Madrid

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En los años 40 existía aún una fuerte confusión entre el judo y el ju-jutsu. Por lo tanto, resulta difícil establecer con exactitud el momento exacto en el que comenzó el judo en Madrid. Sin embargo, podemos avanzar dos conclusiones con cierto grado de certidumbre: Lo primero es que la enseñanza regular del Judo en Madrid comenzó como muy tarde en 1948 y que por lo tanto fue, aunque por estrecho margen, la pionera del Judo en España, seguida muy de cerca por Barcelona.

Fernando Franco de Sarabia (en la foto de la izquierda) comenzó, en 1944 a hacer deporte, especialmente gimnasia deportiva, participando con el equipo de Castilla en algunos campeonatos regionales y dos nacionales. También se dedicó algún tiempo a la lucha grecorromana, y a partir de 1948 al Judo en exclusiva. En aquella época llegó al gimnasio Juventud, al cual pertenecía, un suramericano muy fuerte con aspecto de pesista, Cinturón negro 2º Dan de Judo, que organizó un pequeño grupo de adeptos al nuevo y desconocido deporte en España. Este Cinturón negro, era Alfredo San Bartolomé. Pronto se unió al grupo y comenzó a practicar Judo, con un judogui de tela hecho en casa con pantalones cortos. Cuando San Bartolomé llegó a España, afirmaba poseer el 2º Dan, categoría que le fue concedida por su profesor Kugo Sato. Aunque en aquella época nadie dudaba de su graduación, la comparación con otros judocas que venían de fuera ofrecía ciertas dudas sobre tal graduación.

Para corroborar tal opinión, mantenida por algunos de sus alumnos que le conocieron, podemos señalar algunos ejemplos:

1º Cuando a principios del 1951 vino a España Michel Martín (cinturón marrón), debido a su Judo más dinámico y quizás a una técnica más depurada, "lo proyectaba con relativa facilidad en las randoris".

Ante Yves Klein, tampoco podía lucir la superioridad que le debía conceder su supuesta categoría.

En una de las primeras ocasiones en que H. Birnbaum se trasladó a Madrid, después de pedirle algunas explicaciones sobre algunas técnicas (Hiza Guruma...), hicieron Randori durante cierto tiempo y teniendo como único espectador el Sr. de Miguel, Birnbaum quedó muy sorprendido de la poca eficacia y estabilidad de San Bartolomé, "sin hacer excesiva fuerza le derribaba".

Si bien estos hechos muestran una baja eficacia, la importancia de esto es bastante relativa respecto a lo que representa, ya que no le resta el mérito de haber sido el primero, que de forma relativamente continuada enseñó Judo en Madrid. Tampoco la efectividad de un judoca determina su categoría exacta. También es adecuado señalar, tratando de ser ecuánime que, "debido a los méritos contraídos, consiguió obtener el grado de 5º Dan

"En conversación con Fernando Franco, llegue a la conclusión que, el Judo practicado y enseñado por Alfredo San Bartolomé (en la foto de la izquierda) era muy estático y realizado principalmente a base de potencia, pero para él, era algo más que una mera actividad física, era un arte marcial en su más amplio sentido, un deporte, una ciencia del equilibrio y del movimiento corporal, pero sobre todo era una filosofía, una religión, un arte...". Según Antonio Burrieza, ponía un excesivo énfasis en la "Filosofía Zen" y exageraba mucho los términos. Incluso llegaba a hablar de que los grandes maestros se identificaban tanto con su papel que algunas veces entraban "en trance". Frecuentemente mezclaba Yoga y Judo.

“San Bartolomé, solía hacer unas reuniones mensuales en las que orientaba a cada uno sobre sus posibilidades de acción, tanto dentro del campo del Judo como en lo que a la vida práctica se refería. Nos hablaba de conceptuaciones filosófico-prácticas, cosa que, algunos, considerando esto del judo un camelo, mostraban una cierta desconfianza, llegando incluso a abandonar su práctica". Todo esto nos indica una concepción del Judo más como una concepción de vida que un deporte. Quizás fue excesivamente tendencioso y no supo equilibrar práctica y teoría, quizás no supo sostener con una eficacia práctica sus teorías. Probablemente trataba de reproducir los conocimientos y la metodología de su aprendizaje. Pensemos que su profesor fue Kugo Sato, formado en Japón antes de la Segunda Guerra Mundial, y en la mentalidad nipona de aquella época. Incluso en la página nº 14 del Tratado de Judo de Toshiyasu Uzawa puede leerse "El Judo tiene como lema proyectar la moral en la vida social”.

Según recogió la prensa de la época, cuando San Bartolomé llegó a Madrid buscó un lugar para hacer Judo y: "no encontré a nadie en España que supiera ni poco ni mucho de judo. Hice una búsqueda por varios gimnasios de Madrid y, al fin, di con el gimnasio Juventud. en la calle de Fuencarral, donde había unos muchachos que, según me dijeron, hacían judo. En realidad, lo que hacían no era judo, sino una especie de jiu-jitsu. Se lo enseñaba un coronel retirado que había estado en Filipinas (Gregorio Pérez Acosta, el Príncipe Acosta, como algunos le llamaban). Yo comencé a frecuentar el gimnasio y a mostrar el judo que yo sabía, junto a Andrés Fernández y Farinós (s.i.c). El profesor de jiu-jitsu nos abandonó poco después, así que sólo quedamos los tres. La afición fue creciendo y llegué a tener cincuenta alumnos.”

Otra publicación escribió al respecto que “el príncipe Acosta apareció en 1946 dando clases en la calle Fuencarral "a un grupo de deportistas sobre judo, pero que son sólo esbozos ya que no disponían de medios necesarios y adecuados para su práctica, como tampoco dominaban una escuda determinada"

A. Karag en el Diario Marca del 16 de febrero de 1947 escribió un artículo titulado "La lucha japonesa más clásica, la más antigua manifestación de la defensa propia, se llama jujutsu" en la que aparecía una ilustración del facsímil de la portada del libro de Jigoro Kano en la que bajo de la misma aparecían las palabras Judo (Ju-Jutsu), escrito de esta manera: “Acosta que tenía el rango de coronel, según Lorenzo Pavesí director técnico del Gimnasio Club Abascal, era don Gregorio Pérez Acosta, que dio clases gratuitas de jiu-jitsu, que había aprendido directamente en el Japón, en la Escuela de Guardias de Seguridad, en los añas 1922 a 1925 y del 1927 al 1930. Anteriormente había dado clases en la unidad suya entre 1911 al 1916.

Benítez de Aragón dijo que el Príncipe Acosta, como algunos le llamaban (aunque no tenia nada que ver con la Casa Real), "poseía ciertas conocimientos de este depone, y junto a Fernando Fariñas llevaron a cabo algunos 'pinitos' respecto al 'Judo', es decir, balbuceos tan sólo pues no dominaban una escuela determinada, ni disponían de medios adecuados para la práctica”

También Antonio García de la Fuente le atribuyó el inicio del Judo al mencionado Acosta durante un coloquio que tuvo lugar tras la Conferencia que dio sobre Judo en el Salón de Actos de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, con motivo de la inauguración de la cátedra deportivo-cultural en 1975, "explicó el inicio del Judo en España, a cargo del fallecido Coronel Acosta”.

Según Bernardo Ungría, en la época de Rakú y Onisiko "empezó también con los miembros de la Embajada Japonesa, el profesor Acosta, uno de las primeros españoles que se dedicó a estas prácticas las cuales trató de introducir en la Policía y el Ejercito, para lo cual organizó algunos cursos que acabaron por extinguirse. Modernamente, no puede decirse, a mi entender, que haya sido una persona determinada la promotora de la actual afición", aunque si él no hubiese existido, los inicios del Judo en Madrid muy posiblemente no hubiesen sido como se dieron en su día.

