Alfredo San Bartolomé Morello (1912-1979)

El judo comienza a practicarse en España en el año 1947. Alfredo San Bartolomé, de 35 años, cinturón negro 2º dan, es quién imparte las primeras clases en el Gimnasio Juventud. Alfredo San Bartolomé aunque nacionalizado español nació en Perú, posiblemente en Lima en donde vivió de niño. Fallece en Madrid el 14 de mayo de 1979. Está considerado como el pionero del Judo en España.

Las primeras noticias que del Judo se tienen en España se remontan al paso de un japonés llamado Raku, que realizó algunas exhibiciones tras una aparatosa publicidad en la que no faltaron desafíos, es decir exhibiciones totalmente espectaculares y no deportivas.

Estos primeros intentos no tuvieron continuidad, así como tampoco la llegada de otro japonés llamado Onisiko, pues el Judo era desconocido como tal en occidente, siendo a partir de la segunda guerra mundial cuando por el conocimiento allí adquirido por extranjeros se extendió mundialmente.

Tras la segunda guerra mundial, en el año 1.946 aparece la figura de Príncipe Acosta (coronel Gregorio Pérez Acosta), judoca iniciado por los japoneses Raku y Onosiko, y que en la calle Fuencarral de Madrid dio “clases” a un grupo de deportistas, prácticamente sin medios, de unos rudimentarios conocimientos del ju-jutsu, en el Gimnasio Juventud.

En 1947 contactan con Alfredo San Bartolome, un peruano de 35 años, cinturón negro 2º dan. El grupo inicial, bajo la dirección técnica de San Bartolomé, se consolida a la vez que va ampliándose el número de practicantes y en mayo de 1950 constituyen la Asociación Española de Judo y Jiu-jitsu, primer club de judo de España, trasladándose al bajo nº 4 de la calle Recoletos de Madrid. Más tarde, junto a Fernando Franco de Sarabia y Antonio Burrieza Jiménez, fundarían el “Club Bushidokwai”.

Fernando Franco obtiene el cinturón verde, otorgado por el maestro Kawaishi, uno de los fundadores del judo francés y creador del método que lleva su nombre, en un stage celebrado en Biarriz (1952); para 1953 es ya cinturón marrón.

En 1954 trasladan el club a la calle Donoso Cortés; todavía dirigido por el Maestro Macario García. Por lo cual el Bushidokwai es el primero y más longevo club de judo español. Aquí se forjaran los futuros maestros y promotores de los primeros clubs madrileños, así como otros iniciadores del judo en diferentes provincias españolas.

Fernando Franco de Sarabia forma parte, desde 1948, de este núcleo fundador del judo madrileño en el que pronto empiezan a manifestarse las diferencias de criterio que llevan a la disolución de la sociedad a principios de 1951, haciéndose cargo del club Fernando Franco como único propietario y con Alfredo San Bartolomé en la dirección técnica; desligándose Antonio Burrieza.

Este mismo año ocurren dos importantes acontecimientos en su vida deportiva, que lo son también para el judo nacional. Fernando Franco y Antonio Burrieza son nombrados cinturones negros por Alfredo San Bartolomé, a la sazón asesor técnico oficioso del Departamento de Judo; pero al llegar Yves Klein, primer Asesor Técnico oficial del judo español, el nombramiento es anulado. Fernando Franco viaja a Paris y se examina con Ichiro Abe, representante del Kodokan (Instituto fundador del judo) para Europa y con ello se convierte en el primer español cinturón negro de judo (diploma Kodokan 22-7-1954).

El otro acontecimiento es la participación, por primera vez, de España en los Campeonatos de Europa de judo que tienen lugar en Bruselas; Fernando Franco forma parte de Equipo Nacional junto a Enrique Aparicio, José Pons, Raúl Roviralta y Sergio Madrigal. Por equipos se gana a Luxemburgo (3 victorias y 2 nulos); y se pierde ante Gran Bretaña (4-1).

Cuando San Bartolomé llegó a España en 1947, afirmaba haber aprendido judo con japoneses y poseer el 2º Dan, categoría que le fue concedida por su profesor Kugo Sato (8º dan). Aunque en aquella época nadie dudaba de su graduación, la comparación con otros judocas que venían de fuera ofrecía algunas dudas sobre tal graduación. Su primer profesor fue el japonés Shinsho Siosaki Murayama (Shinzo Murayama), 3° dan del Kodokan, pionero del judo en el Perú, quien en la época que perteneció a la armada japonesa, tuvo el alto honor de demostrar el arte del judo al Emperador Hirohito.

