Cuentos de Fray Mocho

Capataz y muerto de hambre

–¡Vea, señor... y perdone el atrevimiento!... Yo soy un mozo bueno, que acabo de llegar de Tucumán nombrao de capataz para la Aduana...¡Hay que trabajar, señor, para vivir y no hay que hacerle! ¡Es la ley!... Bueno... y ¿quiere creerme lo que le voy a decir?... Aquí me tiene en Buenos Aires, de capataz y sin un centavo!... ¡Parece cosa del diablo pero es así!... Estoy seguro que ninguno de mis parientes se ha visto nunca como yo... porque soy de los Bastos.

–¡Mal palo, che!... Se va a embromar... Si fuera Copa se le apuntaría cualquiera... pero así... se va a quedar de capataz y muerto de hambre...

–¿Le parece?... Entonces, me cambio el nombre...

–¡Es lo mejor!... ¡Ah!... ¡Y cambiá de cuento también porque el que usás tiene canas!