En la Revista del Campeonato de Europa de Judo y en el libro publicado por Víctor Garrido, se habló del príncipe Acosta. En ambos escritos se indicó que Rakú no logró nada positivo con su presencia, aunque "el deportista quedó mentalizado en las modalidades de las luchas asiáticas, que en forma de judo comenzaron a manifestarse en España, traspuesta (s.i.c.) la segunda conflagración mundial. El llamado Príncipe Acosta se establece en Madrid e imparte enseñanzas recibidas de los nipones en un gimnasio de la calle Fuencarral. Un reducido grupo de pioneros formado por Fariños (s.i.c). Manso. Prieto y Anza, comienzan sus balbuceos"', aunque SU Judo es primitivo y elemental, lo que traducido a la práctica resulta una mezcla de Ju-Jutsu y Defensa Personal (...). Comenzó a fructificar en España en 1947, en que aquel reducido grupo de españoles citado entraron en contacto con Alfredo San Bartolomé, que poseía el grado de cinturón negro, 2º. Dan. "Este peruano conoce al príncipe Acosta que le admite (?) como alumno, pero San Bartolomé observa, con no poca decepción, que 'aquello' que se enseñaba tenía de todo menos de Judo. Una prolongada ausencia del príncipe Acosta es aprovechada por Alfredo San Bartolomé para dar lecciones efectivas sin trampa ni cartón”

También Antonio Burrieza indicó respecto a este punto que "debido a la frecuente inasistencia del 'Príncipe Acosta”. San Bartolomé comenzó a dirigir las clases en su ausencia, cuestión que desagradó al primero y dejó de asistir definitivamente al gimnasio. Entre los primeros practicantes de Judo, cuyo nombre es recordado destacan F. Fariñas, Andrés Fernández, José. A. Ariza, Benito Prieto, Juan Párraga, Alberto Aníbal, Rodolfo Hay, José Manso..., a los que algún tiempo después se les añadieron los dos únicos que lograrían obtener el Cinturón negro. Fernando Franco y Antonio Burrieza.

Pedro Dabauza también informó de la presencia del Príncipe Acosta "en la época en que estaba San Bartolomé, era un alumno del Príncipe Acosta".

También lo mencionó Gianearlo Bagnulo en su obra indicando que "en 1947, un luchador conocido bajo el nombre del Príncipe Acosta se instaló en Madrid, en el Gimnasio Juventud donde enseñó sus conocimientos sobre las artes marciales e impartió clases a un grupo muy reducido de alumnos. Lo que enseñaba en esas clases no era Ju-Jitsu (s.i.c.) tal y como lo conocemos en la actualidad, ni tampoco Judo, sino una mezcla de Ju-Jitsu (s.i.c.) y de defensa personal. Poco a poco, las clases del príncipe Acosta se llenaron de curiosos que deseaban aprender el arte de la flexibilidad”.

En enero de 1921, el Semanario Mundo Deportivo informó que se había constituido la Federación Española de Deportes de Defensa en la que G. Pérez Acosta tuvo algo que ver, si bien hay que decir que no nombró para nada al Ju-Jutsu, siendo inaugurada a principios de mayo de este mismo año. Dicho semanario rezó así: "El viernes por la noche, convocadas por el Ateneo Enciclopédico Popular, se reunieron en su domicilio social los delegados de las entidades que practican deportes útiles para la defensa individual, los cuales después de oír al señor Larruy, que interinamente presidía la reunión, al coronel don G. Pérez Acosta y a don Ricardo Esmandía, reconocido el móvil cultural y patriótico que había motivado la convocatoria se acordó por unanimidad la constitución de la Federación Española de Deportes de Defensa (...).

Reunidos ya en junta acordaron nombrar Comités técnicos para la reglamentación del boxeo y lucha grecorromana, así como también de las otros deportes que tengan en la Federación Española representación.

A propuesta del Coronel don Gregorio Pérez Acosta se acordó por unanimidad ponerse al habla con los organismos similares de Madrid para ofrecer presidencias de honor de la Federación Española de Deportes de Defensa a S.M. el Rey (Alfonso XII), al Ministro de la Guerra y al de Fomento.

El viernes por la tarde del 24 de noviembre del año siguiente, es decir, 1922 el coronel señor Pérez Acosta dio una interesante conferencia acerca del pasado, del presente y del porvenir, del jiu-jitsu, a la que asistió una concurrencia numerosa.

Hubo en la parte práctica de la velada, una consagrada a la esgrima y además diversas aplicaciones del jiu-jitsu por varios individuos del Cuerpo de Seguridad y demostraciones diversas entre el profesor y sus ayudantes"

Posteriormente, Alfredo San Bartolomé compaginó sus clases con otro grupo de aficionados que entrenaban en el gimnasio Casado de Abisal. La dificultad de mantener estos dos reducidos grupos es acompañado de la idea de la unificación, y después de un detallado estudio de la cuestión, el grupo queda reducido a nueve personas verdaderamente interesadas.

La Revista Fotos informó que en la prensa diaria se dio a conocer "que el Municipio madrileño había concedido determinada subvención a la Asociación Española de judo y jiu-jitsu y nos ha hecho ponernos en relación con su entusiasta presidente, D. Bernardo Ungría, vicepresidente de la Federación Española de Gimnasia y representantes de nuestra nación en el Congreso Gimnástico Europeo”. La Asociación consiguió el apoyo oficial "gracias a la intervención de D. Alberto Aníbal, concejal del ayuntamiento y practicante de esta modalidad deportiva. El ayuntamiento les concedió un préstamo "a fondo perdido” de 12.000 ptas. La Delegación de Deportes desestima cortésmente la petición debido a las ingentes necesidades que plantea el mantenimiento de otras actividades deportivas de más prestigio popular. El resto de la financiación corre a cargo de sus componentes, que aportan unas 700 ptas. cada uno. La dirección de este gimnasio queda a cargo de Bernardo Ungría, José Manso y Fernando Franco, como presidente, secretario y tesorero, respectivamente. Las clases las imparte Alfredo San Bartolomé”.

También Víctor Garrido contó que Ungría, Manso y Franco formaron una junta rectora "cuyas objetivos inmediatos eran el termino de las obras emprendidas pero, sobre todo, que se considerara a dicha junta rectora como Federación Española de Judo".

Ungría indicó que el Judo se introduciría en septiembre de ese mismo 1950 bajo la dirección del peruano segundo dan Alfredo San Bartolomé, no siendo reciente la idea de formar dicha Asociación pues "un grupo de amigos veníamos desde hace dos años, iniciándonos en las modalidad de este tipo de lucha. Los muchos requerimientos que hemos recibido es lo que nos lleva a la instalación de un gimnasio que se aplicará exclusivamente a la enseñanza de la lucha japonesa". Este gimnasio ya disponía de unas colchonetas pues a diferencia de otros se practicaba sobre el suelo y no en un ring. También disponía de vestuario, duchas y hasta baños turcos.

Según indicó Víctor Garrido en su libro, los alumnos más relevantes que se apuntaron al gimnasio fueron: Burrieza, Ungría y Fernando Franco, entre otros, nombrando Fabián del Valle a estos dos últimos más a José Manso y Aníbal Álvarez, produciéndose entonces, el nacimiento del primer club cuyo nombre era el de "Asociación Española de Judo y Ju-jitsu" y al "que había que buscar un local adecuado, cosa que resolvió Bernardo Ungría en unos bajos de la madrileña calle de Recoletos, en el número 4. Por sugerencia de San Bartolomé se sustituye el nombre de aquella asociación por el de “Club Bushidokwai ”

San Bartolomé no vivía del Judo sino que era administrativo en la empresa Sniace aunque “la afición fue creciendo y mis primeros cincuenta alumnos vinieron a buscarme un día. Querían que fundáramos un club para nosotros. Se trataba del mencionado Bushidokwai el cual "no tenía carácter comercial (...). Entre los pioneros figuraban : Sergio Madrigal, Fernando Franco de Sarabia, Alfredo San Bartolomé, Antonio Burrieza y Rafael Sanchis. De izquierda a derecha en la foto de arriba.

