaciones!... Dice qu’este año visitaron a una porción de copetudos y que andaban de un lado para otro con pura gente conocida.

–¡Cómo no!... Pero deben haber hecho con sus visitas lo que hace Pérez con sus cuentas... ¡No me vengás con historias, che, qu’estoy de zonceras hasta las narices!... Hoy me topé con el ñato García que salía de la Bolsa con el sombrero en la mano y disparando como si fuer’a esconderse después de haber pegao golpe... Cuando me vio, se paró y como quien larga un tiro a boca’e jarro me preguntó si tenía oro... ¡Figurate! Antes de que le pudiese pegar una trompada, agregó: “¡Vendaló... compañero... vendaló!... ¡Aura la cosa va deveras!... ¡Los de la Bolsa, encabezados por Echinique, lo reventamos al gobierno y el oro se viene al suelo!”

–Pobre García... ¿Vos sabés qu’es primo de Robustiana y qu’estuvo medio loco vez pasada?... Precisamente hoy ib’al recibo y lo estaban esperando...

–¡Claro!... Se ha de andar por asociar con Pérez pa rejuntar el oro cuando se caiga... Entonces sí que v’hacer recibos y excursiones veraniegas y hasta lujosos casamientos... ¡Los Pérez van a engordar las tripas del gobierno, y de los García no te digo nada... lo van a dejar petizo hasta’el mismo Pellegrini!