Cuentos de Fray Mocho

Como en familia

–Dígame, che... ¿usté tiene compromiso pa Carnaval?

–¡Cómo no,... señor!... ¡Soy suplente quinto en la comparsa’e Los Artesanos Florecidos y tengo un solo en el valse... que da calor!

–¡No, hombre!... Le digo con el carro... Yo se lo contrataría pa los tres días y el entierro... ¿sabe?

–¿Pa dir al corso?... Vea, señor, pa qué yo v’y a engañar... solamente muy bien pago dentraría por el aro... Al patrón no le gusta que los carros trabajen d’estraordinario... y después los caballos ¿sabe?... ¡sufren mucho!...

–Dejate de historias, che y cantá claro... ¿Cuánto querés?

–Fíjese qué carro, señor... ¡Parece un coche!... ¡Y si viese qué yunta!... Ese malacarita, así como lo ve, con ese airecito e’dormilón, tiene un pecho y un arranque tremendo... ¿Conoce la barranca’e Santa Lucía?... ¡Bueno!... ¡Aquello de qu’el para la cola y amoja las orejas es como pa’cerles pito a los cuartiadores!... A ese caballito lo quiso comprar vez pasada un amigo e’don Bartolo pa regalarseló p’al coche, pero no nos arreglamos...

Esa gent’el gobierno, amigo, cuando es pa comprar con su plata, tiene más maña que gringo verdulero...

–¡Bueno!... ¡Perfectamente!... ¿Pero cuánto querés?... Ten’en cuenta’ntes de pedir, che... qu’el de las varas tiene cara de aburrido.

–¿Refriao el malacara?... ¡No embrome, amigo!... El caballo es sano de pies y manos, y eso que usté le’stá tomando por tos, es pura compadrada... Se compon’el pecho como avisándole al otro de que no le gusta lo que hablamos... ¿Quiere dar ochenta pesos?

–¿Ochenta pesos?... ¡Vos te has caído de la luna, che, no te quepa duda!... ¡La gran perra!... ¡Si tenés novia no le arriendo las ganancias con ese modo e pedir!

–¡Pero mire, señor... saque la cuenta! Es a veinte por noche... y no le pong’ora p’acabar... ¿Qué más quiere?... Fijesé qué pingos y no se olvide de que yo v’y a tener que privarm’e la comparsa y de qu’es casi a la fija que me v’a’cer disfrazar...

–¿Querés sesenta?...

–¿Van a dir hombres solos en el carro?...

–¿Y te cres que pa llevar machos v’y a gastar yo ese montón de plata?... Es pa la comparsa’e “Las Moscas de San Cristóbal”...

–¡Ah!... ¡No señor!... ¡Qu’esperanza!... No rebajo ni un peso. ¡Mirá, llevar moscas nada menos qu’en el carro! Me van a volver loco los conocidos gritándome zafadurías... ¡y eso no lo aguanto de upa!

–No hablemos más entonces... Yo, amigo, ofrezco lo que puedo y si no conviene... ¡paciencia!

–Vea... deme setenta y cerramos el trato... V’y a quedar con los Artesanos más pior que mantel de fonda...

–¡Pero vas a quedar con Las Moscas como vidriera e confitería!... ¡Si vieras qué gente la que forma la comparsa, che!... Tu carro v’a ser un cielo y lo vamos a’dornar como si fuera un altar... ¡Ah!... ¡Mirá! No te vayás a olvidar de darle pasto a la yunta... ¡Hacelo por la comparsa!

–¡Ni me hable!... ¡Ya verá quién es Molina sentandose’n el pescante!...

–Y ya verás las muchachas... diablitas, ¿sabés?... ¡pero de aquellas que no erran!... ¡Ya oirás los tiros!

–Pues amigo... dígales que no apunten pa este lao, si no quieren que venga la policía... ¡La gran perra! ¡Si se me hace que hasta el mismo malacara s’está riyendo e contento, pensando que ya me ve trenzao con el mosquerío!