Según Franco, el alquiler de este local fue "con idea de organizar la primera sociedad de Judo en España con el nombre de Bushidokwai. Contábamos como profesor con San Bartolomé, y ya, antes de terminar las instalaciones (muy modestas y reducidas), comenzaron los problemas entre los componentes de la sociedad, disolviéndose al fin, quedándome yo con el gimnasio, y San Bartolomé como profesor. Yo era cinturón naranja". Franco le comentó a Luis Rovirosa en su entrevista que "'la puesta en funcionamiento de este proyecto se realiza con gran descoordinación, surgiendo roces y discusiones que llegaron a tener un tono tan elevado que incluso se llegó a pensar en las Tribunales como medio para solucionar la pertenencia del club”. Al final las posiciones se reconcilian y se acuerda que uno de ellos se haga cargo del club como negocio privado. Fernando Franco se ofrece a resarcir, a cada uno de los asociados, la cantidad aportada, convirtiéndose así en el primer socio capitalista del Judo en España.

Con relación a la cesión de los derechos de pertenencia del club, se acuerda la devolución de la cantidad aportada por cada uno de sus socios y la pertenencia a perpetuidad sin ninguna cuota. Esto último se dejó de cumplir debido a ciertas desavenencias personales entre Yves Klein y Antonio Burrieza.

Cuando Henry Birnbaum conoció a Franco, éste era sólo cinturón naranja, siendo la apertura de su gimnasio en Barcelona coincidente con el "de mi gimnasio Bushidokwai en Madrid", según dijo Franco. Esto coincide con lo que dijo Benítez de Aragón, es decir, que el grupo del gimnasio llamado Juventud fue cambiando y aumentando hasta llegar a once judocas, entre los que se encontraban "Franco, Burrieza, Fariñas, Ungría, Manso, Prieto, Aníbal y Perroja".

En esta ciudad, al principio se formó una junta rectora siendo su presidente Ungría, el secretario general Manso y el tesorero Franco "cuyas objetivos inmediatas eran el termino de las obras emprendidas pero, sobre todo, que se considerara a dicha junta rectora como Federación Española de Judo".

San Bartolomé hizo saber que "yo traje el Judo a España, que fui su introductor, que soy... ¡el autor de la fechoría!. De lleno en este mal negocio y debido a una serie de fortuitos accidentes, en el año 1948 un grupo de amigos (de alguna forma hay que llamarlos) y yo tuvimos la gran idea de fundar el Club Bushidokwai. Éramos casi veinte, por lo que, antes de abrir el Club, con esa 'solidaridad' tan característica de nuestra raza, eran más de sesenta los pareceres a seguir en las directrices del Club, pues alguno tenía tres o cuatro versiones personales de ello. Nos separamos antes de comenzar, pero eso sí, con ese espíritu... ¡tan latino! De cooperación, ayuda, compañerismo, pronto empezamos todos a hablar mal de todos... y de todo, incluyendo el Judo, su fundador e incluso, si mal no recuerdo, del Emperador del Japón. Unos quedamos en el Bushidokwai, otros marcharon resentidos a fundar otro club que diese con el Bushidokwai en tierra y con nosotros ante un pelotón de fusilamiento".

"Era el año mil novecientos cincuenta y uno. Y por entonces escribí yo un libro titulado "Método de judo”, a su sugerencia de Fernando Franco, que me habló de la conveniencia de divulgar así este deporte”.

Con referencia a este libro, San Bartolomé indicó que no fue el primero que se hizo en España porque "poco antes de mil novecientas cincuenta y uno conocí al que sería el primer presidente de la Federación, don Fabián del Valle que asistía a mis clases y fue tomando notas y apuntes, con lo que publicó un libro, el primero sobre judo. Luego apareció el mío”.

En marzo de 1951 apareció un anuncio de Judo y Ju-Jutsu, actividad que se realizaba en el Gimnasio Bushidokwai con un profesor 2º Dan. Unos meses más tarde se publicó otro anuncio en el que rezaba así "Apréndalo con los expertos profesores, cinturones negros, Ian Morris, segundo dan del Budokwai, de Londres, y Alfredo S. Bartolomé, segundo dan alumno de Chugo Zato. En el Gimnasio Bushidokwai. También en el mes de diciembre salió otro anuncio en el mismo periódico”.

Meses más tarde, Bernardo Ungría y José Manso, adquieren el Gimnasio Abascal y contratan como profesor al francés Michel Martín, que ostentaba el grado de cinturón marrón de Judo y que asistía a las clases que impartía San Bartolomé en el Bushidokwai.

Según Antonio Burrieza. "Michel Martín realizó una excelente labor divulgadora y nos abrió los ojos hacia la verdadera realidad del Judo como deporte”. A mediados de 1951 y a través de Michel "viene a Madrid su compatriota Souvimer, que poseía el grado de cinturón negro 3er dan, el cual no venia precedido de excesiva buena fama. "Éste ejecutaba un Judo fuerte y efectivo, siendo muy exigente con sus alumnos. Pero sobre todo, debido a su mal carácter, inadecuado como profesor, se le insta a abandonar el club.

El martes 18 de septiembre de 1951, se realizó una exhibición de Judo en el gimnasio Club Abascal en la que participaron tres franceses: "monsieur Jacques Belaud. cinturón negro, segundo Dan; monsieur Roger Berthet, cinturón negro, primer Dan, y, sobre todo, monsieur Heary Pfée, cinturón negro, primer Dan (...). Estos tres franceses son unas verdaderas eminencias en este campo, siendo, además de profesores, editores de libros sobre 'judo'. También tenemos como profesor al vicepresidente de la Federación Nacional de Gimnasia, don Bernardo Ungría". El mismo periódico añadía que Michel Martín iba a iniciar sus clases el mes siguiente. Según Franco era "un grupo de profesores franceses de paso por Madrid”.

Los datos que aportó Víctor Garrido sobre Michel Martín no coinciden totalmente con los anteriores porque aseguró que Martín llegó a España en 1.949 indicando que su grado era el de cinturón marrón y no el de negro como afirmó anteriormente Castro. Víctor indicó que Michel "les descubre nuevos horizontes en cuanto a la idea del judo. Algunos miembros de la sociedad primitiva, singularmente Bernardo Ungría y José Manso, se hacen con las servicios del galo, montando otro club que se denominó 'Abascal!'. Martín hizo venir al profesor francés Souvenier, cinturón negro 3er. Dan, que no se encariña demasiado con su misión y permanece en Madrid hasta finales de 1951". Aún así ya había creado otro gimnasio y, por lo tanto, la pertinente competencia. El director técnico de este gimnasio era Lorenzo Pavesí quien indicaba que, además de su gimnasio, había otro donde se practicaba Judo y "en Barcelona hay algunas y creo que no hay más por España"

"Al poco tiempo de abrir el gimnasio, San Bartolomé enfermó del estómago alejándose de las clases durante algunos meses. Yo contrate entonces un profesor ingles, Ian Morris, cinturón negro 2º Dan, para dar las clases (yo ya era cinturón verde), pero a este profesor no le gustó quedarse en Madrid. También es cierto que en aquella época había pocos alumnos que pagaban pequeñas cuotas y este señor no ganaba mucho, se quedó seis meses y se fue después"

De la enfermedad de San Bartolomé dudó Antonio Burrieza indicando que "hacia finales de 1951. San Bartolomé debe abandonar sus clases en el Bushidokwai debido a unos padecimientos estomacales, en su ausencia se hace cargo de las clases Yves Klein, en posesión del grado de cinturón azul, que al poco tiempo marcha a Francia donde consigue con suma rapidez pues era en 1952, el cinturón negro 1º y 2º Dan, tras lo cual se traslada a Japón. A Klein le sucede, durante unos meses, el cinturón marrón Armando Fernández. Aunque San Bartolomé padecía del estómago, posiblemente no fue esta la única razón que le llevó a apartarse del Judo, pues seguía practicando ejercicios gimnásticos con pesas, cuestión que exigía un dispendio de energías tan grande como la práctica del Judo. Una de las razones pudiera ser que no se consideraba capaz de mantener en la práctica la categoría conseguida con sus explicaciones. Esta opinión, aunque parece indicarnos una cierta insuficiencia en la efectividad técnica, también nos puede dar fe de un elevado prestigio conseguido entre sus alumnos, especialmente en lo que se refiere a aspectos del judo de orden filosófico relacionados con el Bushido".

