Shu Taira (1942)

Shu Taira, nació el 22 de julio de 1942 en Asahikawa (Japón).

Cinturón rojo 9º Dan, Maestro-entrenador Nacional, árbitro nacional y profesor numerario de judo pie, de suelo y de kata, llegó a España en 1967.

Decidió establecer su residencia en nuestro país definitivamente, concretamente en la ciudad de Oviedo, donde inició su actividad docente en clubes y centros escolares, dirigiendo innumerables cursos técnicos en toda la geografía nacional y organizando exhibiciones y torneos de nivel nacional e internacional.

Shu Taira se inició en el judo por su estricto padre: Tsuson Taira, un sacerdote budista de un templo levantado en el siglo XIV. Desde hacía seis siglos, los primogénitos de la familia eran sacerdotes. Se dice que descendían de Shinran, fundador de la escuela de budismo Jodo-Shinshu, quien determinó que cualquier persona del pueblo, incluidos ladrones y asesinos, podrían salvarse. Tsuson Taira tenía infinidad de cargos honoríficos y sociales. Entre ellos, presidía la Federación de Judo y era concejal. Hombre de la era Meiji (en la que Japón se abrió a Occidente), quería que su hijo Shu, último de los varones, hiciera judo y aprendiera inglés para salir de Japón con un medio para ganarse la vida y un idioma para entenderse.

Tsuson Taira (en la foto de la derecha con Shu Taira en 1975 durante una exhibición del Itsutsu no Kata) nació el uno de enero de 1901 en Fukawa, (Isla de Hokkaido). Cinto Blanco Rojo 8º Dan del Kodokan. Comenzó la práctica de Judo a los 15 años, en el Colegio Heian, de Kyoto, con el cual competía con mucho éxito, ya que entre los 17 y 19 años, él y su equipo resultaron campeones de Japón por equipos.

En su época de universitario en la Ryokoku, de Kyoto, fue de las pocas personas que pudieron aconsejarse personalmente con el fabuloso Jigoro Kano, hablando sobre el futuro del Judo en el mundo. En 1967 obtuvo el Premio de Honor del Ministerio de Educación Japonés, en la especialidad de Judo. Fue la primera vez que este deporte recibió la distinción máxima de este organismo.

Su segundo maestro fue durante su época del instituto: Hideo Kato (9º dan)

Su último maestro fue en la época universitaria: Toshiro Daigo, uno de los tres actuales 10º dan que hay en Japón. Con él, más que técnica, aprendió el espíritu del Judo.

Desde finales de Primaria Shu Taira pertenecía al club de teatro. Shu Taira era actor y estudiante de arte dramático en el grupo de teatro «Mingei» de Tokio. Esa afición, que sintió desde los 9 años y que vio recompensada a los 18 años con un premio al mejor actor, no era mal vista en casa. Pero si no descuidaba el judo.

Shu Taira a los 19 años dejó la segunda ciudad de Hokkaido para estudiar en la Universidad de Tokio gracias a su beca de judoca y cursó Económicas. Hubiera preferido hacer Literatura Inglesa, pero le exigían una presencia incompatible con el deporte. Sus primeros años universitarios los vivió en una residencia de judo.

Hacía dos años que Shu Taira había acabado Económicas y compartía con un amigo un apartamento de seis tatami (4x4 metros). Había hecho unos cuantos "papelitos" en teatro y televisión, en policíacos o en dramas de guerra como «Zero sen», y acababa de rodar un papel protagonista como samurai del Japón feudal en «Amor en el Pacífico», un largometraje dirigido por un estadounidense, pero no estaba seguro con aquel modo de vida y sentía que necesitaba otra formación. Quería ser actor de teatro y aprender en el París de Jean-Paul Sartre, su referencia de joven existencialista japonés. Su judogui haría posible su ambición. Desde los Juegos de Tokio de 1964 el judo era deporte olímpico y estaba de moda en todo Occidente.