Alfredo San Bartolomé según sus propias palabras descubrió el judo en el año 1931 de la siguiente forma: “yo era un muchacho bastante débil y tenía la idea de practicar algún deporte que me pudiera favorecer, pero no sabía qué deporte elegir, hasta que un día presencié en un cafetín de Lima lo que le voy a relatar. A mi lado había cinco gamberros que intentaban hacer beber a la fuerza a un japonés, un señor que a mí me parecía mayor, de unos cincuenta años. El japonés se negaba a beber, y los gamberros insistían en que bebiera, hasta que llegaron a las manos. Fue visto y no visto. En unos segundos se deshizo de los cinco gamberros, que terminaron por los suelos. Yo seguí al japonés, que era dueño de una relojería, y le dije que me enseñara a hacer lo que le había visto hacer poco antes. Contestó que él no era profesor de judo, y ante mi insistencia, me presentó al que sería mi primer profesor: Shinsho Siosaki Murayama, un segundo dan”.

Cinco años después, 1936, siendo su padrino de examen el maestro Makishinia 4º Dan obtuvo el 1º dan. En el año 1940 obtiene su 2º dan, siendo su profesor el maestro Makíshíma, y sus padrinos de examen los maestros Kugo Sato (8° Dan) y Sumiyiki Kotani (9° Dan), delegados ambos del Kodokan en misión para Sudamérica. Siendo 2° Dan en Perú San Bartolomé aprendió kárate y prestó sus servicios oficialmente como capitán de comandos, en un curso intensivo bajo las instrucciones de varios maestros en diversas disciplinas, tales como: Makishima. Kizutani, Hamada, etc., (...).

Según recogió la prensa de la época, cuando San Bartolomé llegó a Madrid buscó un lugar para hacer Judo y, según sus palabras: “no encontré a nadie en España que supiera ni poco ni mucho de judo. Hice una búsqueda por varios gimnasios de Madrid y, al fin, di con el gimnasio Juventud en la calle de Fuencarral, donde había unos muchachos que, según me dijeron, hacían judo. En realidad, lo que hacían no era judo, sino una especie de jiu-jitsu. Se lo enseñaba un coronel retirado que había estado en Filipinas (Gregorio Pérez Acosta, el Príncipe Acosta, como algunos le llamaban). Yo comencé a frecuentar el gimnasio y a mostrar el judo que yo sabía, junto a Andrés Fernández y Farinós (s.i.c). El profesor de jiu-jitsu nos abandonó poco después, así que sólo quedamos los tres. La afición fue creciendo y llegué a tener cincuenta alumnos.”

En abril de 1951 el Maestro San Bartolomé fue asistido en el Bushidokwai por un joven judoca francés llamado Yves Klein, que tenía, por aquel entonces, cinturón azul.

En 1952, Klein se había ido a Japón y en octubre de ese año entró en el Kodokan permaneciendo hasta diciembre de 1953, mes en que vuelve a Francia después de un ascenso meteórico a 4º dan; primer europeo en obtener este alto galardón, ascenso y rango que no le reconoce la Federación Francesa de Judo.

En 1954 Fernando Franco de Sarabia trae como profesor a Yves Klein. En España, además de profesor del Bushidokwai, Klein se convierte también en el primer Asesor Técnico oficial del judo español, en aquel tiempo encuadrado como Delegación Española de Judo (después Departamento Nacional de Judo), en la Federación Española de Lucha. La estancia de Klein, personaje polémico, dura poco en Madrid ya que a finales de 1954 es fulminantemente cesado en la dirección técnica federativa. A pesar de su corto paso por España contribuyó en gran medida a la organización y difusión del judo español.

En el 1954 Alfredo San Bartolomé obtiene su 3º dan del profesor Ivés Klein (4º dan y delegado del Kodokan para España), su padrino fue Ichiro Abe (7º dan, delegado del Kodokan para Europa). En 1958 consigue su 4º Dan con el profesor Kiyosi Mizuno (6º dan y delegado especial del Kodokan para España) y más tarde le fue concedido el 5° dan por la Federación Española de Judo.

Yves Klein, que murió a la edad de 34 años; era pintor y hoy tiene un señalado lugar en el mundo de la pintura contemporánea.

Fernando Franco de cinturón negro 1º dan, publica a mediados de los años cincuenta, en el centro de estudios por correspondencia CCC, un Curso de Judo y Jiu-Jitsu en fascículos. Es la primera gran divulgación del judo que se hace a nivel nacional. En aquel tiempo todavía la palabra jiu-jitsu tenía más eco que la de judo, por lo cual los primeros clubs añadían conjuntamente judo y jiu-jitsu a sus nombres.