Ante la necesidad de contratar a un nuevo profesor para el Bushidokwai, "Fernando Franco recurre a la Asociación Inglesa de Judo denominada Budokwai y se acuerda la venida del profesor Morris (2º Dan), el cual, después de varias meses de estancia en Madrid, ante unas perspectivas económicas poco halagüeñas y el estado incipiente del judo, decide marcharse nuevamente a su país"

En diciembre del mismo año 1951 y en el Teatro Madrid, el Gimnasio Bushidokwai organizó la segunda exhibición que se realizó en Madrid donde intervinieron el inglés Ian Morris y Alfredo San Bartolomé, ambos segundos Dan y Collomb primer dan y perteneciente a la Federación Francesa. También participaron alumnos de este gimnasio, entre ellos Fernando Franco, Antonio Burrieza, Sanchos, Sergio Madrigal....

Con la oportunidad de esta exhibición de Judo, un crítico deportivo le contradijo a San Bartolomé por decir que fue el introductor de este deporte en Madrid, "dicho señor me refutó por Pensa y Radio, e incluso trató de recordarme, que el señor S. K. Uyenishi, más conocido en España por el nombre de Raku; había dado ya muchas exhibiciones de Judo en España, incluso antes de que tal vez yo hubiera nacido. Efectivamente, debo de reconocer lo anteriormente manifestado, e incluso añadir que estas exhibiciones fueron tal vez las mejores que jamás se han visto en España, y al nivel de las cuales, jamás llegaré yo con toda mi vida, ya que el señor Uyenishi, fue uno de los mejores exponentes del grupo de Maestros que exhibieron este arte en numerosos combates y desafíos contra múltiples y diversas clases de oponentes en todo el mundo. Pero el Judo moderno, el Judo hecho sport (s.i.c), el Judo de Academia, tal y como ahora se practica, no sólo en España, sino incluso en el Japón, Londres, París, Alemania, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, Argentina, etc., por no citar, sino unos cuantos de los países en que este deporte ha alcanzado gran florecimiento, ese Judo –repito, académico o el Judo hecho deporte- me cabe la honra de haberlo introducido y sostenido en Madrid, yo, y sólo yo, así como reclamo idéntico honor para mi estimado colega el Sr. Henri Bírnbaun, 3º Dan del Colegio de Cinturones Negros de Francia, en lo que respecta a Barcelona y Región Catalana"

Después de la marcha de Morris, hacia mediados del 1952, San Bartolomé vuelve nuevamente a impartir sus clases en el Bushidokwai.

En ese mismo mes, una selección de judocas franceses, belgas y holandeses efectuaron una exhibición en un gimnasio de Madrid camino del Marruecos francés, invitados por la Federación Marroquí para hacer allí unas exhibiciones. Estos campeones eran: "Coquil, tercer Dan, campeón de Francia; Snyders, segundo Dan, campeón de Holanda y profesor de la Policía; Ravinet, campeón de Bélgica y segundo Dan; Dupont, primer Dan, profesor de la Armada francesa, y un servidor de usted. Además del jefe de la expedición Jean de Herdt, cuarto dan, 16 años seleccionado en Francia y ocho campeón de Francia". De Herdt también dijo que no habían bastantes profesores en España nombrando a Alfredo San Bartolomé que "es muy bueno, pero no encuentra ayuda. Unos meses después, "por primera vez, en los primeros días de agosto, y como consecuencia del apoyo de la D.N.D. (Delegación Nacional de Deportes), se desplazan algunos judocas españoles al Stage o Concentración Internacional que en Biarritz organizó el doctor Kawashi, delegado del Japón para el Judo en Europa. Esta participación no tiene otra finalidad que la de iniciar los contactos internacionales y valorar los Cinturones primeramente concedidos en España. Los participantes Roviralta. Franco, Aparicio, Pons y Campos alcanzan el Cinturón Azul, de manos del delegado japonés, siendo felicitado el español Franco entre quince seleccionadas de los trescientos internacionales que acudieron el día de clausura del Stage, y el equipo español, que fue enfrentado a una selección francesa de sus mismos grados, en la que se registraron dos victorias y dos combates nulos". Aunque sobre este último punto hay una pequeña diferencia con lo que dijo Franco siendo esta "la primera competición de un equipo español contra uno francés, ganando nosotros por cuatro victorias a una".

Durante este verano "han desfilado algunas judocas francesas, que a su paso por Madrid, como es costumbre entre los practicantes de este deporte, realizaron una visita de cortesía y practicaron con los judocas españoles, ya que entonces no había ninguna señorita practicante en España. Se pudo ver el grado de preparación de aquellas, que en igualdad de cinturones difícilmente eran derribadas, y eran frecuentes las puntos marcados por ellas sobre el cuello o en pie"

José Luis Quintanilla hizo una entrevista en 1953 a Bernardo Ungría, en esos momentos cinturón marrón, en el gimnasio de éste. Aquél observó la existencia en la pared de un cuadro: "se trata de una carta fechada en Londres el 16 de septiembre de 1950, en la que el japonés G. Koizunii felicita y alienta a Bernardo Ungría por su interés en introducir el judo en España".

El viernes 13 de noviembre de este mismo año, en el Gimnasio Bushidokwai, tanto su director Fernando Franco, cinturón marrón, como el profesor Alfredo San Bartolomé, segundo dan, hicieron una exhibición de este arte marcial. Además, "este gimnasio está enseñando actualmente a la Guardia Civil y tropas paracaidistas, habiendo hecho ya un cursillo para la Policía y estando prevista la enseñanza para las tropas de tierra". Según Luis Rovirosa, las Fuerzas Armadas de Madrid se interesaron por el Judo aunque más tarde que sus compañeros de Barcelona y más "en la modalidad de Judo-Defensa Personal. Los primeros en adoptar esta disciplina son la Guardia Civil y la Policía Gubernativa, siendo imitados por las Fuerzas Paracaidistas de Tierra y Aire. Infantería de Marina... Estas clases las imparte Alfredo San Bartolomé y Fernando Franco, posteriormente este último"

En este año 1953 fue cuando Fernando Franco consiguió el cinturón marrón compitiendo por el equipo de Castilla Centro en el I Campeonato de España de Judo celebrado en Barcelona "va a ir el Bushidokwai pues no había otro que fuese en su lugar, y aunque ganamos por equipos, perdimos en todos los individuales ante los catalanes (como lo ha venido haciendo Castilla posteriormente durante muchos años), más fuertes físicamente, mejor entrenados, más deportistas. Por nuestra parte, la cosa fue "solventada' en su línea de menor resistencia... ¡La culpa era del entrenador! El entrenador (yo) era malo!... No era que ellos no se entrenasen, no fueron por el Club... ¡No! Era que el entrenador (yo) no enseñaba, no sabía, no podía, no quería.. No me hicieron dimitir porque no había otro a mano a quien poner. Pero lo hubo y pronto, y se dieron el gran gustazo (con el fervor que en estas cosas pone nuestra raza) de dimitirme". En estos campeonatos, una vez retirados los equipos del tatami, San Bartolomé y Franco explicaron a los espectadores los desequilibrios, leyes y movimientos de este deporte. También realizaron otra Birnbaum y Aparicio.

