Yoshitsugu Yamashita (1865-1935)

Yoshihitsugu Yamashita nació en 1865 y falleció en 1935 a la edad de 70 años.

Cinturón rojo décimo dan. A los 70 años, póstumo.

Fue asistente personal del Shihan Jigoro Kano desde la misma fundación del Kodokan. Es uno de los grandes nombres del Judo.

Nació en 1865 en la localidad de Odawara; en el seno de una familia que por tradicioón heredaba la profesión de instructor de bu-jiitsu (artes marciales): su padre era un gran maestro de ju-jutsu.

Pero las circunstancias que rodeaban al mundo de las artes marciales habían variado tras los cambios propiciados por las reformas Meiji por lo que, cuando conoció a Kano, decidió dedicar el resto de su vida al judo.

En 1884, con diecinueve años, Ingresó en el Kodokan y al año si­guiente fue nombrado secretario de la Academia Kano y delegado de clase. Kano necesitaba hombres que fueran ca­paces de demostrar públicamente la superioridad de su nueva disciplina ante los representantes de las viejas escuelas del ju-jutsu.

Este fervoroso deseo de Kano se fue cumpliendo con espléndidas actuacio­nes de los admirados Saigo, Tomita, Yokoyama y del propio Yamashita; poco a poco se extendió la creencia de que ellos eran los Shitenno del Kodokan: los cuatro guardianes del Kodokan. El primer alumno de Kano había sido Tsunejiro Tomita pues ambos habían convivido desde la infancia, posteriormente llegó Shiro Saigo y Yamashita fue el tercero de los cuatro guardianes. No obstante Yamashita fue el primero en alcanzar el rango de 10° Dan. Yamashita rápidamente se ganó una reputación formidable por sus contiendas contra los hombres fuertes de las escuelas de Jujutsu durante el periodo Meiji.

Yamashita tenía la intención de realizar 10.000 randoris a lo largo de un año pero su deseo no se convirtió en realidad, aunque se dice que llegó a contabilizar hasta 9.617 randoris. Indudablemente debía de tener unas cualidades innatas pues a los tres meses de ingresar en el Kodokan ya había ascendido a 1º Dan; en junio del año siguiente alcanzó el 2º Dan y en septiembre del mismo año llegó a 3º Dan; al año siguiente recibió el 4° Dan.

En el torneo de ju-jutsu celebrado en 1885 Yamashita, que apenas llevaba un año allí, llevaba sobre sus hombros el futuro del Kodokan. Luchó contra un ju-jutsuka del Yoshm-ryu, al que derrotó con su tokui-wilza: íppon-seoi-nage, tras un duro combate. Yamashita era un judoca de com­plexión más bien delgada y baja estatura (162 cm y 65 kg.) como la mayoría de los maestros 10º Danés.

En 1.888 fue elegido por el maestro Kano como profesor de judo de la Uni­versidad Imperial de Tokio y al año siguiente del Cuerpo de la Policía Metro­politana.

Yamashita se casó con una compañera del Kodokan: Yoshitsugu, quien ingresó en el Kodokan cuando tenía 19 años. Practica­ba el nuevo ju-jutsu creado por Kano y ayudaba a! maestro en sus trabajos de traductor de libros científicos ingleses.

En mayo de 1902 viajó con su esposa a los Estados Unidos, país en el que am­bos enseñaron judo a más de dos mil personas, entre ellas al presiden­te Rooseveh. Fueron a Estados Unidos por Samuel Hill, un magnate del ferrocarril, quien invitó a un instructor japonés de artes marciales para enseñar a su hijo, respondiendo a esta petición, Yoshitsugu Yamashita y su esposa.

Cuando el matrimonio Yamashita llegó a la ciudad de Seattle, Hill había preparado un teatro para una demostración con objeto de comprobar las capacidades del profesor que había contratado. Yamashita, por entonces 6° Dan, dio una conferencia, realizó una demostración de Judo Kodokan e incluso participó en un combate contra un hombre de 1,90 m de estatura. Pero la señora Hill se oponía a la idea de­ que su hijo aprendiese lo que ella consideraba una lucha salvaje; su decisión era firme y Hill y Yamashita tuvieron que abandonar la idea inicial.

El señor Hill se disculpó ante su invitado y le ofreció un billete de barco de regreso a Japón pero, para Yamashita America ofrecía una gran oportunidad para la divulgación del judo y quería permanecer algún tiempo más allí. Ante el deseo de Yamashita, Hill se ofre­ció a presentarle en la Universidad de Harvard, donde había estudiado, ya que quizá allí encontraría alguna oportunidad de enseñar judo.

Efectivamente así fue y Yamashita recibió una oferta de la nieta del general Roben E. Lee, el celebre militar en la Guerra de Secesión, que deseaba recibir lecciones de judo; la dama había hecho construir un dojo en el jardín de su mansión y, de este modo, Yamashita y su esposa comenzaron a enseñar el misterioso arte de defensa personal oriental a las damas de la alta sociedad.

Después Yoshirsugu Yamashita recibió una invitación del presidente Theodore Roosevelt y se trasladó a Washington. El presidente estaba interesado en recibir lec­ciones de judo pues quería incluir este arte marcial en las asignaturas de la Academia del Ejército de la Marina, pero antes tenía que superar la fuerte oposición cíe los políticos. Para demostrar a quienes tenían dudas de la efec­tividad del judo organizó un combate entre Yamashita y George Grand, el mejor luchador del país, que a pesar de tener una complexión el doble que la de Yamashita, fue proyectado al suelo por el japonés incesantemente con tai-otoshi, seoi-nage, yoko-sutemi y finalmente inmovilizado. Fue un espectáculo apoteósico gracias al cual el judo se convirtió en asignatura oficial de la citada academia. Yamashita aceptó la oferta de instructor con un contrato de dos años y un sueldo de 5.000 dólares anuales. Allí disfrutó de una vida confortable. A la izquierda de la foto Yamashita junto a Jigoro Kano y el presidente Theodore Roosevelt

Su estancia en aquel país se prolongó durante cuatro años. Tras regresar de América en 1907 ocupó la dirección técnica de la Escuela Superior de Tokio-Shihan, de la Academia de Policía y de otras escuelas.

Falleció a la edad de 70 años y en 1935 Jigoro Kano lo premió con el 10º Dan a título póstumo. Fue el primer 10° Dan del Kodokan.