El japonés Kiyoshi Mizuno, es el nuevo Asesor Técnico del judo español, a la vez que profesor en el Bushidokwai así como en otros organismos civiles y militares. Franco de Sarabia consigue el 2º dan en 1957 de manos de Mizuno; a finales de este mismo año concluye la sociedad con Alfredo San Bartolomé quedándose el peruano con la propiedad del Bushidokwai.

Franco inaugura, en octubre de 1958, el Gimnasio Samurai, en la calle Juan Bravo de Madrid, que durante varios años será el club hegemónico del judo madrileño, manteniendo además una posición relevante en la élite del judo nacional. También imparte clases en diferentes instituciones de la administración del Estado como la Fuerzas de Orden Público, Ejército, etc., y crea una sección de judo en el Real Madrid que se mantiene hasta 1959.

Fernando Franco también fue profesor titular de Judo del Instituto Nacional de Educación Física de Madrid, desde su inicio en 1967 hasta 1976, en que se fue a Ecuador (donde estuvo hasta 1982). Los que lo conocieron en esa época consideran que el Profesor Franco era una persona seria, pero al tiempo amable y respetuosa de sus alumnos, futuros licenciados en Educación Física; su actitud ante el arte era menos rígida que la del otro profesor, Tosiyashu Uzawa, .... generaba más confianza a los estudiantes poco avezados con las artes marciales.

El Gimnasio Samurai es todo un éxito deportivo a la vez que social. Por allí pasan importantes personajes de la política y sociedad de la época, así como destacadas figuras del judo internacional. En diferentes períodos están de profesores, además de Fernando Franco, Sergio Madrigal, Egon Hopfner, los japoneses Takeda y Takahashi; Ignacio Alcíbar; Rafael Ortega, Rafael Hernando...

De las nueve ediciones de la Copa de S. E. El Generalísimo, la competición nacional más importante de clubs, el Club Samurai gana las correspondientes de los años 1966 y 1967 y ocupa la segunda plaza en cuatro ocasiones (1963-64-68-71). Rafael Ortega, cinco veces campeón de España absoluto del peso ligero y subcampeón, en 1970, de todas la categorías, es su figura más emblemática.

Fernando Franco asciende a tercer dan y consigue el título de Árbitro Internacional en 1961. En 1962 es nombrado presidente del Colegio Nacional de Cinturones Negros, cargo en el que se mantiene hasta la supresión del Colegio en 1966; los problemas en Francia entre la Federación y el Colegio de Cinturones Negros alertan a don Agustín Aznar (primer presidente de la Federación Española) que decide poner la venda antes de que aparezca la herida. Este año asciende a 4º dan y en 1968 abre otro gimnasio, con el mismo nombre, en la calle General Martínez Campos.

En noviembre de 1969 se celebra en el Gimnasio Moscardó de Madrid, el primer examen de 5º dan. Vienen expresamente de Francia para formar parte del tribunal, Henri Courtine y Bernard Pariset, los más significados personajes del judo francés de la época. Fernando Franco y el catalán José Pons son los únicos en superar la rigurosa prueba.

A principios de los años setenta, Fernando Franco tiene un reconocido prestigio y se encuentra en la cima del judo madrileño y español; publica el libro Cinturón Negro de Judo en 1971. Pero con la marcha de Rafael Ortega –profesor y líder carismático del Samurai-, para crear su propia escuela, comienza el ocaso del club y la paulatina desaparición de Franco en el escenario del judo nacional.

El 29 de noviembre de 1972, don Antonio García de la Fuente, presidente de la Federación Española de Judo, le impuso a Alfredo San Bartolomé la medalla de oro al Mérito Deportivo.

En 1976 Fernando Franco se va para Ecuador y colabora, durante varios años, con la Federación de judo de ese país. Cuando vuelve de nuevo a España, en 1982, las cosas habían cambiado, ya era otro tiempo.

Alfredo San Bartolomé falleció en Madrid el 14 de mayo de 1979.

Fernando Franco de Sarabia, gran promotor del judo madrileño y notable impulsor del judo español, fallece en 1988. Al año siguiente se cierra el Gimnasio Samurai de la calle Juan Bravo, poniéndose fin, simbólicamente, a una etapa marcada por el nacimiento y expansión del judo en España. La Federación Española de Judo le otorga, a título póstumo, el 7º dan.