El Gimnasio Abascal se cerró en 1953 debido al ambiente enrarecido que existía alrededor del Judo en Madrid formando, gran parte de sus componentes el Club Ronin asegurando erróneamente que la palabra Ronin (que se refiere a un samurai errante, sin señor feudal) era el: "nombre de una parte 'secreta' del judo, referencia que podemos tomar como muestra de un indirecto malestar existente entre los diversos grupos de practicantes. El citado club no tiene un local fijo para sus prácticas. Poco después, José Manso adquiere el Gimnasio Pariñas, situado en la calle de este mismo nombre, pero al tener poco éxito años más tarde lo traspasa a Rafael García de la Rosa.

Después de innumerables gestiones en el Japón, el gimnasio Bushidokwai ha conseguido la llegada a este Gimnasio de Judo del profesor cinturón negro 4º Dan, del Kodokan de Tokio, señor Yves Klein. “Todos los aficionados a este deporte podrán presenciar una clase-exhibición todos los miércoles de ocho a nueve de la noche, que dirige este profesor en el local del Gimnasio Bushidokwai, calle de Donoso Cortés, 61" ¿Yves Klein que se fue a Japón siendo 2° Dan vuelve a los dos años siendo 4° Dan? Así fue. Era cinturón azul cuando llegó a España en 1951, se fue a Francia sacándose en un año el 1º y 2º Dan pues era en 1952. Una vez conseguido este grado se trasladó a Japón y cuando volvió en 1954 ya era 4º Dan. Y no sólo eso sino que "debido a las características personales y a la enorme admiración que despiertan los artistas, destaca entre un grupo de europeos que practicaban Judo, siendo adoptado por un anciano judoca que lo aloja en su casa. Como semilider de un grupo de europeos llega a ser muy conocido y apreciado en el Kodokan, de tal forma que, cuando llega a España es una especie de enviado o representante del Kodokan y contaba con la graduación de cinturón negro 4º Dan.”

En España es nombrado Asesor Técnico del Departamento de Judo y compagina esta labor con las clases que imparte en el Bushidokuai (s.i.c.), que se traslada a la calle Donoso Cortés n° 53.

En Madrid, además de los gimnasios citados con anterioridad, destacan otros como el Gimnasio Standard, cuyo profesor era Antonio Burrieza y el primer grupo universitario que practicaba Judo de forma continuada, organizado por el SEU (Sindicato Estudiantil Universitario), localizado en la calle Cea Bermúdez n° 54.

El interés y regularidad mostradas por Fernando Franco, le llevaron a ser el primer español en obtener el grado de cinturón negro, siéndole concedido en Bruselas por Ichiro Abe, enviado por el Kodokan para Europa. Los seis cinturones negros siguientes fueron: Pons, Aparicio, Roviralta, Padrós, Fabré y Ortiz, todos alumnos de Birnbaum.

A principios de 1954, San Bartolomé, que ostentaba la graduación de 2° Dan y el cargo de Asesor Técnico del Departamento de Judo, concedió la graduación de cinturón negro a Fernando Franco y a Antonio Burrieza. Este último marcha a Francia, enviado por el departamento de Judo, para entrevistarse con los profesores Kawaishi y Michigami y concertar su venida a España para refrendar los títulos y conceder algunos más. Después de concertado el acuerdo, llega a España Yves Klein (foto) a quien se le concede el cargo técnico que ostentaba San Bartolomé y se opone a la venida de los japoneses anteriormente citados (eran un tanto opuestos a la supremacía casi dictatorial del Kodokan, que no era más que una organización privada), como consecuencia de ello y por consejo de Klein, Fernando Franco marcha a Bélgica donde obtiene el grado de cinturón negro.

Antonio Burrieza después de mostrar su desacuerdo por considerarlo improcedente, y en esta opinión coincidían otros muchos judocas, solicita un examen y lo realiza ante Klein y San Bartolomé. No obstante, al no encontrar otro judoca dispuesto a realizar dicha práctica, y debido a sus conocimientos, obtiene el preciado galardón. A Antonio Burrieza igual que a Fernando Franco, les fue invalidado el grado de cinturón negro por considerarse, a instancias de Klein, que San Bartolomé no tenía la categoría suficiente para conceder tal graduación. A esto hay que hacer notar que este era la máxima graduación del Judo en Castilla, y que ocupaba el cargo de Asesor Técnico del Departamento de Judo. Es de destacar que el que ostenta este cargo es el encargado de conceder los cinturones superiores".

Según la investigación realizada por Luis Rovirosa en 1972 la relación existente de los diez primeros cintos negros era la siguiente:


1.- Fernando Franco de Sarabia.

2.- José Pons Fort.

3.- Fabián Vicente del Valle el cual obtuvo el cinturón negro después de la marcha de Yves Klein.

4.- Antonio Burrieza Jiménez que obtuvo el cinturón negro antes que Pons.

5.- Alfredo San Bartolomé que poseía, al llegar a España, el grado de 2º Dan.


(Lógicamente a menos que se nacionalizara en 1954 no debería figurar en este lugar en la clasificación. Si es por antigüedad debería estar el número uno y Birnbaum, nacionalizado, el número dos. Si es por méritos, Birnbaum debe ocupar el número 1).


6.- Ceferino Arrojo Fernández.

7.- José Manuel Navarro de Palencia.

8.- Amado Ramos Pérez.

9.- Sergio Madrigal Vázquez.

10 - Rafael García de la Rosa.


Si atendemos a esta clasificación, con excepción de Pons, los diez primeros clasificados pertenecen al Judo castellano, pero junto con él, se examinaron y obtuvieron el grado de cinturón negro, el 24 de junio del 1954, de manos del maestro Kawaishi: Aparicio, Roviralta, Padros, Fabré y Ortiz. En la lista oficial figuran con los números 12, 15, 16 y 17, respectivamente. Ortiz ni figura. Si se examinaron el mismo día no pueden ocupar puestos tan distantes; y, por supuesto, debería figurar Ortiz.

No obstante, para poder entender mejor este momento es importante destacar que el principal problema que impidió a que Klein continuase en España pudo tener una base en las pugnas en las que se vio envuelto. Sobre todo la oposición al sistema de enseñanza Kawaishi se prolonga desde Francia a Cataluña, donde el poder del maestro Henri Birmaum, alumno directo de Kawaishi, se veía perjudicado ante la negativa de Klein a reconocer los grados (danes) que se obtuviesen con dicha metodología. Finalmente, tras la baja de Klein, el japonés Kiyoshi Mizuno ocuparía su lugar como Asesor Técnico. De nuevo, Franco de Sarabia y San Bartolomé serán los principales anfitriones.


La clasificación original, desaparecida podría ser esta:


1.- Fernando Franco de Sarabia.

2.- Antonio Burrieza Jiménez.

3.- Enrique Aparicio Robert, por ser Campeón de España.

4.- José Pons Fort.

5.- Raúl Roviralta Rocamora.

6.- Enrique Padrós Mayol.

7.- Miguel Fabré Serra.

8.- ¿Ortíz?

9.- Ceferino Arrojo Fernández.

10.- José Manuel Navarro de Palencia


Lo que sí se conserva es la relación de Los primeros 303 Maestros Nacionales españoles publicada en 1.983 en el Prontuario Guía de la Federación Española de Judo y D.A. (Víctor Garrido Troncoso).

