Cuentos de Fray Mocho

Carnavalesca

–Así me dijo Parrita, mirándome con aquellos ojazos negros que tiene... Vayasé mañana, comadre, hasta la call’e Perú y trat’e convidarmel’a esa galleguita ingrata... ¿quiere?... Y aquí me tenés m’hijita cumpliendo la comisión pa tranquilidá d’ese pobr’e mi compadre, que anda como asonsado de puro pensar en vos... Aura sí que no le faltaría más sino que lo desairases... ¡Un mozo tan bueno y tan caballero!... No por ofender a naides ¿sabés? Pero en toda la segunda, no hay agente que se le compare y esto lo ha reconocido hast’el mismo comisario... ¡Y mira quién te lo dice!... Nada menos que la novia del cabo Pancho Rosales, president’e los Macacos...

–Bueno... pero es que yo no puedo salir porque la señora es enemiga del carnaval...

–¿Y todavía tenés coraje de llamar señor’a semejante espantajo?... ¿Y quién es ella pa ser enemiga del carnaval, con ese pescuezo que tiene y ese tall’e budinera?

–¡Sí!... Es así... ¿Pero qué quieres hacerle?...

–Dejat’e firuletes, mujer... ¡y no seas pava!... ¿Vas a cambiar tu novio y un baile, nada menos qu’en los Macacos Ambulantes, por una cucaracha vieja, que, al fin se aprovecha de que sos d’España pa sacarte el jugo por unos cuantos centavos?...

–Yo no cambio... ¡pero es menester pensar en que no tengo ropa!... Tendría que hacerme algún traje... y aprontar alguna cosa...

–Mirenlán a la princesa... T’estás creyendo, quizás, que te van a retratar pa que salgás en los diarios... ¡Fijate... Con esa pollerita que tenés, que a’nqu’es de volao en forma le cairán bien unos moños prendidos en el costao y una bata figurada con un metro e sedalina puesta a modo de corselete... vas a ser un figurín, pues, como dice Parrita, tenés uno d’esos cuerpos que no precisan de ropa pa pegar un sofocón... Y, después, como sos rubia y la bata ha’e ser celeste pa que haga con la pollera los colores de la patria...

–¿Pero los colores de la patria no son rojo y gualda?...

–¡No seas pava, haceme el favor!... Como representamos la confraternidá, vos, que sos española, tenés que ir de argentina y yo que soy argentina tengo que ir d’española... Ligadas por una cinta formad’e las dos banderas y llevando una pantalla y un pañuelito bordao con pinitos o laureles... ¡vamos a ser dos princesas para esos pobres Macacos!...

–¿Sabés?... ¡a mí lo único que me escuece es la señora!... ¿Cómo me podré arreglar si me niega su permiso?...

–¡Gran cosa lo que v’a pegar ese barrilete!... ¡Le tenés un miedo que no parece sinó que fuera tu mama!...

–¡Sí!... Pero cómo hago... ¿si me niega?

–Enfermatelé o decile que tenés una tía qu’está malísima y que querés ir a verla...

–¡Si ella sabe que no tengo más pariente que mi hermano, que es corista en el Apolo... ¿Y si le avisa a éste?...

–¡Bueno, che...Si empezás a sacar dificultades te vas a quedar sin baile y de paso me embromás, porque contando con vos yo me arreglé mi disfraz y aura me v’a resultar que fue crudo y no coció... Acordate que es el baile del entierro y que ha’e ser mucho mejor que los que hubo en carnaval, con ser que fueron aquellos que no se olvidan jamás...

¡Figurate aquel salón con alfombras y cortinas com’una casa e familia y después con una mesa qu’era una confitería! Los helaos y las masitas eran una tentación... ¡A mí me sirvió Rosales con esa gracia que tiene y no sé si fue porqu’eran de manos suyas, pero jamás he probao un bocao más delicioso!... Mirá, si t’encontrás con Parrita que anda tan enamorao... ¿qué rato irás a pasar... sin contar con los festejos de toda aquella mozada que v’a ser de lo mejor?... ¡Con decirte que v’a estar hasta’el hermano del auxiliar, creo que te digo todo!...

–¿Y si le avis’a mi hermano?...

–¡Gran cosa!... ¿Y qué v’a ‘cer?... ¿Les v’a escribir a Galicia qu’estuviste en un baile?... ¡No seas pava, mujer!... Si tu hermano se lleg’a meter a sonso, lo hacemos agarrar con los muchachos diciendo qu’está borracho y necesita dormir pa que no vay’a’cer daño...

–¡Es que mi hermano es muy bruto!...

–¿Y los Macacos?... ¡Se v’a armar si se mete a sonso!... ¡Mirá!... Refalale un par de pesos pa que se vay’a pasiar y reíte de lo demás... ¡Los hombres hay qu’entenderlos, che!... ¡Claro!... ¡Si te lo largás en seco y vos te vas a farriar, arriejando el conchabito... sin darle ni pa cigarros... el hombre se ha de enojar y le ha de dar la razón al mamarracho e’la vieja!... ¡Pero, si vos te hacés ver... ha e’prender en otra hornalla!...

–El miedo que tengo es que vaya a la sociedad y que me saque del baile...

–¡Mirá!... Salite a las dos y andate derecho a casa pa’acabar con los arreglos del vestido y de la bata y lleva sedalina y unos metros de cinta... ¡De l’otro ni te ocupés!... Si tu hermano es caprichoso, ya verá quién es Parrita y aprender’a respetar la vos de la autoridá... ¡Diez horas de calabozo, me decía una vez Rosales cuando empezó a festejarme y tata quiso privarnos, valen más que cien discursos!... Y tenía razón mi negro... Tata quedó como un guante...

–Yo lo conozco a mi hermano y sé que a bruto y a terco no le han de ganar muy fácil...

–¡Y yo sé quien es Parrita y sobre todo Rosales, p’hablar de confraternidá!...

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–¡Porca vita de un cane!... La maliñita di le donne innamorata e proprio cume la sarna, que non rispeta ne figlio, ne fratello, ne babo... e anque ne archivescovo... ¡Mirá in po li pobero gallego, come le vichino da la cumesaria per ubriaco... e per sunsu!...