Un día de comienzos de julio de 1967 salió del puerto de Yokohama, a sesenta kilómetros de Tokio, en un transatlántico que le llevó hasta Rusia, el Transiberiano le acercó a Moscú y un avión le dejó en el aeropuerto de Orly, tres días después. Con «oui», «merçi» y 200.000 yenes, Shu Taira llegó al hotel Raffaet, cerca de Opera, ignorando que el verano era inhábil en Europa y que el París de la escuela de teatro y de los gimnasios de judo que estaba buscando estaban cerrados hasta septiembre. Visitó Montmartre, Louvre, le Quartier Latin.

Compró una vespino y se fue hasta Suiza, porque allí vivía el maestro Mikami, compañero de Universidad, que enseñaba judo en la ciudad suiza de Lausana. Estuvo un mes y medio. Entonces ya estaba acabando el verano y quería volver a París, pero antes deseaba pasar a España, ya que en Madrid vivía otro maestro japonés y compañero de la Universidad, Masurao Takeda, algo mayor que él. El maestro Sano, que había estado anteriormente en París, le había comentado que siendo Shu Taira cuarto dan podría dar clases de judo fácilmente y así tener un trabajo. Incluso le había dado las señas del Secretario General de la Federación Francesa. Entonces la idea era estudiar teatro y en el tiempo libre impartir Judo. En Madrid Takeda y el judo le ayudaron a sobrevivir. No tenía un duro para volver a París. Takeda le habla de un club de judo de Oviedo donde practicaban un grupo de aficionados y necesitaban un profesor de judo. Masurao Takeda, tiempo atrás había estado impartiendo clases en el Gimnasio Kiaï. No obstante, cuando le ofrecieron ir a impartir clases permanentes, el japonés declinó la invitación pues tenía su vida en Madrid y no quería abandonarla para ir a una provincia. El grupo de judocas asturianos cambiaron el nombre de su Club por el de Club Takeda, el maestro japonés aceptó y cedió su nombre y, por tal deferencia, se comprometió a ir algún fin de semana para impartir clases y examinar. Así lo hizo hasta su fallecimiento por infarto de miocardio.

En junio de 1968 Shu Taira se quedó campeón del III Torneo Internacional de San Isidro de Madrid. En aquella época era sin categorías de pesos. Hizo la final con el valenciano José Tent (1.94 m, 102 kg, hoy 9º dan) y que ese año se había proclamado campeón de España de todas las categorías. Y así, como quién no quiere la cosa, Shu Taira llega a Oviedo, en autobús Alsa, en octubre de ese mismo 1968.

Cuando llegó a Oviedo, asumió la dirección del club Takeda (Monte Gamonal) y agregó al mismo al maestro Kohata (Tokio, 19 de diciembre 1944), para enseñar el Karate-Do Gensei Ryu. Posteriormente, los doce socios fundadores del Club Takeda acordaron cedérselo al maestro Taira, por lo que éste desde ese momento decide que sean socios de honor del club y que puedan entrenar en él sin cuota mensual alguna, durante toda su vida.

Su encomiable labor por la difusión del judo y su notable influencia en el desarrollo de este arte marcial que tantos grandes campeones ha dado a nuestro país, le convierten, sin lugar a dudas, en uno de los principales referentes del judo en España.

Bibliografía:

  • Programa de Nage Waza para monitores, (FEJYDA, 1982) a instancia de la Federación Española para los cursos de Entrenador Nacional
  • Colección Los Deportes Olímpicos: Judo I y II, (Libros Técnicos deportivos, Judo 1 y Judo 2) (COE, 1995).
  • La Esencia del Judo: Tomo 1. Historia del judo. Nage Waza. Katame waza y Tomo 2. Kata. Apéndices
  • Enciclopedia del Judo: El legado de Jigoro Kano
  • (En proyecto otro libro sobre el kata Seiryoku Zenyo Kokumin Taiiku).