Con referencia a Klein "su estancia duró año y medio en Madrid, preparó y entrenó a los veteranos del Judo castellano que formábamos entonces el equipo, ganando Castilla por primera vez al equipo catalán". Además se había convertido en el Delegado del Departamento de Judo a nivel oficial y "oficioso" representante del Kodokan en nuestro país.

En la foto vemos a Fernando Franco de Sarabia con Yves Klain en una exhibición del Kime No Kame

Según Fernando Franco, Klein era ambicioso y de mentalidad avanzada queriendo encauzar las directrices del Judo en Castilla. Para fomentar y divulgar el Judo realizó exhibiciones por toda Castilla llegando incluso a Valencia. Para su ejecución se hacia acompañar de Fernando Franco, Sergio Madrigal y Rafael Sanchis. Intentó introducir un sistema de visitas o asistencias periódicas a los clubs para divulgación de la técnica y unificar criterios pues parece ser que funcionaba muy bien en Francia.

Pero tuvo desacuerdos con la parte oficial del Judo y llegó al intento de hacer destituir del cargo a Fabián Vicente del Valle. Éste le insta, como Presidente del Departamento Nacional de Judo (recordar que aún se está en la Federación Nacional de Lucha), a abandonar su cargo. Al informar del hecho a Henri Birnbaum, por ser el Asesor Técnico de la Delegación Catalana, le dio como razones su "incompetencia, mala fe e inmoralidad”

"Ya en 1954, San Bartolomé y yo decidimos formar sociedad y trasladar el Bushidokwai a la calle de Donoso Cortes. En el mismo año yo, en París, con la autorización del entonces jefe del Departamento Nacional de Judo, don Fabián V. Del Valle, me examinaba con el maestro Ishiro Abe para Cinturón negro, consiguiendo ser el primer español con este grado”. No se sabe exactamente cuándo esto ocurrió, igual ya estaban los catalanes examinados por Kawaishi el 22 de junio de ese año los cuales no quiso reconocer Yves Klein pero sí lo hizo lchiro Abe cuando en noviembre, los ya cinturones negros por Kawaishi se presentaron otra vez a examen ante Ichiro Abe en los III Campeonatos de España.

El 5 de noviembre de ese mismo 1954, se celebró en Madrid, en el Frontón Fiesta Alegre, el II Campeonato de España de Judo asistiendo al mismo Ichiro Abe y las Federaciones representadas fueron Cataluña, Castilla Centro, Guipúzcoa, Santander y Aragón. Las dos primeras presentaron cinturones marrones y negros, las restantes federaciones sólo llevaban cinturones naranjas y azules. Se suponía que el campeonato y el subcampeonato iba a decidirse precisamente entre las dos primeras federaciones pero no fue así. Quedaron campeones los catalanes y la sorpresa la dio Guipúzcoa que, con Enrique Cuchy a la cabeza, se llevaron el subcampeonato.

"El embajador del Japón donó un magnífico trofeo para el equipo campeón, y el director general de la Guardia Civil y el asesor nacional de E.F. del Frente de Juventudes donaron los trofeos de campeón y subcampeón absoluto, siendo entregados los dos primeros por sus donantes y el último por el señor Ichiro Abe. Este "realizó una tinca de exhibición, frente a 10 judocas a los que vence en 3 minutos 8 segundos. Seguidamente Bírnbaum y Aparicio realizan también una exhibición del 'Gonosen-No-Kata' al relentí (s.i.c), actuación que ya habían realizado en los pasados campeonatos, pero que debido a su espectacularidad y brillantez es de nuevo ovacionada.

Tal vez "la sucesión irregular y casi interrumpida de profesores, junto con la categoría de H. Bírnbaum, determinaron que durante la primera época del Judo, el Judo practicado en Barcelona tuviera preeminencia en su efectividad competitiva".

En 1953, "la Gran Bretaña pidió a Tokio un maestro de judo y el primer organismo japonés de este deporte mandó a uno de sus mejores maestros: Kawamura. Termina este mes su compromiso, y al Kodokan de la capital japonesa, que no es ajeno al movimiento del judo en Europa, ha instruido a Kawamura para que visite varias ciudades". Una de estas ciudades era Madrid, que "por mediación de Fabián Vicente del Valle, he sido invitado por la Federación Española de Lucha; mejor dicho, por su Delegación Nacional de Judo. Estaré en Madrid el 25 del actual (se trataba del 25 de abril de 1955) para desarrollar un curso de siete días en el Club Bushidokai (s.i.c.), donde, al parecerse concentrarán todos los judocas españoles (...). Efectivamente, según nos dijo Fabián Vicente del Valle hace muchos días, se iba a organizar una exhibición de judo en sus dos aspectos: de judo como deporte y de judo en su aplicación militar. Por lo visto, se hace coincidir con la visita de Kawamura"

A finales de 1954 "pasó por Madrid, donde practicó varios días, el 9º Dan, señor Odda, pequeño, delgado y con sesenta y ocho años de edad"

En noviembre de ese 1955, se celebró en el Salón Iris de Barcelona sito en la calle Valencia, el III Campeonato de España con la participación, en esta ocasión, de "cate-llanos (s.i.c.) y donostierras, que junto con aragoneses, montañeses y levantinos, procurarán intentar la campanada". Ganaron los catalanes.

Al marcharse Klein llegó, el jueves 2 de febrero de 1956, Kiyoshi Mizuno "procedente de Tokio y cuyos servicios han sido contratados por la Delegación Nacional de Judo, en un supremo esfuerzo por lograr no ya la máxima difusión de este espectacular deporte, que ya la tiene, sino una superación técnica, a la que ha de contribuir incuestionablemente este buen profesor (...). Habla inglés y francés. 'Vengo recomendado por el presidente del Kodokan, señor Kan». (...). Vengo por dos años, según creo. Por lo demás, he de trabajar en el gimnasio todos los días y acudir a la Escuela de Toledo tres veces por semana'. Ylizuno permaneció dos años en Madrid aunque según Fernando Franco "contratado por nosotros, es decir, por San Bartolomé y por mí, para dar clases en el Bushidokwai y también en la Escuela de E.F. de Toledo, nombrándole la Federación, Asesor Técnico Nacional. Con él conseguí el 2° Dan en 1957". Antonio Burrieza consiguió el 2º Dan también de manos de Mizuno aunque la primera vez que se presentó a examen suspendió por presiones externas. Sin embargo, Mizuno se disculpó y además le impartió clases particulares de Katas durante una semana. Con esto Burrieza quiso dar a conocer la marcha del Judo en Madrid que, por si fuera poco, no seleccionaban a los mejores para competir”. Sobre la forma de ser de Mizuno de la que tanto se habló por parte de los judocas madrileños, terminó reconociendo Fernando Franco su labor como un magnifico profesor "que no supimos aprovechar". No obstante, en Cataluña dejó muy buen recuerdo.

El 30 de mayo de este 1957, se celebraron los IV Campeonatos de España en el Frontón Fiesta Alegre de Madrid en los que "Pons fue sorprendentemente eliminado en los octavos de final por el castellano Garrido. En individual ganó Aparicio y por equipos ganaron los catalanes. En estos Campeonatos participaron los equipos de "Vizcaya, Levante, Guipúzcoa, Guardia Civil, Aragón, Castilla y Catalunya (s.i.c.).

A finales de 1957 "San Bartolomé y yo nos separamos, deshaciendo la sociedad del Bushidokwai".

En 1958 se realizó, en el Frontón Alegre de Madrid, los VI Campeonatos de España, el 9 de abril "en el que intervienen judocas de Cataluña, Castilla, Guipúzcoa, Levante, Aragón, Burgos y Vizcaya". En la final quedaron Busto y Pons que después de diez minutos y al no lograr una victoria clara le dieron el triunfo a Pons “por superioridad técnica y mejor estilo”.

Ese mismo mes, unos días más tarde, se celebraron en el Estadio Santiago Bemabéu los Juegos Sindicales, que fueron clausurados el 1º de mayo "ante 100.000 espectadores" con el siguiente resultado "el judo puso en línea de combate a cuatro equipos, tres de la Standard Eléctrica, A, B y C y la Naval de Cádiz (...) Con un 1-0, Standard A conquistó d título, estando integrado su equipo por Moreno, Sánchez, Traba y Mellado. Como final, el señor Burgére (s.i.c.) se opuso a los doce 'judocas' participantes, venciéndoles en un tiempo de 3 m. 47 s."

En octubre se inauguró el Club Samurai con una superficie de aproximadamente 550 metros cuadrados y "un competente profesorado, capitaneado por el segundo dan Fernando Franco garantiza su eficaz labor (...) en la calle de Juan Bravo, 69 (...) salas dedicadas al judo, de 70 m2 (...). Sergio Madrigal, no menos segundo dan que Franco, comparte con él tareas y las clases del judo. El doctor don Andrés Cano, en el gabinete médico, cumple rígidamente la imprescindible meticulosidad de las reconocimientos de los socios practicantes del Club Samurai, con tanto rigor como para que dos aspirantes a alumno hayan sido rechazadas por diversas irregularidades funcionales”. Es evidente que el rigor en la admisión era formidable, no ocurriendo lo mismo en la actualidad.

El gimnasio estaba montado con todo lujo de comodidades para aquella época. También intentó conseguir el mejor profesorado. Para ello se hizo con Egon de 1958 a 1963, Takeda en 1963, Ignacio Alcíbar de 1963 a 1964, Takajashi en 1965 y después de crearse en este año la Federación Española de Judo, el profesor fue Rafael Ortega (primero de la derecha de rodillas en la foto de la izquiera). Algunos de los alumnos destacados de este gimnasio fueron: José Navarro, Fidel Julián Núñez (tercero de pie por la derecha con traje de judo), Ormaechea, Jaime Pereña, Fernando Bernaldez, los hermanos Alhama, Pablo Magaña, Hernando, José Luis de Frutos. La foto de arriba es del equipo español que se desplazó a Francia a participar en un torneo en 1965, bajo la dirección de Roland Burger (de pie primero a la derecha con traje de calle).

En este mismo 1958 llegó a España el francés Roland Burger, encontrándose con que "la situación del Judo era crítica, pues acababa de marcharse el maestro Mizuno, que si bien trabajó para el Judo en nuestro país, concretamente en el Club Samurai (en principio se trató del Gimnasio Bushidokwai) Escuela de Educación Física y Academia de Infantería, del Ejercito, no era su misión específica su trabajo en la Federación (entonces Delegación de Judo), por lo que, la labor, si bien fecunda por la clase de autoridad del maestro Mizuno. que formó varias destacados Cinturones Negros, estuvo circunscrita a Madrid, prácticamente. La marcha de Mizuno dejó un espacio libre de gran necesidad para nuestro deporte. Fue entonces cuando Roland llegó a España, siendo presentado a la Federación por H. Birnbaum, y desde aquel momento su labor ha sido de constante atención a los problemas de nuestras regionales y judocas"

Efectivamente, Henri hizo las gestiones oportunas para que Roland. al cual conocía de Francia, se pusiera en contado con él y, finalmente, se hizo realidad. Roland Burger se incorporo "en 1958 a la entonces Federación Española de Lucha que presidía nuestro actual Presidente, Agustín Aznar Cerner".

El palmares de Roland Burger es impresionante. En 1953 se convirtió en 1º Dan y en 1964 ya era 5° Dan, ascendiendo siempre por competición. Su historial de éxitos en competición es igualmente impresionante: fue campeón del sudoeste de Francia en pesos pesados y en todas las categorías tres años seguidos (1961-1963) y consiguió otras muchas victorias que seria largo enumerar.

El 9 de abril de 1958 se celebraron los VI Campeonatos nacionales de Judo en el Fiesta Alegre de Madrid resultando vencedores los catalanes tanto en individual (Pons) como por equipos.

El 15 de diciembre de 1959 se disputó la Copa de Navidad en el Gimnasio Moscardó siendo los resultados los siguientes:


  • Cinturones negros: Alcíbar del Club Samurai, finalista: F. Granado del Club Bushidokwai.

  • Cinturones marrones: Egón del Club Samurai, finalista: Luciano del SEL) (Sindicato Español Universitario).

  • Cinturones azules: Estrada del Club Bushidokwai, finalista: Oñoro del mismo Club.

  • Cinturones naranjas: Cegama del Club Bushidokwai, finalista: Romero del Club Samurai.

  • Cinturones amarillos: Granda del Club Bushidokwai, finalista: San Román del Club Bushidokwai.

  • Clasificación por Clubs: 1º Bushidokwai, 2º Samurai, 3º Standard y 4º SEU. (Sindicato Español Universitario).


No se dio información de cinturones verdes, puede ser que fuera por olvido o porque no se presentó nadie.

El 4 de febrero de 1960 y en el mismo gimnasio, el Moscardó se realizó el Torneo mensual Interclub siendo los Clubs que participaron: Samurai. Bushidokwai, Kata, SEU y Standard siendo este orden el de su clasificación.

El 27 de marzo de 1960 se celebraron, en el Palacio de Deportes, los Campeonatos de Castilla de Judo donde "las exhibiciones femeninas y el Torneo infantil constituyen toda una innovación en estos programas. Venció Alcíbar a Rafael de la Rosa y por clubs ganó el Samurai al Bushidokwai.

En este mismo año "existen hoy día tres centros privados donde se enseña el judo además de los que se han creado para la Guardia Civil, Infantería de Marina, Colegio de Huérfanos de la Marina, Escuela de Mandos José Antonio, SEU y en la empresa Standar. Además, en Alcalá de Henares hay otro centro de esta modalidad deportiva donde se practican los paracaidistas. Así, en Madrid, el número de judocas es aproximadamente de unos tres mil".

El 1 de enero de 1962 se inauguró el Gimnasio Dojo siendo su director José María Ecenarro y bajo la dirección técnica de Rafael de la Rosa. Anteriormente a esta fecha ya practicaban Judo, llegando a tener como maestro a Mizuno. Con él efectuaron una demostración en Madrid, la cual les proporcionó su "primer contrato para hacer cine. Esta ocupación nos llevó hasta Italia, en la que tuvimos contactos con grandes maestros internacionales europeos y japoneses. Debido a estas rodajes fuera de España y a la calidad de cine, se cimentó en nosotros la idea de crear a la vuelta un Club de Judo nuestro, en el cual y a nuestra forma exponer y enseñar todo lo que nosotras habíamos aprendido tras largos años de ardua labor y dedicación. Así nació el Club Dojo”.

En este mismo año abrió de nuevo el Gimnasio Kodokan situado en Collado del Viento, 9 de Mirasierra, un lugar de ensueño. Se dijo "de nuevo" y que Ceferino Arrojo Fernández, cinturón negro segundo Dan, quiso construir este gimnasio en el lugar donde iba a fijar su residencia. Estuvo tres años inactivo debido, en parte, a sus múltiples ocupaciones y, en parte, porque "en un intento de puesta en marcha no encontrase el público suficiente, no en cantidad, sino en calidad, por ser su máximo deseo hacer prevalecer en su gimnasio el concepto de amistad y camaradería, don Ceferino Arrojo abre de nuevo sus puertas este año habiendo conseguido lo que se propone y de acuerdo con los principios en él fuertemente arraigados del concepto de lo que es y debe ser un Judoca”

En 1963 se celebraron en esta ciudad los XI Campeonatos de España. Comenzaron el viernes 19 de abril y terminaron dos días después en el Palacio de los Deportes. "En esta ocasión son doce las provincias representadas (anteriormente sólo fueron cuatro), y el número de los componentes de las equipos de seis, superior también a otros Campeonatos. Para mayor aliciente existe en la actualidad un equilibrio técnico entre varias provincias que harán muy reñida la competición, además de la introducción de la categoría de 'peso' que se incluye por primera vez en esta clase de Campeonatos oficiales, según las últimas reglas de la Federación Internacional de Judo y la Unión Europea de Judo, cara a la Olimpiada de Tokio'". El campeonato se lo llevó Castilla Centro.

En los campeonatos del año siguiente celebrados en San Sebastián "Castilla revalidó su titulo de campeón nacional, obteniendo tres victorias, por dos la Federación Valenciana".

En este 1964 formó parte del Departamento de Judo dentro de la Federación Castellana de Lucha, presidida por Luís Monasteriobide, Antonio García de la Fuente. A los tres meses es designado Jefe del Departamento, puesto en el que permanece hasta la separación del Judo de la Lucha en 1965. Al crear José Antonio Elola Olaso la Federación Española de Judo, bajo la presidencia de Agustín Aznar Gener. Este le nombró presidente de la Federación Castellana Centro de Judo (...). En el año 1970, concretamente en mayo, al ser designado Vicepresidente 2o de la Federación Española de Judo, abandonó su cargo en la Regional Castellana. El 4 de febrero de 1971, es designado presidente de la Federación Española de Judo, substituyendo al que fue su primer presidente Agustín Aznar Cerner".

Durante su mandato se dio "el triunfo durante cuatro años de la selección de Castilla, al proclamarse campeona de España"

En el otoño de este 1964 se inauguró el Gimnasio Banzai sito en la calle Maldonado, 13; cuyo director era Aurelio Montenegro, cinturón negro 2º Dan y maestro de Judo. La apertura se hizo "a instancias de algunos cintos negros, que estaban interesados por tener un lugar propio donde entrenarse".

En diciembre de 1966 "los alumnos del Club Bushidokwai, que dirige el peruano Alfredo San Bartolomé (el primero que introdujo el judo en Madrid), se reúnen en sesión extraordinaria para contemplar las evoluciones deportivas de Toshívasu Uzawa, un experto judoca recién llegado a España"

La segunda quincena de diciembre del año siguiente se celebró en el Gimnasio del Colegio Maravillas de Madrid la V Copa de S.E. El Generalísimo resultando vencedor el Gimnasio Samurai de esta ciudad.

A principios de 1968 se inauguró "un nuevo gimnasio de judo y otras especialidades, filial del conocido 'Samurai que dirige el cinturón negro 4º Dan, Fernando Franco, situado en la calle Martínez Campos, 20.

En septiembre de este mismo año se celebró el primer curso para Maestros Entrenadores Nacionales organizado por el Instituto Nacional de Educación Física en colaboración con la Federación Española de Judo. Los restantes cursos se celebraron "en la Escuela de Mandos "José Antonio' y Palacio de Deportes de Madrid.

Entre los maestros que impartieron clases estaban "Dalgo y Salo, que ofreció el ministerio japonés correspondiente, y que la Embajada en Madrid del Japón puso a disposición de la nacional desinteresadamente (...). La Federación invitó al equipo japonés que ganó el último campeonato universitario en Lisboa, y que con los altos gradas Yamamolo y Sove, practicaron con nuestros judocas (...) invitó también, y ello es una prueba más de la importancia que prestó a este curso de Maestras Entrenadores nacionales, al maestro Midigamí (s.i.c), que no regateó sus conocimientos para ponerlos al alcance de cuantos pudieron beneficiarse de su actuación y altos conocimientos”

En noviembre de 1969, Fernando Franco consiguió el 5º Dan junio con José Pons "cambio de grados en la categoría de cinturón negro de judo", exámenes que se realizaron en el Gimnasio Moscardó de Madrid.

A principios de 1971 se celebró el I Campeonato Deportivo de Academias Militares participando en el mismo la Academia General Militar, las Academias Especiales, la Academia General Aire y la Escuela Naval Militar. Las dos mencionadas primero se llevaron el primer puesto, ex-aequo pues empalaron en puntos.

En ese mismo año, 1971, y "en el despacho oficial del Ministro de Educación y Ciencia y por el titular del mismo, D. José Luís Villar Palasí, se le hizo entrega del Diploma de 6º Dan y le fue impuesta la insignia de brillantes y rubíes a D. Roland Burger. Director Técnico de la Federación Española de Judo, a cuyo grado ha sido recientemente ascendido. En dicho acto, que resultó muy cordial, estuvieron presentes el Presidente de dicha Federación, D. Antonio García de la Fuente y el Secretario General, D. José Bachiller del Cerro. El 16 de mayo de 1972 se celebró una "Gran Gala de las Arles Marciales con motivo del XX Aniversario de los Campeonatos de España de Judo en el INEF de Madrid O "conmemorativa del vigésimo aniversario de la instauración en España del judo como deporte federado". Parece ser que este segundo motivo era el más acertado pues Antonio García de la Fuente informó que era "el XX aniversario de la implantación del judo en España como deporte federado se celebró, en el salón de actos, la primera Gala de las Artes Marciales: Judo, Karate, Aikido y Kendo

Es la primera Gala la abrió Luís Gaspar Cortina, "pronunciando una conferencia-comentario, en la que expuso las principios fundamentales del Judo. Con ello, los asistentes, que llenaban en su totalidad el aforo del salón de actos, fueron entrando en ambiente y, seguidamente, se dio paso a las demostraciones de las diversas artes marciales que componían el programa" Luis no se limitó "a dar cuenta de lo que ocurría sobre el tatami sino que iba explicando los orígenes y desarrollo de cada una de las Artes Marciales".

En esta Gala, además del Judo también estuvieron presentes el Aikido, Kendo y Karate y “como colofón de esta primera gala, se proyecta la película 'Los fundamentos del judo', realizada por 'No-Do', bajo la supervisión técnica del maestro Haku Michigan”, séptimo 'dan', e interpretada por Roland Burger, sexto dan, y Rafael Rodríguez, tercer 'dan'. La película recoge todas las técnicas del judo, especialmente los 'katas'. España juntamente con Japón, son los dos únicos países del mundo que paseen una película que recoje (s.¡.c.) todos los movimientos fundamentales del judo. "Esta película se rodó en el Gimnasio Moscardó de Madrid.”

A San Bartolomé le concedieron el grado de 5º Dan en 1973, conjuntamente con "Víctor Gaspar Cortina. Amado Ramos Pérez, José Manuel Navarro de Patencia" .

El 5 de mayo de este mismo año, se celebró el I Festival de Artes Marciales donde además del Aikido (por Kitaura), Karate (por Hiruma) y Kendo (por Kohno) estuvo presente el Judo de la mano de Takeda y Taira, los dos eran 5º Dan además hubo una "competición de Judo de Yamamoto ante siete judocas y demostración a cargo de Yamasilae Hiruma".

El coreano Young Lee se incorporó en 1973, habiendo ya finalizado el contrato que tenia con Manuel Palacio en Santander. Lee llegó a Madrid incorporándose a la Federación Española de Judo e impartiendo clases de Judo en "la Escuela de Mandos de la Academia de Mandos situada en la calle Príncipe Vergara, en el Centro Cultural". Así pues, estuvo "en la Federación Española de Judo y como ayudante en la Escuela de Mandos hasta 1977. Posteriormente y hasta su reciente jubilación, ha impartido clases de este deporte en el Instituto Nacional de Educación Física.

Además, la Federación Coreana le concedió el 9º Dan de Judo y, por lo tanto, cinturón rojo. Grado que le fue homologado por la Real Federación Española de Judo y Deportes Asociados.